Seguro que te ha pasado más de una vez. Nos referimos a esa sensación de saber que estás en el momento perfecto y en el lugar adecuado. Justo cuando se completa la cuadratura del círculo, cuando Arquímedes exclamó eureka completamente desnudo por las calles de Siracusa o Batman encontró a Robin. La diosa fortuna nos devolvió la mejor de sus miradas cuando viajamos al Valle del Jerte mientras su millón y medio de cerezos se encontraban en su instante más álgido de floración.
No importa cuánto dure el invierno, la primavera siempre llega y contemplar aquel océano de capullos blancos rebosantes de belleza fue una sensación maravillosa, una deliciosa sorpresa que nos tenía preparado el destino. Extremadura y la provincia de Cáceres están repletos de lugares preciosos que nada tienen que envidiar a otros que suelen acaparar más portadas de revista acompañados de pompa y fasto. Sin ir más lejos, el año pasado en las mismas fechas estuvimos en un viaje a Japón durante la floración del sakura y la del Valle del Jerte nos provocó la misma fascinación.
Pero el Valle del Jerte, es mucho más que cerezos en flor, pueblos bonitos y rica gastronomía (muy recomendable el restaurante del Complejo Rural Las Palomas, tienes que probar su espectacular comida casera). En nuestro reciente viaje a Cáceres con niños pudimos descubrir un entorno natural de una belleza y diversidad extraordinaria. En Extremadura saben guardar muy bien sus secretos porque antes de estar por allí nunca nos hubiéramos imaginado que escondían esos tesoros.
Los Pilones, una de las piscinas naturales más bellas de Europa
Nuestra aventura empezó en el fascinante paraje de Los Pilones, ubicado a pocos kilómetros en coche de Cabezuela del Valle y Jerte en plena reserva natural de la Garganta de los Infiernos.
Precisamente la empresa de actividades de aventura con la que hicimos esta excursión lleva también por nombre Garganta de los Infiernos y gracias a su alma mater Ángel Vicente Simón la experiencia fue realmente formidable. Es de esas personas que contagia entusiasmo con todo lo que hace, además de ser una enciclopedia andante y un profesional como la copa de un pino, se conocía la montaña como la palma de su mano. Siempre hemos dicho que la diferencia entre un buen guía y un mal guía puede condicionar un viaje y los recuerdos que se tengan de un destino. En este caso fue inmejorable y por eso le estamos muy agradecidos.
Los Pilones es uno de los parajes naturales más visitados de la provincia de Cáceres con aproximadamente 170.000 personas al año. La razón es que esconde una de las piscinas naturales más hermosas de toda Europa. Está repleta de pozas o pilones circulares con formaciones de marmita de gigante provocados por la erosión de los cantos rodados.
Los fines de semana (especialmente en verano) suelen estar a tope de gente que va a refrescarse y a pasarlo en grande saltando de poza en poza. Nosotros tuvimos la gran fortuna de visitarlo sin gente y aunque estuvimos tentados de darnos un chapuzón, las temperaturas de principios de abril y la fuerza del agua por las lluvias de la semana anterior nos persuadieron. Eso sí, estuvimos un buen rato embobados mirando la belleza de Los Pilones mientras los niños se dedicaron a tirar piedras y a jugar con palos convertidos en sables láser.
Nosotros nos acercamos hasta allí en 4×4 pero la ruta también se puede hacer a pie. Son más o menos 7 kilómetros con un desnivel de unos 250 metros que se puede superar en poco más de una hora (un poco más si viajas con niños). En verano es mejor ir entre semana y temprano para evitar masificaciones, aunque la empresa Garganta de los Infiernos tiene algunas rutas muy chulas para ver el atardecer de este y otros bellísimos parajes de la zona (ya sea en 4×4, a pie, en bici o kayak).
El Valle del Jerte a nuestros pies desde la Garganta de los Infiernos
La Ruta en 4×4 por la reserva natural de la Garganta de los Infiernos duró toda la mañana. Es una forma muy cómoda de que los niños disfruten de la naturaleza, pues trascurre por pistas y caminos muy seguros y los peques tienen la oportunidad de estar en contacto directo con la fauna y la flora del Valle del Jerte y disfrutar de unas vistas que quitan el hipo. Además, en los trayectos también tienen tiempo de desconectar a ratitos. Oriol, por ejemplo, se quedó dormido en uno de los tramos en coche.
Lo más espectacular de esta excursión son los numerosos miradores naturales emplazados en la parte más occidental de la Sierra de Béjar que te permiten divisar el Valle del Jerte a vista de pájaro. A principios de abril, se mezclaba el blanco de los cerezos en la parte baja del valle con las nieves que cubrían cimas como La Campana, el Canchal del Turmal y el Calvitero o Torreón que con sus 2.401 metros de altitud es el pico más elevado de Extremadura.
Además de cabras montesas y aves rapaces, tuvimos la ocasión de divisar algunos trechos de la Ruta que el Emperador Carlos V hizo en su viaje hacia el Monasterio de Yuste (dura unas 9 horas tras 27 kilómetros). También observamos el resultado del paso del antiguo glaciar de Asperones, atravesamos las dehesas boyales donde los ganaderos enviaban a las reses a pastar, incluso vimos un exposium donde los Betones realizaban sus peculiares rituales funerarios al estilo de los entierros celestiales del Tíbet.
También disfrutamos de las vistas del Collado de las Losas y del Valle de la Serrá, el único de origen glaciar que existe en Extremadura. No obstante, lo mejor fue la sensación de tener una montaña para nosotros solos con las explicaciones e interpretaciones magistrales de Ángel Vicente. Incluso nos permitimos el lujo de disfrutar de un picnic campero con productos artesanales (cómo estaba ese queso y el vino de pitarra) mientras divisábamos cabras montesas y rapaces con un telescopio. Los niños se lo pasaron de maravilla respirando aire puro y jugando con todo lo que la naturaleza ponía a su alcance.
Las cascadas de la Ruta de las Nogaledas y la Garganta del Bohonal
El colofón a una jornada increíble por esta zona de la provincia de Cáceres lo puso una excursión a pie para descubrir las increíbles cascadas y saltos de agua de la Ruta de las Nogaledas y la Garganta del Bohonal.
La Ruta de las Nogaledas empieza en el casco urbano del municipio de Navalconcejo y en un par de horas puedes recorrer los senderos que separan las seis cascadas principales. Como nosotros íbamos con niños pequeños hicimos la caminata al revés, es decir, subimos con el 4×4 a la parte más alta y caminamos un trecho con los peques entre alisos, almeces y fresnos. El sonido y la fuerza del agua nos dejó embelesados.
La última visita del día fue a la zona de la Garganta del Bohonal donde se puede observar la preciosa cascada del Caozo (pese a la horrible y peligrosa pasarela que han ubicado para contemplarla). Aunque pertenece al municipio de Piornal, este salto de agua está más cerca de Valdastillas.
El regreso entre cerezos en flor por el Valle del Jerte a nuestro alojamiento en la Casa Rural de Agroturismo El Vallejo sirvió para contar todas las batallitas y anécdotas de un día extraordinario. ¿Os podéis imaginar cómo durmieron Teo y Oriol aquella noche? Lo dicho, el momento perfecto en el lugar adecuado.
Galería de fotos del Valle del Jerte y la Garganta de los Infiernos
via Pau http://ift.tt/1rxXRh4
No hay comentarios:
Publicar un comentario