El pequeño país centroamericano de Costa Rica, con una población de solo cinco millones de habitantes, ofrece desde hace años pistas interesantes sobre las estrategias que pueden seguir otros países para asegurar un buen futuro a nuestro planeta. En septiembre de 2019 recibió el premio Campeones de la Tierra, máximo galardón ambiental que concede la Organización de las Naciones Unidas. No fue un reconocimiento a una persona, organización o iniciativa en concreto, sino al conjunto del país por su papel en la protección de la naturaleza y sus esfuerzos para promover la descarbonización de la economía y combatir el cambio climático. En febrero de ese mismo año, el Gobierno había lanzado su Plan Nacional de Descarbonización (2018-2050), una ambiciosa hoja de ruta que plantea objetivos a medio y largo plazo con una meta final: alcanzar cero emisiones netas de carbono en el año 2050, y hacerlo impulsando la modernización de la economía costarricense. Fue el primer país en presentar un plan de este tipo después de la firma del Acuerdo de París.
El plan incluye medidas para realizar reformas en el transporte, la energía, la industria, la gestión de residuos, las prácticas agrícolas o el uso del suelo, entre otros ámbitos. Costa Rica ha logrado que el 98 % de su energía esté producida ya con fuentes renovables. También ha conseguido alcanzar una cobertura forestal del 52 % del territorio tras haber sufrido décadas de deforestación durante el pasado siglo.
En este número de National Geographic publicamos un amplio reportaje, titulado «Preservar el paraíso», en el que explicamos de manera detallada el ejemplo de conservación que ofrece la península costarricense de Osa. En esta maravilla natural, muchas iniciativas conservacionistas están ligadas a los ingresos del sector turístico, que estos últimos meses se han resentido enormemente debido a la pandemia de COVID-19. Y esta situación está poniendo a prueba el modelo.
También hemos entrevistado al presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, para hablar con él sobre los retos ambientales que afronta no solo su país, sino el mundo entero. El presidente costarricense entiende que el ejemplo que ofrece su país puede servir de referencia a otros, y por eso impulsa diversas iniciativas ambientales internacionales. Alvarado afirma que, sin lugar a dudas, el cambio climático es «el reto más grande de nuestra generación». Lo que está en juego es el futuro de nuestro planeta, y «nos estamos quedando sin tiempo para actuar».
Este artículo pertenece al número de Febrero de 2021 de la revista National Geographic.
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