Son las seis de la mañana. A esta hora, el mercado que hay en la periferia de Siem Reap, la aldea vecina a la zona monumental de Angkor Thom, bulle de actividad. De pronto, y como respondiendo a una orden, el gentío se agolpa formando un corro. En medio del mismo se exhibe un pequeño espectáculo. Ahora está actuando un joven camboyano cuyo tórax, insólitamente robusto, está rodeado por una serie de alambres. Con un solo golpe de sus costillas, el hombre las rompe suscitando nuestra admiración. Poco después, en el Bayon, el gran templo situado en el centro mismo de Angkor Thom, la gran capital de Jayavarman VII, contemplo esta misma escena grabada en piedra hace ochocientos años. Es sorprendente esta repetición de la jugada en los bajorrelieves del Bayon.
EN EL REINO DE ANGKOR
Fue en el año 1860 cuando Henri Mouhot, un naturalista francés que se encontraba en la selva camboyana, descubrió por casualidad la legendaria capital del imperio jemer, Angkor.
Si bien es cierto que Angkor ha estado durante todo este largo tiempo completamente olvidada, hay que tener muy en cuenta que nos encontramos ante uno de los mayores y más hermosos monumentos religiosos jamás construidos por el hombre. Pero no nos engañemos: Angkor no es simplemente un templo; en realidad abarca más de 400 kilómetros cuadrados. Esta inmensa extensión de jungla atesora un centenar de imponentes construcciones, magníficos ejemplos de instalaciones hidráulicas y cientos de esculturas y bajorrelieves que muestran cómo era la vida de las personas que habitaban allí entre los siglos IX y XV.
El reino de Angkor empezó a florecer en el siglo IX, en la orilla septentrional del lago Tonlé Sap (en el centro de Camboya). El rey Jayavarman II (802-850) fue el gran creador del imperio jemer (en Roluos, a 12 kilómetros al este de Siem Reap, ordenó la construcción de un conjunto de templos, los más antiguos). Pero fue Jayavarman VII el más importante rey jemer de la historia camboyana antigua. Según parece se trataba de un hombre pequeño y corpulento, budista ferviente, preocupado por el bienestar de su pueblo.
Jayavarman VII levantó los más grandiosos monumentos y la más grandiosa capital del reino jemer: Angkor Thom. Lo tuvo relativamente fácil, desde luego, pues medios no le faltaron: la agricultura, próspera gracias a un óptimo sistema de irrigación, aportaba riqueza, y después de la derrota de sus enemigos, los cham, convertidos éstos en esclavos, no había problema de mano de obra. Inexplicablemente, y como ya ha sucedido otras veces con otras grandes e importantes civilizaciones, poco después de su reinado se inició un irrefrenable proceso de decadencia que concluyó con la definitiva y misteriosa desaparición, en el siglo XIV, de la civilización de Angkor.
Se necesita al menos una semana si se quiere visitar todo el recinto arqueológico. El itinerario que proponemos se centra en dos de las construcciones más emblemáticas: el maravilloso conjunto de Angkor Thom, que incluye el Bayon, el edificio más enigmático de todos; y el famoso templo de Angkor Wat.
ANGKOR THOM, LA MAYOR MARAVILLA DEL MUNDO
Dos o tres días son suficientes para llevarse una idea clara de lo que es Angkor. Aún así, es tan grande la extensión que hay entre unos templos y otros que lo mejor es alquilar algún medio de transporte. Puedes contratar los servicios de un guía con motocicleta en Siem Reap (10 dólares por día). De hecho Siem Reap es la base ideal para visitar los templos (la entrada al recinto arqueológico se encuentra a 5 kilómetros al norte)
El sendero que atraviesa la jungla hasta la entrada de Angkor Thom provoca una cierta sensación de aturdimiento. De pronto, la antigua ciudad te da la bienvenida: dos amenazadoras cabezas de cobra de piedra, las naga, se yerguen a ambos lados del puente que pasa por encima de un foso. Los cuerpos de las cobras se extienden por toda la longitud del puente y están firmemente abrazados por una hilera de 54 dioses, a uno de los lados, y 54 demonios, al otro. Al fondo, imponente, destaca el gopuram meridional, una de las cinco puertas monumentales de Angkor Thom coronadas por unas inmensas cabezas de Buda.
El sendero prosigue por entre una espesa vegetación. De vez en cuando nos cruzamos con varios camboyanos que, montados en sus bicicletas, sonríen mostrando unos dientes de un blanco inmaculado. Los monjes vestidos con sus clásicas túnicas de color naranja dan una nota de color al insólito mundo en el que estamos. La meta es el Bayon, el templo-montaña edificado por Jayavarman VII en el centro de la ciudad. Es un delirio de piedra al que la pátina del tiempo añade fuerza y prestigio. Cincuenta y cuatro pequeñas torres unidas por unas galerías rodean el cuerpo central del edificio.
En el Bayon, a la sombra de torres que sostienen gigantescas figuras de sonrisa inmutable, se desarrollan escenas de la vida de antaño. Algunas conmemoran la gran victoria de Jayavarman VII sobre los cham: guerreros, carros, elefantes, naves, etc. se agolpan en unas escenas llenas de movimiento. En varios niveles, el mundo de los dioses supera el de los reyes y, debajo, el del pueblo, el de los servidores que cocinan, el de los ociosos que observan un combate de gallos…
Todos estos testimonios son tanto más valiosos para nosotros en la medida en que las fuentes escritas sobre el reino de Angkor son casi inexistentes y en que, aparte de los edificios religiosos, no queda nada: ni un edificio de carácter civil, ni una casa particular, ni un solo resto de la ciudad en su conjunto.
ANGKOR WAT, LLEGA EL CLIMAX
No muy lejos está Angkor Wat, el mayor monumento del mundo y cumbre del arte jemer. Dedicado a Visnú, dios hindú de la Creación y Destrucción, fue erigido por Suryavarman II en el siglo XII.
Formado por una pirámide rectangular de tres pisos, rodeada de un muro y un foso, también como en Bayon sus paredes aparecen cubiertas de elaborados bajorrelieves con temas religiosos, históricos y mitológicos. Los bloques de piedra que se utilizaron para su construcción están tan bien encajados que no precisaron cemento. Su perfección en el diseño, proporciones, relieves y esculturas, lo convierten en uno de los monumentos más hermosos del mundo.
Sin embargo, posiblemente no hay en el mundo un monumento tan maltratado. Desde el abandono definitivo de la ciudad en 1432, Angkor fue literalmente tragada por la selva que siempre la rodeó amenazante. A partir de entonces, los morterazos de la guerra, la enfermedad de la piedra y el ácido de los excrementos de los millones de murciélagos que la ocupan han ido mortificando una creación que muchos definen como “la obra arquitectónica más sublime jamás hecha por el hombre”. Pero ahí está, sobrevive tozuda en este rincón de la selva.
El atardecer es el mejor momento para visitarlo, cuando las piedras recobran la vida con el sol.
Sería enojoso enumerar todos los monumentos angkorinos. Fuera de los más conocidos, como el precioso Banteay Srei de gresite rosa, cuyas esculturas de jóvenes guerreros son de incomparable belleza, hay que mencionar también –aparte del Bayon y Ankgkor Wat, como ya hemos hecho- el Preah Palilay, en los árboles; la belleza de los atardeceres sobre el estanque de Srah Srang; y el Ta Prom, testimonio del estado en que se encontraban la mayoría de los templos antes de su restauración, con las lianas y las raíces de los árboles creciendo sobre las piedras.
En esta paraje inmenso hoy gracias a Dios –o a Buda, como quieran- abierto al público, lo mejor es pasearse tranquilamente e ir descubriendo, poco a poco, un templo, una estatuta… Porque es un viaje que qiueda grabado para siempre en la memoria.
Texto: Oriol Pugés; Fotos: Patxi Uriz
CÓMO LLEGAR
La forma más directa de llegar a Camboya es con Thai Airways , que vuela a Bangkok, desde donde ofrece conexiones a Phnom Penh, la capital, y Siem Reap.
Otra forma de llegar es en barco. El viaje entre Phnom Penh y Siem Reap por el río homónimo y el lago Tonlé Sap conduce a Angkor a través de la Camboya rural.
QUÉ HAY QUE SABER
Pasaporte. Pasaporte en vigor y visado (se obtiene en la frontera o en el aeropuerto). Si viajas con agencia, ésta puede ocuparse de este trámite.
Moneda. La moneda de Camboya es el riel (1 Euro equivale a 5 KHR). Sin embargo, el dólar es una moneda muy utilizada en todos los lugares turísticos.
Para llamar. Desde España: 00 855 y número.
Clima. Tropical. La mejor época para viajar a Camboya es de octubre a marzo.
Idioma. El jemer, pero el inglés se utiliza en todas las zonas turísticas.
ASÍ SE DESCUBRIÓ ANGKOR
“El 27 de abril de 1858 embarqué en Londres en un barco comercial de vela, de muy modesta apariencia, para llevar a cabo un proyecto que maduraba desde hacía mucho tiempo: explorar el reino de Siam, Camboya, Laos y las tribus que viven en la cuenca del gran río Mekong… Llegué a Singapur el 3 de septiembre. Hice una corta parada para orientarme sobre el país que iba a visitar y para buscar un barco que partiera para la capital de Siam. El 12 del mismo mes, después de una travesía bastante monótona en el ancho golfo que separa Indochina en dos penínsulas, llegamos a los bancos de arena de Ménam, río que atraviesa la ciudad de Bangkok, que estaba obstruído en su desembocadura por un extenso banco de arena que impedía el paso de los barcos de gran tonelaje”.
Así empieza el diario de campo de Henri Mouhot “Voyage dans les Royauames de Siam de Cambodge, de Laos et autres parties centrales de L´Indo-Chine”. Durante el transcurso de una de estas expediciones por el río Mekong y sus afluentes, a finales de noviembre de 1859 y sin pretenderlo, redescubrió, dormida bajo la espesa vegetación tropical de la selva monzónica, una maravillosa ciudad increíblemente olvidada por todos: Angkor y su templo-montaña (Bayon). Fascinado por la belleza y magia de la ciudad describió los templos y estatuas bajo los enormes troncos y raíces de las higueras gigantes, al tiempo que realizaba los dibujos y levantaba los planos de la misma, anotando detalles de la vegetación.
Alexandre Henri Mouhot, viajero y naturalista apasionado, nació en la población de Montbélliard, Francia, en 1826. Muere el 10 de noviembre de 1861.
¿QUÉ PASÓ CON LOS JEMERES?
Angkor Thom fue durante 600 años (del siglo IX al XVI) capital del imperio Kambuja (de donde deriva Camboya) y de la población jemer. La población se extendió por Laos, Vietnam Myanmar y Tailandia, salpicando de templos los territorios ocupados. Qué ocurrió exactamente para que una civilización tan inteligente y avanzada desapareciera súbitamente de la faz de la tierra es un enigma. Probablemente el agotamiento del suelo cultivable y una invasión que arrasó el reino en el siglo XIV provocaron el abandono definitivo de Angkor en 1432.
DÓNDE DORMIR
En Siem Reap
Angkor Village. Es un bello hotel estilo francés formado por pequeños bungalós muy confortables alrededor de un majestuoso jardín.
Hotel de la Paix (Sivutha Boulevard). Es uno de los hoteles más lujosos y mejor conocidos de la ciudad. Con una piscina y spa extraordinarios. La comida de su restaurante también es muy buena. (más información: Tel. + 855 63 966 000.
La Résidence d´Angkor. Se trata de un frondoso paraíso en pleno corazón de la ciudad, junto al río. Se extiende a lo largo de un jardín amurallado con árboles y su acceso es a través de un puente que atraviesa un estanque de flores de loto. La impresión general es de una amplia mansión privada con relajantes y frondosos jardines. Las habitaciones son muy amplias y con maravillosas vistas a la piscina y al río.
DÓNDE COMER
La cocina Camboya se parece a la tailandesa, pero menos especiada. Se acompaña de una sopa o samla, y entre los productos más comunes están las verduras, el arroz, los fideos y el pescado.
En Siem Reap
Angkor Borey (Achasvar St, junto al canal). Ofrece especialidades típicas del país a buen precio (Unos 10 dólares).
MÁS INFORMACIÓN
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