Emprender un viaje con niños por Teruel te va a asegurar dos experiencias interesantes como mínimo. Por una parte, esta provincia cuenta con algunos de los pueblos más encantadores de España, y por otra, es un verdadero paraíso para los amantes de la paleontología. Por todos es sabido que a los peques les encantan los dinosaurios y a los papás los municipios atractivos, así que todos contentos con el plan.
En nuestra última escapada por la provincia de Teruel aprovechamos para visitar algunas de estas hermosas localidades y de paso para adentrarnos en el denominado Territorio Dinópolis. Ya habíamos estado el año pasado en la sede central que se encuentra en la capital de la provincia, pero además, Dinópolis cuenta con siete museos ubicados en otras tantas localidades de la provincia: Inhóspitak en Peñarroya de Tastavins, Legendark en Galve, Región Ambarina en Rubielos de Mora, Bosque Pétreo en Castellote, Mar Nummus en Albarracín, Titania en Riodeva y Valcaria en Ariño. Vamos a conocer más a fondo uno de estos peculiares museos paleontológicos turolenses.
Legendark, la sede de Territorio Dinópolis en Galve
El pequeño municipio de Galve se encuentra a unos 60 kilómetros de Teruel. Aunque el municipio no cuente ni con 200 habitantes, tiene una importancia capital para los paleontólogos de toda España. El motivo es que en su entorno se encontraron restos de Aragosaurus, un saurópodo único en el mundo que a su vez fue el primer dinosaurio definido en España.
Con un acontecimiento tan importante, no podía faltar una sede de Territorio Dinópolis en este pueblecito, así que fuimos a ver qué nos encontrábamos allí. El museo de Galve se llama Legendark y tiene como protagonista indiscutible al mencionado Aragosaurus. Allí pudimos ver restos originales de este animal, aunque lo que más les impactó a nuestros hijos fue la réplica corpórea a tamaño natural de una familia entera, formada por dos ejemplares adultos y dos crías. No os podéis imaginar sus caritas cuando se pusieron frente a estos gigantescos dinosaurios “¿Son carnívoros o comen vegetales?”, nos preguntaron.
La guía de Legendark fue aclarándonos todas nuestras dudas mientras nos mostraba algunos restos originales de Hypsilophodon e Iguanodon, las otras dos especies de dinosaurios de las que también se han encontrado restos en Galve y una representación de otras ocho especies de animales definidas allí por primera vez, entre las que se encuentran mamíferos, reptiles, anfibios o peces. A los niños les encantó sopesar con sus manos una réplica de hueso de dinosaurio hecha en yeso y que les sobrepasaba en altura.
En Legendark, además de fósiles de gran valor científico, cuenta con un laboratorio en el que pudimos comprobar de primera mano cómo se restauran algunos de los fósiles de valor incalculable que se han hallado por el entorno de Galve. Precisamente antes de entrar al pueblo, nos detuvimos en el yacimiento de Las Cerradicas, donde pudimos ver de primera mano las huellas que habían quedado fosilizadas.
Museo Minero de Escucha
Si alguna vez viajas hasta Galve para visitar Legendark, te queremos recomendar otra actividad muy interesante para hacer con niños cerquita de este municipio de Teruel. A tan sólo 20 minutos de allí se encuentra el fascinante Museo Minero de Escucha, cuyo principal atractivo es bajar a las profundidades de la tierra para contemplar como era una antigua mina Pozo Pilar de la que se extraía carbón.
Ya habíamos estado en algunos museos mineros en Asturias o Euskadi, pero éste es uno de los que más les ha gustado a nuestros hijos, especialmente por el descenso en tren hasta las galerías que han sido adaptadas para la visita de los turistas.
Tras su inauguración en 1968, la mina Pozo Pilar tuvo una época de esplendor en los años 70, hasta que en los 80 vivió su decadencia lo que provocó el cierre de la misma entre 1991 y 1992. Años más tarde se abrió al público este interesante museo que te permitirá sentirte minero durante una hora, eso sí sin el esfuerzo que suponía trabajar con un pico a una barrena.
La visita empieza en el centro de acogida donde te dan las instrucciones de seguridad y te pertrechan con un casco y una linterna. Las visitas siempre son guiadas y en grupos reducidos donde los más atentos suelen ser los niños. Una vez equipados, te subes a un trenecito que hace un descenso casi vertical a 4 kilómetros por hora.
En el interior del pozo, a decenas de metros de profundidad, la guía te va explicando cómo era el día a día de los mineros, los distintos oficios que había bajo tierra y las funciones que jugaban las galerías. Resulta muy interesante cómo se hacía la extracción del carbón en unas condiciones realmente durísimas.
Desde barreneros hasta aguadores, pasando por animales que ayudaban en las tareas, todo está cuidado hasta el mínimo detalle en el Museo Minero de Escucha. La visita merece mucho la pena y tiene muchas más sorpresas que no te hemos querido desvelar, así que si estás por la provincia de Teruel con la familia, puede ser un buen complemente a los museos de Territorio Dinópolis.
Galería de fotos de Legendark en Galve
Galería de fotos del Museo Minero de Escucha
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