jueves, 17 de junio de 2021

Viajes. El mundo azul

¿Qué es el agua? ¿Una simple molécula con un hidrógeno y dos oxígenos? ¿madre y sustentadora de la vida?, ¿disolvente universal de la vida basada en el carbono? Muchas características especiales definen la inmensa masa líquida que abarca alrededor del 70% de la superficie del planeta azul. Se piensa que los 1.386 millones de Km3 de agua que componen los océanos llegaron en forma de hielo a bordo de multitud de asteroides que impactaron contra la Tierra en sus primeros 1.000 millones de años de vida. Los mares son una fuente de energía emergente, nos proporcionan alimento, y amortiguan el impacto del calentamiento global absorbiendo un tercio de nuestras emisiones de CO2.

Los residuos plásticos que terminan en el mar son uno de los problemas más acuciantes, junto a la contaminación química, las fugas y los vertidos de hidrocarburos relacionadas con las rutas marítimas comerciales o los accidentes. Los denominados micro-plásticos (fragmentos de menos de 5mm) son la principal preocupación de los expertos ya que su impacto sobre la fisiología animal y humana es desconocida aunque potencialmente peligrosa. La mayoría de las 1,6 millones de toneladas de micro-plásticos que llegan anualmente al mar proceden de lavadoras, dentífricos, cremas exfoliantes, productos cosméticos… Especies incluidas en nuestra dieta diaria contienen micro-plásticos en su organismo, que pueden acabar en el nuestro y producir alteraciones bioquímicas debido a su capacidad de actuar como disruptores endocrinos. Otro factor determinante en el deterioro de los océanos es la sobreexplotación pesquera. El abuso de la pesca de arrastre daña los fondos marinos y desequilibra la biocenosis de este medio acuático.

Los océanos absorben una gran parte de las 51.000 millones de toneladas de CO2 que producimos cada año. El calentamiento de los océanos, junto al deshielo parcial de los polos, han contribuido al continuado aumento del nivel del mar, estimado en unos 3,2 mm/año durante los últimos 20 años. Teniendo en cuenta que más del 60% de la población mundial viven en zonas costeras, dicho aumento pone en peligro su habitabilidad. Además, el exceso de CO2 acidifica los océanos, y los empobrece en nutrientes, afectando a múltiples ecosistemas, como los corales, que se blanquean y mueren.

Los científicos trabajan para dar soluciones a los mares y océanos que tanto sufren por la actividad humana. Aumentar las Áreas Marinas Protegidas serviría para promover una pesca sostenible, y minimizar el vertido de contaminantes y tóxicos. Así mismo, es preciso crear y respetar leyes y acuerdos internacionales que protejan los océanos. Sería recomendable reducir el turismo, las rutas comerciales y, en general, las emisiones de CO2 globales para mantener los ecosistemas marinos en equilibrio con la atmósfera. Finalmente, debemos promover la investigación científica, dirigida a hallar nuevas tecnologías que depuren residuos y eviten que las sustancias tóxicas acaben en el mar.

Gobiernos, empresas y consumidores deben involucrarse en la consecución de estos objetivos.

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Este es uno de los trabajos ganadores o finalistas del II Concurso de Redacción Periodística para Jóvenes de National Geographic España y RBA Libros, dedicado a los océanos. Aquí podéis consultar la lista completa de los trabajos premiados y seleccionados por el jurado.



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