Pachinko. Diez consejos para viajar a la Selva Negra

La Selva Negra es uno de los destinos más atractivos de Alemania, sobre todo para la gente que busca estar en contacto con la naturaleza o que hace viajes con niños. Decir que volvimos enamorados es poco. Conforme pasan los días, te vas prendando paulatinamente de sus encantadores pueblecitos, del verde intenso de sus bosques de árboles altísimos o de esos enormes lagos donde se reflejan las montañas e impresionantes valles como si fuera un espejo. Si encajas todas las piezas del puzzle se dibujan unos paisajes que parecen sacados de las páginas de los cuentos más entrañables de los Hermanos Grimm.

Si estás preparando un viaje a Alemania para 2016 hemos querido echarte un cable , así que te recomendamos encarecidamente una visita por esta región montañosa. Toma nota de estos diez consejos para viajar a la Selva Negra:

Aeropuertos para volar a Selva Negra

Lo primero que pensarás es ¿en qué aeropuerto debo aterrizar para viajar a la Selva Negra? Hay muchas opciones, ya que la zona está rodeada de muchos aeropuertos internacionales, así que dependerá del precio de los billetes, si tienes o no vuelo directo desde tu ciudad o de las muchas o pocas ganas que tengas de conducir. Nosotros aterrizamos en el aeropuerto internacional de Frankfurt, pero la Selva Negra queda a pocas horas en coche de aeródromos como los de Stuttgart, Munich, Zurich, Basilea o Estrasburgo. Algunas low cost también vuelan al pequeño aeropuerto de Karlsruhe-Baden Baden.

Mínimo una semana de viaje a la Selva Negra

Nuestro viaje a Alemania, tuvo dos partes. La primera para disfrutar de parques de atracciones y ciudades como Núremberg o Ulm y la segunda en el sur de la Selva Negra. Nos decimos por el sur porque al ir con los niños no quisimos pegarnos grandes palizas en coche para ir a un ritmo más pausado. Si quieres ver el norte y el sur, se necesita como mínimo una semana, mejor si son diez días de viaje a Selva Negra.

Moverse en coche de alquiler por la Selva Negra

Ya sabes que no nos gusta demasiado conducir, pero para moverte por la Selva Negra lo mejor es el coche de alquiler. Te da mucha libertad de movimientos, te permite parar donde y cuando quieres y disfrutar con calma de los espectaculares paisajes que contemplarás allí. Las carreteras en Alemania son excelentes y conducir por los valles y sus carreteras serpenteantes es un verdadero regalo para la vista. En muchas ocasiones el corazón te pedirá parar para disfrutar de unas panorámicas de ensueño.

Dónde dormir en Selva Negra

Durante el viaje es interesante tener dos bases de operaciones, una en el sur y otra en el norte de la Selva Negra. En las ciudades hay hoteles de todo tipo y en el campo casas rurales, incluso granjas. A nosotros nos gustó mucho la experiencia de estar en un hotel familiar llamado Pension Waldwinkel en el coqueto pueblecito de Lenzkirch.  Nos alojamos en una buhardilla con baño propio, una habitación con cama grande y otra cama para Teo en la misma estancia. Sin lujos, pero muy acogedor. Además, el propietario Manfred tenía un bebé de la misma edad del nuestro y nos dejó todo lo que nos hacía falta para que Oriol se sintiese como en casa. Otro punto a favor es que Manfred es un chef de primera que nos preparaba una comida casera riquísima cada noche. No obstante, puedes buscar aquí alojamientos para la Selva Negra.

Los clásicos decepcionan un poco, no te desanimes

Eso es lo que nos pasó con el lago Titisee o Triberg. Son zonas hermosas, pero tan turísticas en verano que se te pueden quitar las ganas de verlas sólo tratando de encontrar un aparcamiento. Si lo consigues luego tendrás que luchar por abrirte paso entre tiendas de relojes de cuco y turistas que buscan un hueco para la foto. Si vais con tiempo merecen una parada, pero la Selva Negra está repleta de otros rincones encantadores. Nos quedamos con ganas de descubrir los clásicos en otra época del año donde seguro que tienen mucho más encanto.

Busca tu pueblo de cuento en la Selva Negra

Seguro que si pides consejos a gente que haya viajado a la Selva Negra te hablarán de algún pueblecito increíble, muy bien cuidado, donde se comía de cine y con unas panorámicas fantásticas. Os podría citar los dos o tres que más nos gustaron, pero sinceramente merece la pena que converses con los lugareños y te dejes aconsejar hasta encontrar tu pueblo de cuento. Lo mismo en cuanto a las ciudades, aunque el centro de Friburgo es imprescindible.

Prueba la tarta Selva Negra

Si eres goloso probablemente te suene el nombre de Selva Negra por un pastel que lleva su nombre. A nosotros no nos gustan demasiado los dulces que llevan licor, pero no te puedes ir de allí sin probar un pedazo de tarta. Sorprendentemente, el sabor no tiene nada que ver con el aspecto, increíblemente ligera. Si tienes oportunidad, cátala en el el Cafe Schäfer de Triberg, donde Claus Schäfer conserva la receta original de su afamado postre que le transmitió Josef Keller en 1905.

Parques de atracciones para niños en Selva Negra

El itinerario de nuestro viaje a Alemania constó de dos paradas en Núremberg y Ulm con el objetivo de viajar con los niños al Playmobil FunPark y a Legoland. No obstante, en la Selva Negra hay otros enormes como el Europa Park o el pequeño Steinwasen Park. Este último está enclavado en plena naturaleza por lo que combina atracciones para los niños con observación de animales en un entorno magnífico. No es gran cosa, pero se puede pasar una mañana divertida.

Viajar hasta el Lago de Constanza

Aunque quede fuera de lo que se consideraría Selva Negra, merece la pena visitar el Lago de Constanza a menos de tres horas en coche de Friburgo. Nosotros lo hicimos en un día de calor y el ambiente nada tiene que envidiar a una jornada en alguna de las playas mediterráneas. La propia ciudad de Constanza o localidades como la medieval Meersburg son lugares fascinantes para perderte sin rumbo por sus callejuelas.

Improvisa, hay mucho por descubrir en la Selva Negra

Puedes hacer caso de todo lo anterior o simplemente ignorarlo e improvisar. Es imposible no encontrar algún rincón de la Selva Negra que te enamore. Desde revolcarte por un prado verde mientras te observan las vacas, a otear los Alpes desde el monte Feldberg o encontrar catedrales con cúpulas dignas de papas en St. Blasien. La improvisación es casi una obligación para disfrutar de esta increíble región de Alemania.

Galería de fotos de Selva Negra

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