Tras dos semanas del paso de Melissa, las autoridades de Jamaica confirmaron la muerte de 45 personas y continúan en la búsqueda de 15 desaparecidos. El huracán ha sido el más devastador de la historia del país y, aunque con diferentes características, fue de la misma escala (cinco) que el Katrina en los Estados Unidos hace dos décadas.
La mala noticia es que los fenómenos extremos seguirán ocurriendo, pero lo ocurrido hace algunos días nos permite aprender de algunas claves de supervivencia y para mitigar sus daños.
1- Anticipación más precisa del fenómeno
En las semanas previas, la NOAA ya había previsto lo que sucedería. El monitoreo constante de la agencia estadounidense es la principal fuente de información para la temporada de huracanes del Pacífico. A medida que se acercaba la fecha, se enviaron mensajes con mayor frecuencia.
Pero hay algo aún más increíble en su tecnología: desde el Centro de Huracanes reconocieron que la inteligencia artificial permitió mejorar sus pronósticos. El modelo más preciso fue el de Google DeepMind, que aprendió de los datos históricos, sus patrones y fue el más preciso en cuanto a intensidad y ubicación con lo que terminó sucediendo.
2- Preparación de la infraestructura
Una vez que confirmaron lo que sucedería, comenzaron la logística de la evacuación. Por su ubicación geográfica, Jamaica cuenta con una Oficina de Preparación ante Desastres desde 1980. Esta vez contaron con más de 800 refugios que ya estaban a disposición al inicio de la temporada de huracanes. Muchos de estos son edificios públicos reutilizados.
3- Evacuación previa
Dos días antes, el Gobierno ordenó evacuar las parroquias afectadas. Según la trayectoria proyectada del huracán, gracias a la precisión del pronóstico, se diseñó un sistema para escalonar las evacuaciones y evitar colapsos en las carreteras. Se habilitaron autobuses, se cerraron los aeropuertos y se desplegó un operativo de fuerzas públicas para mantener el orden.
No fue sencillo: algunos no querían abandonar sus casas o querían evitar la ida a los refugios. El otro aspecto que se podría haber desarrollado de mejor manera es que desde fuentes oficiales han comunicado diferentes cifras sobre la cantidad de evacuaciones finales.
4- Autocuidado
El descreimiento en las comunicaciones oficiales y la ciencia puede ser un problema en situaciones de emergencia, como ha mostrado el caso Jamaica. Por eso, es importante el trabajo de concienciación y que las propias personas asuman el compromiso del cuidado. El US Centers for Disease Control and Prevention (CDC) sugiere:
- Tener los números de emergencia programados en el móvil
- Tener un kit con suministros de emergencia
- Ubicar el refugio más cercano y las rutas de acceso
- Si tienes mascota, identificar qué puede hacer con ella en caso de evacuación
- Preparar el coche y la casa para los dos escenarios, tanto para como permanecer
- Conocer la diferencia entre una alerta de vigilancia (indica posibilidad) y un aviso de huracán (se indican 36 horas antes)
5- No regresar a las zonas inundadas
Una de las primeras órdenes de supervivencia tras el huracán fue que las personas permanecieran en los refugios. Las zonas inundadas son un riesgo de electrocución por cables caídos u otros accidentes, considerando que hay 4,8 millones de escombros en la zona. Pero también por cuestiones sanitarias. En Jamaica las autoridades sanitarias avisaron por riesgo de cocodrilos o contagio de leptospirosis.
6- Cuidado de la salud mental
El desastre pudo haber pasado, pero para el padecimiento psicológico puede ser el inicio. Las personas deben saber que esto puede pasar y tratarlo lo antes posible, mientras que la responsabilidad de las autoridades -además de las reconstrucciones de las ciudades- será atender el sufrimiento de miles de personas.
via Pedro Molina https://ift.tt/0Ig8nAd
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