El viaje por Cáceres que hicimos hace algunas semanas tuvo como gran protagonista un Valle del Jerte rebosante de cerezos en flor. Fueron unos días cargados de actividades y momentos divertidos, especialmente para nuestros hijos que disfrutaron de la naturaleza y de la vida rural. El camino de regreso se antojaba largo, pero antes de volver a casa decidimos hacer una última parada en la pequeña localidad de Romangordo, muy cerquita del Parque Nacional de Monfragüe y dentro de una zona declarada Reserva de la Biosfera por la UNESCO.
Pero ¿qué motivo teníamos para detenernos en un pueblo de menos de 300 habitantes? La principal razón es que en Romangordo se encuentra la denominada Casa de los Aromas, una especie de complejo cultural en la que los niños pueden aprender mucho sobre la flora y sus utilidades gracias a su jardín, su centro de interpretación o el taller de las esencias.
La Casa de los Aromas de Romangordo
La Casa de los Aromas de Romangordo lo tiene todo para que los niños (y también adultos) pasen un gran rato jugando con las plantas y sus propiedades. Es un lugar que suelen escoger muchos colegios e institutos para pasar unos días haciendo talleres y aprendiendo mucho de la naturaleza y la botánica. Es el típico sitio donde te toca remangarte y participar, ya que casi todos los elementos son interactivos y por tanto las actividades son mucho más divertidas.
La visita empieza con audiovisuales que te sitúan en el entorno del Parque Nacional de Monfragüe y la importancia que sus plantas han tenido para los romangordeños y la provincia de Cáceres. De hecho, nos hizo bastante gracia cómo habían preguntado a la gente de la zona sobre las propiedades que creían que tenía cada planta y cómo lo habían documentado.
No obstante, después de la parte informativa nos pusimos manos a la obra. Utilizamos un peso, alambiques de cobre, cachivaches, recipientes y especialmente las esencias de las plantas para elaborar nuestros propios jabones ecológicos con el color y aroma de Extremadura que más nos gustaba.
El proceso es relativamente sencillo y entretenido, aunque se utilizan elementos como la sosa que son un pelín peligrosos si no se tiene cuidado. Por ese motivo, hicimos equipos mixtos entre adultos y los niños para que no hubiera ningún problema. El resultado es que tenemos nuestros propios jabones ecológicos para muchos meses, un bonito recuerdo de nuestro paso por Romangordo y la provincia de Cáceres.
No obstante, la parte que más les gustó a los niños de la Casa de los Aromas de Romangordo fue la zona del invernadero, especialmente porque en el jardín estaban cayendo algunas gotas de lluvia que nos impidieron interactuar con él y observar detenidamente las muchísimas especies que albergaba.
Teo y Oriol se pusieron manos a la obra con las semillas, la tierra y los brotes para aprender a plantar algunos de ellos en pequeñas macetas. Sinceramente nos sorprendió el nivel de implicación de los peques que escuchaban muy atentamente todas las explicaciones de los monitores. Fue, sin duda, un rato muy entretenido y además decidieron llevarse un par de macetas a casa con plantitas a las que todavía miman a diario. ¿Serán la horticultura o la botánica una de sus nuevas pasiones?
Ecomuseo La Casa del Tío Cáscoles en Romangordo
Y ya que estábamos en Romangordo, aprovechamos la visita para descubrir otros lugares de este pequeño pueblo de Extremadura. La localidad está muy bien conservada y llama la atención por sus casas de piedra que tienen el mismo aspecto que hace décadas. Una de ellas, La Casa del Tío Cáscoles, se ha convertido en un ecomuseo donde la gente puede comprobar cómo se vivía antaño.
En esta peculiar construcción, pudimos descubrir cómo los habitantes del pueblo aprovechaban los materiales del entorno para alzar este tipo de viviendas populares. Piedra, jara, madera, arena, cal… todo servía para resguardarse. Lo que más les gustó a los niños fue una grabación en la que una señora del pueblo va narrando cuentos populares con finales muy divertidos que les arrancaron más de una carcajada.
Centro de Interpretación de la Ruta de los Ingleses
Romangordo fue testigo de la batalla del puente de Lugar Nuevo durante la Guerra de la Independencia. Para celebrarlo, a mediados de mayo el pueblo celebra la denominada Ruta de los Ingleses en la que sus habitantes recrean las escaramuzas y pugnas que se sucedieron a principios del siglo XIX ataviándose con uniformes de la época.
Nosotros nos adelantamos a esta conmemoración unas semanas, así que nos tuvimos que conformar con la visita al Centro de Interpretación de la Ruta de los Ingleses donde se explican todos los detalles de esta contienda. Quizás fue la parte que menos entusiasmó a los niños, pero para los papás es muy interesante ver los uniformes de época o algunos de los hallazgos del yacimiento arqueológico de Majadat al-Balat próximo a Romangordo. Nos quedamos con las ganas de visitarlo, así que queda pendiente para la próxima visita a Cáceres.
Galería de fotos de Romangordo en Cáceres
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