lunes, 28 de diciembre de 2015

Pachinko. En moto de nieve por los bosques de Laponia Finlandesa y visita a una granja de renos

Fotos de Laponia Finlandesa, casa nevada

Hay instantes que convierten una experiencia en inolvidable. En nuestro reciente viaje a Laponia Finlandesa coleccionamos muchos de esos momentos únicos y memorables, especialmente relacionados con la cruda belleza de su naturaleza helada. Quizá a nuestros hijos les marcó más el hecho de conocer a Papá Noel, pero a nosotros nos encantó surcar los preciosos y extensos bosques de coníferas cubiertos por un espeso manto de nieve mientras el sol mostraba sus primeros o últimos rayos.

Fotos de Laponia Finlandesa, safari de motos de nieve

En el Círculo Polar Ártico es muy sencillo confundir un amanecer con un atardecer. A principios de diciembre el sol sale sobre las 10:30 de la mañana y se pone a las 14:30, así que tratamos de aprovechar al máximo las horas de luz para hacer actividades divertidas y pensadas especialmente para los que viajamos con niños. Estando en Laponia no podíamos perder la oportunidad de visitar una granja de renos sami, aunque tuviéramos que llegar a nuestro destino en motos de nieve.

Excursión en motos de nieve con niños en Laponia

Fotos de Laponia Finlandesa, bosques helados

En Rovaniemi es muy sencillo encontrar excursiones con motos de nieve, aunque al ser temporada alta e ir con tres niños no nos la quisimos jugar y lo llevamos todo contratado desde España con Trip Trup. Un mini bus nos recogió en nuestro alojamiento y nos llevó directamente a nuestro punto de partida a unos 8 kilómetros hacia el norte de la ciudad. Lo primero fue cambiar nuestros atuendos por unos trajes térmicos para soportar las bajas temperaturas boreales y unas botas impermeables. A los peques no les gustó demasiado lo de ponerse tanta ropa de abrigo, pero lo agradecieron luego cuando estuvimos en los bosques helados y pudieron revolcarse y jugar en la nieve sin pasar frío.

Fotos de Laponia Finlandesa, Oriol en la moto de nieve

Nosotros eramos cuatro adultos y tres menores, así que fue suficiente con dos motos de nieve (una pilotada por el guía) y un remolque en el que cada niño iba acompañado por uno de nosotros. Ni a Vero y a mí nos tocó conducir, aunque las instrucciones que nos dieron para manejarlas no parecían muy complicadas. Suponemos que será mucho más divertido ir a los mandos, pero en el remolque no se iba nada mal y pudimos hacer fotos.

Fotos de Laponia Finlandesa, Vero, Teo y Oriol en el remolque de la moto de nieve

La travesía por los bosques boreales nos conducía hasta una granja de renos que era la principal actividad del día, aunque la excursión en motonieve fue igualmente interesante. Las velocidades que se alcanzan no son mareantes, especialmente porque el firme no está asfaltado y vas dando saltitos muy divertidos mientras contemplas un paisaje realmente fascinante. Nos sentimos muy afortunados por estar viendo un entorno tan hermoso, con mil tonalidades de blanco que te van hechizando y logran arrancarte una enorme sonrisa.

Fotos de Laponia Finlandesa, Teo en los bosques nevados

Para que el camino no se les hiciera muy pesado a los niños, de vez en cuando íbamos parando a descansar. No obstante, estas supuestas treguas eran rotas por un fuego a discreción de bolas de nieve, retoces en el suelo para “hacer el ángel” o simplemente subirse a la moto con el motor apagado para simular que eran los peques los que conducían los vehículos. Hay muchos claros con refugios de madera ideales para hacer estas divertidas y necesarias paradas.

Granja y trineos de renos en Laponia Finlandesa

Fotos de Laponia Finlandesa, reno blanco

Casi sin darnos cuenta llegamos a la granja de renos. Hace unas cuentas décadas el norte de Europa estaba poblado exclusivamente por pueblos nómadas como los sami que se dedicaban a la cría de estos animales tan icónicos de Laponia. En otros países de Escandinavia esta práctica sigue siendo exclusiva de los sami, pero en Finlandia no.

Fotos de Laponia Finlandesa, reno descansando

Los rebaños alcanzan los millares de unidades, aunque está mal visto preguntarle a los pastores cuántos renos tienen en propiedad. Su espeso pelaje aguanta perfectamente los rigores del invierno lapón y sus astas se pueden cortar en distintas épocas. Con los cuernos se fabrican cuchillos y todo tipo de artesanías. Su carne es deliciosa y se encuentra muy fácilmente en supermercados y restaurantes.

Fotos de Laponia Finlandesa, Pau, Vero, Teo y Oriol con un sami granjero de renos

Al llegar a la granja, lo primero que nos hizo el pastor sami fue invitarnos a su casa donde nos practicó una especie de exorcismo contra el estrés. En aquellas latitudes piensan que todos los del sur tenemos un modo de vida un tanto agitado… y no le falta razón. Tras la purificación, visionamos un vídeo en perfecto castellano sobre los renos y su vida en Laponia Finlandesa.

Fotos de Laponia Finlandesa, Pau, Vero, Teo y Oriol con los renos

Nada que ver con la amena carrera en trineos de renos que íbamos a vivir segundos después. Al ser siete nos dividimos en tres equipos. En principio la contienda no era muy justa porque Teo y yo partíamos de la pole position sin haber hecho ningún mérito. El circuito era circular y no demasiado extenso. Las instrucciones eran sencillas, ya que lo único que debíamos hacer era darle suavemente en el lomo del animal con la cuerda que iba enganchada al bozal.

Fotos de Laponia Finlandesa, carrera de renos

3, 2, 1… go! A los pocos metros nuestro reno decidió pararse en seco, como si tratase de una mula que huele el peligro. Lo de conducir no es que sea mi fuerte, pero pensaba que con aquel reno de un solo cuerno sería todo más sencillo. El camino era tan estrecho que nuestros competidores no se atrevían a adelantarnos, pero la mofa sobre mi pericia al volante salió a relucir con la intención de ponernos nerviosos. Al final lo único que tenía el animal era ganas de hacer sus necesidades sobre la nieve, en plan Mario Kart.

Fotos de Laponia Finlandesa, reno con grandes cuernos

Aprovechando nuestra avería temporal, el equipo de Vero y Oriol nos adelantó como un Ferrari sobrepasa a un caracol. Sin embargo, cuando nuestro reno acabó de evacuar se puso las pilas e inició un trote continuo y veloz que acabó por otorgarnos el triunfo sobre la línea de meta, con foto finish incluida. La competición concluía con un premio en forma de forraje para los animales y un carné de conducir de trineos de renos con caducidad de cinco años para los hábiles conductores.

Fotos de Laponia Finlandesa, reno en el bosque

Lo más importante no fue el triunfo, sino el buen rato que todos pasamos en aquella granja de renos perdida en mitad de Laponia Finlandesa, una experiencia muy recomendable. El camino de vuelta a casa nos regaló la visión de unos cuantos renos campando a sus anchas por los bosques helados cercanos a Rovaniemi, uno de esos instantes de magia que recordaremos el resto de nuestras vidas.

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