domingo, 5 de febrero de 2023

Viajes. PODCAST: El papel clave de los volcanes en el futuro del clima

TRANSCRIPCIÓPN DEL PODCAST

Las erupciones volcánicas son violentas, fabulosas, espectaculares… pero a todos esos adjetivos se suma uno: pueden ser cruciales para el clima. Desde hace años, el geólogo Yves Moussallam estudia las emisiones volcánicas para saber mejor cómo interfieren en el clima. ¿Cómo afectan las emisiones de lava y gas a la atmósfera de la Tierra? ¿Interfieren esas emisiones en el cambio climático?  Y si lo hacen, ¿de qué forma? ¿Lo aceleran, lo ralentizan, lo enmascaran? Descubrimos a uno de los mayores expertos en el tema.

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El vulcanólogo francés Yves Moussallam es profesor en la Universidad Columbia, en Nueva York, e investigador en el Laboratorio de Magmas y Volcanes de Clermont-Ferrand, en Francia. Él sabe mejor que nadie que todavía hay que recabar muchos datos para tener una idea precisa sobre la importancia de las erupciones volcánicas en el futuro de la atmósfera. Y también sabe que es esencial este conocimiento para afrontar la crisis climática.

Por este motivo se dedica a medir los gases que emiten los volcanes más activos del mundo. La mayoría de ellos se hallan en el Cinturón de Fuego del Pacífico, donde se concentra una gran cantidad de zonas de subducción. Estas son áreas en las que una placa tectónica se hunde bajo el borde de otra y justo en estas zonas se desencadenan numerosos seísmos y erupciones volcánicas

Moussallam hizo su primera expedición a la zona navegando en un velero tradicional polinesio, un vaka, en el que instaló el primer laboratorio vulcanológico móvil y sostenible del mundo. Aquella embarcación estaba propulsada por el viento y por un biocombustible procedente del coco. O lo que es lo mismo, ese barco fue el resultado de combinar la ancestral cultura marítima del Pacífico con los últimos avances en ciencia y tecnología.

Los volcanes han dado forma a nuestro planeta y a su atmósfera a lo largo de miles de años. Por eso no es extraño que los científicos quieran conocer mejor estas erupciones para saber mejor hacia dónde se dirige la Tierra

Pero es que además, como explica el propio Moussallam, la recopilación de datos en tiempo real sobre la actividad volcánica en los lugares más remotos del mundo es clave para comprender su papel real en el cambio climático. Incluir esos datos en el cómputo global de emisiones permitirá obtener modelos climáticos más precisos y calibrar con mayor precisión su impacto en las políticas climáticas futuras. 

La zona con mayores emisiones volcánicas

Hasta ahora, la mayoría de las muestras se han tomado exclusivamente en volcanes accesibles situados en países desarrollados. Pero los datos de satélite indican que un tercio de todos los gases volcánicos se originan en la Melanesia.

Por ello, esa área geográfica ubicada al nordeste de Australia y compuesta por varios países, entre ellos Fidji, Islas Salomón, Papúa Nueva Guinea y Vanuatu, es en la actualidad el objetivo prioritario del vulcanólogo. 

Y llegar hasta ahí ha sido en parte gracias al Premio Rolex a la Iniciativa que recibió en 2019. Estos galardones bianuales apoyan desde 1976 iniciativas innovadoras que trabajan para ampliar el conocimiento y mejorar la vida en el planeta. El cambio climático es un peligro global, de ahí que buscar soluciones y estudiar a fondo qué lo produce y cómo paliarlo, sea una prioridad. 

Gracias a este patrocinio de Rolex, Moussallam ya ha podido estudiar hasta el momento cuatro volcanes melanesios que nadie antes había explorado: Yasur, Ambrym, Gaua y Ambae, todos ellos en Vanuatu. Desde allí el científico desplegó drones equipados con sensores para analizar sus emisiones. 

Moussallam posa ante un humeante Estromboli uno de los volcanes más activos del mundo y cuya accesibilidad lo ha convertido en uno de los mejor estudiados. 

El Ambae, situado en la isla homónima, es el volcán más grande del país y entró en erupción en septiembre de 2017 tras más de 100 años de inactividad, lo que obligó a evacuar a los 11.000 habitantes de la isla.

Moussallam, de 34 años de edad, tiene como meta estudiar los 150 volcanes más activos de la Tierra. Por el momento ha explorado ya una cuarentena de ellos. Como los de la sección sudamericana del Cinturón de Fuego, que exploró en 2016 en el marco de la expedición La Ruta del Fuego

En aquel viaje lideró un equipo de seis jóvenes vulcanólogos para estimar el flujo de partículas volátiles de agua, dihidrógeno, dióxido de carbono, dióxido de azufre, sulfuro de hidrógeno, ácido clorhídrico y fluoruro de hidrógeno en 20 volcanes de la zona de subducción de la placa de Nasca. Esta placa oceánica es de especial importancia pues se extiende por el Pacífico, desde el sur de Chile hasta Ecuador. 

Moussallam, de 34 años de edad, tiene como meta estudiar los 150 volcanes más activos de la Tierra. Ya ha explorado 40 de ellos. 

Además, también ha medido las emanaciones de volcanes remotos en Indonesia e Islandia, las del volcán Erebus de la Antártida o las del Erta Ale de Etiopía. Y, cómo no, las de un estratovolcán que le queda mucho más cerca de su tierra natal, el superactivo Estrómboli, al norte de Sicilia.

El volcán italiano está siempre bajo vigilancia y su última erupción explosiva se produjo en 2019. De hecho, confiesa Moussallam, suelen viajar al Estrómboli con frecuencia para probar nuevos instrumentos. Como está extremadamente bien estudiado y monitorizado, les permite comparar las lecturas que obtienen con técnicas nuevas con las usadas con métodos anteriores.

La afición por los volcanes de Moussallam viene de lejos. Él, que se crió en las afueras de París, realizaba cada verano caminatas en los Alpes con su hermano mayor. Estas experiencias le hicieron enamorarse de las montañas. 

Luego, a los 17 años, acabado ya el bachillerato e inspirado por un artículo de National Geographic, decidió irse a Canadá a estudiar la carrera de Física en la Universidad de Ottawa. La fortuna quiso que una de las asignaturas optativas que escogió, geología, estuviera impartida por un maestro excepcional, André Lalonde. Tras acudir a sus clases, quiso estudiar los mecanismos de formación de las montañas y al final acabó haciendo su tesis sobre vulcanología.

Ya en 2010 le surgió una oportunidad única: formar parte del equipo del vulcanólogo británico Clive Oppenheimer, experto en los volcanes de la Antártida. Con él se fue al continente blanco a estudiar durante dos meses el monte Erebus.

Yves Moussallam camina por las inmediaciones del Estrómboli que cuenta con tres cráteres y permanece siempre bajo vigilancia.

Situado en la isla de Ross y con 3.794 metros de altitud, es el volcán activo más austral del planeta. Al escalarlo, descubrió que existía una profesión que le permitía unir sus dos grandes pasiones: la ciencia y el alpinismo

Conquistar las altísimas cumbres de los volcanes (algunas de casi 6.000 metros de altitud) cargando su pionero instrumental de medición requiere una excelente forma física y una gran pasión por las montañas.

Él en sus investigaciones combina mediciones de campo, experimentos de laboratorio y modelado termoquímico. 

Por un lado, están las técnicas in situ, que requieren colocar el instrumento directamente en la columna eruptiva, los chorros de gas asociados a las erupciones. Estos instrumentos bombean la mezcla de gases hasta unos sensores electroquímicos que leen la concentración de los distintos componentes. 

Por otra parte están los instrumentos de teledetección, principalmente espectroscopios. Estos  miden la absorción de los diferentes gases en los espectros ultravioleta, infrarrojo e incluso electromagnético, lo que nos permite calibrar su concentración. Por ejemplo, son capaces de configurar un espectrómetro infrarrojo en el borde del cráter enfocando directamente a la lava caliente, que es una fuente de radiación infrarroja. De esta manera obtienen bandas de absorción específicas a una longitud de onda determinada. Y resulta que estas son únicas para cada tipo de gas, lo que les permite conocer la cantidad existente de cada uno de ellos. 

Finalmente, para la medición de aerosoles utilizan también técnicas espectroscópicas, poniendo el foco en la dispersión de la luz que causan esas partículas. Incluso en ciertas ocasiones, recogen muestras para analizarlas en el laboratorio directamente. 

Próximamente se trasladará al volcán El Reventador, situado en la cordillera andina de Ecuador, ubicado a 90 kilómetros de Quito

A Moussallam le queda mucho trabajo por delante. La pandemia de la COVID-19 y las consecuentes restricciones de movilidad detuvieron temporalmente los viajes, circunstancia que él ha aprovechado para adelantar el trabajo en el laboratorio. Analizar los datos recolectados hasta el momento es de suma importancia, pero tan pronto como sea posible, el vulcanólogo reanudará su trabajo de campo

Concretamente irá al volcán El Reventador, situado en la cordillera andina de Ecuador. Ubicado a 90 kilómetros de la capital, Quito, es extremadamente activo y le permitirá obtener una valiosa información.

Esta será una pieza más del puzle que está armando para conocer mejor el papel de los volcanes en las emisiones de gases de efecto invernadero. Y, sobre todo, para saber cuál es el método óptimo de gestionarlas. 

Sin duda, su trabajo ayudará a afrontar con mayor conocimiento esta crisis climática que hemos desatado y que atenaza el futuro de la humanidad.



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