jueves, 28 de febrero de 2019

Pachinko. Excursión al Fushimi Inari de Kioto, puertas rojas a través de un paraguas transparentes

Fotos de Kioto en Japón, Fushimi Inari

La excursión al santuario Fushimi Inari de Kioto (o Fushimi Inari Taisha) es imprescindible, ya que probablemente se trata del lugar de oración sintoísta más conocido fuera de Japón. Sus famosas torii o puertas rojas quedaron grabadas en la memoria colectiva gracias a la adaptación cinematográfica que Rob Marshall hizo en 2005 de la novela Memorias de una geisha. Ese momentazo en el que la niña Sayuri corre a través del pasillo de color escarlata para pedirle un favor al dios Inari provocó que las visitas a este oratorio crecieran de forma exponencial, especialmente entre los turistas extranjeros.

En nuestros dos primeros viajes a Japón no habíamos tenido la oportunidad de conocerlo, así que la visita al Fushimi Inari era una espinita que teníamos clavada desde hacía casi una década. En ese sentido, corríamos un grave peligro de que unas expectativas demasiado altas emborronaran unos recuerdos casi idílicos de nuestra primera estancia en Kioto. Quizá por eso decidimos ser más cautos, aunque la lluvia, que no cesaba de caer esos días en la región de Kansai, nos ayudó a rebajar nuestras perspectivas. Tocaba abrir los paraguas transparentes que habíamos comprado por pocos yen en un conbini.

Excursión al Fushimi Inari de Kioto

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, los torii o puertas rojas

Además de ser muy atractivo por las referencias cinéfilas, con la excursión al Fushimi Inari de Kioto estarás visitando uno de los santuarios sintoístas más antiguos de todo Japón (s. VIII). Como su nombre indica está dedicado a Inari, una deidad muy importante para los comerciantes y gente que busca la buena suerte en temas relacionados con los negocios. Además de sus 4 kilómetros de puertas rojas, este lugar de oración emplazado al sur de Kioto está repleto de estatuas de kitsune, un zorro que está considerado el mensajero de Inari. Acompáñanos en este paseo por uno de los mejores lugares para visitar en Kioto.

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Cómo llegar al santuario Fushimi Inari de Kioto

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, tren

Antes de afrontar nuestro tercer viaje a Japón (el primero viajando con niños), teníamos previsto alojarnos en Kioto. Un par de meses antes de nuestro periplo descubrimos que no quedaba ni una habitación libre en la ciudad, así que nos tocó quedarnos en Osaka (aquí puedes buscar los mejores alojamientos en Kioto). ¿Sería por la floración de los cerezos o es que el aumento de turistas en la última década había sido desproporcionado?

En ese sentido, tuvimos que pillar un shinkansen o tren bala que en una media hora nos dejó en la preciosa estación central de Kioto. Lo más sencillo para llegar hasta el santuario Fushimi Inari desde allí es tomar la línea JR Nara Line Local en los andenes 9 y 10, cuyo trayecto duro sólo 5 minutos. Los trenes son de color verde y tienen un aspecto un tanto vintage como el de la foto.

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, torii de entrada

Una vez sales por la puerta principal de la estación, el santuario se encuentra a pocos minutos a pie. Enseguida verás un gran torii rojo que marca el inicio de una cuesta y la entrada a este célebre lugar de oración enclavado a los pies de una montaña. Si no te atreves o no te apetece visitar Kioto y la zona de Fushimi Inari por tu cuenta, otra opción muy interesante es hacer una excursión a Nara e Inari con guía en español, que sale especialmente a cuenta cuando sois varias personas.

Visita al santuario Fushimi Inari de Kioto

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, torii y edificio principal

El cielo estaba muy triste aquel día de abril. Tanto que parecía que iba a llorar en cualquier momento. El gris del firmamento contrastaba de una forma extraordinaria con el rojo intenso de los los pabellones del santuario o con el penetrante verde de los árboles que rodeaban el recinto. Parecía que la lluvia nos iba a dar una pequeña tregua y pudimos echar un vistazo a los edificios principales y a las numerosas tiendas de amuletos y souvenirs que había en la plaza principal.

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, pabellon

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, ceremonia

Pese al mal tiempo y que era temprano había bastante gente. Ten en cuenta que el Fushimi Inari de Kioto está abierto las 24 horas del día y la entrada es totalmente gratuita, así que puedes intentar jugar con horarios y fechas poco habituales para tratar de estar algo más solo durante la visita.

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, zorro Inari

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, estatua de Inari

Lo primero que llamó la atención de los niños (antes de llegar al pasillo de puertas rojas) fueron las numerosas estatuas que hay dedicadas a los zorros de Inari o kitsune. Estos hacen las veces de mensajero de la deidad japonesa de la fertilidad, el arroz o la agricultura, aunque también suelen ser venerados por aquellos fieles que busquen el éxito en alguna empresa o cometido. Estos zorros están repartidos por todo el santuario, incluso en algunos puestos hay tablillas de madera con forma de este animal para que los devotos escriban sus deseos o peticiones.

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, Teo entre los torii

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, gente entre los torii

A la izquierda del edificio principal hay un mapa del Fushimi Inari cuyos caminos (con rutas de hasta 4 kilómetros) están formados por pasillos que forman las ilustres puertas rojas, su principal símbolo desde que se fundara en el siglo VIII. Al estar emplazado en las faldas de una cumbre, el sendero se inclina hacia arriba, pero la pendiente no es muy exigente. Los torii no son muy espaciosos así que para solucionar el problema de estrechez hay un itinerario de subida y otro de bajada, sin embargo cuando está muy abarrotado la gente no suele respetarlo demasiado.

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, fotos entre los torii

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, kanji en el torii

Evidentemente todo el mundo busca su foto con las puertas rojas, especialmente al inicio de la subida.  En este punto se acentuó un poco más, si cabe, nuestro rechazo a la ridícula moda de los palos para hacerse selfies. Mejor tener un poco de paciencia, ya que hay cientos de torii y más de cuatro kilómetros de caminos repartidos por el bosque para buscar una instantánea solitaria. No obstante, parece que todos los tontos del mundo, además de estúpidos son impacientes por naturaleza y suelen bloquear el paso al resto de turistas con sus ridículos artilugios al principio del recorrido. ¿Qué pensarían los fundadores del santuario hace más de 1.200 años si pudieran ver a todos estos narcisistas por un agujerito?

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, paraguas

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, bosque

Tras esquivar a los “palo-selfie” pudimos abstraernos un poco del gentío y admirar la belleza de aquel lugar. Jugamos a salirnos un poco de los senderos y buscar los pequeños bunsha que hay repartidos por la colina. Entonces el cielo no aguantó más y se puso a descargar sus lágrimas sobre las preciosas puertas rojas. A partir de entonces vimos menos gente, pero nuestro paraguas transparente pasó a ser el prisma por el que observábamos todo lo que nos rodeaba.

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, Teo y Oriol

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, Teo e Inari

Oriol hacía trechos dentro del carrito y otros a pie, pero Teo iba completamente por libre sin perder detalle de aquel peculiar enclave. A veces avanzaba unos metros y regresaba corriendo para contarnos emocionado algún sorprendente hallazgo. Nos hizo mucha gracia cuando lo descubrimos cubriendo con su paraguas a uno de los kitsune vestidos de rojo, sin duda, uno de los grandes recuerdos de aquel viaje a Japón.

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, Teo y el paraguas

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, Vero, Teo y Oriol en los torii

La lluvia poco a poco se fue tornando más intensa y nos azuzó para que deshiciéramos rápidamente el camino que habíamos andado hasta llegar a la estación de tren. En el trayecto de vuelta a Kioto pensamos que la visita al Fushimi Inari no había sido como la habíamos imaginado durante todos estos años. No vimos a ninguna Sayuri corretear entre los torii carmesíes. No obstante, nos quedamos con los buenos momentos y la belleza del lugar. El lugar Merece una visita pese a la lluvia y la multitud de turistas. Eso sí, los recuerdos no son tan inmaculados como los de hace diez años, pero quizás son más realistas.

¿Te gustaría hacer esta excursión al Fushimi Inari de Kioto? ¿Has hecho ya la visita a este lugar mágico? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios.

Galería de fotos del Fushimi Inari de Kioto

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miércoles, 27 de febrero de 2019

Pachinko. La emoción de ver animales salvajes en el Parque Kruger de Sudáfrica

Fotos Parque Kruger Sudáfrica, mirando

“Cuando se juega al juego de tronos sólo se puede ganar o morir. No hay puntos intermedios”. Esta genial frase de  Cercei Lannister es lo que se me pasaba una y otra vez por la mente cada vez que me subía al coche que nos llevaba a hacer un safari por el Parque Kruger de Sudáfrica. No es que temiera acabar devorado por la leona más fiera (y guapa) de la Casa Lannister, sino que pensaba en esos pobres impalas, kudus o animales que para su desgracia se encuentran en la parte más baja de la cadena alimenticia.

La jungla es dura, quizás más dura que las batallas más sangrientas de Juego de Tronos, pero es un espectáculo incomparable. Un safari es muy emocionante en todos los sentidos, más si tienes la suerte de hacerlo en un lugar con tanta diversidad de especies como la reserva privada de Sabi Sands en el Parque Kruger de Sudáfrica y con una gente tan apasionada como nuestros amigos de Aventura Africa.

Vista al Parque Kruger de Sudáfrica

Fotos Parque Kruger Sudáfrica, elefantes

Seamos sinceros, las primeras veces son irrepetibles, únicas, mágicas. Da igual que salgan mejor o peor, que te prepares más o menos, que te dejes aconsejar o no por los expertos que ya lo han probado antes. El entrenamiento y la documentación preliminar sirve de poco, lo tienes que experimentar en tus propias carnes para poder opinar, para sentir ese escalofrío que te recorre todo el cuerpo y que recordarás durante cada día de tu vida. No seas malpensado, hablamos de la visita al Parque Kruger de Sudáfrica, donde tuvimos la gran suerte de hacer un safari para ver animales salvajes. Ahí van nuestros consejos.

Cómo llegar al Parque Kruger de Sudáfrica

Fotos Parque Kruger Sudáfrica, de safari

Como un gladiador novato, directo a la arena, sin anestesia, ni paños calientes. Lo mío con los safaris fue un verdadero privilegio. Tras casi un día de vuelos llegamos a Johannesburgo y tomamos otro vuelo directo a Hoedspruit que es el aeropuerto que hay al sur del Kruger. Desde allí en coche hasta Sabi Sands con la nariz pegada a la ventanilla donde pasaba ante mis ojos un paisaje típicamente africano con carreteras de polvo, gente por todas partes y construcciones con techos de uralita. Antes de llegar a la reserva ya contemplamos manadas de jirafas y elefantes. El corazón se puso a mil. ¡Bienvenido a África, Pau!

Para llegar al Parque Kruger de Sudáfrica hay otros dos aeropuertos, que tendrás que escoger dependiendo de dónde esté tu lodge o de la zona que quieras visitar. El más grande es el Kruger Mpumalanga International Airport, que fue el que nosotros utilizamos para volar a Ciudad del Cabo tras los safaris. Al norte está emplazado el aeropuerto de Phalaborwa.

La suerte de ver los “big 5” en menos de 24 horas

Fotos Parque Kruger Sudáfrica, león

Pero volvamos a esos latidos acelerados y a esa piel de gallina. El coche nos dejó en el espectacular lodge Cheetah Plains, nuestra base de operaciones en Sabi Sands. Un breve descanso y de vuelta a un vehículo especialmente pensado para los safaris fotográficos.

Lógicamente en esto de ver animales salvajes influye mucho la suerte, pero también otros factores que pueden marcar la diferencia. Para empezar la cantidad y variedad de especies que habiten en ese destino. Se calcula que en el Parque Kruger de Sudáfrica viven más de 500 especies de aves y 147 de mamíferos. Luego depende mucho de la zona que escojas y de la época del año. Nosotros tuvimos la suerte de ir en temporada de crías, vimos incluso algunas recién nacidas, todavía con el cordón umbilical colgando.

Fotos Parque Kruger Sudáfrica, rinoceronte mirando

También hay que tener en cuenta que en las zonas públicas del Kruger no te puedes salir de los caminos, lo cual disminuye la probabilidad de ver a las fieras, mientras que en Sabi Sands sí puedes abandonar las pistas acompañado de un ranger. Y esta es el última y determinante x de la ecuación: el guía. Nos podemos considerar unos privilegiados al contar con la ayuda de un guía tan experto y habilidoso como el que tuvimos, capaz de detectar los escondites de los “big 5” en menos de 24 horas e interpretar los rastros más recónditos.

Una manada de elefantes africanos en la charca

Fotos Parque Kruger Sudáfrica, elefantes chapoteando

Mi primera experiencia con la fauna salvaje de África no se me olvidará jamás. Bordeamos una charca donde una manada bastante numerosa de elefantes africanos de todas las edades jugaba, chapoteaba, se divertía a sus anchas. A mí me temblaba todo, no de miedo, sino de la emoción que me producía ser un mero observador en una escena irrepetible. En ese instante me volví a sentir un niño y pensé en cuanto le hubiera gustado contemplar algo tan maravilloso a mi familia.

A pocos metros también divisamos hipopótamos que hacían la siesta sumergidos en el agua. Durante ese primer contacto con África también divisamos numerosos impalas, el espectacular rinoceronte blanco, búfalos, un leopardo (4 de los 5 “big 5” en una tarde) que ni se inmutó ante nuestra presencia, kudus, e impalas para aburrir. No está mal para las primeras escaramuzas.

Las leonas del Parque Kruger

Fotos Parque Kruger Sudáfrica, leonas bebiendo

Al día siguiente sesión doble. Madrugón y después de comer como reyes en el Cheetah Plains. Cada salida es distinta y eso hace que no se pierda ni un ápice de emoción en ningún instante. De nuevo rinocerontes, tortugas, elefantes, cebras, ñús… y de repente otro momento que no olvidaré en lo que me queda de vida. Una manada de leonas empezó a rodearnos con una elegancia y parsimonia asombrosas. Ellas son sabedoras de que son las Lannister de la selva y que estás allí porque ellas quieren. Las seguimos un rato con el coche y se pararon a beber en un charco regalándonos una de las estampas más maravillosas que he visto jamás.

Luego vendrían las refinadas jirafas y por la tarde divisamos (entre otras muchas especies) a dos leones machos que dormían sobre sus melenas sin turbarse lo más mínimo por nuestra presencia, y al elefantito más “cute” del mundo que nos retaba con las orejas desplegadas como también hizo su madre. Le enorme elefanta acompañó su desafío con un barrito que nos puso los pelos de punta.

Leopardos y guepardos, la elegancia africana

Fotos Parque Kruger Sudáfrica, leopardo

En mi vida me había levantado a las 4 de la mañana, pero el comienzo de la cuarta salida nos regaló la presencia de un precioso leopardo que rondaba por los alrededores de nuestro lodge. El madrugón tuvo su recompensa. Para cocinar un pastel todavía más dulce, llegaron una pareja de guepardos que nos pusieron los ojos como platos ante aquel desfile tan glamuroso. Cada movimiento de esos animales es poesía pura, son de una belleza extraordinaria.

Puedes ver los mejores momentos de estos días de safari fotográfico por el Parque Kruger de Sudáfrica en este vídeo que grabó Paco Nadal, incluido el maravilloso momento en que concluye el safari y degustas un gintonic mientras esperas la puesta de sol. ¡Ay eso cielos de África, menudos atardeceres y amaneceres!

El privilegio de visitar el Parque Kruger

Fotos Parque Kruger Sudáfrica, elefantito

Admito que tenía las expectativas muy altas, pero la experiencia superó con creces todo lo que me había imaginado. Emoción, ilusión, libertad, alegría, respeto, ternura… son algunas de las palabras que pueden definir las muchas sensaciones que tuve explorando el Parque Kruger de Sudáfrica en aquellos coches.

Te sientes un privilegiado pudiendo observar a los animales salvajes en su hábitat natural, siendo un voyeur de escenas irrepetibles. Además, en Sabi Sands no se lleva lo del turismo de masas, lo máximo que encontramos fueron dos coches con turistas a parte del nuestro.

Fotos Parque Kruger Sudáfrica, atardecer

Mi debut con los safaris en África sólo se puede calificar de espectacular y aunque sólo he probado un poquito de este delicioso menú, ya me considero un adicto. Es una experiencia que quiero repetir con mi familia en el futuro y que cualquier viajero debería experimentar al menos una vez en la vida. 100% recomendable.

Nosotros nunca viajamos sin seguro de viaje

Fotos viaje a Sudáfrica, elefantito en Kruger

Nosotros nunca viajamos sin seguro de viaje. Cuando sales de casa siempre es conveniente estar protegido por lo que pueda pasar y más en un destino donde la asistencia médica privada y de calidad es tan cara como Sudáfrica. Te recomendamos viajar a África con una póliza que te cubra en destino posibles accidentes, hospitalizaciones por enfermedad o contratiempos que puedan suponer un sobrecoste en tu presupuesto de viaje (ten en cuenta que la hospitalización o atención médica privada en Sudáfrica es extremadamente cara). Nosotros utilizamos el seguro de viaje de IATI Seguros porque tiene una cobertura superior a la media y ofrecen siempre un trato personalizado y rápido. Puedes contratar aquí el Seguro de viaje de IATI Seguros y sólo por ser lector de el Pachinko te aplican directamente un 5% de descuento.

¿Te ha gustado la visita al Parque Kruger de Sudáfrica? ¿Te gustaría hacer un safari para ver animales en esta zona de Sudáfrica? Cuéntanoslo en los comentarios.

Galería de foto del Parque Kruger de Sudáfrica

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Quiero dar las gracias a Aventura África por ayudarme a hacer este reportaje, fue un privilegio explorar Sabi Sands con gente que ama su trabajo con pasión.



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