jueves, 29 de junio de 2017

Pachinko. Qué ver en Las Palmas de Gran Canaria, la ciudad que mira al mar

Fotos de Las Palmas de Gran Canaria, atardecer playa de Las Canteras

Necesito del mar porque me enseña
no sé si aprendo música o conciencia
no sé si es ola sola o ser profundo
o sólo ronca voz o deslumbrante
suposición de peces y navíos

Como este poema de Pablo Neruda, Las Palmas de Gran Canaria es una ciudad que mira al mar y lo necesita. Desde el océano Atlántico llegaron los conquistadores, pero también marineros como Cristóbal Colón o piratas de la talla de Francis Drake. En sus más de cinco siglos de historia esta urbe ha respirado un ambiente donde se mezcla la cultura canaria con las costumbres de gentes venidas de todos los confines del globo.

Su situación privilegiada le regala una temperatura envidiable los doce meses del año, así que no tienes excusa para recorrer sus barrios coloniales, parques con dragos, ficus, y palmeras o darte un chapuzón en su impresionante playa de Las Canteras. Es difícil sentirse extraño en esta ciudad que acoge con los brazos abiertos al viajero desde hace siglos. Nosotros nos adaptamos pronto a su ritmo pausado y disfrutamos enormemente de su hospitalidad. Ponte zapato cómodo y ropa ligera porque vamos a mostrarte qué ver en Las Palmas de Gran Canaria.

¿Cómo se llega a Las Palmas de Gran Canaria?

Fotos de Las Palmas de Gran Canaria, Catedral de Santa Ana

La forma más rápida y sencilla de llegar hasta Las Palmas de Gran Canaria es en avión. Existen hasta 20 aeropuertos en España con vuelo directo hasta el de Gran Canaria, así que está muy bien comunicada con la península y el resto de las Islas Canarias. Nosotros, por ejemplo, volamos directos desde Alicante con Air Nostrum.

Una vez has aterrizado en el Aeropuerto de Gran Canaria tienes varias opciones para llegar hasta la capital de la isla, emplazada a 18 kilómetros. La más barata es tomar la guagua. Hay hasta cinco líneas que unen Las Palmas de Gran Canarias con el aeropuerto. Un taxi cuesta aproximadamente unos 30 € y dependiendo del tráfico y el destino final puede tardar unos 30 minutos.

¿Cuantos días me recomiendas estar en Las Palmas de Gran Canaria?

Fotos de Las Palmas de Gran Canaria, Castillo de La Luz

Siempre nos gusta decir que la respuesta a esta pregunta es muy relativa y depende del tiempo del que disponga cada viajero. Nosotros estuvimos cuatro días/tres noches y aunque visitamos sus principales atractivos se nos quedaron muchas cosas en el tintero. No obstante, puede ser un periodo aceptable para una primera toma de contacto con la ciudad.

Tanto Las Palmas de Gran Canaria como el resto de la isla tienen muchísimos lugares encantadores para seducir al viajero, así que puede ser interesante establecer la base en la ciudad y desde allí visitar algunos de los hermosos parajes que hay repartidos por la ínsula.

¿Es cara la vida en Las Palmas de Gran Canaria?

Fotos de Las Palmas de Gran Canaria, Casas Consistoriales

Si obviamos algunas de las tiendas de la Calle Mayor de Triana o las boutiques de la avenida José Mesa y López los precios de Las Palmas de Gran Canaria suelen ser algo más bajos que los que puedes encontrar en las principales capitales de la Península. En ese sentido, la ciudad tiene una larga tradición para los amantes del shopping gracias a los históricos bazares canarios.

Los alojamientos también tienen tarifas muy competitivas y es fácil comer gastronomía canaria de calidad a precios razonables. Ahora bien, no esperes gangas. Los pescados y mariscos de calidad merecen los que pagas por ellos, así como los vinos.

¿Dónde alojarte en Las Palmas de Gran Canaria?

Fotos de Las Palmas de Gran Canaria, Hotel Santa Catalina

Las Palmas de Gran Canaria tiene una excelente oferta de alojamientos para todos los bolsillos y viajeros. Entre hoteles, apartamentos, casas rurales, casas emblemáticas, albergues juveniles y viviendas vacacionales existen cientos de opciones.

A nosotros nos encantó alojarnos en la misma playa de Las Canteras, en el extraordinario Hotel Cristina. No obstante, para ponértelo fácil puedes buscar aquí los mejores hoteles en Las Palmas de Gran Canaria para tu viaje.

¿Qué comer en Las Palmas de Gran Canaria?

Fotos de Las Palmas de Gran Canaria, papas arrugas

La gastronomía canaria es una de las más desconocidas de España, pero su diversidad y calidad están fuera de toda duda. Seguro que cada vez que has viajado a las Islas Canarias has venido encantado con alguna de sus especialidades y Las Palmas de Gran Canaria no es una excepción. La oferta de restaurantes y bares es simplemente espectacular y podrás encontrar desde los que sirven cocina autóctona hasta locales con platos internacionales. En ese sentido, nosotros tuvimos la gran suerte de probar las creaciones del primer restaurante japonés que abrió en España. Se trata del Fuji que cumplió en abril la friolera de 50 años y que es un paraíso para los amantes de la restauración japonesa como nosotros.

En cuanto a las delicias locales, no pueden faltar los mojos con papas arrugás, la pata de cerdo, el vino, la miel, el gofio, los quesos canarios como el almogrote, pescados como el cherne y mariscos o los platanos y frutas tropicales. Algunos restaurantes que nos gustaron fueron La Marinera que está especializado en comida canaria y pescados, la peculiar hamburguesería 200 gramos o el impresionante restaurante Jardín Canario. A nuestros hijos les encantó la pizzeria O Sole Mío en Las Canteras.

¿Qué ver en Las Palmas de Gran Canaria?

Fotos de Las Palmas de Gran Canaria, Casa de Colon

La capital de Gran Canaria goza de un clima espectacular durante todo el año, de hecho la temperatura media oscila entre los 17º en invierno y 25º en verano. Tiene una historia marinera que la ha dotado de un patrimonio realmente envidiable y un aire colonial que combina perfectamente con su mundialmente famosa playa de Las Canteras. Por si estás preparando un viaje a esta ciudad que mira al mar, te recomendamos qué ver y hacer en Las Palmas de Gran Canaria en cuatro días.

  • Y como hemos dicho que Las Palmas de Gran Canaria es una ciudad que mira al mar, un buen lugar para comprobarlo es Las Canteras y su entorno. Desde La Puntilla hasta el Auditorio Alfredo Kraus tiene tres kilómetros de extensión ideales para disfrutar del mar, jugar en la arena o caminar por su paseo marítimo atestado de bares, restaurantes y tiendas. Es célebre por su barra, un arrecife emplazado en paralelo a la orilla que hace las funciones de rompeolas natural. Esta considerada una de las playas urbanas más bellas del mundo y es ideal para los deportes náuticos. Aquí puedes leer lo bien que lo pasamos practicando kayak y snorkel en Las Canteras.
  • Otro imprescindible de Las Palmas de Gran Canaria es seguir los pasos del navegante Cristobal Colon en la ciudad. En su primer viaje al Nuevo Mundo tuvo que detenerse en la capital de Gran Canaria para reparar La Pinta. Tienes muchas anécdotas sobre este personaje histórico en la Casa de Colón en el barrio de Vegueta, una espectacular construcción de arquitectura canaria que pronto llamará tu atención por su colorido.
  • Muy cerca de la Casa de Colón se encuentra la plaza de Santa Ana donde se emplaza la Catedral homónima. Este imponente templo empezó a construirse en el siglo XV, aunque tardó 350 años en completarse. Por este motivo ser pueden observar varios estilos, aunque se suele decir que se trata de un edificio gótico atlántico. Junto a su puerta principal se pueden observar las esculturas de hierro colado de Alfred Jacquemar y que son un icono de la capital grancanaria. En el otro extremo de la plaza de Santa Ana también puedes contemplar las Casas Consistoriales que son de estilo neoclásico y uno de los iconos de la ciudad.
  • La plaza de Santa Ana es un buen punto de partida para explorar los preciosos barrios coloniales de Vegueta y Triana. Además de la ya mencionada Casa de Colón, es interesante dedicar unas horas al podrás visitar el Museo Canario. Está emplazado en la antigua residencia de Gregorio Chil y Naranjo, el que fuera el impulsor de un proyecto que tenía como objetivo el desarrollo científico y cultural de Las Palmas de Gran Canaria. Luego puedes recorrer la calle Mayor de Triana donde se ubican algunos de los palacetes y edificios más impresionantes de la isla, además de tiendas muy exclusivas.
  • Si miramos al norte, al final de la calle Mayor de Triana encontrarás el Parque de San Telmo. Está ubicado junto a la estación de guaguas y podrás observar el fantástico Quiosco Modernista diseñado por Rafael Massanet y Faus. También es un lugar ideal para los que viajamos con niños ya que dispone de una zona de juegos infantiles con un gran barco.
  • Más al norte se encuentra la denominada Ciudad Jardín un barrio repleto de árboles en el que se encuentran algunas las casas más fastuosas de Las Palmas de Gran Canaria. Aquí puedes visitar el Parque Doramas donde podrás observar los magníficos dragos, ficus, palmeras y numerosas especies autóctonas de las Islas Canarias. Un pulmón verde y multicolor ideal para desconectar. Cerca se encuentra el famoso Hotel Santa Catalina, el Pueblo Canario y el Museo Néstor.
  • Regresando desde Ciudad Jardín a la playa de las Canteras puedes visitar el el Museo Elder de la Ciencia y la Tecnología cerca del Parque de Santa Catalina. Todo está pensado para que los peques manipulen, escuchen, toquen y experimenten. Para nosotros es uno de los 10 planes muy divertidos para hacer en Las Palmas de Gran Canaria con niños. Desde el Parque de Santa Catalina puedes visitar el Castillo de La Luz que acoge la sede de la Fundación de Arte y Pensamiento Martín Chirino.
  • Además de sus atractivos urbanos, Las Palmas de Gran Canaria tiene un entorno privilegiado. A muy pocos kilómetros se encuentran lugares tan fascinantes como la caldera volcánica de Bandama o el Pico de Bandama. Se puede acceder hasta el punto más alto en coche y allí tienes un mirador que te regala unas vistas que quitan el hipo de la isla. Si dispones de tiempo, cálzate unas buenas botas y anímate a recorrer alguno de los espectaculares senderos que rodean la caldera volcánica de Bandama en un trekking. Y si te gusta el golf, en la zona se sitúa el Real Club de Golf de Las Palmas.

¿Qué lugares de Las Palmas de Gran Canaria te quedaste con ganas de ver?

Fotos de Las Palmas de Gran Canaria, Monumento Atis Tirma

Lógicamente en cuatro días no te da tiempo a disfrutar de todos los rincones de una ciudad con tanto qué ver. Por ejemplo, nos hubiera encantado vivir el Carnaval de Las Palmas de Gran Canaria en vivo, pues todo el mundo nos habla maravillas de su colorido, música y ambiente.

También nos hubiera gustado tener algo más de tiempo durante nuestro viaje para visitar el Centro Atlántico de Arte Moderno, la Casa-Museo de Pérez Galdós, el Gabinete Literario o acercarnos hasta los mercados de Vegueta o del Puerto. En nuestro viaje nos acercamos hasta el Jardín Botánico Viera y Clavijo pero desgraciadamente ese día estaba cerrado.

¿Cómo me muevo por Las Palmas de Gran Canaria?

Fotos de Las Palmas de Gran Canaria, Teo y Oriol tuk tuk

Con cerca de 400.000 habitantes Las Palmas de Gran Canaria es una de las ciudades más grandes de España y la más poblada de las Islas Canarias. Tiene una importante red de guaguas o autobuses para desplazarte entre sus barrios y una vez llegas a ello es muy recomendable moverte a pie, especialmente en Vegueta, Triana o el entorno de la playa de Las Canteras.

Aunque no solemos hacerlo habitualmente, en Las Palmas de Gran Canaria tomamos la guagua turística para desplazarnos entre algunos de los puntos más interesantes. Los tuk tuk eléctricos de la empresa Green Trip también son una forma rápida y muy original de recorrer la ciudad.

Fotos de Las Palmas de Gran Canaria, Playa de Las Canteras

¿Te han parecido útil esta guía sobre qué ver en Las Palmas de Gran Canaria en cuatro días? Si ya has estado en la capital grancanaria, ¿te gustaría recomendarnos otros lugares que no aparecen en esta lista? ¡Esperamos tus comentarios!

Dispones de más información sobre este magnífico destino en la página web oficial de Turismo de Las Palmas de Gran Canaria.

Galería de fotos de Las Palmas de Gran Canaria

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Lonely. El Havre, TOP 10 del 'ranking' de destinos Best in Europe 2017

El Havre, TOP 10 del 'ranking' de destinos Best in Europe 2017

Primer viaje a El Havre, Francia: una lección de arquitectura vanguardista 

El puerto normando de El Havre, donde el río Sena desemboca en el canal de la Mancha, fue antaño una ciudad de grandes bulevares y catedrales majestuosas, pero desgraciadamente la mayor parte de su arquitectura original la arrasaron las bombas de la II Guerra Mundial.

Reconstruida poco a poco según el llamativo estilo del modernismo, la ciudad con 500 años de historia renació de sus cenizas para convertirse en uno de los diseños urbanos más extraordinarios de la Francia del s. XX. La arquitectura vanguardista de la hoy irreconocible ciudad portuaria recibió críticas dispares, pero, como un buen vino de Burdeos, las excepcionales cualidades de El Havre tardaron unos años en madurar en forma de potentes diseños que abrazaban una nueva visión del urbanismo.

El Havre, Francia © Henryk Sadura / Shutterstock El Havre, Francia © Henryk Sadura / Shutterstock

La Unesco, que declaró a El Havre Patrimonio Mundial en el 2005, ayudó a abrir camino, y desde entonces la ciudad ha recuperado su lugar bajo los focos, atrayendo a fans de la arquitectura de todo el planeta. A pesar de haber perdido el ambiente medieval presente en otras partes de Normandía, no hay en Francia otra ciudad como El Havre. A continuación, un puñado de sugerencias para sacarle el máximo partido:

PASEAR POR LOS MEJORES PUNTOS DE INTERÉS ARQUITECTÓNICOS

Una de las mejores maneras de asimilar la arquitectura de El Havre es paseando por el centro de la ciudad. La mejor luz es la de primera hora de la mañana o la del atardecer, que tinta los edificios de color rosado. No es solo un truco de la imaginación, en las nuevas obras los lugareños solían usar ladrillo rojo pulverizado de los edificios destruidos, estableciendo así un vínculo con el pasado.

El Havre, Francia © Laurent Lachèvre / www.lehavre.fr El Havre, Francia © Laurent Lachèvre / www.lehavre.fr

En un día de exploración se pueden ver grandes plazas, edificios de simetría artística y diseños ingeniosos que van más allá de la piedra y el cemento. Incluso la fortaleza cimera abandonada, a 1 km a pie del centro, se ha convertido en un apacible oasis de jardines en flor y follaje llamado Jardins Suspendus. 

EL CORAZÓN DE LA CIUDAD

Con cinco hectáreas la Place de l’Hotel de Ville es el majestuoso núcleo del centro, y una de las plazas más grandes de Europa. Es la mejor introducción a Le Havre, y fue diseñada por Auguste Perret, el genio tras la mayor parte de los proyectos de posguerra de la ciudad.

Jardines, fuentes y esculturas ocupan el centro de este espacio lleno de luz, rodeado por impresionantes edificios modernos con un notable sentido de la armonía. La pieza central es el edificio del ayuntamiento, una impasible torre de 72 m de altura visible desde el mar y uno de los iconos de la ciudad actual. 

LE VOLCAN, UNA ERUPCIÓN CULTURAL

Conocido anteriormente como el Niemeyer Cultural Centre, este edificio de aspecto escultórico fue una de las novedades más extraordinarias de la ciudad cuando se inauguró en 1982. Situado en una pequeña plaza cerca de Rue de Paris, su voluminosa base y sus curvas apuntando al cielo enseguida le granjearon el apodo de Le Volcan (el volcán).

Le Volcan, El Havre, Francia © www.levolcan.com Le Volcan, El Havre, Francia © www.levolcan.com

Oscar Niemeyer, el visionario arquitecto que levantó Brasilia y uno de los abuelos del modernismo, creó esta inusual obra, uno de los pocos proyectos que construyó fuera de Brasil. En un lateral del edificio se ve una mano enorme con una fuente que fluye por debajo. Está realizada con un molde de la mano de Niemeyer, y es un buen recordatorio de la implicación personal del arquitecto en su obra.

Hoy Le Volcan (el nombre es oficial desde 1990) alberga un teatro y una biblioteca. La luminosa fachada blanca, de cautivadoras líneas, luce mejor que nunca tras la reforma terminada en el 2015. 

UN RETRATO DE LA VIDA DE LOS AÑOS CINCUENTA

Una visita al Appartement Témoin Perret es como un viaje en el tiempo. Este apartamento totalmente amueblado permite imaginar cómo era la vida familiar durante los años prósperos tras la guerra. Todas las piezas son de los años cincuenta, desde la cocina de gas hasta el tocadiscos del salón.

Appartement Témoin Perret, El Havre, Francia © Philippe Breard / http://ift.tt/2s3jtCS Appartement Témoin Perret, El Havre, Francia © Philippe Breard / http://ift.tt/2s3jtCS

La mesa está puesta y hay ropa en los armarios, solo faltan los miembros de la familia; aunque los guías hacen un buen trabajo dando vida a los personajes ausentes. En resumen, es un retrato íntimo de El Havre y un buen contrapunto a la arquitectura más abstracta que se ve por las ventanas. 

EL FARO ESPIRITUAL DE EL HAVRE

Si hay un edificio que nadie debería perderse en El Havre, este es la Église de St-Joseph. Su monumental fachada, con una torre de 107 m de altura, es visible desde todos los puntos de la ciudad y luce como un faro en la oscuridad de la noche. Su interior rompe con todas las convenciones por la escasez de imágenes de santos y de iconografía católica, y por un altar, situado en el centro del edificio, sobre el cual se alza la torre hacia el cielo.

Église de St-Joseph, El Havre, Francia © Frank Smout Images / Getty Images Église de St-Joseph, El Havre, Francia © Frank Smout Images / Getty Images

El diseño podría haberse considerado desalentador de no ser por los maravillosos vitrales de la torre. Son obra de Marguerite Huré, quien utilizó unas 13 000 piezas de cristal tintado, creadas con la técnica del soplado, como en la Edad Media. El ingenioso uso del color crea diferentes ambientes según el momento del día y la posición del sol.

Es un lugar en el que apetece pasar el rato, y la verdad es que los rojos, dorados y morados de los muros sin adornar tienen un componente muy meditativo. Esta iglesia fue la obra magna de Auguste Perret, y se construyó en memoria de los miles de civiles que murieron en los bombardeos de El Havre.

Por Regis St. Louis, autor de Lonely Planet.

Toda la información sobre el 'ranking' de destinos Best in Europe 2017, aquí.

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miércoles, 28 de junio de 2017

Viajes. Las Rocosas más espectaculares

Las Rocosas canadienses se alzan formando un impenetrable muro de roca y nieves perpetuas sobre las praderas de Alberta y el amplio valle del Rocky Mountain Trench. En el siglo XIX la búsqueda de los pasos naturales a través de la cordillera llevó, primero a cazadores y luego a trabajadores ferroviarios, a descubrir un escenario de extensas lenguas glaciares, lagos color turquesa y picos de roca oscura. Hoy esos tesoros se agrupan en los parques nacionales de Jasper, Banff y Yoho, declarados en 1984 Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

La pequeña ciudad de Jasper es el inicio de la ruta que, a través de la Icefields Parkway, alcanza el parque de Banff, 232 kilómetros al sur. Jasper debe su nombre a Jasper Hawes, empleado de la empresa peletera North West Company, cuya cabaña a orillas del lago Brule fue un punto de avituallamiento e intercambio de pieles para tramperos e indios iroqueses y stoneys entre 1814 y 1817; un siglo y medio después, Sidney Pollack se inspiró en Hawes para rodar Las aventuras de Jeremiah Johnson (1972).

El Parque Nacional Jasper cuenta con la mayor extensión de terreno virgen y especies salvajes del país, además de una red de mil kilómetros de senderos que atraviesa bosques de abetos y amplias praderas. Sobre un mapa, sus casi 11.000 km2 son una gran mancha con solo un par de carreteras en las cercanías de Jasper. Una de ellas remonta el río Maligne, que se abre paso serpenteando entre muros de roca caliza con 55 metros de altura en algunos puntos.

El sendero que recorre el cañón discurre por pasajes increíblemente estrechos hasta llegar al lago Maligne. Es el más grande de las Rocosas y recibe el agua de varias lenguas glaciares que se ven durante el paseo en las embarcaciones que navegan hasta la isla Spirit. Por la noche, desde los campamentos de la orilla, se oye el rumor de las avalanchas que se deslizan por las laderas de Monk Head y los aullidos de los coyotes.

La autovía de los glaciares

La ruta sigue rumbo sur por la Icefields Parkway. Esta carretera fue construida en la década de 1930 para dar trabajo a cientos de desempleados y se diseñó pensando en que su trazado ofreciera sorprendentes vistas panorámicas. Treinta kilómetros al sur de la ciudad de Jasper surge el camino que conduce a las cascadas Athabasca; el eco de sus aguas suena en la distancia como una muestra del poder de los ríos de estas montañas, capaces de horadar profundas brechas en la dura roca. A pocos minutos de las cascadas, aparece el Goats and Glaciers Viewpoint, el mejor punto para ver las cabras de las Rocosas, cuyo pelo blanco destaca sobre los canchales de pizarra.

Hoy el parque recibe siete millones de visitas anuales. Esta gran afluencia ha alejado a los grizzly y los lobos grises a zonas menos accesibles

Después de haber coronado el collado Sunwapta nos topamos con los distintos brazos del campo de hielo Columbia (215 km2), la extensión glaciar más grande de la cordillera, que se asienta sobre la división continental de América del Norte. El Icefield Centre, junto a la misma carretera y frente al glaciar Athabasca, ofrece una introducción al paisaje de las Rocosas a través de exposiciones y rutas en vehículos adaptados. Sin embargo, existe una forma menos multitudinaria de adentrarse en este entorno de hielo: la caminata de cuatro kilómetros que, desde el aparcamiento del Wilcox Creek Campground, lleva hasta las praderas del Wilcox Pass. Desde este collado se ven las lenguas del glaciar, cuyos hielos alimentan los ríos Columbia, Saskatchewan y Athabasca, que desembocan en tres océanos distintos: el Atlántico, el Pacífico y el Ártico.

La Icefields Parkway cruza el Sunwapta Pass y entra en el Parque Nacional de Banff, el más antiguo de Canadá. William Cornelus Van Horne, presidente de la Canadian Pacific Railway y promotor de la reserva, declaró en 1885, año de su fundación: «Si no podemos exportar el paisaje, importaremos a los turistas». Hoy el parque recibe siete millones de visitas anuales. Esta gran afluencia ha alejado a los grizzly y los lobos grises a zonas menos accesibles, pero a primera o a última hora del día y desde la misma carretera es posible ver algún ejemplar del gran oso americano o escuchar el aullido penetrante de un lobo. Resulta mucho más fácil –y más inofensivo– ver wapitis (ciervo canadiense) y coyotes, especialmente si se circula por la Bow Valley Parkway, que conecta las localidades de Lake Louise y Banff.

Canada? 162-3

Los lagos Peyto y Moraine son los paisajes icónicos más reconocibles de este veterano parque. El contraste de sus aguas turquesas con las tupidas líneas de abetos que crecen a sus orillas y las paredes de roca y hielo que los rodean, convierten la escena en una imagen de una perfección casi irreal. El lago Peyto cuenta con un mirador, pero las mejores vistas se disfrutan desde el Bow Summit Lookout, a tres kilómetros del aparcamiento.

En cuanto al lago Moraine, a diez minutos de Lake Louise, lo más recomendable es recorrer su perímetro por el Lakeshore Trail y así admirar el sensacional grupo de cimas de más de 3.000 metros que coronan el valle de Ten Peaks. Contemplar el reflejo de las cumbres con las primeras luces del día filtrándose a través del muro rocoso es inolvidable.

A la altura de la población de Lake Louise, la Icefields Parkway se cruza con la Trans Canadian Highway, la carretera que atraviesa el país de costa a costa y que conecta con el Parque Nacional de Yoho. Los indios cree usan la exclamación «yoho!» para describir sorpresa y admiración, un nombre perfecto para los escarpados picos que hace un par de siglos plantearon a la Canadian Pacific Railway su mayor desafío.

Si hubiera que destacar Yoho del resto de parques sin duda sería por sus cascadas. Riendo Falls, Twin Falls, Wapta Falls y Takakkaw Falls, esta última con 380 metros de caída, son por sí solas el objetivo de cortas excursiones. El otro tesoro natural de Yoho lo constituyen los lagos. El deshielo de los glaciares es el responsable de los matices del color de los lagos Emerald y O’Hara, ambos accesibles por carretera, aunque en verano se restringe la entrada de vehículos. Este último es el punto de partida del Lake Oesa Trail, una de las sendas más bonitas de esta reserva.

Regresar a la autopista rumbo a Vancouver demuestra que el corazón de las montañas Rocosas es mucho más amplio que los límites de sus parques. Circulando con bosques a lado y lado, uno siente que este territorio salvaje no ha perdido el magnetismo que cautivó a los primeros exploradores.

PARA SABER MÁS

Documentos: pasaporte

Idioma: inglés y francés.

Moneda: dólar canadiense.

Diferencia horaria: 8 horas menos en verano.

Cómo llegar: Vancouver y Calgary reciben los vuelos procedentes de Europa. Desde España se hace escala en una ciudad europea. Ambos aeropuertos disponen de alquiler de vehículos y autobús al centro.

Cómo moverse: El coche y la autocaravana son el mejor transporte para recorrer las Rocosas. El tren de Vancouver tiene parada en Lake Louise.

Alojamiento: Hay hoteles y zonas de acampada para autocaravanas a lo largo de toda la Icefields Parkway.

Parques Nacionales de Canadá

Rocosas de Canadá



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martes, 27 de junio de 2017

España. Pueblos con encanto en la Costa Brava

Acantilados que impresionan, playas y calas de arena dorada y paisajes típicos del Mediterráneo forman la postal más emblemática de la Costa Brava, en Girona. Es sin duda uno de los lugares más bonitos de Cataluña y allí el viajero encontrará desde antiguos pueblos de pescadores con sabor marinero hasta villas medievales de interior o el impresionante legado del artista Salvador Dalí. Lo mejor es recorrer la zona tranquilamente en coche e ir parando en cada rincón que llame nuestra atención. A continuación, de norte a sur, te proponemos 10 de algunos de los pueblos más bonitos de la Costa Brava, aunque la lista podría ser mucho más amplia.



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lunes, 26 de junio de 2017

Periodismo viajero. VALLE DE BOÍ: BIENVENIDOS A LA EDAD MEDIA

Sus pueblos medievales e iglesias románicas, declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, configuran hoy una ruta que no tiene desperdicio.

 

Con más de 10.000 obras conservadas, el patrimonio románico español es el mejor y más bello testimonio de la transformación cultural que se operó en España allá por el año 1000. Encontramos magníficos ejemplos de ese maravilloso legado cultural y artístico a lo largo y ancho de toda nuestra geografía, pero es en la provincia de Lérida, y muy concretamente en el valle de Boí, donde aparece uno de los conjuntos de iglesias románicas más notables del mundo.

Vista del valle

La orografía extrema y las características climáticas en este privilegiado enclave natural han engendrado núcleos humanos reducidos y muy próximos los unos de los otros: Caldes de Boí, Taüll, Boí, Llesp, Erill La Vall, Barruera, Cóll, Cardet y Durro. Todos ellos conforman un conjunto de tesoros medievales y religiosos fuera de lo común. Nos encontramos en un valle angosto, que no lleva a ninguna parte, y que un hombre puede andar y desandar en una jornada.

Cardet. Esta iglesia conserva una pequeña cripta, la única de todo el conjunto románico

St. Quirc de Durro

Barruera

Aquí, en el valle de Boí, el paisaje –fascinante- es un envoltorio de lujo. Lo que pesa, lo que de verdad importa aquí, es ese conjunto de iglesias románicas casi clónicas, abismadas en esos pueblecitos que conservan el olor a estiércol y a huerta. Evidentemente, son estas iglesias románicas el hilo conductor para el viajero. Aunque no es el único. Si por un lado está este tesoro insólito arquitectónico, un poco más arriba está el parque nacional de Aigüestortes, que protege alguno de los paisajes primordiales de los Pirineos. En fin, un festín que hay que saborear sin prisas.

Parque Nacional estany Llebreta

Excursiones por el parque de Aigüestortes

 

DÓNDE DORMIR

Aparthotel Augusta ****.  39 confortables apartamentos. Spa y restaurante Augusta.

Boí Taüll Resort ***. (Pla de l´Ermita s/n. Tel. 973 696 026. Taüll). Construcción moderna de tres pisos al estilo pirenaico, en piedra y pizarra. Bien dotado de instalaciones deportivas. A 20 kilómetros de la entrada del valle se encuentra el Parador de Turismo (ctra. Baqueira-Beret, s/n. Tel. 973 640 801. Arties). Con piscina, restaurante y gimnasio, esta construcción típica de montaña es del siglo XVIII y ha obtenido el certificado de calidad turística otorgado por ICTE.

Hotel Románic***.  41 habitaciones muy amplias, hasta 4 personas.

Hotel Taüll **. 67 habitaciones dobles.

Apartamentos La Solana. Ideal para familias o grandes grupos.

Apartamentos Residencial. Pequeño edificio tranquilo. Tarto familiar.

DÓNDE COMER

El Caliu (C/ Feixanes, 11. Tel. 973 696 212. Taüll). Platos típicos de la cocina tradicional catalana. Ambiente acogedor y muy agradable. Postres caseros.

Restaurante Villa Maria (Ctra. Caldes de Boí. Tel. 973 691 029). Cocina típica de la región. Una de sus especialidades es el magret de pato con salsa agridulce. http://ift.tt/2scEQRx

El Mallador (tel. 973 696 028). Este restaurante se encuentra junto a la iglesia de Sant Ciment de Taüll. Especialidades típicas de la región.

QUÉ HACER

Un viaje por las iglesias románicas del valle de Boí debe incluir ineludiblemente las siguientes paradas:

Taüll. Pequeño centro histórico que acoge la más que fotografiada iglesia de Sant Climent de Taüll, con su característico campanario y auténtica joya románica de los siglos XI y XII. Hay que disfrutar del vídeo-mapping.

Boí. Pequeño y laberíntico pueblo con casco histórico de aire medieval. Hay que visitar la iglesia de Sant Joan, uno de los primeros templos románicos del valle, del siglo XI.

Desde aquí se puede acceder al parque nacional de Aigüestortes,.

Caldes de Boí. Balneario que utiliza las aguas medicinales que aquí manan en un paraje situado a 1.500 metros de altitud.

Erill la Vall. Destaca el centro histórico medieval y su iglesia románica dedicada a santa Eulalia,.

Durro. Mantiene las tradiciones y la arquitectura popular del valle, con dos grandes tesoros: la iglesia de la Santa María de la Natividad, del siglo XII, y la ermita de Sant Quirze, a 1.500 metros de altitud.

Barruera. Destaca la iglesia románica de sant Feliu, del siglo XI.

Cardet. Aquí destaca la iglesia románica de Santa María, de los siglos XI y XII.

Coll. Iglesia de la Asunción.

EN EL PARQUE NACIONAL DE AIGÜESTORTES

Es uno de los mejores parques Nacionales de Europa. En el Valle de Boí se encuentran dos de sus entradas naturales. La entrada por Aigüestortes y la entrada por Cavallers. Hay muchas y diferentes actividades para disgrutar la naturaleza en su maxino explendor.

MÁS INFORMACIÓN. www.vallboi.cat

 

 



via Oriol Pugés http://ift.tt/2sHu8pl

jueves, 22 de junio de 2017

Viajes. Costa Daurada, una región llena de historia

Al sur de Cataluña, se encuentra una región donde, uno tras otro, los distintos pueblos que habitaron la zona dejaron su impronta. Una franja litoral con playas de arenas doradas, bosques mediterráneos, aguas traquilas, una gastronomía variada... Seis comarcas y trece municipios forman la Costa Daurada, una de las grandes joyas culturales e históricas que se asoman al Mediterráneo.

Un ejemplo de ello son las montañas de Prades que albergan un interesante grupo de cuevas y abrigos rocosos en el que desarrollaron su arte los distintos pueblos prehistóricos que ocuparon todo el arco mediterráneo peninsular.

En concreto, este conglomerado de sierras prelitorales catalanas acoge hasta 15 asentamientos en los que se han localizado pinturas que se remontan a 6.000 años de antigüedad, principalmente del Neolítico pero también del final del Paleolítico. Las representaciones más esquemáticas y abstractas corresponden a los pastores y agricultores. Las más figurativas, a los cazadores-recolectores.

Para entender este arte y cómo vivieron quienes lo realizaron es interesante una visita al Centro de Interpretación del Arte Rupestre de Montblanc, donde paneles y dioramas proporcionan información sobre la configuración geológica, la flora y la fauna de la zona. Además, los visitantes conocerán los materiales empleados en las pinturas, las técnicas de ejecución y su simbología. Los guías del centro dirigen las visitas a las cuevas y abrigos.

En L’Espluga de Francolí, los aficionados a la Prehistoria encontrarán la sorprendente Cova de la Font Major, una de las siete cuevas más largas del mundo y de las pocas que se extiende parcialmente bajo el subsuelo del casco urbano. Otra de las singularides del espacio es haber sido convertido en museo. Los más de 3,5 km de longitud están equipados con paneles y dioramas. Los visitantes más aventureros podrán adentrarse en compañía de un guía en el río subterráneo que da lugar al nacimiento del Francolí.

El legado romano en Tarragona

La ciudad de Tarragona está declarada Patrimonio de la Humanidad por su magnífico legado romano. La destellante luz y el buen clima del emplazamiento parece que enamoraron a los romanos, que construyeron en primer lugar la muralla que todavía rodea casi todo el casco antiguo y que constituye una de sus señas de identidad.

Además de esta construcción defensiva, la capital tarraconense conserva la trilogía de edificios que distinguían a cualquier capital –recordemos que Tarraco lo fue de la Hispania Citerior–: el teatro, el circo y el anfiteatro. Este último es el más impresionante, levantado junto al mar Mediterráneo. Albergaba todo tipo de espectáculos, desde lucha de gladiadores a exhibiciones atléticas pasando por suplicios de muerte a los cristianos. En sus gradas formadas con sillares se ofrecía aforo para 15.000 personas.

El teatro, construido en la época de Augusto, aprovechaba el desnivel natural del terreno para una parte de las gradas. Tanto el hemiciclo como el espacio escénico se pueden contemplar perfectamente desde un mirador construido a tal efecto.

El circo, uno de los más bien conservados de Occidente, era el lugar donde se desarrollaban las carreras de caballos y carros. 30.000 personas rugían ante el espectáculo, en un espacio localizado ahora en el interior del entramado urbano.

Dentro del casco antiguo se hallan otros espacios emblemáticos, como el Fórum de la Colonia, centro religioso y social de la ciudad, y el Fórum Provincial, que fue primero zona militar pero que luego se convirtió en centro político y administrativo donde quedan restos de la antigua Audiencia.

En un parque boscoso situado en el extremo noroccidental de Tarragona se halla uno de los monumentos romanos más apreciados por sus habitantes: el Pont del Diable. Se trata del Acueducto de las Ferreres, fragmento de una canalización de agua que se halla en una espectacular hondonada.

Al norte de la ciudad de Tarragona, en Altafulla, encontramos la villa romana de Els Munts, propiedad de un alto cargo de la administración de Tarraco ocupada hasta el siglo vi. Y en el término de Constantí, la villa romana de Centcelles conserva una cúpula con un espectacular mosaico que presenta escenas de caza y bíblicas.

En las afueras de Tarragona está la cantera del Mèdol, de la que se extrajeron más de 50.000 m3 de piedra caliza que sirvieron para construir los principales monumentos

Junto a la carretera N-340 se sitúa el magnífico monumento funerario del siglo i de la Torre dels Escipions. Se trata de la tumba más famosa de la zona. La piedra triangular que la corona no se ha conservado, pero sí el pilar principal, con dos altorrelieves que representan al dios Atis. En el interior de los sillares se guardaba el ajuar de los difuntos.

Más al norte, ya en Roda de Berà, el Arc de Berà es un monumento del siglo i a.C. dedicado al emperador Augusto y sirvió para delimitar el territorio de ilérgetes y cossetanos.

Conventos y castillos medievales

Seguir la huella de las construcciones medievales es uno de los viajes más enriquecedores de las zonas interiores de la Costa Daurada. Hallamos dos monasterios cistercienses, una cartuja y pueblos perfectamente conservados en su estructura milenaria.

El monasterio de Santes Creus remonta sus orígenes al año 1150, cuando se ubicó cerca de Barcelona, pues sus benefactores, la poderosa familia Montcada, deseaba que fuera el lugar de su panteón familiar. Pero tan solo veinte años después comenzó a construirse el cenobio actual ya en el emplazamiento a orillas del río Gaià.

Santes Creus pronto se convirtió en uno de los más importantes centros monásticos de la Corona de Aragón. Ahora los visitantes pueden admirar su arquitectura solemne y serena, en la que destacan la iglesia, el claustro y la sala capitular, completadas con el refectorio, el locutorio, el scriptorium y el dormitorio.

Santes Creus acoge parte del panteón real catalán. Son imponentes el sepulcro de Jaime II (junto a su esposa, Blanca de Nápoles) y el de Pedro III, a cuyos pies se halla la tumba del bravo almirante Roger de Llúria. Uno de los elementos más significativos del monasterio es el claustro. En los capiteles de sus columnas hallamos talladas las imágenes de seres mitológicos y criaturas fantásticas sin nombre, en ocasiones incluso luchando entre ellos.

Poblet, Patrimonio de la Humanidad desde 1991, es el mayor monasterio cisterciense de Europa

Al traspasar la imponente Puerta Dorada de su muralla se entra en un espléndido complejo donde enseguida admiramos la mezcla de estilos arquitectónicos.

El cenobio de Poblet fue también panteón real desde mitad del siglo xiv. Son magníficos los sepulcros del interior de la iglesia, el retablo en mármol de Damià Forment, el claustro y el palacio del rey Martín el Humano, obra capital del gótico civil catalán y sede del museo. El monasterio está rodeado por unos bosques de gran valor ecológico, más de 2.000 hectáreas protegidas como Espacio Natural de Interés Nacional.

Montblanc, una de las villas medievales más bellas de Cataluña, está encerrada entre sus murallas. En el Portal de Sant Jordi se dice que el caballero dio muerte al legendario dragón. En el casco antiguo, hay que visitar la iglesia de Santa Maria la Major, la judería y el Palacio Real, además del encantador Pont Vell sobre el río Francolí.

Al sur, en la comarca del Priorato –a la que da nombre– sobresale la Cartuja de Escaladei. Su nombre le viene dado por el sueño de un pastor, que vio cómo los ángeles subían al cielo desde aquí remontando una escalera pétrea. Este entorno solitario fue idóneo para el voto de silencio de los monjes cartujanos que se instalaron en el enclave a partir del siglo xii, siendo la primera comunidad de la Península Ibérica de la orden de san Bruno.

En la ciudad de Tarragona, presidiendo una escalinata, su catedral es un hermoso ejemplo del gótico temprano. Frente a ella tienen lugar eventos tradicionales, como las exhibiciones de castells y los desfiles de carnaval.

Joyas modernistas de campo y ciudad

La frase «Reus, París, Londres» no es una ocurrencia graciosa. La capital del Baix Camp era, en el siglo xix, la ciudad que fijaba en primer lugar las cotizaciones del mercado de destilados del alcohol, por delante de las capitales francesa y británica. En aquella época Reus se consideraba la segunda ciudad de Cataluña en importancia, por detrás de Barcelona. Ese próspero empuje económico generó la construcción de un número enorme de edificios modernistas, el estilo más rompedor del momento.

Reus conserva de aquel momento de auge hasta 80 inmuebles en el interior de su término que conforman un sensacional atractivo cultural. Desde la misma Plaça Mercadal, epicentro de la ciudad, se puede comenzar con la Casa Navàs, un proyecto de Lluís Domènech i Montaner. Aunque dañado parcialmente durante la Guerra Civil, este edificio es singular porque conserva todos sus elementos originales: muebles, cortinajes, lámparas, cerámica, vitrales...

En la misma plaza los visitantes tienen a su disposición el Centre Gaudí, el único centro de interpretación sobre la vida y obra del hijo más ilustre de Reus. Allí se descubre cómo influiría Antoni Gaudí en toda una generación de arquitectos, como Josep Maria Jujol, autor del Teatro Metropol, o Cèsar Martinell, que dejó su huella en las llamadas Catedrales del Vino.

Entre los 26 edificios que integran la Ruta Modernista de Reus destaca una obra situada en las afueras: el Instituto Pere Mata. Diseñada por Lluís Domènech i Montaner, esta institución psiquiátrica fue construida siguiendo el esquema de conjunto de pabellones. Se puede visitar el denominado Saló dels Distingits, un despliegue de buen gusto, desde el suntuoso comedor decorado con cerámica que representa naranjos a las salas de ocio, pasando por las habitaciones y los baños.

El modernismo no tuvo solo representación en los núcleos urbanos: llegó también al mundo rural, principalmente con la construcción de sedes de cooperativas agrícolas. Esparcidos por toda la demarcación de Tarragona hallamos estos sorprendentes edificios, que conjugan a la perfección belleza y funcionalidad, en localidades como Barberà de la Conca, l’Espluga de Francolí, Montblanc, Nulles o Rocafort de Queralt.

El escritor Àngel Guimerà las bautizó como Catedrales del Vino, pues la mayoría son bodegas que se distinguen por sus dimensiones, con naves centrales sostenidas por arcos parabólicos, muy luminosas gracias a sus ventanales a los cuatro vientos y fachadas con una uniformidad estética.

Sabores intensos de Cataluña

La cocina de la Costa Daurada pone el mar Mediterráneo en el plato y lo combina con los frutos de la tierra. Docenas de kilómetros de costa con una gran tradición marinera y pesquera y unos territorios de interior con una rica gastronomía de huerta y montaña brindan un recetario variado y saludable.

La calidad de los vinos y cavas de la Costa Daurada es mundialmente conocida, con hasta siete denominaciones de origen

Muchos de los ingredientes de la zona cuentan con sellos de calidad. En invierno aparece el singular calçot, una variedad de cebolla que se come braseada y con una salsa específica. Lo mismo sucede con el xató, clásica ensalada con bacalao y la misma salsa. En verano, pescados azules. En otoño, estofados de caza, como el jabalí. Y todo el año, los arrossejats, las truites en suc y dulces autóctonos como el menjar blanc de Reus.

Pero, además, en la zona existe una gran tradición en la elaboración de vermut. Se produce en muchas localidades, tanto embotellado como a granel. Ello ha dado lugar en Reus al mayor museo del mundo dedicado a este licor aperitivo.

Castells: fuerza, equilibrio y valor

Los grupos de castellers son una tradición que, en las comarcas del Camp de Tarragona, se remonta a dos siglos atrás. La práctica de levantar torres humanas se fue extendiendo desde la ciudad de Valls por el resto del territorio catalán y, ahora, la temporada es uno de los eventos más esperados del año, por su componente de emoción, trabajo colectivo, esfuerzo, entreno e integración.

En los días festivos de los meses más cálidos del año, las colles se reúnen en las plazas de pueblos y ciudades para, ataviados con sus tradicionales pantalones blancos, camisa de color distintivo del grupo y faja, elevar construcciones que llegan a tener hasta diez pisos de altura y requieren de la participación de cientos de personas que sostienen, físicamente y con su aliento, los frágiles edificios humanos, coronados en un estallido de júbilo por el miembro más pequeño y ligero del grupo, el enxaneta.

Las colles se reunían antes por pura rivalidad local, pero ahora compiten en concursos que proporcionan gran prestigio. Esta tradición de alzar torres humanas fue declarada en 2010 Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, y ha provocado que se constituyan colles en diferentes países del mundo.



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Pachinko. Qué ver en Madeira, una semana en la isla de la eterna primavera

Fotos de Madeira, Pau en Ribeira da Janela

Por su privilegiada situación en mitad del Atlántico y su afable clima, Madeira es conocida como la isla de la eterna primavera. Para nosotros ha sido uno de los destinos más sorprendentes y acogedores de cuantos hemos visitado este año, pues su mezcla de exuberante naturaleza y pueblecitos marineros la dotan de incontables atractivos que cautivarán desde el primer instante al viajero.

Madeira siempre ha sido muy codiciada por su estratégico emplazamiento y su historia ha estado siempre muy ligada al espíritu aventurero y explorador de Portugal. Formada tras una violenta explosión de origen volcánico, está repleta de regalos para la vista y el alma que harán que se te acelere el corazón. Bosques de laurisilva de un verde intenso, calas y playas de piedras color azabache, picos que se pueden conquistar por cientos de senderos y levadas… acompáñanos en este viaje fascinante en el que te descubriremos todo lo que puedes ver y hacer en Madeira.

¿Cómo se llega a Madeira?

Fotos de Madeira, avion de TAP Portugal

Dispones de varias alternativas para llegar al Aeropuerto Internacional Cristiano Ronaldo (estuvimos por allí sólo una semana antes de que le cambiaran el nombre), aunque una de las más ineresantes es volar con TAP Portugal porque dispone de hasta ocho vuelos directos al día desde Lisboa. Entre la capital portuguesa y el archipiélago se tarda aproximadamente una hora y 40 minutos. Además, entre Madrid  y Lisboa hay hasta siete trayectos cada día a precios muy competitivos

El aeropuerto de Madeira siempre ha sido considerado como uno de los más peligrosos del mundo para aterrizar (tal y como nos cuentan nuestros amigos de Chavetas), pero con las reformas que hicieron en 2003 se alargó la pista y se ha reducido muchísimo el riesgo. Así que podéis volar tranquilos que no hay ningún problema. Una vez aterrices en el Aeropuerto Internacional Cristiano Ronaldo es muy sencillo llegar hasta el centro de Funchal, ya que sólo hay 16 kilómetros de distancia. Tienes un autobús que parte cada hora desde la terminal a la ciudad en un trayecto que dura unos 15 minutos. No obstante, si vas con mucho equipaje o te diriges a otro punto de la isla también puedes reservar el traslado desde el aeropuerto a tu hotel por sólo 10 euros.

¿Cuantos días me recomiendas estar en Madeira?

Fotos de Madeira, playa de Faja dos Padres

Siempre solemos decir que responder a esta pregunta es muy relativo y depende del tiempo del que disponga cada viajero. No obstante, nos vamos a mojar y te diremos que el tiempo mínimo deseable para tener una primera toma de contacto con el archipiélago de Madeira rondaría entre los 5 y 7 días. Si puede ser una semana mucho mejor.

En Madeira encontrarás algunos de los paisajes de naturaleza más espectaculares de Portugal, así que no olvides poner en la maleta unas botas de montaña, ropa para actividades naúticas y algo más elegante para la noche de Funchal.

¿Es cara la vida en Madeira?

Fotos de Madeira, Ribeira Brava

Si has viajado a otros lugares de Portugal ya sabrás que la vida suele ser más barata que en las principales capitales españolas. Sin embargo, en Madeira tu bolsillo no notará tanto la diferencia como en otros destinos de nuestro país vecino.

Es probable que en restaurantes y alojamientos las tarifas sean un poco más asequibles que en España, pero tampoco esperes una gran diferencia.

¿Dónde alojarte en Madeira?

Fotos de Madeira, carros de cesto en Funchal

El archipiélago de Madeira tienen una excelente oferta de alojamientos para todo tipo de viajeros. Lo cierto es que existen pocos campings en la isla principal, pero muchos apartamentos, B&B y especialmente hoteles de todas las categorías.

Nuestra base de operaciones estuvo en Funchal, ya que nos alojamos en el espectacular Vidamar Resorts Madeira. No obstante, para ponértelo fácil puedes buscar aquí los mejores hoteles en Madeira para tu viaje.

¿Qué comer en Madeira?

Fotos de Madeira, lapas

Ya sabes que uno de los principales alicientes de cualquier viaje a Portugal es su gastronomía y Madeira no es una excepción. Además, al ser una isla aporta sus propios matices marineros y sabores tropicales logrando una combinación realmente interesante. No te puedes ir del archipiélago sin degustar una caldeirada de pescado, las sorprendentes lapas o si te gusta la carne de ternera la espetada en pau de lauro. También nos hicimos adictos al bolo do caco, una especie de pan tradicional que no puedes dejar de comer. Además, seguro que más de un lugareño te tienta con la poncha, una bebida alcohólica elaborada con ron blanco, zumo de limón y miel de caña. Está muy rica, pero mejor tomarte una que tres.

En cuanto a restaurantes, probablemente el que más nos cautivó por su situación fue Fajã Dos Padres. Está enclavado en una preciosa playa de piedras rodeada de campos de hortalizas y frutales. También es muy recomendable la Quinta Do Furao en Santana que está emplazado sobre unos acantilados en la costa noreste. Para probar la espetada en pau de lauro y disfrutar de música tradicional en directo puedes visitar la Adega da Quinta en Funchal.

¿Qué ver en Madeira?

Fotos de Madeira, Pau en la Punta de San Lorenzo

Un clima espectacular durante todo el año, volcanes, ríos subterráneos, selvas y bosques de laurisilva, playas de arena negra, picos donde llega a nevar en invierno… los atractivos de este archipiélago perdido en mitad del océano Atlántico son infinitos y muy sorprendentes. Por si estás preparando un viaje a este paraíso de la Macaronesia, te recomendamos qué ver y hacer en Madeira en una semana.

  • Lo más probable es que los primeros instantes en Madeira los pases en su capital Funchal. Está repleta de jardines y parques, monumentos y fortalezas que datan de la época de los exploradores o calles empedradas con unos mosaicos que son auténticas obras de arte. Los aromas a mar y fruta tropical se entremezclan con los sonidos del fado y los vientos que llegan desde los acantilados cercanos. Aquí te recomendamos todo lo que puedes ver en Funchal.
  • Desde Funchal puedes ir en coche hasta el Pico do Arieiro. Puede ser una de las primeras excursiones que hagas en Madeira, ya que desde su mirador ubicado a 1.818 metros de altitud puedes hacerte una idea de la fisonomía de la isla principal. Desde ese punto se teje una madeja de senderos que son un verdadero tesoro para los amantes de las caminatas en la naturaleza y que llegan incluso al punto más alto de Madeira, el Pico Ruivo.
  • En tu camino hacia la parte más septentrional de la isla encontrarás muchísimos miradores y balcones que te regalan unas vistas de vértigo. Uno de los mejores del interior de Madeira es el denominado Curral das Freiras, un valle que sirvió durante muchos años a los lugareños para refugiarse de los constantes ataques de los piratas.
  • El norte de Madeira es realmente imprescindible, casi en su totalidad. Si empezamos por el oeste, el primer lugar que deberíamos visitar es Porto Moniz. La localidad sólo tiene unos 3.000 habitantes y su pasado está vinculado con los balleneros. Sin embargo, lo que hoy en día llama más la atención de este pequeño municipio son sus espectaculares piscinas naturales excavadas en la roca.
  • A menos de diez minutos en coche de Porto Moniz podrás divisar los preciosos Islotes de Ribeira Da Janela. De las profundidades del océano emergen altivas varias formaciones de lava que dibujan una de las imágenes más pintorescas del archipiélago frente a las playas de roca negra.
  • Continuando por la costa norte de Madeira llegarás a las grutas y el centro de vulcanismo de Sao Vicente. Es una excursión muy sencilla que permite adentrarte en unas preciosas cuevas para que entiendas mejor como se formó esta fascinante isla de origen volcánico. En las profundidades podrás observar peculiares formaciones y algunos de los tubos por los que circuló la lava hace 400.000 años.
  • Siguiendo la ruta del norte y llegando al oeste de la isla tenemos que hacer una parada obligatoria en Santana. Con menos de 3.500 habitantes, esta pequeña localidad es de las más visitadas de Madeira por sus casas tradicionales de forma triangular con techos de paja muy inclinados. En la actualidad, se conservan cerca de un centenar de estas edificaciones.
  • Muy cerquita de Santana tienes la posibilidad de descubrir uno de los grandes tesoros de Madeira, el sendero do Caldeirão Verde que trascurro junto a una de las famosas levadas. Se calcula que en el archipiélago hay cerca de 2.200 kilómetros de levadas, un laberinto de caminos que se han convertido en uno de los mayores reclamos para senderistas de todo el mundo, especialmente para aquellos que quieren caminar dentro de los espesos bosques de laurisilva. Es una gozada caminar entre un collage de verdes intensos y ramas que se retuercen como si fueran a cobrar vida o divisar alguna de las altísimas cascadas que se precipitan a toda velocidad ladera abajo. Aquí puedes reservar una excursión por el este de Madeira con caminatas por las levadas.
  • Después de haber disfrutado del norte de la isla, podemos regresar a Funchal y explorar el sur. Desde la capital puedes pasarlo en grande con paseos en barco o hacer una excursión para avistar ballenas. En el entorno de Madeira podrás ver hasta 28 especies distintas de cetáceos, aunque los más comunes son los delfines y los calderones.
  • Puedes aprovechar la travesía para ver ballenas para que te dejen en el amarre del restaurante Fajã Dos Padres. Lo que convierte en único a este lugar es que sólo se puede acceder desde el mar o descendiendo el acantilado en un funicular que se ha habilitado para la ocasión. No te olvides de reservar y de ir con calma, pues es de esos lugares que merece una sobremesa larga.
  • A unos 30 minutos en coche de Funchal en el sureste de Madeira se encuentra la maravillosa Ponta de São Lourenço que para nosotros es el mirador más increíble de la isla. Se trata de una lengua de tierra de unos 9 kilómetros que se adentra incisivamente en el mar. Los paisajes son muy rocosos y tienen un color rojizo muy peculiar. En días despejados se puede divisar Porto Santo y las Islas Desertas.
  • También en el sur de la isla, pero más cerquita de Funchal, puedes asomarte en una plataforma transparente al abismo del Cabo Girao. Este lugar se alza sobre uno de los acantilados más altos de Europa y uno de los más elevados del mundo con sus 580 metros sobre el mar. En sus alrededores se encuentra la Capilla de Nuestra Señora de Fátima. También puedes llegar al Cabo Girao caminando por la Levada do Norte.
  • Muy cerquita queda la preciosa localidad de Ribeira Brava. Es un pueblecito costero que tiene un centro urbano precioso donde destaca la parroquia de Sao Bento. También podrás visitar una torre circular cerca del paseo marítimo y su singular mercado municipal.

¿Qué lugares de Madeira te quedaste con ganas de ver?

Fotos de Madeira, Pico do Arieiro

Aunque nuestro viaje a Madeira fue muy completo, lógicamente en una semana no te da tiempo a disfrutar de todos los rincones del archipiélago. Por ejemplo, nos hubiera gustado tener más tiempo para conocer mejor los pueblos pesqueros de Caniçal, Jardim do Mar, Machico o Cámara de Lobos.

También tener algo más de tiempo en Funchal para visitar la Fortaleza do Pico o el célebre Museo da Quinta das Cruzes. Además, no nos hubiera importado darnos un chapuzón en las preciosas playas de arena de Porto Santo. Aunque pasamos brevemente por esta pequeña isla no la pudimos conocer en profundidad.

¿Cómo me muevo por Madeira?

Fotos de Madeira, piscinas naturales de Porto Moniz

Las dimensiones de la isla principal no son descomunales, aunque lo mas recomendable para moverte por Madeira es disponer de un coche de alquiler y marcar tu propio ritmo. Existe la posibilidad de moverte en transporte público, pero te perderás la mayoría de rincones de naturaleza ya que suelen parar en los núcleos urbanos.

Otra opción interesante es hacer alguna excursión en jeep, especialmente para los que estén interesados en los paisajes y rincones naturales de la isla. Nosotros llegamos hasta rincones espectaculares con la gente de Green Devil Safari.

Siempre es recomendable llevar un buen seguro de viaje

Fotos de Madeira, Cabo Girao

Y recuerda que cuando viajas al extranjero siempre es conveniente estar protegido por lo que pueda pasar. Te recomendamos hacer un viaje a Madeira con una buena póliza que te cubra en destino posibles accidentes, hospitalizaciones por enfermedad o contratiempos que puedan suponer un sobrecoste en tu presupuesto de viaje (ten en cuenta que la hospitalización o atención médica en muchos países es extremadamente cara). En nuestro caso para viajar a Madeira u otros destinos utilizamos el seguro de viaje de Intermundial porque tiene una cobertura superior a la media y ofrecen siempre un trato personalizado y rápido. Puedes contratar directamente aquí el Seguro de viaje de Intermundial que mejor se adecué a tu tipo de viaje.

¿Te han parecido útil esta guía sobre qué ver en Madeira en una semana? Si ya has estado en el archipiélago, ¿te gustaría recomendarnos otros lugares que no aparecen en esta lista? ¡Esperamos tus comentarios!

Dispones de más información sobre este fabuloso destino en la página web oficial de Visit Madeira.

Galería de fotos de Madeira

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