En las profundidades del sistema solar exterior, más allá del alcance de la calidez del sol, una pequeña luna de Saturno parece haberse convertido en uno de los mejores candidatos para encontrar vida fuera de la Tierra.
Encélado, ese enigmático cuerpo helado de apenas 500 kilómetros de diámetro, siempre ha suscitado la curiosidad científica. A través de las heridas de su superficie (fracturas cerca del polo sur) expulsa géiseres de hielo y vapor que han sido estudiados durante décadas.
Ahora, una nueva lectura de esos antiguos datos sugiere que no solo se trata de agua: compuestos orgánicos complejos afloran desde su océano oculto, como susurros químicos de una química potencialmente viva.
Este hallazgo, anunciado en Nature Astronomy, parte de una reevaluación de la información capturada en 2008 por la misión Cassini, una colaboración entre la NASA, la Agencia Espacial Europea (ESA) y la Agencia Espacial Italiana (ASI).
Durante un sobrevuelo crucial (conocido como E5) la sonda atravesó un penacho recién eyectado con una velocidad sin precedentes, permitiendo que el instrumento Cosmic Dust Analyzer (CDA) obtuviera datos más detallados que nunca.
Por primera vez, los científicos pudieron distinguir moléculas que hasta entonces habían permanecido ocultas entre el ruido del agua congelada. A velocidades menores, las partículas de hielo se fragmentaban de manera que los grupos de moléculas de agua enmascaraban los compuestos más delicados. Pero al aumentar la velocidad de impacto, el CDA logró penetrar ese velo. Lo que encontró fue sorprendente: compuestos alifáticos, ésteres, alquenos, éteres, y lo más desconcertante, señales de compuestos que podrían contener nitrógeno y oxígeno, ingredientes clave en las rutas químicas prebióticas.
Los compuestos no son nuevos para los científicos: ya habían sido detectados en los granos de hielo del anillo E de Saturno, que se nutre de los materiales que Encelado expulsa. Sin embargo, aquellos materiales estaban alterados por la radiación solar y la intemperie del espacio. Esta vez, los datos provinieron directamente del corazón del océano interno de Encelado, minutos después de haber sido lanzados al espacio, lo que ofrece una instantánea más pura y representativa de la química interna de la luna.
Procesos hidrotermales
Los científicos sospechan que estos compuestos podrían originarse en procesos hidrotermales, similares a los respiraderos que en la Tierra albergan comunidades biológicas enteras en la oscuridad abisal. El hecho de encontrar moléculas que, en nuestro planeta, forman parte de las reacciones químicas que conducen a la vida, sugiere que las condiciones subterráneas de Encelado no solo son dinámicas, sino también químicamente prometedoras.
“Estos resultados son realmente intrigantes”, dice Kevin Hand, astrobiólogo del Jet Propulsion Laboratory de la NASA. “Plantean interrogantes sobre la verdadera naturaleza y origen de los compuestos orgánicos en el océano de Encelado.”
Cautela
Pero los científicos son cautos. Nadie afirma aún que exista vida en Encelado. La detección de moléculas orgánicas no implica necesariamente la existencia de organismos, pero sí allana el camino para investigaciones futuras.
Incluso si no se detectara vida, el descubrimiento tendría un impacto profundo: nos obliga a replantearnos qué más se necesita, además de las condiciones aparentemente adecuadas.
via Sergio Parra https://ift.tt/r9yaYvh