En el libro se reconoce que al escribir y divulgar lo escrito, las protagonistas de ese novedad desbordaron sus límites simbólicos. En pos de su provocador trayecto a través de la república letrada, la autora examina la presencia de poetisas, dramaturgas, narradoras, ensayistas y periodistas en asociaciones literarias, en los teatros donde se pusieron en escena sus obras y en los espacios donde se habló de sus libros; también las busca en redacciones de diarios y revistas (a veces fundadas o dirigidas por ellas) y las sigue a través de artículos, gacetillas y notas necrológicas que circularon gracias a la prensa nacional.
El resultado de tal rastreo de huellas escatimadas en los libros de historia pero inscritas en aquellos medios efímeros, es un retrato que permite descubrirlas con claridad en la República Restaurada y el Porfiriato. En ocasiones, siendo encomiadas por sus logros y por encarnar lo que en el mejor de los casos podía lograrse a través de la educación. En ocasiones, la indagación exhibe el temor de los intelectuales decimonónicos enfrentados a uno de los resultados más radicales de esa educación: como apuntó una de ellas, algunas mujeres de la clase media querían escribir, “ser médicos, abogados, legisladores, y cuanto hay, en vez de muñecas de tocador”.
via Carla Ulloa Inostroza http://ift.tt/1TtKIAG
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