viernes, 11 de agosto de 2023

Viajes. El origen del San Bernardo, el perro suizo más popular

Cuando pensamos en Suiza pensamos en montañas, chocolate, vacas y, seguramente, perros San Bernardo. Esta raza es un símbolo de Suiza y se ha vuelto muy popular, pero es relativamente reciente: hasta el siglo XIX no existían los San Bernardo como tales, aunque sí su ancestro directo, el mastín de los Alpes, hoy desaparecido.

El origen de los San Bernardos se remonta a uno de esos mastines, un perro rescatador llamado Barry que vivió a principios del siglo XIX en el paso del Gran San Bernardo, del que toma su nombre. Esta es la historia de cómo un héroe perruno se convirtió en el padre de toda una raza.

Barry, el rescatador de las montañas

Para encontrar al “padre” de la raza San Bernardo debemos trasladarlos al año 1800, a un hospicio de montaña en el Paso del Gran San Bernardo, que separa el cantón suizo de Valais y la región italiana del Valle de Aosta. Hasta la llegada del ferrocarril, estos pasos de montaña eran la manera habitual de cruzar de un valle a otro; pero se trataba de una travesía muy peligrosa, especialmente en invierno ya que el tiempo era imprevisible.

Hospicio del Paso del Gran San Bernardo.

Por ese motivo a lo largo de la ruta se construían hospicios, habitualmente regentados por monjes, en los que los viajeros podían refugiarse, comer y dormir. También se criaban perros de montaña, que gracias a su buen olfato podían rastrear a los viajeros perdidos. Los preferidos eran los mastines de los Alpes, una raza hoy desaparecida caracterizada por su gran fuerza, lo cual les convertía en excelentes rescatadores.

En el hospicio del Gran San Bernardo nació en 1800 un perro especialmente hábil en el rescate, llamado Barry, que a lo largo de sus más de diez años de servicio salvó a más de 40 personas de morir congeladas en las montañas. Los monjes del hospicio le dieron los apodos de “Barry el salvador” y “santo entre los santos”, y desde entonces en cada generación de perros llamaron Barry a uno de ellos en su honor.

 Aspecto probable de Barry según un dibujo.

Los orígenes del San Bernardo moderno

Terminada su vida de servicio, a los doce años Barry se retiró en Berna a cargo de uno de los monjes del hospicio, quien decidió criar a su descendencia como perros de rescate: de ahí nació la raza que hoy conocemos como San Bernardo. Hay que decir que Barry no tenía el aspecto de los San Bernardos actuales y era mucho más parecido a un mastín.

Uno de los descendientes de Barry, qeue ya muestra varias características de la raza moderna.

Los descendientes de Barry se cruzaron con otras razas para conseguir unas características óptimas para el rescate en los Alpes: en particular, se buscaba un pelaje más tupido que pudiese proteger a los viajeros de la hipotermia. Por ello se cruzó principalmente con perros de aguas, por su pelaje impermeable, así como con razas musculosas y de gran tamaño; dentro de las razas actuales, los parientes más cercanos de los San Bernardos son posiblemente los Terranova.

Con la introducción del ferrocarril y el uso de la dinamita para abrir túneles, la peligrosa travesía por los pasos de montaña ya no era necesaria. Así, los perros rescatadores fueron perdiendo gradualmente su función y el San Bernardo se convirtió en perro guardián y boyero, utilizado sobre todo para vigilar el ganado. La cría se orientó entonces a conseguir perros más grandes y musculosos porque resultaban más intimidatorios frente a los depredadores y ladrones.

El San Bernardo es un perro de raza gigante, cuerpo musculoso y cabeza ancha. Hay dos variedades: la más común, de pelo largo, y otra de pelo más corto (Stockhaar).

Aun así, no fue hasta la década de 1880 cuando el San Bernardo fue reconocido oficialmente como raza, paralelamente al declive de su ancestro, el mastín de los Alpes. El primer perro registrado oficialmente como San Bernado fue un ejemplar llamado León, inscrito en 1884 en el Club Suizo del Perro San Bernardo, fundado ese mismo año en Basilea. Tanto éxito tuvo que en 1887 fue reconocido como raza suiza y se convirtió en el “perro nacional” del país.

De perro de trabajo a mascota

Como otros tantos perros criados “por trabajo”, como los Labradores y Golden Retrievers, el San Bernardo no tardó mucho en convertirse en una mascota muy popular. Su carácter amigable y manso, pero a la vez juguetón, lo convirtió en un perro de compañía muy apreciado por las familias. Además es muy protector, fuerte y extremadamente leal, por lo que se le considera un excelente “perro niñera”.

El San Bernardo es un excelente perro para convivir con niños. Si hay otros perros en la casa hay que tener en cuenta que suelen tener un carácter dominante.

Pero su paso de las montañas a las ciudades presentaba un problema: su tupido manto de pelo. Por ese motivo se desarrolló un linaje paralelo de San Bernardos de pelo “corto”, o cuanto menos no tan espeso. Ambas variedades son reconocidas oficialmente por los clubes de cría.

También se han mezclado con otras razas para obtener linajes mixtos, no reconocidos oficialmente, que buscan solventar algunos problemas de salud propios de la raza: los San Bernardos son propensos a sufrir problemas de salud relacionados con el esqueleto, como la displasia de cadera o el cáncer de huesos, debido a su gran peso y rápido ritmo de crecimiento en los primeros meses de vida.

Por su gran peso y rápido crecimiento, el San Bernardo es propenso a sufrir problemas de salud relacionados con los huesos.

Hasta 2004 el hospicio del Gran San Bernardo, en el que nació Barry, aún conservaba cerca de 20 perros, aunque solo por nostalgia y como reclamo turístico, ya que hacía décadas que no participaban en rescates. Ese año la Fundación Barry, criadores oficiales de la raza, compró los que todavía quedaban para seguir criándolos. Hoy en día, sus descendientes participan en programas de terapia con animales: en cierto modo, se podría decir que el linaje de Barry continúa salvando a la gente, aunque de manera distinta.



via Abel G.M. https://ift.tt/F39lh4a

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