Siempre que pienso en un pueblo típico de Andalucía me viene a la mente esa imagen de casas de dos plantas encaladas en un blanco perfecto, con callejuelas que se retuercen sobre el empedrado hasta llegar a alguna plazoleta. Allí al cerrar los ojos escuchas el murmullo del agua y aprecias el aroma a azahar y flores frescas que decoran y rompen la monotonía alba con un juego de colores vivos y muy alegres. Es una imagen muy icónica, pero de una belleza incomparable.
En mi reciente viaje por Andalucía, (en el que tuve la gran suerte de recorrer la Ruta Caminos de Pasión) visité Priego de Córdoba uno de esos pueblos que todo el mundo tiene en el imaginario de lo que sería el característico pueblo andaluz, pero que superó con creces todas mis expectativas.
Priego de Córdoba está a unos 100 kilómetros de la capital cordobesa y emplazado sobre una atalaya natural que le dota de unas vistas excelentes del mar verde de olivos, especialmente desde los balcones del Adarve. Vivió una edad dorada en el siglo XVIII gracias a la industria textil (fruto de su tradición como productora de seda y terciopelo) y eso se nota caminando por sus calles donde a cada paso te puede sorprender alguno de sus monumentos o rico patrimonio histórico. Aquí merece mucho la pena olvidarse de relojes y prisas, mejor centrarse en los detalles.
Qué ver en Priego de Córdoba, visitas recomendadas
Cuando abandonas Priego de Córdoba te quedas con esa sensación de querer volver a por más. La mayoría de viajeros suelen pasar una jornada o media en esta localidad cordobesa antes de dirigirse a otro pueblo, pero sinceramente merece mucho más tiempo (busca aquí el mejor alojamiento en Priego de Córdoba). Por ejemplo, piérdete por el impresionante Barrio de la Villa, un conjunto de callejuelas de origen andalusí que está hermanado con el Albaicín de Granada o la Judería de Córdoba. Aquí es donde te darás cuenta que estás en la Andalucía más auténtica, con ese laberinto de calles y plazas encaladas de blanco y flores por doquier.
Tras el paseo por el Barrio de la Villa vamos a regalarle hermosas panorámicas a nuestra vista en el magnífico Balcón del Adarve. En uno de sus extremos se encuentra el precioso jardín romántico de la Huerta de las Infantas. Muy cerquita verás el Castillo (en restauración) donde se pueden visitar las Carnicerías Reales y su preciosa escalera de caracol. Puedes subir a las murallas y disfrutar de unas estupendas vistas de Priego de Córdoba.
Pero esto es sólo el punto de partida. En la Plaza de San Pedro hay una iglesia donde puedes deleitarte con un espectacular camarín policromado con la imagen de la Inmaculada que creó José de Mora. Otro templo imprescindible es el de la iglesia de la Asunción que esconde uno de los tesoros del barroco español. Se trata de la capilla del Sagrario, que fue declarada monumento nacional en 1932. También merece la pena hacer una parada en la iglesia de la Aurora o la del Compás de San Francisco donde puedes contemplar la talla de Jesús en la Columna atribuida a Pablo de Rojas.
Un recorrido por Priego de Córdoba no puede obviar una visita a la conmovedora Fuente del Rey de 139 caños y dividida en tres estanques. Tómate tu tiempo para explorarla y encontrar las caras de los mascarones. Si te diriges al centro del pueblo, échale un vistazo también a las casas señoriales con magníficas columnas, pórticos, rejerías y esculturas. Otros lugares de interés son la Casa-Museo de Niceto Alcalá-Zamora o el Paseo de Colombia donde convive una estatua de Joselito con un precioso jardín decorado con fuentes y esculturas neoclásicas como Ganímedes y la Defensa de Zaragoza.
Cuaresma y Semana Santa en Priego de Córdoba
Si tu visita a Priego de Córdoba coincide con la Cuaresma y la Semana Santa podrás descubrir sus tradiciones más arraigadas, algunas de ellas con una personalidad única. Por ejemplo, el Vía Crucis de la Hermandad de los Dolores que se celebra cada viernes de Cuaresma a las 7 de la mañana. En este acto, unos 250 hermanos se reúnen en la Iglesia del Carmen para subir al Calvario. La mezcla de la devoción, con el entorno de la localidad y los primeros rayos del sol son mágicos.
La Semana Santa prieguense es muy solemne y es muy afamada por la enorme calidad de sus imágenes. Algunas de las tallas barrocas que procesionan son obras de maestros como los Hermanos Roca, Alonso de Mena o Pablo de Rojas. Todo el mundo con el que hablé me recomendó la representación del Prendimiento que se celebra el Miércoles Santo. Se trata de una tradición del siglo XVII donde todos los personajes van caracterizados con largas pelucas y caretas. Entre estas destacan los Sayones y sus terroríficas máscaras repletas de verrugas.
No obstante, (y fuera de los programas oficiales de actos de Cuaresma y Semana Santa) una de las actividades más interesantes que puedes hacer en Priego de Córdoba es la de visitar el taller de un artesano. Por ejemplo, el del tallista Fernando Cobo (C/ Las Mercedes 14) donde puedes ver de primera mano (y siempre que el trabajo no se lo impida) como va transformando la madera en preciosas tallas y figuras, principalmente religiosas.
La gastronomía también juega un papel fundamental en esta época del año. En una localidad donde se produce uno de los mejores aceites de oliva virgen extra (AOVE) del mundo, no puedes dejar de degustar las riquísimas albóndigas de pescado, el remojón de naranja con bacalao o el potaje de Semana Santa. En Priego de Córdoba tampoco pueden faltar los dulces típicos de Cuaresma o Semana Santa como las torrijas, palillos de leche y, por supuesto, los hornazos que son bendecidos en el Calvario el Viernes Santo en otro de los imprescindibles prieguenses. Para chuparse los dedos.
Galería de fotos de Priego de Córdoba
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