“A casi todos nos da miedo lo desconocido. No debería ser así. Lo desconocido no es más que el comienzo de una aventura, Una oportunidad de crecer”. La frase no es mía, sino del escritor Robin Sharma. La he escogido porque creo que definía muy bien mi posición respecto a la Semana Santa en Andalucía antes de mi viaje por la Ruta Caminos de Pasión de la semana pasada.
Sabía que la Semana Santa se vivía con un fervor muy profundo en Andalucía, pero no he sido capaz de comprender cuánto hasta que no lo he visto con mis propios ojos… y eso que se trataba sólo de los preparativos y actos de Cuaresma. Es un delirio que va más allá de creencias religiosas, pues gente que es completamente atea me confesó que lo vive con una intensidad impropia de alguien escéptico. Se trata de un sentimiento muy arraigado, que pasa de padres a hijos y que forma parte de la idiosincrasia y la cultura de cada pueblo.
Una forma extraordinaria de involucrarse de lleno en esta festividad tan enraizada es animarse a recorrer durante la Cuaresma la Ruta Caminos de Pasión, una senda que engloba a municipios de tamaño medio de Andalucía que tienen en común una Semana Santa declarada de interés turístico. Se trata de Alcalá la Real en Jaén, Baena, Cabra, Lucena, Priego de Córdoba y Puente Genil en Córdoba y Carmona y Osuna en Sevilla.
Algunos de estos pueblos están entre los más bellos de Andalucía gracias a esas casas de color blanco, calles empedradas y patios maravillosos donde huele a azahar. Pero además de tener una Semana Santa muy importante, las localidades de Caminos de Pasión tienen un rico patrimonio y gastronomía, tanto que merecen ser descubiertos con calma. Seguro que te aguarda alguna sorpresa inesperada en el cmino. Es el caso de la Fortaleza de La Mota en Alcalá la Real, una fortificación que me dejó con la boca abierta y que tuvo mucha importancia gracias a su posición estratégica entre la Alhambra de Granada y la Mezquita de Córdoba.
Visita a la Fortaleza de La Mota en Alcalá la Real
El nombre de Alcalá la Real quizá te suene actualmente gracias a un festival de músicas del mundo tan importante como es EtnoSur. Este evento es un reflejo de la cantidad de pueblos que han ocupado esta localidad de Jaén a lo largo de la historia, especialmente en la Edad Media cuando la Fortaleza de La Mota jugaba un papel fundamental en la frontera con el reino Nazarí de Granada.
El Conjunto Monumental de la Fortaleza de La Mota está ubicada sobre un cerro homónimo a pocos minutos en coche de la actual Alcalá la Real. Abre prácticamente todos los días del año (excepto el 25 de diciembre y el 1 y 6 de enero) y conforme te acercas te vas imaginando que era un emplazamiento muy importante en su época. Todavía se conservan gran parte de las murallas de la ciudad fortificada, torres, adarves, bodegas, un nevero, la alcazaba, el bahondillo, los palacios y la espectacular Iglesia Mayor Abacial que hace las veces de museo del baluarte.
La Fortaleza de La Mota fue erigida por el segundo Señor del Reino de Granada Aben-abus Ben-Zeiri, hacia el año 1.000, aunque su aspecto actual se debe a las reformas arquitectónicas que realizaron los castellanos, a partir de la conquista, en 1341 con Alfonso XI. Todos los detalles de su historia se pueden recordar gracias a un emocionante y moderno audiovisual que se puede contemplar en el interior de la Iglesia Mayor Abacial. En este templo observarás rasgos góticos, renacentistas y también algún vestigio de la época califal.
La verdad es que me quedé prendado de un lugar tan imponente como la Fortaleza de La Mota y me cuesta creer que sea tan desconocido. Su estructura está tan bien conservada que es fácil hacerse una idea de cómo seria la vida tras los muros e imaginar la tensión que se vivía allí antes de una cruenta batalla entre reinos fronterizos. Afortunadamente, hoy en día nos ha quedado un monumento impresionante que además nos regala unas vistas muy privilegiadas del municipio de Alcalá la Real y su entorno.
Cuaresma y Semana Santa en Alcalá la Real
Si visitas Alcalá la Real estos días, además de la Fortaleza de La Mota, descubrirás una Cuaresma y una Semana Santa con algunas peculiaridades únicas. Por ejemplo, la víspera de San José se celebra la Noche de Tambores en la que los vecinos del municipio dedican hornacinas al patriarca que son acompañadas por tambores y cornetas.
La Semana Santa alcalaína tiene la particularidad de los pasos mímicos, una fusión de dos tradiciones, los autos y misterios que se representaban con motivo del Corpus y los ingenios, estas representaciones festivas y religiosas que protagonizaban los gremios locales y que escenificaban historias bíblicas y la vida, pasión y muerte de Cristo, se realizaban hasta el siglo XVIII en los templos, contribuyendo a difundir la doctrina católica. También destacan los pregoneros que van contando los episodios que suceden en los evangelios cantados con una mezcla de poesía y prosa. Por último, personajes que van vestidos con rostrillos o caretas. Uno de los más populares es el Juillas, al que se le acusa de “vender a Cristo por tres perrillas”.
En cuanto a la gastronomía típica de esta época no dejes de probar en Alcalá la Real las Chullas, el remojón de naranja con bacalao, el típico potaje de Semana Santa o el Encebollado de bacalao. Tampoco pueden faltar los dulces como los pestiños y borrachuelos. Ingredientes no le faltan a esta localidad jienense.
Galería de fotos de la Fortaleza de La Mota en Alcalá la Real
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