sábado, 19 de septiembre de 2020

Viajes. Jerez de la Frontera-Sevilla: Cuaderno de bitácora de un viaje tras las huellas de Elcano (V)

Décima etapa: Jerez de la Frontera-Sanlúcar de Barrameda (18 de septiembre)

La única complicación prevista para la etapa de hoy venía por parte de la climatología. De camino a Sanlúcar, paramos en Cádiz, lugar emblemático en las rutas comerciales que unían el norte de Europa con el Mediterráneo. Allí se encontraba la nave de un armador vasco que fue embargada para la expedición Magallanes-Elcano. Rebautizada como Victoria, sería la que logró dar la vuelta al mundo.

Era un día que el pronóstico anunciaba mucho viento. Ciertamente, pegaba muy fuerte y nos tocó rodar en contra. Pero lo que primero fue un contratiempo se convirtió en una ayuda y en el tramo de subida hacia Sanlúcar de Barrameda el viento nos favoreció. Y es que en el deporte ocurre como en la vida, que los momentos malos siempre acaban pasando si tenemos un poco de aguante y paciencia. Ya lo dice el refrán: después de la tormenta siempre llega la calma.

La llegada a Sanlúcar de Barrameda ha sido espectacular. Toda una sorpresa… De hecho, al ver a tanta gente lo primero que hemos pensado ha sido que todo el montaje era, en realidad, para otro evento que estaba ocupando el mismo espacio en el punto de la Legua Cero.

Desde ese mismo lugar, hace 500 años partieron las naos de Magallanes y Juan Sebastián Elcano hacia las Islas de las Especias. Y aún más importante: allí arribó tres años después la nao Victoria capitaneada por Elcano, logrando la primera circunnavegación de la historia.

Nuestros rostros reflejan cansancio, sí; pero también alegría. Estamos satisfechos por llegar sin haber sufrido ningún contratiempo, salvo algún pinchazo que otro. A la vez, también estamos tristes porque somos conscientes de que esta aventura está finalizando.

Onceava etapa: Sanlúcar de Barrameda-Sevilla (19 de septiembre)

Hoy toca remontar el Guadalquivir hacia Sevilla. La meta que parecía lejana cuando partimos de Getaria ya está a la vuelta de la esquina. En total 1.600 kilómetros. Cierto que son muchos menos que los recorridos durante la primera circunnavegación de la historia; pero los nuestros también han sido muy emocionantes.

rodando con buen ánimo

Se entristece uno cuando ve el final de una ruta en la que lo hemos pasado tan bien, en la que hemos conocido a gente tan maravillosa, en la que hemos podido reflexionar acerca de la conservación del medioambiente, la riqueza de la diversidad cultural, el valor del esfuerzo, del sacrificio, lo importante que es que nos adaptemos a los cambios que llegan.

Tristeza, sí. Pero como dijo José Saramago, siempre nos quedará un consuelo importante. Y es que “El viaje no se acaba nunca. Solo los viajeros se acaban. E inclusos ellos pueden perdurar en forma de memoria, de recuerdo, de relato”. Así sucede con los aventureros que lograron dar la primera vuelta al mundo hace 500 años. Valga nuestra ruta en bicicleta en recuerdo de su hito. A ellos dedicamos esta aventura que nos ha demostrado que siempre es más lo que nos une que los kilómetros que nos separan.



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