Estoy convencido de que no hemos sido ni uno, ni dos, ni cien, sino muchos más los que estábamos enganchados a los relatos de Carmen Pérez del Olmo y a la forma tan cercana y apasionada que tenía de contar sus viajes en Trajinando por el mundo. Han sido algunas (no pocas) las ocasiones en las que he decidido liar el petate y escoger un destino inspirado por sus magníficos textos, aunque a veces no hacía falta porque me transportaba a esos lugares remotos directamente a través de sus palabras, como por arte de magia.
Conocí a Carmen en persona hace muchos años, incluso he tenido la suerte de viajar con ella a algún destino cuando ejercía de periodista. Tiene un talento innato para involucrarse con los destinos y logra sacar siempre lo mejor de los mismos en sus textos. Poco a poco la frecuencia con la que nos llegaban sus relatos fue menguando como un azucarillo que se deshace en un té hirviendo, así que acudí directamente a la fuente para ver qué estaba sucediendo. La respuesta es muy sencilla, Carmen había emprendido otro proyecto. Su nombre es Panipuri Viajes y a través de esta conversación podrás descubrir de qué se trata ¿nos acompañas?
Hola Carmen, hace mucho tiempo que nos conocemos y siempre te he admirado como viajera y como escritora. Siempre he dicho que los tienes muy bien puestos, así que es un placer tenerte por aquí. Si quisiera ir a visitarte unos días en estos momentos ¿a qué destino tendría que volar mi avión?
Hola, Pau. Encantada de aparecer en tu blog de esta forma tan especial. Ahora mismo estoy en el sur de India, donde llevo algo más de dos meses viajando junto a Antonio Aguilar por los estados de Karnataka, Kerala y Tamil Nadu. A ti que ya conoces el norte puedo decirte que esta zona es otro mundo completamente diferente, más tranquila, verde, natural… Sin embargo, como estamos entrando ya en la temporada de calor, dentro de unos días viajaremos al norte, a las montañas de Ladakh, que además de gozar de temperaturas más fresquitas es uno de los pocos rincones de este país que aún me queda por pisar. Se trata de una zona de cultura tibetana, que poco o nada tiene que ver con la India que la mayoría de la gente conoce. Si te decides a coger ese avión, allí te recibiremos con los brazos abiertos.
Recuerdo mi experiencia en India como una mezcla muy intensa de sensaciones, a veces enfrentadas. Un caos total al que puedes llegar a echar de menos y al que, por otra parte, es difícil acostumbrarse. Como alguien que lleva mucho tiempo allí ¿qué consejos darías a un viajero que va a afrontar por primera vez un periplo en India?
Como dices, India es un país de contrastes muy fuertes, en el que tanto lo bueno como lo malo se multiplica exponencialmente. Eso te hace vivir una montaña rusa de emociones muy intensas que al final del día, sobre todo si es la primera vez que vienes, puede agotarte mentalmente. Un momento tienes ante ti el más magnífico palacio y a tan solo unos metros te encuentras ante unos de los slums (barrios marginales) más pobres de Asia. Esas diferencias son difíciles de digerir. Al mismo tiempo, se trata de un país con unos puntos de luz que van mucho más allá de su riqueza material: la forma de ser de sus gentes, su alegría de vivir, su amabilidad, generosidad y hospitalidad… Pero se trata de una belleza enmarcada en un contexto de gran desigualdad e injusticia social, en muchos casos rodeada literalmente de montañas de basura, y sobre todo, una superpoblación abrumadora. Todo esto forma un espeso bosque cuyos “árboles” hay que aprender a apartar para ver la imagen en conjunto, con todas sus cosas buenas y las malas también.
Se suele decir que a India “o la amas o la odias”, y en mi opinión esto, además de no ser cierto, puede condicionar mucho a las personas que vienen por primera vez. Alguien que llega pensando “o la voy a amar, o la voy a odiar”, inevitablemente tenderá a inclinarse en una de estas dos direcciones, y razones para hacerlo en uno u otro sentido nunca le van a faltar. India es un país muy complejo que no se abre ante ti sin más: hay que rascar en su superficie, profundizar, sacar conclusiones, equivocarse, volver a hacerse preguntas… Y a pesar de hacer todo esto, cuando al final regreses a casa te irás con aún más preguntas de las que tenías antes de venir. Eso es lo normal.
Mi primer consejo, por tanto, sería venir sin prejuicios de ningún tipo y con la mente abierta. Tomárselo con calma, no pretender hacer un tour de siete ciudades en siete días, porque en India las distancias son enormes y el país ya es lo suficientemente intenso como para añadir el agotamiento de los contantes traslados. Es mejor ver menos lugares pero verlos bien, pasar un par de días en cada ciudad. Tener tiempo libre, al menos tres horas cada día, para pasear a tu aire y simplemente observar, hablar con la gente. Creo que el mayor error que muchas personas cometen al viajar a India con un circuito organizado es precisamente tener tantas actividades y visitas programadas que no queda tiempo para la reflexión. Y la reflexión en India es más que necesaria, obligatoria.
Un subcontinente tan heterogéneo como India te habrá dejado muchos buenos y malos recuerdos. ¿Cuáles pesan más? ¿Podrías contarnos uno de esos instantes que te han marcado como persona y que sólo puedes vivir en India?
Te voy a ser sincera. En India sucede algo que no he experimentado en ningún otro lugar del mundo, y es que cada día ves y te suceden tantas cosas diferentes, episodios que en cualquier otro lugar podrían considerarse excepcionales y quedar para el recuerdo como el “punto fuerte” del viaje, que todos se acumulan formando un “gran todo” del que soy incapaz de extraer un único recuerdo y analizarlo por separado.
Por ponerte un ejemplo, podría decir que la primera vez que contemplé una cremación completa, con todo el ritual que la rodea, fue uno de los momentos más intensos no solo de mi primer viaje a India, sino de mi vida. Pero ahora que pienso en ello con la perspectiva del tiempo, no puedo destacar ese momento porque tras esa cremación he asistido a muchas otras que por diferentes motivos me han impactado mucho más. No solo eso: en la misma semana he visto morir a una persona, bailado en una boda con más de mil invitados y dormido en casa de una familia que sin tener más que una cama para sus cinco miembros me ha invitado sin reparar en gastos. ¿Cómo puedo destacar uno de estos recuerdos sobre los otros? ¿Cuál me ha marcado más? Sin duda India está transformando poco a poco la persona que soy, pero todo el conjunto de experiencias en conjunto, no un solo suceso por separado.
Si tuvieras que recomendar tres lugares imprescindibles de India a alguien que viaja allí por primera vez ¿cuáles serían y por qué?
En este sentido soy bastante ortodoxa, y creo que la persona que viene por primera vez no se puede perder el norte de India, los estados de Rajasthan, Uttar Pradesh y Madhya Pradesh. Primero, porque su riqueza cultural es inmensa, con tanto patrimonio que falta tiempo para verlo todo. Por otra parte, esta zona es la que podríamos considerar la India más “clásica”, la que todo el mundo conoce al menos por documentales, y por supuesto eso es algo que hay que ver al menos una vez. Una vez visto eso, recomiendo conocer la zona de Cachemira, que es una auténtica maravilla tanto a nivel cultural como natural. O, aquí en el sur, los famosos backwaters de Kerala. Y me detengo porque podría no parar.
Como has dicho antes, India más que un país es un subcontinente. Cada uno de sus 29 estados (sin contar sus seis Territorios de la Unión y Delhi como capital) tienen sus propias características, idioma, cultura, tradiciones, religión y creencias… Entiendo que la vida es muy corta, el mundo muy grande, y por eso muchas personas no se plantean la idea de viajar varias veces al mismo país, pero créeme cuando te digo que a India podrías volver una y otra vez, encontrándote con mundos completamente diferentes.
Me consta que últimamente has dejado apartada un poco la faceta de escritora para dedicarte de lleno a un proyecto que se llama Panipuri ¿cuéntanos de qué se trata y qué papel juegas en él?
Creo que Panipuri ha sido la consecuencia lógica tras estos años viajando y escribiendo sobre mis viajes. En un momento dado el cuerpo me pidió ir un paso más allá, compartir estas experiencias no solo sobre el papel (o a través de la pantalla) sino sobre el propio terreno. La idea llevaba tiempo dándome vueltas en la cabeza, y uno de los detonantes para ponerla finalmente en práctica fue aquí en India. Una tarde pasé varias horas sentada en un templo, escuchando los cantos de los fieles, observando las ofrendas, y me entristecí al ver cómo los grupos de turistas entraban apresuradamente, tomaban cuatro fotos y salían tras dar una vuelta rápida a la sala. En ese momento pensé que tenía que haber un término medio entre viajar tan lentamente como lo hago yo y hacerlo de una forma tan encorsetada. India no es un país que se “visita” o se “ve”: India es un país que te atraviesa, si le das la oportunidad. Para ello no es necesario viajar con una mochila sin ningún tipo de organización previa: basta con salir un poco de la burbuja de los circuitos tradicionales, de los hoteles de la grandes cadenas, hablar con la gente, pasar un par de días con una familia local… En los últimos años yo he reunido las herramientas y contactos que me permiten hacer esto, y pensé que sería bonito compartir mi filosofía y forma de viajar con los demás.
¿Qué os diferencia de otras agencias? ¿Por qué tendría que escogeros a vosotros?
Creo que nuestra mayor diferencia es que antes de ser una agencia hemos sido (y somos) viajeros. Llevamos años recorriendo el mundo por nuestra cuenta, tenemos una idea muy romántica de lo que es viajar, y cuando diseñamos un viaje a medida o acompañamos a un grupo lo hacemos pensando en lo que nos gustaría ver y vivir a nosotros mismos. Compartimos con nuestros viajeros toda nuestra experiencia y conocimientos, pero también damos mucha libertad y tiempo libre para que cada cual descubra el país a su aire, algo que consideramos fundamental para que el viaje sea un verdadero viaje.
Por otra parte, el factor humano es muy importante para nosotros, y por eso nuestros grupos están limitados a un número máximo de diez personas. De esta forma se crea entre nosotros un ambiente familiar muy bonito, imposible de encontrar en grupos más grandes. Al final somos como una pequeña familia, y te confieso que cuando un viaje termina y despido al grupo en el aeropuerto, no es raro que moje un poquito la pestaña.
¿Qué tipo de personas viajan con Panipuri Viajes? ¿Están vuestros viajes dirigidos a un perfil determinado?
Con nosotros han viajado ya personas de todo tipo, desde los 24 años a los 70, y también familias con niños. Grupos de amigos, parejas, hombres y mujeres en solitario… Curiosamente estas últimas son mayoría, no sé si debido a que somos más viajeras, o a que India es un país que impone algo más de respeto y ven en nosotros una forma de conocerlo de forma segura sin renunciar a un viaje auténtico.
Hablando ya concretamente de los viajes en grupo, a veces coincide que todos los integrantes son más o menos de la misma edad, y otras se forma un grupo de lo más diverso. Esto es algo que me encanta porque, partiendo de que todo el que llega a nosotros lo hace buscando un tipo de viaje diferente a lo convencional y comparte nuestra filosofía, en esa diversidad nos enriquecemos todos y el intercambio de opiniones y los debates que mantenemos son súper interesantes. Para mí, que una de las cosas que más me gustan de este trabajo es la oportunidad que me ofrece de volver a descubrir el país a través de nuevos ojos, esto es un tesoro.
Y ya que suelo viajar con mis hijos ¿a partir de qué edad recomendarías a un niño viajar a la India? ¿Qué recomendarías de India a la gente que viaja con niños?
Te vas a sorprender, pero en India cada vez veo a más familias viajando con niños realmente pequeños. ¡Algunos de meses! Con esto solo te quiero decir que los niños no son ningún impedimento para viajar a este país si el viaje se prepara bien y los tiempos se organizan de forma que los pequeños no se cansen, pero obviamente este seguiría siendo un viaje más para los papás que para los niños.
Si de lo que se trata es de que el niño realmente disfrute la experiencia yo te recomendaría viajar con ellos a partir de los diez años, cuando ya son más conscientes de lo que están viendo y pueden llevarse un aprendizaje de ello. Una ruta bonita podría combinar algo de Rajasthan, con sus palacios de leyenda, y Madhya Pradesh, donde Kipling buscó su inspiración para escribir “El libro de la Selva”.
¿Echas de menos el gusanillo de escribir en el blog? ¿Volveremos a leerte en Trajinando por el Mundo o en otras plataformas como Kamaleon?
No sabes cuánto. Además, como siempre estoy viajando, cada día descubro nuevos lugares y vivo experiencias que me gustaría compartir. Todas las mañanas me prometo sacar un rato, pero todavía no he conseguido cumplirlo. Entre organizar los próximos grupos, hacer el seguimiento de las personas que tenemos haciendo viajes privados, la búsqueda de nuevas rutas, alojamientos y actividades (todo esto en movimiento, así que cuenta las horas que paso en transportes)… te puedes imaginar el tiempo que me queda libre.
De momento Panipuri es mi prioridad y se lleva todo mi tiempo y energías, pero sí, volveré a escribir en el blog y, si en Kamaleon aún me recuerdan, será un enorme placer hacerlo también ahí.
¿Próximo destino?
De momento seguiré en India unos meses más, por lo menos hasta septiembre, cuando guiaré los últimos viajes del verano. Después daremos un pequeño salto al Sudesde Asiático, ya que en otoño tenemos unos preciosos viajes en grupo a Myanmar y Vietnam. ¿Te apuntas, Pau?
via Pau http://ift.tt/1s5F6lq
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