Una de las características que más me sorprendieron en mi reciente viaje a Qatar fue comprobar que los catarís suelen pasar la mayoría de sus horas de ocio en hoteles de lujo y centros comerciales de Doha. Quizá no resulte tan extraño si tenemos en cuenta que se trata del país con la mayor renta per cápita del mundo (gracias a sus descomunales reservas de gas natural) y también uno de los más calurosos del planeta, por lo que la gente suele estar a cubierto del sol en entornos bastante profusos.
La combinación de bochorno y opulencia junto con la celebración de eventos tan importantes como el futuro Campeonato Mundial de Fútbol de 2022 ha provocado un auténtico boom de la construcción en el país. Lo que hace unos años era un desierto, actualmente se ha convertido en un oasis donde han proliferado proyectos arquitectónicos de primer nivel (el skyline de Doha es realmente impresionante) y una ajetreada vida nocturna para expatriados de todo el planeta que se han visto atraídos por los altos sueldos que pagan las empresas afincadas en este punto de la península arábiga.
Este fugaz florecimiento en mitad del páramo ha ido acompañado de la extraordinaria oferta de vuelos de Qatar Airways a destinos de todo el mundo, así que mucha gente aprovecha sus viajes a la otra punta del globo para hacer una escala larga en Doha y, de paso, dejarse mimar en alguno de sus lujosos y novísimos hoteles. En mi caso, fue por trabajo, pero tuve la gran suerte de alojarme en el Shangri-La Hotel Doha inaugurado a finales de febrero de 2016 en el distrito comercial de West Bay.
Shangri-La Hotel Doha, hospitalidad de Oriente y Occidente
Como sucede con el Shangri-La de la novela de James Hilton, los cerca de 100 hoteles de esta lujosa cadena (con sede en Hong Kong) pretenden ser una especie de paraíso terrenal para sus huéspedes. Para lograrlo suelen combinar casi a la perfección elementos de Oriente y Occidente, enormes habitaciones, suites y apartamentos o restaurantes que logren convencer a los paladares más selectos.
Pese a que llegué a Doha a altas horas de la madrugada, había mucho personal esperando a nuestro grupo. El check-in fue como un suspiro, pero aún así me dio tiempo a quedarme atónito con la espaciosa recepción y su increíble lámpara con forma de flor de loto. El hotel tiene forma de cabeza de halcón, uno de los símbolos de Qatar y está decorado con un gusto exquisito, incluidas incontables piezas de museo.
Una habitación con vistas al skyline de Doha
Aunque el viaje a Qatar desde Barcelona había sido bastante placentero, mi llegada se produjo de madrugada y, por tanto, era hora de conciliar el sueño. Antes, un pequeño regalo para la vista. Abrí las cortinas y desde el enorme ventanal pude observar el vanguardista skyline de Doha iluminado. Las panorámicas desde la planta 40 eran realmente magníficas.
Tras un sueño reparador en una cama enorme, la mañana me obsequió con algo de tiempo para cuchichear un poco mejor la habitación del Shangri-La Hotel Doha. La decoración era muy acogedora, con tonos muy cálidos. En la estancia principal había una televisión de pantalla plana de 47 pulgadas, varios sillones, un escritorio en el que pude trabajar gracias a la Wi-Fi de alta velocidad y espacio, mucho espacio. Además, hay botellas de agua gratuitas para los huéspedes, algo que siempre se agradece.
Al retirar las cortinas volví a contemplar las mismas vistas de la noche anterior pero con un sol que inundó rápidamente toda la habitación con su luz. Antes de salir para el desierto, me di una ducha, aunque la habitación también cuenta con bañera. Los amenities de baño eran de L’Occitane y no pude resistir la tentación de llevármelos a casa. ¿Me guardas el secreto?
Cocinas del mundo en el Shangri-La Hotel Doha
Como he comentado al principio, la gente en Doha pasa mucho tiempo en los hoteles, principalmente en sus spa y restaurantes. El tema de la gastronomía se cuida muchísimo, empezando por el desayuno que pude disfrutar varios días en el Horizon Club ubicado en la planta 42 del Shangri-La Hotel Doha.
Puedes tomar todo lo que te imagines y te apetezca a esas horas del día, aunque recuerdo que lo que más me gustó fue su selección de frutas frescas y zumos recién exprimidos. No sé cuantos vasos tomé del de zanahoria y jengibre o cuántos dulces árabes me comí ¡Irresistibles! El trato con el huésped siempre es personalizado y muy atento, además el personal siempre se dirigen a ti por tu apellido. Es sólo un detalle, pero recuerdo que perdí la llave de mi habitación mientras desayunaba y se lo comenté a una de las camareras. A los pocos segundos ya me había traído una copia nueva sin tener que bajar a recepción.
En cuanto a la oferta culinaria, el Shangri-La Hotel Doha cuenta con cuatro restaurantes y tres bares (incluido el de la piscina y un piano bar). Tuve la ocasión de cenar en el Fuego, un argentino cuyos fogones dirige el chef Sebastián Barcudes donde degusté una de las mejores carnes que he probado en mi vida. El ambiente era elegante pero distendido, ya que había un dúo de músicos argentinos cuya música acompañaba perfectamente los platos patagónicos.
No tuve tiempo de probar los otros restaurantes (uno especializado en marisco, otro de cocina china y uno de gastronomía árabe) pero sí de tomar una copita en el piano bar. Debes tener en cuenta que la venta de alcohol está bastante restringida en Qatar, aunque en los hoteles sí suele servirse sin problemas.
Tiempo de relax en el spa y la piscina
Tras pasar unos días en el Shangri-La Hotel Doha empecé a comprender a la gente local, pues una vez te acostumbras a la buena vida es complicado renunciar a esos pequeños placeres mundanos. Como por ejemplo la enorme piscina rodeada por más de 70 árboles que te hacen olvidar que estás en una ciudad en mitad de un desierto.
El colofón lo puede poner otra de las señas de identidad de este hotel, un remanso de paz llamado CHI, The Spa, donde puedes escoger infinidad de tratamientos para nutrir el cuerpo y revitalizar la mente.
Es imposible sentirse decepcionado en un alojamiento de lujo de estas características. El Shangri-La Hotel Doha probablemente sea uno de los mejores hoteles en los que me haya alojado nunca. Lástima que la estancia fuera tan corta, pero en pocos días te aseguras energía y pilas a tope para muchas semanas. No viene mal darse un capricho como éste de vez en cuando ¿verdad?
Galería de fotos del Shangri-La Hotel Doha
via Pau http://ift.tt/22KvbhR
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