Tus ojos no podrán evitarlo. Brillarán como aquel que ve por primera vez a la mujer de su vida acercarse a cámara lenta hasta que sus labios se fusionan con los tuyos. ¿Un leve aleteo de mariposas en la boca del estómago o amor a primera vista? La Bahía de Ha Long es un lugar de leyenda, de esos que no puede faltar en ningún itinerario por el sueste asiático. Un imprescindible en los viajes a Vietnam.
Ha Long significa donde el dragón se sumerge en el mar, una historia centenaria que se remonta a la época de las invasiones chinas. Cuentan los ancianos del lugar que una familia de dragones ayudó a los vietnamitas a combatir a los usurpadores venidos de China. Los dragones llenaron la bahía de joyas y jade que posteriormente se transformaron en islas que siguen pareciendo sacadas de las fábulas más inverosímiles.
Cómo llegar a la Bahía de Ha Long
La belleza de la Bahía de Ha Long es casi una cuestión nacional en Vietnam. Se trata de una auténtica maravilla, de esas que merece ser disfrutada por los cinco sentidos… a pesar de que actualmente está muy masificada turísticamente y es terreno libre para la picaresca. El lugar es explotado hasta la saciedad en imágenes repartidas por todo el país (agencias de viaje, tiendas de souvenirs, estaciones), aunque la visita merece muchísimo la pena, incluso en temporada alta. Sin duda, su nombramiento como Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1994, ayudó a popularizar este destino tan idílico y querido por los vietnamitas.
Nuestro viaje a Vietnam cerraba la etapa norteña pasando un par de días en la Bahía de Ha Long. Está ubicada al este de la capital del país y fuimos en coche desde Hanoi. La distancia no llega a los 150 kilómetros, pero el trayecto duró unas cuatro horas haciendo varias paradas. Era uno de los momentos más deseados del viaje y lo único que sabíamos es que pasaríamos la noche en un velero de junco, un barco típico vietnamita. Por si quieres ir en tren, puedes consultar los horarios y precios o reservar los billetes en Baolau.
Más de 3.000 islas creadas por dragones
Cuando llegamos al puerto, comenzamos a ver ríos y ríos de gente. Ten en cuenta que en la Bahía de Ha Long navegan cerca de 400 embarcaciones cada día, así que no esperes intimidad sobre las aguas esmeraldas. La mitad de los botes regresan al anochecer y el resto pasa la noche durmiendo en los veleros de juncos. Aquí no busques el Vietnam auténtico porque no lo hallarás. Es un lugar muy turístico, pero si logras abstraerte (y no acabas siendo timado por algún sinvergüenza) vivirás una experiencia visual y sensorial muy placentera rodeado de un paisaje que jamás olvidarás.
Para que te hagas una idea, la Bahía de Ha Long está compuesta por más de 3.000 pequeñas islas de origen cárstico. El mar aquí se tiñe de un color esmeralda muy peculiar, que junto con las rocas forman un atolón muy singular en pleno golfo de Tonkín. Conforme vas navegando sales al paso de más y más islas. Un horizonte interminable de pequeños puntos de roca y vegetación que lo convierten en un rincón único en el mundo.
Visita a la Bahía de Ha Long
La visita a bordo del velero de junco es muy especial. En la embarcación nos trataron de maravilla, y pudimos disfrutar de una gastronomía típicamente vietnamita realmente deliciosa. Es recomendable que contrates la excursión con una compañía con buenas referencias, no te dejes seducir por los precios bajos. Todos los menús del barco estaban compuestos por pescado fresco y marisco y además en una de las comidas nos pillamos una buena cogorza gracias a una botella de champagne francés que nos bebimos en un suspiro.
Además de disfrutar de las incomparables vistas de la Bahía de Ha Long, la visita consta de varias partes. En la primera de ellas, tienes la oportunidad de contemplar varias cuevas donde el paso del tiempo ha cincelado unas paredes plagadas de estalactitas y estalagmitas de extrañas formas. La más extraordinaria es la de Hang Sun Sot, cuya traducción sería algo así como cueva de las sorpresas.
Otra de las paradas es simplemente para disfrutar y relajarte en una playa, mientras disfrutas de la brisa, el sol y unas panorámicas legendarias. Se trata de la isla de Titov, cuyo principal atractivo es subir los 420 peldaños de una escalera que te llevará a un mirador donde encontrarás unas vistas insuperables de la Bahía de Ha Long. El nombre de la isla está tomada del cosmonauta ruso que la visitó junto a Ho Chi Mihn en 1962.
No obstante, si hay un par de instantes que justifican la visita son la puesta de sol y el amanecer. Aquí preferimos no desvelar nada, mejor dejar que la magia del lugar te invada y goces de los asombrosos cambios de color del cielo y las aguas pintadas con islas verdes.
Creo que con este menú tan irresistible es imposible decir que no a la Bahía de Ha Long, una guinda perfecta para cualquiera que se atreva a emprender un viaje a Vietnam y Camboya. Los amantes del mar, los deportes acuáticos y la naturaleza se sentirán como en el Jardín del Edén.
Galería de fotos de la Bahía de Ha Long en Vietnam
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