sábado, 6 de diciembre de 2025

Viajes. Un estudio propone utilizar drones para evitar fallos estructurales en edificios

Si construir un edificio de dimensiones convencionales ya supone un reto, levantar un rascacielos lo es todavía más. Se requiere a profesionales muy experimentados (arquitectos, ingenieros y constructores), una planificación meticulosa y saber de antemano los posibles problemas que pueden aparecer durante el desarrollo del proyecto, así como las soluciones específicas aplicables para que no surjan problemas cuando esté acabado.

Los edificios muy altos deben estar preparados para resistir los vientos fuertes (grandes cargas laterales), los sismos, las vibraciones/oscilaciones y su propio peso, ya que de no estar bien construido se corre el riesgo de que se venga abajo… Esto obliga a utilizar núcleos rígidos de hormigón, sistemas de arriostramiento (diagonales de acero), cimentaciones muy profundas (especialmente en terrenos complejos) y amortiguadores masivos.

Controlar el proceso en las plantas más bajas es relativamente sencillo, pero no tanto en las superiores. Y cuando está el rascacielos acabado, llevar un seguimiento de la fachada es fundamental para evitar complicaciones. De nuevo, en los pisos más altos no es una tarea sencilla, y los métodos tradicionales de inspección requieren mucha mano de obra y tiempo, además de ser susceptibles a los errores y accidentes. Esto podría solucionarse mediante la inteligencia artificial y los drones.

Detectar grietas y manchas de agua con una precisión superior al 90 %

Los investigadores proponen drones no tripulados con cámaras de alta resolución, sensores LiDAR y sistemas de navegación GPS para circular por rutas preprogramadas

La detección de los defectos en las fachadas se ha convertido en una prioridad para los ingenieros estructurales y administraciones de las instalaciones, ya que los no detectados pueden acelerar el deterioro, lo que significa dos cosas: reparaciones más costosas y riesgo de seguridad para los ocupantes y los peatones.

Se ha descubierto que los avances en las tecnologías digitales podrían ayudar a reducirlos considerablemente, algo hasta el momento impensable con los métodos convencionales que involucran a la mano de obra humana. Gracias a los vehículos aéreos no tripulados y a la inteligencia artificial, la industria está virando hacia soluciones más inteligentes y automatizadas.

Las imágenes obtenidas por los drones, combinadas con la detección de defectos impulsada por la IA, ofrecen una alternativa prometedora para realizar evaluaciones rápidas, precisas y no intrusivas de fachadas de edificios de gran altura. Los drones toman imágenes desde múltiples ángulos sin necesidad de andamios ni cuerdas, las cuales se procesan mediante algoritmos de aprendizaje automático, concretamente redes neuronales convolucionales (CNN).

Estas redes CNN están entrenadas para identificar y clasificar los diferentes tipos de defectos. Aunque para ser entrenadas hayan requerido una gran cantidad de datos, a la larga es una técnica mucho más eficiente y económica, ya que minimiza los costos y mejora la precisión a la hora de proporcionar información práctica para el mantenimiento de los edificios de gran altura.

Además, ofrece la escalabilidad necesaria para implementar los avanzados sistemas de detección en múltiples edificios dentro de los entornos urbanos. Según los datos proporcionados por el Informe Anual de Accidentes de Trabajo del 2023 de CTAIMAel mantenimiento de infraestructuras es un sector con bastante siniestralidad, especialmente en la construcción.

El índice de incidencia es de 6.298,6 accidentes por cada 100 mil trabajadores. Las caídas, golpes y el atrapamiento son las principales causas de accidentes mortales en el sector. Las caídas desde mucha altura son una causa común de accidentes graves, a menudo relacionadas con resbalones y tropiezos. Los golpes por caídas de objetos o contra maquinaria/herramientas también influyen. Con los drones y la IA, esta cifra se reduciría considerablemente.

Los vehículos aéreos no tripulados son flexibles, seguros y rentables, no solo porque eliminan la necesidad de montar andamios y accesos con cuerdas (que resultan peligrosos y costosos para el ser humano), sino porque diversos estudios han demostrado que las cámaras que integran tienen una resolución tan alta que permiten capturar imágenes de fachadas con un nivel de detalle suficiente para identificar los defectos.

Detección con gran eficiencia

Además, los avances en IA, sobre todo el aprendizaje profundo, han revolucionado el campo de la detección automatizada de defectos. Las redes CNN han demostrado ser muy eficientes a la hora de clasificar las grietas, desconchados y otras anomalías superficiales. Esta tecnología ha demostrado ser útil en detectar grietas en el hormigón, en comparación con las técnicas tradicionales de detección de bordes.

Durante el estudio, las imágenes de los drones combinadas con modelos CNN para automatizar la detección de defectos en puentes permitió detectar grietas y manchas de agua con una precisión superior al 90 %. Esta tecnología incluso puede, gracias a los datos recopilados por los vehículos aéreos no tripulados, detectar las grietas en tiempo real.

No obstante, a pesar de los grandes avances, la combinación de drones con IA para la inspección de edificios de gran altura todavía sigue poco explorada. La mayoría de las investigaciones actuales se centra en puentes, pavimentos y la monitorización general del estado estructural, en lugar de las fachadas verticales.

El sistema propuesto por el estudio está basado en drones no tripulados equipados con cámaras 4K de ultraalta resolución, sensores LiDAR para mapeo de profundidad y sistemas de navegación GPS. Los vehículos aéreos siguen rutas de vuelo preprogramadas que cubren la fachada tanto vertical como horizontalmente, garantizando una cobertura completa de la superficie al mismo tiempo que se minimiza la redundancia de imágenes.



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jueves, 4 de diciembre de 2025

Viajes. China saca a la luz un robot que puede caminar como un ser humano

El primer robot humanoide de la historia se remonta a 1939, un año marcado por el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. La compañía Westinghouse Electric Company, especializada en productos y servicios para centrales nucleares, presentó en la Feria Mundial de Nueva York a Elektro. Esta máquina, con una altura aproximada de 2 metros y 120 kilogramos de peso, dejó a los asistentes boquiabiertos: podía caminar, hablar hasta 700 palabras, fumar cigarrillos, inflar globos y mover tanto sus brazos como cabeza.

Han pasado más de 85 años desde la presentación de Elektro. Actualmente, es propiedad del Museo Conmemorativo de Mansfield (Ohio), y el destino de su compañero Sparko, un roboperro que podía ladrar, sentarse y rogar a los humanos, es desconocido. El mero conocimiento de su existencia y característica sirve para ver cuánto ha evolucionado la robótica en estas más de ocho décadas.

Si bien todavía no caminan libremente por las calles ni son un miembro más de la familia, los robots humanoides modernos pueden realizar tareas gracias a la inteligencia artificial que Elektro no sería capaz de hacer en la vida. Entre sus mejoras están la ejecución de movimientos complejos, como pasos de baile avanzados y de artes marciales. Sin embargo, al desplazarse todavía se nota que son robots, por mucha cara de «humanos» que tengan. Excepto el XPENG IRON.

XPENG planea producirlo en masa para finales de 2026

Presentado al público hace un año, en noviembre de 2024, durante un evento de la compañía, el XPENG IRON es un robot humanoide que destaca sobre la competencia por moverse como si fuera un ser humano. De hecho, para demostrar que no era una persona disfrazada, lo abrieron para que los asistentes pudieran ver su interior.

Otra de las razones por las que el IRON ha llamado tanto la atención es porque la compañía tras su desarrollo, XPENG, está especializada en la fabricación de vehículos eléctricos y tecnologías de inteligencia artificial para conducción autónoma. Algunos de sus productos más populares son los SUV G6 y G9, así como el sedán P7; coches de ajustada relación calidad-precio y buenas prestaciones.

Desde su anuncio oficial, XPENG ha mostrado versiones mejoradas de su robot humanoide, incluyendo una que llaman ‘Next-Gen IRON’. La máquina tiene una estructura con columna vertebral humanoide, «músculos biónicos» y piel exterior flexible. El conjunto no solo le da una apariencia física más realista, sino también unos movimientos muy similares a los humanos.

Solo sus manos tienen 22 grados de libertad, permitiéndole manipular objetos con una precisión sorprendente. El robot está impulsado por la inteligencia artificial de la compañía, con chips propietarios llamados ‘Turing AI’ que le permiten procesar grandes modelos de IA para visión, lenguaje y acción. Incorpora una batería de estado sólido que, además de reducir el peso de la máquina, mejora la densidad energética para una mayor seguridad y autonomía.

XPENG afirma que su IRON ya está siendo usado en algunas líneas de producción de la empresa para tareas de ensamblaje y otras industriales. El objetivo de la firma es que el robot humanoide llegue a estar presente en entornos más diversos, como tiendas, oficinas y espacios comerciales. Más allá de manipular objetivos, la intención es que realice trabajos de atención y asistencia al público.

La compañía ha ideado el IRON como una plataforma que se puede moldear, estilizar y personalizar. En el proceso de desarrollo, ha considerado ofrecer distintos tipos de cuerpos, algunos más delgados y otros más robustos, así como piel sintética que recubre todo el cuerpo y formas de género más definidas. Como explicó el director ejecutivo He Xiaopeng:

Puedes elegir un IRON un poco más grueso o… un IRON más delgado… personalizarlo… según tus preferencias

Aun con todo lo que ofrece, XPENG quiere que el IRON no solo sea funcional, sino también accesible. Debido a su diseño, resulta más “cálido e íntimo” que otros robots humanoides más convencionales, que dan la sensación de ser mucho más mecánicos y fríos. Sin duda, sería un gran aliciente para que las personas tarden menos en aceptarlos en los entornos cotidianos.

Si todo va bien con la hoja de ruta, el siguiente paso de XPENG es producir en masa el IRON a finales de 2026, priorizando su uso comercial en tiendas, oficinas, áreas de recepción o como guías, en lugar de en los hogares. Muchos expertos son escépticos en cuanto a la viabilidad del proyecto, ya que una cosa es que el robot sea capaz de moverse en entornos controlados de manera relativamente fiable, y otra a que lo haga en entornos reales, desordenados e impredecibles.

Rodney Brooks, fundador de iRobot, avisó a los entusiastas e inversores de los robots humanoides que lo mejor que podían hacer es “no acercarse a menos de tres metros de uno”. Y no es una visión catastrofista o exagerada: estamos hablando de máquinas de metal muy pesadas y con la altura de un ser humano real, que acumulan una gran cantidad de energía cinética al caminar. Por ello, los accidentes graves son una posibilidad a tener en cuenta y que hay que evitar.



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miércoles, 3 de diciembre de 2025

Viajes. Desarrollan un robot que lucha contra el cambio climático

El Gran Arrecife de Coral es tan gigantesco que para repararlo hay que trabajar como si fuera una gran industria, con mucha precisión. Durante años, científicos e ingenieros han criado miles de corales jóvenes y han ideado herramientas para colocarlos en el mar, colaborando, además, con las comunidades locales. 

Ahora, el gran cambio llega con un nuevo aliado: robots marinos guiados por inteligencia artificial. Hablamos de una tecnología que es lo suficientemente avanzada como para ayudar a desplegar corales a una escala que sería imposible solo con personas.

La tecnología que quiere recuperar el Gran Arrecife de Coral

Este avance tiene un nombre, Sistema de Guiado para el Despliegue, y unas siglas, DGS. Su trabajo consiste en repartir por el arrecife pequeños dispositivos cerámicos, que llevan dentro corales jóvenes. Estos se colocan justo en los sitios donde tienen más posibilidades de crear.

No se busca tanto reemplazar a personas, sino ayudarles a llegar mucho más lejos. Lo que antes necesitaba de barcos especiales, buceadores y muchas horas de trabajo, ahora puede hacerse con un sistema automático que decide en tiempo real dónde y cuándo soltar cada dispositivo.

Ruta creada por el sistema DGS para desplegar corales

Uno de los ingenieros del proyecto, Ben Moshirian, ha explicado, en el comunicado publicado en la página web del Instituto Australiano de Ciencias Marinas, que "el sistema no es tanto una sola tecnología sino muchas, reunidas en un flujo de trabajo que mejora el rendimiento de nuestros esfuerzos de siembra de coral. El objetivo es garantizar que los dispositivos de siembra de coral se implementen de forma precisa y segura en ubicaciones preestablecidas".

El reto de colocar los dispositivos exactamente donde hacen falta en un arrecife enorme es ideal para el DGS. Este sistema usa modelos basados en años de datos para elegir las mejores zonas y analiza factores como corrientes, temperatura o la estabilidad del fondo marino. Después, cuando está en el agua, sus cámaras y algoritmos deciden el momento ideal para soltar cada dispositivo. Funciona casi como un piloto automático, pero dedicado a restaurar el arrecife. Eso sí, que el sistema sea autónomo no significa que no sean necesarias personas.

Al contrario. Este DGS guarda la ubicación exacta de cada punto donde se sueltan los corales, de modo que los científicos pueden volver cuando quieran y comprobar cómo están creciendo. Además, permite tener margen de decisión, pudiendo los miembros del equipo colocar los dispositivos manualmente.

Parte del equipo tecnológico que conforma el sistema DGS

El valor real de esta tecnología está en todo el conocimiento que incorpora. Cada decisión automática se basa en modelos creados por expertos del programa RRAP, que está pensado para salvar el Gran Arrecife de Coral a través de nuevas tecnologías, ciencias avanzadas y la colaboración de las comunidades locales.

Estamos, por tanto, ante un trabajo conjunto de varias instituciones, con datos recogidos durante cinco años. Lo mejor de todo es que este Sistema de Guiado para el Despliegue continuará mejorando con el paso del tiempo. Cuantos más corales se desplieguen y más datos se recojan, más aprenderá el sistema y más preciso será.

El objetivo del proyecto es que cualquier persona o institución pueda utilizar esta herramienta y no solo los grandes buques de investigación. El sistema está pensado para funcionar también en embarcaciones pequeñas, lo que permite que las comunidades locales o grupos indígenas puedan participar en la restauración del arrecife sin necesitar de caros equipos.

Ayudando al océano a recuperar lo que ha perdido

Y las pruebas ya han comenzado. Los investigadores están comprobando cómo funciona el DGS en barcos de cinco metros cerca de la costa y en pequeñas lanchas usadas en el arrecife exterior. No solo están evaluando si la IA guía bien los despliegues, sino también el espacio que ocupa el sistema, si es fácil de manejar o si lo puede usar gente sin experiencia.

En el futuro, se podría llegar a plantear una fase en la que el sistema pueda instalarse en barcos autónomos, que sean capaces de trabajar solos durante mucho tiempo. Aun así, el doctor Moshirian recuerda: "Esta tecnología no consiste en que las máquinas reemplacen a los humanos. Se trata de que los humanos trabajen con máquinas para que nuestra ciencia tenga un impacto a una escala que antes era difícil de lograr".

El DGS es uno de los avances más importantes del programa RRAP, que está financiado por el gobierno de Australia y por la Fundación del Gran Arrecife de Coral y que está desarrollado por varias universidades y por centros de investigación como el Instituto Australiano de Ciencias Marinas o la Organización de Investigación Científica e Industrial de la Commonwealth. Ahora, el proyecto entra en una nueva fase de pruebas reales en el mar, dentro del Programa de Despliegues Piloto.

El arrecife está muy presionado por el calentamiento global y los episodios de blanqueamiento, con lo que nuevas e ingeniosas soluciones siempre son bienvenidas. Unir ciencia y robótica ya no es una idea futurista, sino toda una necesidad. No se busca controlar el océano, sino ayudar a que recupere parte de lo que ha perdido.



via Roberto Cantero https://ift.tt/ePtcnr9

Viajes. Encuentran una avispa fósil gigante en El Soplao, atrapada hace 105 millones de años

Un equipo internacional de científicos ha encontrado un insecto que habitó los bosques del Cretácico: Cretevania orgonomecorum, una nueva especie de avispa fósil, ha sido descrita a partir de un fragmento de ámbar hallado en el yacimiento de El Soplao, en Cantabria. Esta joya paleontológica, fechada en el Albiense medio (hace unos 105 millones de años), destaca no solo por su excelente conservación, sino también por su sorprendente tamaño y su singular morfología.

El descubrimiento, publicado en la prestigiosa revista Palaeoentomology, representa un hito en el estudio del linaje extinto de las evaniodeas, un grupo de avispas parasíticas. Con una envergadura comparable a especies encontradas en regiones tan remotas como Myanmar o China, C. orgonomecorum amplía el mapa global de este antiguo género y proporciona claves evolutivas cruciales. Su estructura antenal y la venación de las alas, rasgos clave en su diagnóstico, obligan además a replantear la clasificación interna del género Cretevania.

"Arca de Noé" del Cretácico

El ámbar de El Soplao ha vuelto a llamar la atención en la paleontología mundial. Este yacimiento, localizado en la comarca de Rábago-Celis, se ha consolidado como un auténtico santuario del pasado, con más de 1.500 inclusiones fósiles identificadas y al menos 30 especies descritas hasta la fecha. La resina fosilizada, producida por coníferas hace más de cien millones de años, capturó fragmentos de vida de un ecosistema que oscilaba entre lo terrestre y lo marino, en una mezcla singular de ambientes que favoreció una conservación excepcional.

Esta dualidad ecológica permitió atrapar, en la transparencia del ámbar, no solo avispas, sino también mosquitos, arañas y restos vegetales. La posibilidad de estudiar organismos en tres dimensiones y con estructuras internas intactas hace de El Soplao una especie de "Arca de Noé" del Cretácico temprano. Y más aún: un portal directo a una era en la que los dinosaurios dominaban los continentes y las primeras plantas con flores comenzaban a esbozar el futuro del paisaje terrestre.

Una avispa singular

Desde una perspectiva evolutiva, lo que hace especial a Cretevania orgonomecorum es su combinación de rasgos únicos y su conservación impecable. El fósil ha permitido a los investigadores no solo describir una nueva especie, sino también aportar caracteres diagnósticos que servirán para delimitar otras especies futuras dentro del género

Es un caso ejemplar de cómo un único hallazgo puede reordenar piezas clave de un puzle mucho mayor: el de la historia de la vida en la Península Ibérica durante el Cretácico.

Aunque esta nueva especie ha acaparado los focos, no es la única evidencia de avispas primitivas en El Soplao. En años anteriores se documentaron ejemplares igual de fascinantes: como Megalava truncata, un raro macho de la familia Megalyridae, o Archaeromma, una diminuta avispa de apenas unos milímetros perteneciente a Mymarommatidae. Cada uno de estos hallazgos ha ido configurando un atlas más preciso de las comunidades de insectos que compartían hábitat con los dinosaurios en la antigua costa ibérica.

El valor científico del ámbar cántabro reside también en su capacidad para conectar continentes. Especies similares del género Cretevania han sido halladas en Asia, lo que sugiere vínculos biogeográficos y rutas de dispersión insospechadas entre regiones tan alejadas. Este tipo de correlaciones entre fósiles no solo ilustran la distribución antigua de los insectos, sino que también ayudan a reconstruir los movimientos de las placas tectónicas y la evolución de los ecosistemas cretácicos.

En definitiva, Cretevania orgonomecorum no es solo una avispa fósil atrapada en resina. Es una mensajera que, tras millones de años, nos ofrece una visión precisa y deslumbrante de un mundo perdido. 



via Sergio Parra https://ift.tt/2CYS8l1

domingo, 30 de noviembre de 2025

Viajes. ¿Eres adolescente a los 32 años? Hay una parte de tu cuerpo que sí

Desde que nacemos, nuestro cerebro no deja de transformarse. No es un simple motor que se desgasta con el tiempo, sino una orquesta que reorganiza sus notas, que reconfigura su partitura a medida que avanzamos por las estaciones de la vida.  Ahora, un equipo internacional de neurocientíficos ha logrado cartografiar, con precisión inédita, los cambios en la topología de las conexiones cerebrales a lo largo del tiempo, identificando cinco grandes fases de reestructuración cerebral, con puntos de inflexión clave en torno a los 9, 32, 66 y 83 años. Los hallazgos han sido publicados en la revista Nature Communications y prometen redefinir nuestra comprensión del desarrollo y envejecimiento cerebral.

El equipo, liderado por el investigador Joshua Faskowitz (Universidad de Indiana), analizó más de 4.200 imágenes de resonancia magnética de difusión de personas entre 0 y 90 años. Utilizaron algoritmos de aprendizaje automático (UMAP) y herramientas de teoría de grafos para observar no solo cómo cambia cada conexión del cerebro, sino cómo se reorganiza su estructura global a lo largo de la vida. Esta estrategia multivariante permitió captar no solo las curvas suaves del desarrollo, sino también sus giros inesperados: momentos de transición profunda en la arquitectura cerebral.

Los escalones de la vida

En términos neurobiológicos, la vida no avanza en línea recta, sino en escalones. El primero de ellos se sitúa en torno a los 9 años: es el final de una etapa de crecimiento explosivo de materia gris y blanca

El segundo hito, a los 32, marca el fin de un largo proceso de refinamiento de las redes cerebrales iniciado en la infancia, un periodo en el que la conectividad se vuelve cada vez más eficiente y especializada. 

Luego llega la estabilización (de los 32 a los 66), antes de que el cableado cerebral comience a mostrar signos de reorganización asociados al envejecimiento. A partir de los 83 años, esta red muestra una caída más significativa en eficiencia global y en la comunicación entre regiones cerebrales distantes.

Las cinco etapas

En estos cinco paisajes temporales, el cerebro no solo cambia en su forma de conectar, sino también en cómo se organizan los “centros de mando” (hubs) y las rutas de transferencia de información. La eficiencia global (una medida de cuán fácilmente puede viajar la información) alcanza su punto máximo cerca de los 30 años, lo que coincide con estudios previos sobre el pico de madurez de la sustancia blanca. 

Sin embargo, esta cúspide no implica que el cerebro anterior fuera inmaduro, ni que después comience un declive. Más bien, lo que cambia es el modo en que se redistribuye el trabajo interno del sistema nervioso.

Madurar y envejecer

Uno de los aspectos más reveladores del estudio es que desmonta ciertas ideas simplistas sobre lo que significa “madurar” o “envejecer” cerebralmente. ¿Se puede decir que el cerebro sigue siendo adolescente hasta los 32 años? 

No exactamente. Lo que ocurre, según los investigadores, es que ciertos patrones característicos de reorganización (como la optimización de rutas y la especialización de módulos) se extienden más allá de la adolescencia tradicional. Es decir, la eficiencia cerebral, más que la inmadurez, es lo que sigue desarrollándose hasta esa edad.

Tampoco sería correcto afirmar que el cerebro “entra en declive” a los 66 años. Lo que se observa es un cambio de tendencia en cómo se distribuyen las conexiones, asociado a procesos naturales del envejecimiento. No hay un derrumbe, sino una reconfiguración paulatina que probablemente tiene relación con factores de salud vascular, metabólica y genética. El verdadero punto de pérdida significativa de conectividad aparece, según el estudio, en la franja de los 83 años. Incluso entonces, no implica necesariamente deterioro cognitivo: muchas personas continúan con plena lucidez y funciones mentales en esta etapa.

Implicaciones

Este mapa topológico del cerebro humano no solo traza una cronología de la conectividad, sino que también ofrece una nueva herramienta para estudiar trastornos neurológicos y psiquiátricos. Si se conocen con precisión las etapas críticas de reorganización cerebral, podrían identificarse ventanas sensibles en las que intervenciones terapéuticas serían más eficaces. Por ejemplo, los periodos en los que el cerebro es más plástico podrían coincidir con los momentos de mayor riesgo para ciertos trastornos del neurodesarrollo o de aparición de demencias.

Además, el enfoque metodológico del estudio abre una vía innovadora para abordar la neurociencia desde una perspectiva de sistemas complejos. Al proyectar datos de alta dimensión sobre espacios geométricos más simples (una técnica conocida como manifold learning), se logra visualizar y cuantificar de manera elegante lo que antes era solo accesible a través de inferencias dispersas

UMAP, la herramienta utilizada, se ha convertido en un estándar en el análisis de datos cerebrales por su capacidad para conservar tanto relaciones locales como patrones globales.

El estudio, sin embargo, no está exento de limitaciones. Los propios autores reconocen que al trabajar con un diseño transversal (no longitudinal), no pueden seguir la evolución individual de un mismo cerebro a lo largo del tiempo. Además, las decisiones técnicas sobre segmentación y comparación entre bases de datos podrían haber influido en los puntos de inflexión detectados. Por otro lado, el sesgo de supervivencia saludable en las personas mayores incluidas en el estudio puede haber suavizado las diferencias en las etapas finales. Aun así, esta investigación establece un marco temporal objetivo sobre la arquitectura cerebral que podría servir como referencia para nuevas exploraciones clínicas y cognitivas. 



via Sergio Parra https://ift.tt/idm7rnY

sábado, 29 de noviembre de 2025

Viajes. Así es el tren submarino más grande del mundo

China está empezando a perfilar un gigantesco proyecto, que podría no solo ampliar su red ferroviaria, sino que cambiaría la manera en que dos regiones industriales se relacionan, transformando su paradigma actual del comercio. Para conocer esta historia, tenemos que irnos hasta el estrecho de Bohai, donde ingenieros avanzan en el diseño de un túnel que conectará dos poblaciones.

Las afortunadas serán Dalian y Yantai, dos ciudades portuarias separadas, en la actualidad, por un interminable viaje de seis horas. Si la idea acaba haciéndose realidad, esa larga ruta podría acabar siendo un plácido viaje de alrededor de 40 minutos.

El excepcional reto del túnel del estrecho de Bohai

Comencemos por el inicio del proyecto. Los primeros estudios indican que serían necesarios crear tres tubos paralelos: dos para trenes de alta velocidad y uno central para los servicios de mantenimiento y evacuación. Esta configuración, habitual en infraestructuras subterráneas, permitiría unir este trayecto con las redes del norte y del este de China. Las velocidades podrían llegar a los 250 km/h.

Las cifras que se manejan en estos momentos son realmente escandalosas. Estamos hablando de un presupuesto aproximado de 26.000 millones de euros y unos posibles ingresos anuales de 2,5 millones de euros cuando se haya estrenado y esté en pleno funcionamiento.

Este túnel no solo agilizará el transporte de mercancías, sino que permitirá ganar tiempo, fiabilidad y mejorar el flujo logístico. Y para los viajeros, como comprenderás, la mejora es más que evidente, cambiando horas por minutos. Si hablamos de la industria, tendríamos que hablar de la puntualidad. 

Quitar de en medio el rodeo por la costa reduciría incertidumbres, algo esencial en un país con cadenas de suministro muy ajustadas, barcos reservados con meses de antelación y almacenes que operan casi sin margen de maniobra. Al conseguir un enlace directo entre dos sistemas ferroviarios, no solo es más fácil pasar de un lado a otro, sino que también el conjunto se vuelve más eficiente.

La línea roja indica el camino que recorrerá el tren en su paso por el estrecho de Bohai

Eso sí, idear un túnel bajo un estrecho tan transitado es un reto excepcional, repleto de problemas técnicos a resolver. El subsuelo del estrecho de Bohai combina sedimentos, roca dura y zonas fracturadas, lo que obliga a reforzar la futura estructura. Además, los movimientos sísmicos habituales en la zona hacen que esta deba absorber vibraciones sin comprometer su integridad.

Uno de los grandes pilares del proyecto es la seguridad. El tubo central, que mencionábamos anteriormente, serviría como pasillo de rescate y como punto de acceso para llevar a cabo tareas de mantenimiento. Se prevé la instalación de sistemas de ventilación avanzados, así como sistemas de drenaje y despresurización o sensores de fuego.

En estos momentos, el proyecto continúa en fase de estudio, con evaluciones ambientales y análisis de todo tipo. Los plazos que se manejan están entre los diez y quince años de ejecución, evidentemente condicionados por las regulaciones, la disponibilidad de la maquinaria y los obstáculos del terreno. 

La financiación estaría a cargo de fondos estatales, así como de aportaciones de las distintas regiones y, también, de la deuda emitida a través de una herramienta financiera específica. Esta última es una maniobra habitual en las obras de esta magnitud.

Dado que aún estamos hablando de un proyecto en papel, solo podemos hablar de supuestos. En el caso de que acabase convirtiéndose en realidad, este túnel del estrecho de Bohai superaría en longitud al famoso Eurotúnel que une Reino Unido y Francia, con 38 kilómetros bajo el mar, o el túnel Seikan, que une las islas de Honshu y Hokkaido y que tiene 54 kilómetros de longitud.

123 kilómetros para unir las economías de dos regiones de China

¿Y qué hay de los riesgos asociados al proyecto? Estas obras, además de incurrir en sobrecostes y retrasos, también deben plantearse la protección del ecosistema marino. Debido a la gran cantidad de acero y cemento que utilizan, es fundamental controlar su impacto climático, que también será definido por la cantidad de tráfico que logren atraer y por si, de verdad, reducen los viajes por carretera o el mar.

Para conocer si el calendario previsto es realista, hay que estar atento a cuatro importantes señales: los nuevos datos que se publican acerca de las características del subsuelo, cómo queda el plan de seguridad, los plazos de contratación de la energía y las tuneladoras y, por último, cómo se reparte la financiación que describíamos en párrafos anteriores.

Como podrás entender, una obra tan colosal necesita que todas esas piezas encajen a la perfección. Si esto sucede, China podrá construir no solo el túnel submarino más largo del planeta, 123 kilómetros de extensión, sino una vía de escape para el sector logístico del país.

Estaríamos ante un túnel que no solo acortaría distancias entre dos regiones de uno de los países más extensos del planeta, sino que permitiría establecer un nuevo paradigma en la manera en que se fabrica y exporta en ese rincón de China. No lo verás, pero la obra que conectaría el mar de Bohai con el mar Amarillo busca no solo manipular el tiempo, sino cambiar el orden económico del país asiático. 



via Roberto Cantero https://ift.tt/TFcb1ga

miércoles, 26 de noviembre de 2025

Viajes. Humanos y golden retrievers: más parecidos emocionalmente de lo que imaginas

Desde los albores de la domesticación, el perro ha sido más que un simple compañero: ha sido un experimento biológico en tiempo real. Durante miles de años, los seres humanos no solo seleccionaron rasgos físicos o habilidades funcionales en estos animales, sino que moldearon, sin saberlo, su arquitectura emocional. 

Y en ese largo proceso de coevolución, algo inesperado ocurrió: los caminos genéticos del perro y del humano comenzaron a entrelazarse, no solo en lo externo, sino en lo más profundo de su comportamiento y sensibilidad.

Una nueva investigación liderada por Eleanor Raffan y publicada en PNAS ha revelado que al menos 12 genes relacionados con rasgos de personalidad en perros golden retrievers tienen paralelos funcionales en humanos, y están asociados con factores como la ansiedad, la sociabilidad, la agresión y la inteligencia

Esto no es solo una curiosidad científica: es una evidencia de que la evolución del comportamiento no es patrimonio exclusivo de nuestra especie, y que compartimos códigos de respuesta emocional que atraviesan el umbral de las especies.

1.300 perros

El estudio combinó análisis genómicos con datos de comportamiento obtenidos mediante un extenso cuestionario aplicado a más de 1.300 golden retrievers, todos en la etapa adulta de su desarrollo (entre tres y siete años). El objetivo era mapear la variabilidad genética de ciertos rasgos conductuales (desde la facilidad para el adiestramiento hasta el miedo a lo desconocido) y luego compararla con los datos de estudios de asociación genómica amplia (GWAS) en humanos

El resultado fue una convergencia sorprendente: regiones del genoma canino que explican la variabilidad conductual también parecen influir en trastornos y capacidades cognitivas humanas.

Uno de los genes más llamativos, PTPN1, se asocia en los perros con la agresividad hacia sus congéneres, mientras que en humanos se ha vinculado tanto con funciones cognitivas como con trastornos depresivos. Otro gen, relacionado con el miedo a otros perros, guarda paralelismos con tendencias humanas a revivir momentos vergonzosos o experimentar ansiedad anticipatoria. Así, comportamientos que antes podían interpretarse como simples peculiaridades caninas, cobran una dimensión mucho más profunda y empática.

“Si tu golden se esconde cada vez que alguien llama al timbre, quizá se deba a que, como tú, está predispuesto genéticamente a ser más sensible”, explica Anna Morros-Nuevo, coautora del estudio. 

Otro hallazgo interesante es la relación entre la adiestrabilidad y el gen ROMO1, que también aparece en humanos como un marcador de inteligencia emocional. Este descubrimiento sugiere que la eficacia del adiestramiento podría estar determinada no solo por la técnica o la constancia, sino por la sensibilidad emocional del animal. Los métodos clásicos de recompensa quizá deban evolucionar hacia modelos más empáticos, que integren el componente emocional como parte clave del aprendizaje.

Esta perspectiva, más que humanizar a nuestras mascotas, invita a reconocer que compartimos con ellas una raíz emocional que puede manifestarse de forma paralela. Y también sugiere que lo que antes interpretábamos como mal comportamiento, podría ser la expresión de un estado emocional genuino y angustiante.

Implicaciones

Este tipo de aproximaciones representa un cambio de paradigma: pasar de estudiar enfermedades mentales humanas en aislamiento a entenderlas como parte de un continuo biológico compartido.

La implicación es doble: comprender mejor a nuestros compañeros de cuatro patas y, al mismo tiempo, abrir nuevas rutas para entender y tratar ciertos trastornos humanos. Así pues, estas similitudes hacen de los perros (en especial de razas como el golden retriever) modelos naturales útiles para estudiar afecciones psiquiátricas relacionadas con la ansiedad o la hiperreactividad emocional.

Además, si ciertos comportamientos indeseados en los perros tienen una base genética compartida con desórdenes humanos, como la ansiedad, cabría incluso considerar tratamientos similares. Por ejemplo, los mismos fármacos ansiolíticos usados en medicina humana podrían (con el debido control veterinario) servir para ayudar a canes con reacciones exageradas al entorno.

Así, la próxima vez que tu golden te mire con esos ojos que parecen entenderlo todo, quizá sea porque, en el fondo, lo entiende. Y tú también a él.



via Sergio Parra https://ift.tt/n5yHfA8

lunes, 24 de noviembre de 2025

Viajes. “Necesitamos ver a la Unión Europea liderando para que cambien las dinámicas”

La Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, la COP30, ha finalizado este sábado 22 de noviembre con la firma unánime de un documento con una particularidad: no hace referencias a los combustibles fósiles. Aunque en la previa era uno de los principales puntos de debate, no ha habido consenso para el desarrollo de una hoja de ruta.

Desde Greenpeace han manifestado que el acuerdo final “no está a la altura de la crisis que enfrentamos”. La directora de Greenpeace España, Eva Saldaña, que ha participado de la conferencia, comparte sus primeras impresiones con National Geographic.

Las conclusiones de la COP30

“Creo que hay dos lecturas. Una que efectivamente es inaceptable por cómo está avanzando el cambio climático, y por otro lado, que hay un grupo cada vez más grande de países que se están aliando para proponer una hoja de ruta para los no combustibles” comenta.

COP30

Entre los que mayor resistencia han presentado, señala al grupo de los países árabes, a Rusia y a la influencia de Trump, pese a que Estados Unidos no ha participado: “Hay una incapacidad de llegar a acuerdos por dinámicas complejas que tienen ciertos gobiernos anclados en una economía del pasado e influenciados por grandes corporaciones fósiles y el agrobusiness”.

En el último día, Colombia planteó una objeción sobre la falta de avances en la mitigación del cambio climático. Tras una suspensión temporal, más de 80 países han apoyado la transición para abandonar los combustibles fósiles y han anunciado una cumbre, también convocado por Países Bajos, durante 2026, que se realizará en Santa Marta, ciudad del país latinoamericano.

“Esperamos que esa hoja de ruta de abandono de los combustibles fósiles nos traiga calendarios concretos y pasos más eficientes. De momento es una iniciativa. También hemos visto otro grupo de 94 países capaces de aliarse y generar una hoja de ruta para proteger a los bosques y acabar con la deforestación”, destaca Saldaña.

La postura de estos países, además del intervención de la sociedad civil, son signos de esperanza para la directora de Greenpeace España: “Algo se está moviendo, cambiando y quizás esos países puedan seguir aumentando la masa crítica necesaria para que esté dentro de los acuerdos de la COP31. El movimiento climático es imparable, y hemos defendido el espacio democrático”.

También ha destacado que la presidencia de Brasil se ha comprometido en el plenario final a acompañar la hoja de ruta durante los meses que le quedan. En 2026, la COP31 se realizará en Turquía con Australia, que cedió la organización por diferencias con países del Pacífico, presidiendo las negociaciones.

La Unión Europea y el cambio climático

Necesitamos ver a la Unión Europea liderando en todos los aspectos para que también cambien las dinámicas que se están dando. España puede ser referente en estos temas, pero nos gustaría verle más siendo vocal de la financiación pública global ante las pérdidas que está sufriendo el sur global”, menciona Saldaña.

La activista se refiere, principalmente, al gravamen de nuevos impuestos para los mayores contaminadores. Los objetivos planteados en el Acuerdo de París de 2015 están quedando lejos en el horizonte. En aquel entonces se intentó limitar el aumento medio de la temperatura global a 2º C respecto a los niveles preindustriales, redoblar esfuerzos para no superar la cota de 1,5 grados a final de siglo y alcanzar la neutralidad climática en 2050.

“Es un desastre y vamos perdiendo el poco margen que teníamos. Hay un margen que se estrecha con el cual irnos a escenarios mucho más dramáticos, como dicen los mismos informes. Yo creo que aún estamos a tiempo, pero necesitamos de forma urgente esos compromisos y esos acuerdos globales ya. Ya es ya”, explica.

Por último, aunque el gobierno federal de Estados Unidos no participó por política de Donald Trump, Saldaña destaca que hubo numerosas autoridades del país:

“Ha sido muy interesante ver mucha representación de los gobiernos locales de Estados Unidos. Casi un 60% del PBI representado en la cumbre. Creo que eso también nos da una idea”, concluye.



via Pedro Molina https://ift.tt/Lpsxh6I

Viajes. Descubren cómo los pájaros logran orientarse mientras vuelan: el secreto está en un órgano en concreto

Durante siglos, los humanos han observado con asombro las migraciones imposibles de aves que, sin mapas ni GPS, atraviesan continentes y océanos con una precisión que bordea lo milagroso. ¿Cómo lo hacen? El misterio ha desafiado generaciones de científicos, pero ahora, un equipo de investigadores cree haber encontrado una pieza clave del rompecabezas: una especie de brújula biológica oculta en el oído interno de las palomas.

Este sorprendente hallazgo, publicado el 20 de noviembre en la revista Science, se basa en un enfoque doble: mapeo cerebral avanzado y secuenciación de ARN de células individuales del oído interno de estas aves. Ambas líneas de evidencia apuntan a que el sistema vestibular (estructura tradicionalmente relacionada con el equilibrio) podría tener un rol decisivo en la percepción del campo magnético terrestre.

El mecanismo físico

Eric Warrant, investigador en biología sensorial de la Universidad de Lund (Suecia), lo resume así: “Es probablemente la demostración más clara de las rutas neuronales responsables de la percepción magnética en cualquier animal”. Y aunque estudios previos ya habían planteado que especies como tortugas marinas, truchas o petirrojos poseen esta sensibilidad, nunca se había delineado con tal claridad el mecanismo físico implicado en ella.

Uno de los mayores retos en este campo ha sido determinar dónde se registra esta información magnética en el cuerpo de los animales. Hasta ahora, las hipótesis principales señalaban a los ojos (donde se baraja un posible efecto cuántico en la retina que permitiría ‘ver’ campos magnéticos) o al pico, que contendría partículas de óxido de hierro funcionando como minúsculas agujas de brújula.

Sin embargo, ya en 2011, algunos experimentos sugerían que el sistema vestibular de las palomas reaccionaba a estímulos magnéticos. Esta estructura, compuesta por tres canales llenos de fluido y orientados en ángulos rectos entre sí, es la que permite a los vertebrados mantener el equilibrio y orientarse en el espacio tridimensional. Los resultados fueron reveladores: ciertas regiones cerebrales (en particular, aquellas que procesan señales del sistema vestibular) mostraron una actividad neuronal claramente vinculada a la exposición magnética. Aunque el hallazgo no explicaba cómo las neuronas sentían el magnetismo, sí reducía drásticamente la lista de candidatos a un solo sistema: el oído interno.

El equipo dio un paso más allá, investigando si las palomas podrían tener una versión modificada de un mecanismo conocido en tiburones y rayas, animales capaces de detectar diminutas corrientes eléctricas producidas por el movimiento de presas. En 2019, se descubrió que las palomas también expresan una proteína sensible a cambios eléctricos, con una modificación genética específica (una inserción de 10 aminoácidos) que permitiría captar corrientes inducidas por campos magnéticos.

El secreto reside en los canales del oído

En el estudio actual, la secuenciación del ARN de células individuales del sistema vestibular reveló una alta presencia de proteínas sensibles a alteraciones electromagnéticas. A medida que la paloma mueve la cabeza, los canales del oído interno detectan los tres vectores del campo magnético terrestre (x, y, z) y los transforman en señales eléctricas que el cerebro puede interpretar como orientación espacial.

Este proceso, a diferencia de otros modelos que requerían luz para activarse, funciona incluso en la oscuridad. Con todo, aunque el estudio es muy robusto, aún se necesitan pruebas genéticas más sólidas. Por ejemplo, aplicar tecnología CRISPR para eliminar la secuencia genética clave en el modelo y comprobar si la capacidad de detectar campos magnéticos desaparece. De confirmarse tras estas comprobaciones, en el oído interno de una paloma habremos encontrado la llave a uno de los dones más extraordinarios de la naturaleza: el arte de nunca perderse.



via Sergio Parra https://ift.tt/OwCQbcd

Viajes. Primera muerte en el mundo de una persona infectada con el virus de la gripe aviar H5N5

Las autoridades sanitarias de los Estados Unidos han confirmado la primera muerte humana registrada a causa del virus H5N5, un subtipo de la gripe aviar. El paciente fallecido era una persona adulta, con problemas de salud subyacentes, residente del condado de Grays Harbor, en el estado de Washington. El fallecido había estado hospitalizado desde principios de noviembre, después de desarrollar fiebre alta, confusión y problemas respiratorios.

La vía de transmisión más probable ha sido a través del contacto con una bandada mixta de aves de corral domésticas que poseía y atendía en el patio trasero de su vivienda. Estas aves de corral domésticas habían estado expuestas a aves silvestres. La gripe aviar es una enfermedad viral causada por virus de la influenza tipo A que circulan de manera natural en las aves acuáticas silvestres a nivel global. Estos virus tienen la capacidad de infectar a otras especies de aves y, con menos frecuencia, a mamíferos. Muchas veces resultan mortales para aves de corral, como pollos y pavos.

La gripe aviar altamente patógena

En los últimos años, los virus de la gripe o influenza aviar altamente patógena (IAAP) se han propagado a una escala sin precedentes, provocando una mortalidad masiva en aves y mamíferos. En 2023, se detectó una incursión transatlántica de virus de la gripe aviar altamente patógena H5N5 desde Eurasia a Norteamérica, con una modificación genética (sustitución PB2-E627K) que les ayuda a adaptarse a los mamíferos. De hecho, la variante que infectaba a mapaches y zorrillos de Norteamérica era la misma que hacía enfermar a los gatos domésticos en Islandia, provocando letargo, pérdida de apetito, calambres y rigidez.

Tres gatos (una hembra adulta y dos gatitos de 10 semanas) murieron en Islandia tras haber estado enfermos sólo unos días. La cepa H5N5 responsable de su enfermedad fue exactamente la misma que se encontró en aves silvestres y aves de corral en Islandia.

Una paradita en Islandia, Groenlandia o Svalbard

No es casualidad: Islandia es un conocido lugar de escala para gaviotas y otras aves marinas infectadas con gripe aviar. De hecho, está implicada en la posible propagación de virus desde Europa a América del Norte, conectando las rutas migratorias americanas del Atlántico este y del Atlántico norte.

Groenlandia también podría desempeñar un papel similar en la propagación del virus de la gripe aviar, junto con Svalbard, un archipiélago noruego del alto Ártico. Es más, el primer caso documentado de muerte por el virus de la influenza aviar altamente patógena (HPAIV) subtipo H5N5 en una morsa del Atlántico (Odobenus rosmarus rosmarus) fue encontrado muerto en Svalbard en el año 2023.

Ese mismo año, en Noruega, se encontraron numerosas águilas de cola blanca (Haliaeetus albicilla) infectadas con el H5N5. Y al parecer, la región atlántica de Canadá es un importante punto de entrada a Norteamérica para los virus de la influenza aviar euroasiáticos.

Por el aire y por el agua

Los virus de influenza tipo A pueden dividirse en diferentes subtipos dependiendo de los genes que constituyen las proteínas de superficie, la hemaglutinina (H) y la neuraminidasa (N), que son las que el sistema inmune del individuo infectado reconoce como antígenos “extraños”.

Existen 18 subtipos de hemaglutinina y 11 subtipos de neuraminidasa diferentes, de H1 a H18 y de N1 a N11 respectivamente, por lo que potencialmente existen decenas de combinaciones del subtipo de influenza A, siendo H5N5 una de ellas.

Dentro de cada subtipo existe una considerable variabilidad, lo que repercute en la patogenicidad de la cepa. La mayoría de los subtipos de virus influenza patógenos para los seres humanos se originan en aves, pero también en cerdos, que ofrecen un espacio ideal para que variantes de diversos orígenes se mezclen (recombinación).

En las aves acuáticas, los virus de influenza A se replican y son eliminados del tracto digestivo, lo que permite la transmisión por el agua. En humanos, porcinos y otros modelos de mamíferos, los virus de la influenza se replican en el tracto respiratorio superior o inferior, lo que favorece la transmisión aérea.

La infección a humanos es excepcional

En circunstancias excepcionales, los virus de la gripe aviar pueden infectar a seres humanos y hacerles enfermar. La mayoría de los casos documentados en personas han ocurrido tras la exposición directa a animales infectados. Hasta ahora casi todos los casos mortales en humanos habían sido causados por el linaje euroasiático H5N1. El caso estadounidense es el primero conocido en que el H5N5 causa la muerte de un humano.

A pesar de que existen informes que sugieren la capacidad de los subtipos H5 para infectar a los humanos, la propagación eficiente de estos virus es limitada entre las personas. Pero aunque el riesgo para la población general es bajo, es recomendable tomar medidas preventivas, como evitar el contacto directo con aves silvestres, aves de corral y otros animales enfermos o muertos, observándolos solo a distancia y no tocando superficies o materiales contaminados con su saliva, mucosidad o heces.

Gallinas (iStock) (1)

En caso de que sea inevitable el contacto cercano o directo con animales enfermos o muertos, es crucial utilizar el equipo de protección personal recomendado. Además, es prudente lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón, y abstenerse de tocar y consumir leche cruda y productos lácteos crudos, especialmente aquellos provenientes de animales con una infección confirmada o sospechada, o que se encuentren en áreas con animales infectados.

La vacuna contra la gripe estacional no protege contra la gripe aviar, pero se recomienda su administración para reducir el riesgo de que una persona de infecte de ambas a la vez, porque podría aumentar la posibilidad de que surja un virus de la gripe aviar con mayor capacidad de transmisión entre humanos.The Conversation

Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation. Lea el original.



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viernes, 21 de noviembre de 2025

Viajes. “Guardianes del Mediterráneo”: una docuserie que quiere salvar el mar más amenazado del planeta

Desde las aguas del Estrecho de Gibraltar hasta las islas griegas, "Guardianes del Mediterráneo" quiere mirar de frente al mar más presionado del planeta. La docuserie de tres capítulos, impulsada por el etólogo, escritor y storyteller de National Geographic España Alex Avello (Oviedo, 1991), combina imágenes submarinas de alto impacto, ciencia y relatos humanos: pescadores de almadraba, equipos que salvan corales a 40 metros de profundidad o científicos que estudian algas invasoras.

El primer episodio, “La puerta del Mediterráneo”, se ha rodado en el Estrecho de Gibraltar. El segundo, “Las últimas supervivientes”, estará centrado en Grecia, con la foca monje, en peligro crítico de extinción, como embajadora. El tercero recorrerá proyectos de conservación que ya funcionan a lo largo del litoral. Más que un documental, Avello concibe la serie como el corazón de un movimiento para conectar con las generaciones más jóvenes, sumar aliados y asegurar que el Mediterráneo siga siendo hogar, sustento y refugio.

National Geographic: Has dicho en repetidas ocasiones que sabemos más de la luna que del océano. ¿Es verdad eso?

Alex Avello: «Es totalmente cierto. Vivimos de espaldas al mar. Lo hemos visto como un espacio infinito donde volcar plásticos, contaminación, sobrepesca… sin pensar en las consecuencias.

Invertimos más en conocer la Luna y lo que hay fuera de la Tierra que en nuestro propio planeta. Del océano conocemos apenas un 5 %. Eso significa que aún ignoramos la mayoría de los procesos, las formas de vida y las oportunidades que esconden sus aguas.

Guardianes del Mediterráneo

National Geographic: ¿En qué momento piensas que la cámara es el medio que puede llevarte a lograr tu objetivo de conservación?

Alex Avello: «Soy etólogo y he trabajado en muchos proyectos científicos (Puerto Rico, Baja California, Patagonia argentina, Maldivas, Azores, entre otros) y en todos me repetían que se me daba bien comunicar. Al principio piensas que es cosa del amor de tu madre, pero cuando te lo dicen tantas veces empiezas a escucharlo.

De niño escribía cuentos; luego publiqué dos libros y ahora sale el tercero, sobre conservación marina para niños. Contar historias siempre ha estado ahí. Empecé subiendo a redes vídeos de fauna salvaje, hasta que pensé: “vamos a darle un sentido a esto; no solo mostrar cosas bonitas, sino explicar qué está pasando”. Vinieron los vídeos con mensaje, los artículos sobre conservación para un periódico de Asturias… y entonces apareció National Geographic.

En el Centro de Conservación de Manatíes del Caribe me dijeron algo clave: hace falta un puente entre la ciencia llena de papers y el público general, y ese puente somos los comunicadores.

National Geographic: ¿Cómo nace “Guardianes del Mediterráneo” y qué te hace pensar que ahora es el momento de contar esta historia del mar, y que alguien no la haya contado antes?

Alex Avello: «Hace un año y medio me propusieron crear una serie documental en la que yo fuese la voz, la imagen y el hilo conductor. Literalmente me dijeron: “queremos una especie de David Attenborough”, y siendo mi mayor referente, casi me desmayo.

A partir de ahí diseñamos una serie de tres capítulos. Ahora estamos en pleno rodaje del primero, en el Estrecho de Gibraltar. Si íbamos a hablar del Mediterráneo, tenía que ser por su puerta: un lugar sometido a enorme presión, con el conflicto entre orcas y veleros, la expansión del alga invasora Rugulopteryx okamurae y una de las rutas marítimas más transitadas del mundo. La pregunta es cómo sobrevive la biodiversidad a todo eso. Creemos que faltan historias del Mediterráneo contadas desde dentro.

National Geographic: Si tuvieras que explicar tu proyecto en una frase, ¿qué dirías que aporta de nuevo respecto a otros documentales?

Alex Avello: «“Guardianes del Mediterráneo” es, sobre todo, una conexión con las generaciones actuales. Para mí eso era fundamental. Creemos que las generaciones de ahora son la herramienta de conservación más importante del mañana. Por eso el documental intenta hablar su lenguaje, entrar en sus códigos y mostrarles un Mediterráneo que les importe de verdad.

 

National Geographic: ¿Quiénes son esos guardianes que protagonizan la serie?

Alex Avello:«Uno de los guardianes que ya hemos grabado es Pedro Ponce, un chico joven, surfista y pescador de almadraba de generación en generación. Es de los pocos de su edad que sigue en el oficio, mientras muchos de sus amigos trabajan ya en otros sectores, más ligados al mundo digital.

Él sigue allí, en una pesca artesanal que contrasta con la pesca industrial que ejerce tanta presión sobre el Mediterráneo.

Iremos a grabar también con Janek Andre, conservacionista y científico, que tiene un proyecto de investigación con orcas en el Estrecho. Es una eminencia en cetáceos, con trabajos tanto en Gibraltar como en Gran Canaria. Con él queremos aportar esa voz científica que explique qué está pasando con los cetáceos, con las orcas y con toda la presión a la que están sometidos.

 

Guardianes del Mediterráneo

National Geographic: Durante el rodaje, ¿hubo algún lugar o situación en el Mediterráneo que te hiciera decir: “esto la gente lo tiene que ver para entender lo que está en juego”?

Alex Avello: «Sí. Curiosamente, fue en el primer “play” de la cámara. Nos tiramos al agua para las primeras tomas subacuáticas, en pleno cambio de marea y con muchísima corriente, en la zona de la isla de las Palomas, en Tarifa.

Nada más entrar, la sensación era la de estar en medio de un campo de meteoritos de Rugulopteryx okamurae: teníamos el alga por todas partes. Visualmente, es potentísimo, pero también una señal de alarma. Es una especie invasora que ha entrado en el Mediterráneo a través del agua de lastre de los cargueros y está colonizando todo.

National Geographic: ¿Qué esperas que ocurra después de que alguien vea el documental? ¿Qué cambio concreto te gustaría inspirar en el público y en los responsables políticos?

Alex Avello: «Para mí el documental no es solo un documental: es el epicentro de un movimiento.La pieza audiovisual dura lo que dura, pero lo importante es todo lo que puede generar alrededor.

Yo ya trabajo con niños en colegios y una de las ideas es usar "Guardianes del Mediterráneo" para ir a institutos, no solo en España sino en Europa y donde nos llamen, y dar charlas sobre conservación marina. Queremos llegar a los más jóvenes, que son la herramienta más importante.

También queremos organizar eventos y encuentros con los propios guardianes: Pedro, el pescador; Marina, que trabaja con corales; Janek, con los cetáceos… Que cuenten en primera persona por qué son guardianes, e ir sumando cada vez a más gente.

 

Guardianes del Mediterráneo

National Geographic: Para quien lea esta entrevista y, sobre todo, para quien vea el documental: si tuviera que hacer una sola cosa para convertirse en guardián del Mediterráneo, ¿qué debería cambiar en su vida diaria?

Alex Avello: «Lo primero es dejar de vivir de espaldas al mar y mirarlo de frente. Entender que no es un decorado, sino la base de nuestra vida. Sin entrar en muchos datos técnicos: entre un 50 % y un 75 % del oxígeno que respiramos viene del océano. Solo eso ya debería bastar para darle importancia.

Luego está el respeto. A todos nos gusta viajar, ir de vacaciones, disfrutar de la playa. Y yo animo a seguir haciéndolo, pero no de forma egoísta. Hay que incorporar la empatía y poner, aunque sea un poco, el bienestar del planeta por delante de nuestros objetivos inmediatos.

Cuando lleguemos a un lugar, al menos dejémoslo como lo encontramos. Y, si podemos mejorarlo, mejor todavía. Ese es un primer paso muy sencillo para empezar a ser guardianes.

National Geographic: Antes mencionabas que trabajas mucho con los niños. ¿Qué preguntas te hacen ellos que los adultos no te hacen?

Alex Avello: «Desde que entras en una clase y proyectas imágenes del mar, los niños están al cien por cien. Uso mucho las maravillas de los océanos para, después, lanzar la pregunta: “vale, ¿pero qué está pasando?”.

En mi generación nadie vino al colegio a hablarnos de plásticos o de conservación. Ahora ellos están mucho más activos: te hablan de plásticos, de pesca, de animales en peligro… Son muy curiosos.

Al final de las charlas muchos niños me dicen: “de mayor quiero ser como tú”. Yo siempre les respondo que no: que tienen que ser aún mejores. Este planeta es suyo; ellos lo van a heredar y tendrán que cuidarlo.



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jueves, 20 de noviembre de 2025

Viajes. La apuesta del turismo regenerativo: viajar y dejar cada destino mejor de lo que era

“A un alemán no se le pone en duda la industria del automóvil. En España, sí: se pone en duda la industria del turismo”. La frase, lanzada sin rodeos por José Manuel Camarero, secretario autonómico de Turismo de la Comunidad Valenciana, resonó en el auditorio del Sun&Blue – Blue Tourism Innovation Congress, en Almería, en la segunda jornada de ponencias. No era sólo una provocación: era una invitación a replantear la mirada sobre una industria que, en buena parte de España y del Mediterráneo, sostiene economías, paisajes y comunidades.

La mesa en la que intervenía llevaba por título “Turismo regenerativo: entre la ambición y la realidad” y reunía a voces que operan sobre el terreno: Marta Nel-lo, directora de la Cátedra de Innovación e Investigación en Turismo Salou–Costa Daurada (Universitat Rovira i Virgili) como moderadora; Núria Varela, directora de Calidad y Sostenibilidad del grupo hotelero Blaumar de Salou; Jordi Rom, gerente del Nàutic Parc – Estació Nàutica Costa Daurada i Terres de l’Ebre; Llorenç Bauzá, 5º teniente de alcalde y regidor del área de Medio Natural, Entornos Saludables, Mercados e Innovación del Ayuntamiento de Palma de Mallorca; y el propio Camarero.

Qué es el turismo regenerativo

Pero, ¿qué significa realmente “turismo regenerativo”? El término existe desde hace mucho tiempo, pero se ha popularizado al calor de debates sobre overtourism, huella ecológica y rechazo social al turismo masivo. “Muchas veces se malinterpreta, porque se asocia a una óptica negativa”, apuntó Nel-lo. “En realidad, no se trata sólo de no dañar, sino de actuar en positivo, de aportar valor añadido al ámbito social, cultural y ambiental”.

A diferencia del turismo sostenible, que busca, sobre todo, reducir impactos y mantener equilibrios, el turismo regenerativo aspira a dejar los destinos mejor de lo que estaban. No se conforma con “no empeorar”: quiere restaurar ecosistemas, fortalecer comunidades locales y reforzar su patrimonio material e inmaterial, con un papel activo del viajero.

Desde la experiencia del hotel Blaumar, en Salou, Núria Varela lo traduce en decisiones muy concretas. “Todo el mundo puede aportar, sean empresas pequeñas o grandes”, defendió. El grupo lleva 25 años certificado en sistemas de gestión ambiental y, más recientemente, ha ampliado el foco hacia la dimensión social. En lo ambiental, han eliminado los amenities de un solo uso en las habitaciones, han reducido la limpieza con agua a una vez cada tres días, con un ahorro de más de 2.000 litros diarios, y transforman el aceite usado de la cocina en detergente que reparten entre su plantilla.

 

Imágenes de la conferencia de Turismo Regenerativo del Sun&Blue

La innovación no se limita a la tecnología “verde”. El hotel está probando una herramienta de inteligencia artificial para medir el desperdicio alimentario del buffet y ajustar mejor la producción según el tipo de cliente, la temperatura o la estacionalidad. Lo que no se puede evitar se destina a una compostadora que genera abono para los jardines del hotel y para los huertos de quienes trabajan allí.

“Somos personas al servicio de personas”, recordó Varela. De ahí su apuesta por un Fondo Social que financia ayudas sin intereses, transporte público para la plantilla y jornadas de puertas abiertas para las familias, o por actividades culturales abiertas a la ciudadanía de Salou, como un happening artístico con sábanas reutilizadas y artistas locales.

El Mediterráneo como laboratorio de nuevas prácticas

En el mar, la regeneración también se juega a escala territorial. “Somos un destino de destinos”, explicó Jordi Rom sobre el Nàutic Parc, que agrupa unos 100 kilómetros de litoral entre la Costa Daurada y las Terres de l’Ebre, con más de 80 empresas de actividades náuticas. Una parte clave de su ámbito es el Parc Natural del Delta de l’Ebre, adherido a la Carta Europea de Turismo Sostenible. Allí, las empresas que trabajan en el mar y en el Ebro están auditadas y operan bajo criterios ambientales estrictos.

El siguiente paso es acelerar la transición en la movilidad. Rom adelantó el lanzamiento de “Green and Blue”, un catálogo de experiencias sin motores de combustión: sólo vela, tracción humana o propulsión eléctrica. También trabajan para introducir motos de agua y patinetes eléctricos de alquiler. El cambio, subrayó, no es sólo tecnológico, sino cultural. Puso como ejemplo la posidonia: “Hace unos años se decía que ensuciaba las playas. Hoy explicamos que, mezclada con la arena, crea una barrera natural que protege de la erosión. Aún hay quien sigue diciendo que la playa está sucia, pero seguiremos picando piedra”.

 

Imágenes de la conferencia de Turismo Regenerativo del Sun&Blue

Ese equilibrio entre visitantes y residentes atraviesa también a Palma de Mallorca, uno de los destinos emblemáticos del turismo mediterráneo desde los años sesenta. “Lo que toca ahora es repensar el modelo”, admitió Llorenç Bauzá. El Ayuntamiento ha comprado dos millones de metros cuadrados para crear un gran bosque metropolitano y prioriza políticas que vayan más allá del binomio “sol y playa” y del “todo incluido”. La apuesta pasa por la candidatura de Palma a Capital Europea de la Cultura 2031, el impulso de un distrito de innovación (Palma Innovation Bay) y la atracción de inversiones vinculadas a la cultura, la tecnología y nuevos modelos turísticos menos intensivos en territorio.

Para Bauzá, la clave está en “aterrizar” palabras que corren el riesgo de vaciarse de tanto uso: “Sostenibilidad y regeneración son términos que usamos mucho, pero aplicamos poco. Nuestro reto es que el residente se sienta cómodo con quienes nos visitan y vea que las políticas públicas no se hacen sólo para el turista, sino también para su calidad de vida cotidiana”.

Cuando el turismo se reivindica como aliado del planeta

Camarero llevó la reflexión al plano autonómico. Recordó su paso por Paradores, un ejemplo, según él, de cómo el turismo sirvió para dinamizar territorios en declive, y por la fundación Visit Valencia, en una ciudad que en quince años ha cambiado su fisonomía y su calidad de vida, en parte gracias al turismo. Hoy, afirma, la Comunidad Valenciana cuenta con 55 Planes de Sostenibilidad Turística dotados con 150 millones de euros, que financian desde senderos hasta islas de sombra para hacer más habitables los espacios públicos.

La región, número uno en banderas azules en Europa, ha certificado su estrategia de sostenibilidad con AENOR e integra ya los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible en su plan operativo. “No se trata de preguntar sólo “cómo ha ido el verano”, apuntó, “sino de cómo el turismo está beneficiando al territorio todo el año”. Eso implica desestacionalizar, diversificar productos, llevar tecnología e innovación a hoteles de interior o casas rurales y entender el turismo como una herramienta contra la despoblación.

Más allá de las cifras, Camarero quiso desmontar una idea muy extendida: que el turismo es, por definición, depredador. “El ser humano es un generador de huella ecológica. Todos dejamos huella de carbono, hídrica, ecológica. Pero cuando eres un ciudadano de a pie, nadie la calcula. Cuando eres turista, detrás hay todo un sector que intenta reducirla, compensarla y minimizar el impacto, y además dejar el territorio más bonito”.

Una industria que, subrayó, todavía siente la necesidad de justificarse: “A un alemán no se le pone en duda la industria del automóvil. En España, sí: se pone en duda la industria del turismo”.

Regenerar destinos… y también el relato sobre el turismo

En un momento del debate, Marta Nel-lo resumió el espíritu del turismo regenerativo como un cambio de foco: dejar de pensar sólo en no dañar y empezar a medir cuánto se aporta. Desde un hotel que convierte residuos en recursos y abre sus puertas al barrio, a un parque náutico que renuncia a los combustibles fósiles en parte de su oferta, pasando por una ciudad que quiere ser capital cultural y sembrar un gran bosque urbano o una comunidad autónoma que certifica su hoja de ruta climática, la mesa de Almería mostró que la regeneración ya no es sólo un eslogan.

Queda, sin embargo, el reto de escalar estas experiencias y de que el debate social alcance la complejidad del fenómeno. 



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miércoles, 19 de noviembre de 2025

Viajes. Costas Christ: “El turismo puede destruirlo todo o ayudarnos a prosperar”

Durante la inauguración del Sun&Blue – Blue Tourism Innovation Congress, que se lleva a cabo del 19 al 20 de noviembre en Almería, el auditorio, compuesto por expertos internacionales, representantes de instituciones públicas, empresas y universidades, no solo escuchó datos sobre turismo: asistió a una interpelación directa sobre el futuro del planeta. 

El encargado de abrir la tercera edición consecutiva de este encuentro dedicado al turismo, la sostenibilidad y la economía azul fue Costas Christ, una de las voces más influyentes del turismo responsable a escala internacional. Explorador, antiguo editor de National Geographic Traveler, fundador y presidente de Beyond Green Travel y figura clave en la definición de estándares globales de sostenibilidad, Christ es también el viajero cuyos periplos juveniles por Tailandia inspiraron la novela que dio origen a la película La playa, protagonizada por Leonardo DiCaprio.

Su mensaje, sin embargo, miró mucho más allá del mito cinematográfico. “Cerca del 80% del turismo es costero, cerca del mar”, recordó. El turismo, añadió, se ha convertido en una de las tres industrias más grandes del planeta: alrededor del 10% del PIB mundial está relacionado con este sector y más de una de cada diez personas en el mundo trabaja en él. Al mismo tiempo, el 40% de la población mundial vive a menos de 100 kilómetros de la costa, y es precisamente esa franja demográfica la que más crece.

Turismo: oportunidad o amenaza

Ese peso convierte al turismo en un actor decisivo. “Mi pregunta es: ¿el turismo es una oportunidad o una amenaza? Mi respuesta es: ambas cosas”, planteó Christ. La oportunidad económica es evidente, pero no inocua. En ciudades europeas como Barcelona o Venecia, señaló, los efectos del overtourism son ya cotidianos.

Contó el caso de una mujer veneciana de 83 años que, en la carnicería de toda su vida, se encontró aplastada contra la pared por la multitud de visitantes. “Queremos el turismo, pero no este turismo”, le dijo la mujer. La escena resume una tensión actual: cómo conciliar la actividad turística con la calidad de vida de los residentes y la integridad de los ecosistemas.

Asistentes de la conferencia de Costas Christ durante en el Sun&Blue

Durante décadas, el sector se ha guiado por la idea de carrying capacity, la “capacidad de carga”: llenar los destinos hasta su saturación máxima. Los turistas a escala global han pasado de ser 25 millones en 1950 a 1.400 millones en 2020, y se estima que serán 1.900 millones en 2030. Christ cuestionó ese paradigma y propuso cambiarlo por otro: el limit of acceptable change, el “límite de cambio aceptable”. Se trata de dejar de preguntar cuántas personas caben y empezar a preguntarse “¿qué tipo de turismo es mejor?”, “¿qué queremos?”, “¿cuál es el equilibrio adecuado?”. La cuestión desde hace tiempo ya no es solo cuánto turismo, sino qué turismo.

La lección de Tailandia

La reflexión de Christ está atravesada por su propia biografía. Nació en una isla de New Jersey, EE. UU., en una familia de pescadores. Cada verano, la isla se llenaba de turistas; en invierno, apenas quedaban unos pocos residentes. Aquella experiencia de lugar estacionalmente desbordado marcó su mirada. A los 18 o 19 años, decidió buscar “una isla como la suya, pero sin turistas” y la encontró en Tailandia.

Este mochilero estadounidense convenció a un pescador para que lo llevara a un lugar secreto solo para lugareños, y el nativo lo condujo a la isla de Koh Phangan. Christ quedó abrumado por la belleza del lugar y reveló la ubicación de la playa. Ahora, aquel primer turista occidental que llegó a Koh Phangan afirma que se arrepiente de haber revelado ese secreto, en el documental titulado The Last Tourist (2021), que analiza los efectos del turismo masivo como la degradación ambiental, el maltrato animal y la explotación de las comunidades locales.

La experiencia de Tailandia lo empujó a hablar, ya a principios de los años noventa, de conservación y de los riesgos del turismo descontrolado. Entonces, recordó, los directivos de grandes compañías le respondían con una mezcla de incredulidad y desinterés: querían oír hablar de oportunidades económicas, de empleo para las poblaciones pobres, de cómo el turismo evitaba la emigración.

En aquel entonces, la pregunta recurrente era si el turismo sostenible “funcionaba”. “Treinta años después, esa pregunta está obsoleta, porque sabemos que sí funciona”, subrayó durante su ponencia. “Ahora la verdadera pregunta es: ahora que tenemos las herramientas para implementar el turismo sostenible, ¿las usamos?”.

Tres pilares para transformar el turismo

En su intervención, Christ dibujó tres pilares esenciales sobre los que debe asentarse cualquier proyecto turístico que aspire a ser sostenible: la naturaleza, la cultura y la comunidad. La naturaleza y el patrimonio cultural constituyen el corazón de la experiencia de viaje; la comunidad local debe ser la principal beneficiaria. “Cualquier negocio se funda sobre oferta y demanda”, explicó. “¿Y qué ofrece realmente el turismo? Dos cosas: naturaleza y cultura”. Ni un folleto turístico muestra playas cubiertas de plástico. De ahí su interpelación directa al sector: “¿Qué estáis haciendo realmente para proteger vuestra oferta? Porque ahora lo que se está haciendo es destruir esa oferta”.

Christ advirtió también contra la trampa del greenwashing y la filantropía cosmética. “Los viajeros actuales son más inteligentes y atentos a estos trucos”, advirtió. La sostenibilidad, insistió, no puede quedar relegada a una partida de marketing, sino que debe situarse “en el corazón de la empresa, como uno de sus pilares”. Solo así dejará de ser un eslogan y se convertirá en un criterio que guía la gestión diaria de destinos y negocios. “El turismo sostenible consiste en obtener algo más y mejor”, resumió. No se trata de renunciar, sino de transformar para ganar en calidad, resiliencia y justicia.

 

Costas Christ durante su conferencia en el Sun&Blue

El mar ocupa un lugar central en esa transformación. Christ recordó que los océanos son responsables de alrededor del 70% del oxígeno que respiramos. “Dependemos del océano aunque vivamos en las montañas de Suiza”, dijo. Por eso, cuando se habla de economía azul, no se habla de una etiqueta sectorial, sino “de la vida misma”. Citó a su amiga Jane Goodall: en tiempos de crisis ecológica, recuperar la esperanza es una tarea urgente, pero esa esperanza debe apoyarse en decisiones concretas.

Para ilustrar el poder transformador y a la vez potencialmente destructivo del turismo, recurrió a una metáfora sencilla: “El turismo es como el fuego: sin control, lo destruye todo a su paso. Pero, adecuadamente planificado y gestionado, es una oportunidad que nos permite prosperar”. El fuego, recordó, fue un punto de inflexión en la historia humana cuando se aprendió a manejarlo. El reto actual es aprender a “manejar” el turismo con la misma responsabilidad.

Al final de su ponencia, Christ elevó el foco más allá de las cifras y los modelos de negocio. “Pensamos siempre que la naturaleza está ahí fuera. Nosotros somos la naturaleza”, afirmó. “Si salvamos la naturaleza, estamos salvándonos a nosotros mismos”. Y lanzó una advertencia cargada de oportunidad: “Los destinos y negocios de la economía azul que entiendan la transformación del turismo sostenible que está en marcha hoy se convertirán en los líderes de la industria del mañana”.

En un congreso volcado en imaginar el futuro del turismo, sus frases resonaron como una hoja de ruta: “No existe un país, existe un solo planeta. Earth first!”, concluyó. 



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martes, 18 de noviembre de 2025

Viajes. La Gomera enseña su globo estratosférico

La madrugada del lunes, mientras todo el mundo dormía en el municipio de Valle Gran Rey, un globo estratosférico se elevaba desde el Puerto de Vueltas. No era un espectáculo para la gente con insomnio, sino que era el punto final de varios días de preparativos y ajustes a cargo de la compañía B2Space, en un trabajo coordinado con el Cabildo de La Gomera y el apoyo de Proexca, la empresa pública del Gobierno de Canarias dedicada a impulsar la internacionalización del archipiélago.

El lanzamiento fue silencioso, rompiendo la oscuridad de la noche, y buscaba algo más que demostrar que se podía enviar un globo a la segunda capa de la atmósfera terrestre. El objetivo era demostrar que el futuro de la tecnología aeroespacial también puede escribirse desde una pequeña isla, con un entorno privilegiado. 

La tecnología respetuosa con el medioambiente lanzada en La Gomera

Sabemos que el ascenso se inició alrededor de las 02:30 horas de la madrugada, cuando los técnicos de B2Space concluyeron las comprobaciones previas y autorizaron el lanzamiento. El globo, que está diseñado para alcanzar la estratosfera sin la necesidad de recurrir a grandes cantidades de combustible, se elevó sin apenas ruido, con la cantidad justa de helio y con una precisión técnica fuera de toda duda. Pero, ¿para qué sirve ese globo?

En realidad, lo que la compañía B2Space ha probado es un prototipo del sistema Rockoon. La unión de las palabras anglosajonas rocket, cohete, y balloon, globo, dan nombre a un sistema que utiliza un globo estratosférico para elevar un cohete hasta unos 35 kilómetros de altura. Cuando alcanza el objetivo de altitud, el cohete se separa del globo y asciende a la órbita baja terrestre, donde podrá desplegar diferentes tipos de satélites. Estamos, en resumen, ante un proyecto para enviar satélites al espacio, sin tener que depender de lanzamientos de cohetes tradicionales, como podrían ser los que acumula por centenares SpaceX.

Estos globos, lejos de ser una anécdota, parece que podrían vivir una segunda juventud, ya que no solo permiten alcanzar grandes alturas, sino que pueden operar con infraestructuras aeroespaciales y, además, reducen el impacto medioambiental de otros métodos de acceso a la órbita del planeta. Dado que la industria aeroespacial está en auge, qué mejor idea que conciliar ambición técnica con responsabilidad climática, ¿verdad?

Este lanzamiento, además, expone la realidad de los globos aerostáticos: detrás de una tecnología aparentemente sencilla, se esconde una gran complejidad técnica. B2Space sabe que no solo hay que tener en cuenta las condiciones meteorológicas o los cálculos realizados previamente, sino que, además, existen infinidad de variables que cuidar. Entre ellas se podrían destacar los estudios de flotabilidad, el comportamiento térmico del gas, la electrónica a bordo del sistema, las rutas de ascenso y descenso, la recuperación del equipo o los análisis tras el vuelo.

El futuro del sector aeroespacial en las Islas Canarias

La Gomera está de enhorabuena y no solo por haber recibido al equipo de B2Space en su territorio, sino por el éxito del lanzamiento de este globo estratosférico. Además, la isla se está postulando como un escenario ideal para llevar a cabo experimentos en el campo de la industria aeronáutica, con lo que el mensaje lanzado es claro: estamos aquí y podemos hacer avanzar tecnología emergente en un espacio natural aún inexplorado por los gigantes del sector.

Las Islas Canarias ya son centro neurálgico mundial de observatorios y de centros de astrofísica, con lo que añadir más leña a ese fuego científico les permite seguir siendo referentes. Pero, esto no es todo. Este ensayo, según la información publicada en la página web del Cabildo Insular de La Gomera, forma parte de la "estrategia insular para impulsar iniciativas vinculadas al sector aeroespacial mediante tecnologías innovadoras, más accesibles y con un menor impacto ambiental".

El éxito del lanzamiento no solo fue un espectáculo que saldrá en medios de comunicación de nuestro país y otras naciones, sino que también supone poner en el mapa del sector aeroespacial al archipiélago, como plataforma operativa para futuros experimentos científicos. Además, cuantas más instituciones se vuelquen, mayor impacto tendrán en la población, lo que puede llevar a generar un tejido científico aún más poderoso y a crear vocaciones entre sus habitantes. 

Y es que el desarrollo de industrias como la aeroespacial no solo es cuestión de laboratorios y tecnologías de vanguardia, sino que también implica atracción de talento, la captación de los más jóvenes y el impulso de la cultura científica. El globo aerostático ya ha descendido, pero su estela puede continuar alumbrando nuevas oportunidades en los próximos meses y años. Si existe la firme certeza y el convencimiento de que La Gomera y otros territorios del archipiélago pueden ser referentes de esta industria, todos los actores implicados deberían colaborar para hacer realidad un reto mayúsculo.

Por el momento, sabemos que este vuelo de prueba ha sido todo un éxito y que todo lo que venga después, nuevos experimentos, colaboraciones o pruebas, dependerá de las autoridades competentes. Desde luego, si miras al cielo nocturno en cualquier rincón de las Islas Canarias, seguramente te topes no solo con un espectáculo sobrecogedor, sino con el futuro de la industria y la economía del archipiélago.



via Roberto Cantero https://ift.tt/bkqOp5R

lunes, 17 de noviembre de 2025

Viajes. Estudian 600 cráneos y descubren cómo los humanos antiguos criaron y comerciaron con los primeros perros domésticos

La desbordante variedad de razas caninas modernas suele atribuirse al capricho victoriano. Sin embargo, un nuevo estudio desmiente esa narrativa. Investigadores han descubierto que gran parte de esa diversidad ya estaba presente hace miles de años, mucho antes de la aparición de criadores de salón y concursos de pedigrí.

Dos trabajos publicados en Science desentierran fragmentos de la historia de este vínculo fundacional entre humanos y perros. Uno analiza más de 600 cráneos antiguos y modernos de perros y lobos; el otro, una secuencia genómica de perros de hace hasta 10.000 años hallados en Eurasia. 

Juntos, estos estudios no solo apuntan a una diversidad temprana, sino también a una posible red de comercio prehistórico de perros con rasgos específicos. En palabras de Carly Ameen, bioarqueóloga de la Universidad de Exeter y coautora de uno de los estudios, los perros ocuparon un lugar destacado en las sociedades humanas desde el principio. 

Pero diferenciar un fósil de perro de uno de lobo (especialmente cuando se remonta al Pleistoceno, durante la última Edad de Hielo) no es tarea sencilla. Para afrontarlo, su equipo empleó escaneos 3D de cráneos de 643 ejemplares, algunos con hasta 50.000 años de antigüedad.

Este enfoque permitió identificar un patrón anatómico distintivo: hocicos más cortos, caras más anchas. Este "sello canino" aparece ya en fósiles de hace 11.000 años hallados en el noroeste de Rusia. Curiosamente, el ADN de estos animales también encaja con el de los perros domésticos actuales. Apenas unos siglos después, los perros vinculados a cazadores-recolectores tardíos y las primeras sociedades agrícolas comenzaron a mostrar una extraordinaria variedad de formas craneales, que reflejan más de la mitad de la diversidad morfológica observada hoy.

 

Dos de los cráneos utilizados en el análisis: un cráneo arqueológico de cánido (arriba) y un cráneo moderno de perro (abajo). 

Mayor diversidad temprana

Desde el principio, pues, existía una diversidad sorprendente, mucho más amplia de lo que imaginábamos. Eso sí: los cráneos con formas extremas, como los de los bulldogs o pugs, brillan por su ausencia en el registro arqueológico, lo que indica que estas morfologías surgieron mucho más tarde.

¿Pero qué impulsó esa diversidad tan temprana? Una hipótesis plausible es que los humanos antiguos comenzaron a seleccionar perros en función de necesidades específicas: caza, defensa, compañía. La cría selectiva, aunque rudimentaria, podría haber empezado mucho antes de lo que la historia convencional sostiene.

En paralelo, el segundo estudio explora la genética de 17 perros antiguos encontrados en Asia oriental y Eurasia central. Al comparar sus genomas con los de humanos del mismo periodo, los investigadores descubrieron un patrón: las poblaciones humanas con distintas raíces genéticas tendían a estar acompañadas por perros con linajes diferenciados. 

Intercambio entre grupos

En algunos casos, cuando los humanos migraban, sus perros viajaban con ellos, dejando huellas conjuntas. En otros, sin embargo, las huellas genéticas de humanos y perros no coincidían, lo que sugiere la existencia de intercambios entre grupos. Una suerte de proto-comercio canino con fines funcionales.

Este fenómeno se observa especialmente en perros de ascendencia ártica, que aparecen ligados tanto a cazadores de las estepas euroasiáticas como a comunidades metalúrgicas del sur de China. Es decir, ya en la prehistoria, los perros eran algo más que simples compañeros: eran bienes valiosos, transmitidos de grupo en grupo por su utilidad.

¿Podría este comercio de perros haberse iniciado incluso antes, durante el último máximo glacial? Los estudios genómicos sitúan la divergencia entre linajes caninos hace unos 20.000 años. Pero los restos fósiles que permitirían confirmar esto siguen siendo escasos y fragmentarios. De hecho, de los 17 cráneos del Pleistoceno analizados por el equipo de Evin y Ameen, ninguno mostraba señales claras de domesticación.

Es probable que estos primeros perros fueran casi indistinguibles de los lobos. Por eso, os investigadores podrían necesitar fijarse en otras pistas menos evidentes: fragmentos mandibulares, huellas de convivencia humana o señales genéticas residuales. Como si la domesticación hubiera empezado de manera invisible, soterrada, antes de dejar un registro claro.

El verdadero origen del perro sigue siendo una interrogante sin resolver. Pero lo que parece cada vez más claro es que este vínculo no surgió de forma abrupta ni por azar. Fue una relación cocida a fuego lento durante milenios, tejida en rutas migratorias, afinidades funcionales y quizás también afectivas. Una historia de simbiosis sin la cual difícilmente podríamos entender la evolución cultural de nuestra propia especie.



via Sergio Parra https://ift.tt/jIJEd1z