sábado, 29 de noviembre de 2025

Viajes. Así es el tren submarino más grande del mundo

China está empezando a perfilar un gigantesco proyecto, que podría no solo ampliar su red ferroviaria, sino que cambiaría la manera en que dos regiones industriales se relacionan, transformando su paradigma actual del comercio. Para conocer esta historia, tenemos que irnos hasta el estrecho de Bohai, donde ingenieros avanzan en el diseño de un túnel que conectará dos poblaciones.

Las afortunadas serán Dalian y Yantai, dos ciudades portuarias separadas, en la actualidad, por un interminable viaje de seis horas. Si la idea acaba haciéndose realidad, esa larga ruta podría acabar siendo un plácido viaje de alrededor de 40 minutos.

El excepcional reto del túnel del estrecho de Bohai

Comencemos por el inicio del proyecto. Los primeros estudios indican que serían necesarios crear tres tubos paralelos: dos para trenes de alta velocidad y uno central para los servicios de mantenimiento y evacuación. Esta configuración, habitual en infraestructuras subterráneas, permitiría unir este trayecto con las redes del norte y del este de China. Las velocidades podrían llegar a los 250 km/h.

Las cifras que se manejan en estos momentos son realmente escandalosas. Estamos hablando de un presupuesto aproximado de 26.000 millones de euros y unos posibles ingresos anuales de 2,5 millones de euros cuando se haya estrenado y esté en pleno funcionamiento.

Este túnel no solo agilizará el transporte de mercancías, sino que permitirá ganar tiempo, fiabilidad y mejorar el flujo logístico. Y para los viajeros, como comprenderás, la mejora es más que evidente, cambiando horas por minutos. Si hablamos de la industria, tendríamos que hablar de la puntualidad. 

Quitar de en medio el rodeo por la costa reduciría incertidumbres, algo esencial en un país con cadenas de suministro muy ajustadas, barcos reservados con meses de antelación y almacenes que operan casi sin margen de maniobra. Al conseguir un enlace directo entre dos sistemas ferroviarios, no solo es más fácil pasar de un lado a otro, sino que también el conjunto se vuelve más eficiente.

La línea roja indica el camino que recorrerá el tren en su paso por el estrecho de Bohai

Eso sí, idear un túnel bajo un estrecho tan transitado es un reto excepcional, repleto de problemas técnicos a resolver. El subsuelo del estrecho de Bohai combina sedimentos, roca dura y zonas fracturadas, lo que obliga a reforzar la futura estructura. Además, los movimientos sísmicos habituales en la zona hacen que esta deba absorber vibraciones sin comprometer su integridad.

Uno de los grandes pilares del proyecto es la seguridad. El tubo central, que mencionábamos anteriormente, serviría como pasillo de rescate y como punto de acceso para llevar a cabo tareas de mantenimiento. Se prevé la instalación de sistemas de ventilación avanzados, así como sistemas de drenaje y despresurización o sensores de fuego.

En estos momentos, el proyecto continúa en fase de estudio, con evaluciones ambientales y análisis de todo tipo. Los plazos que se manejan están entre los diez y quince años de ejecución, evidentemente condicionados por las regulaciones, la disponibilidad de la maquinaria y los obstáculos del terreno. 

La financiación estaría a cargo de fondos estatales, así como de aportaciones de las distintas regiones y, también, de la deuda emitida a través de una herramienta financiera específica. Esta última es una maniobra habitual en las obras de esta magnitud.

Dado que aún estamos hablando de un proyecto en papel, solo podemos hablar de supuestos. En el caso de que acabase convirtiéndose en realidad, este túnel del estrecho de Bohai superaría en longitud al famoso Eurotúnel que une Reino Unido y Francia, con 38 kilómetros bajo el mar, o el túnel Seikan, que une las islas de Honshu y Hokkaido y que tiene 54 kilómetros de longitud.

123 kilómetros para unir las economías de dos regiones de China

¿Y qué hay de los riesgos asociados al proyecto? Estas obras, además de incurrir en sobrecostes y retrasos, también deben plantearse la protección del ecosistema marino. Debido a la gran cantidad de acero y cemento que utilizan, es fundamental controlar su impacto climático, que también será definido por la cantidad de tráfico que logren atraer y por si, de verdad, reducen los viajes por carretera o el mar.

Para conocer si el calendario previsto es realista, hay que estar atento a cuatro importantes señales: los nuevos datos que se publican acerca de las características del subsuelo, cómo queda el plan de seguridad, los plazos de contratación de la energía y las tuneladoras y, por último, cómo se reparte la financiación que describíamos en párrafos anteriores.

Como podrás entender, una obra tan colosal necesita que todas esas piezas encajen a la perfección. Si esto sucede, China podrá construir no solo el túnel submarino más largo del planeta, 123 kilómetros de extensión, sino una vía de escape para el sector logístico del país.

Estaríamos ante un túnel que no solo acortaría distancias entre dos regiones de uno de los países más extensos del planeta, sino que permitiría establecer un nuevo paradigma en la manera en que se fabrica y exporta en ese rincón de China. No lo verás, pero la obra que conectaría el mar de Bohai con el mar Amarillo busca no solo manipular el tiempo, sino cambiar el orden económico del país asiático. 



via Roberto Cantero https://ift.tt/TFcb1ga

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