En nuestra ruta en coche por el Goierri descubrimos que esta comarca guipuzcoana es una destino perfecto para explorar Euskadi por su privilegiada ubicación (a pocos kilómetros de San Sebastián, Bilbao, Vitoria o Pamplona) disfrutar de una naturaleza accesible para familias con niños pequeños (entre los parques naturales Aizkorri-Aratz y Aralar), conocer la esencia y la cultura rural vasca o simplemente enamorarse de su gastronomía.
No vamos a descubrir la gaseosa si te contamos que en Euskadi se come de maravilla, pero sí te diremos que esta zona destaca por su celebérrimo y delicioso queso Idiazabal. Los lugareños cuentan con orgullo que el Goierri es territorio Idiazabal y es que en sus pastos habitan las ovejas latxas que producen la leche cruda con la que se elabora este manjar que toma su nombre de un pueblecito de la comarca y que cada año triunfa en los prestigiosos Cheese World Awards y en las cocinas de medio mundo.
Catas de queso Idiazabal en Goierri
No hubo día en nuestra escapada al Goierri en el que dejáramos escapar un bocado de queso Idiazabal. Lo cierto es que esta delicia está muy presente en la cultura gastronómica de la zona y se puede degustar en muchísimos lugares. Allí aprendimos que hay tres variedades de este espectacular queso artesanal (joven, viejo y ahumado) que se viene elaborando prácticamente de la misma forma desde hace cientos de años por los pastores de Euskadi.
En el Goierri existen 8 queserías artesanales en las que puedes conocer de la mano de un pastor todos los secretos del Idiazabal. Todas elaboran y venden sus propios quesos y la mayoría cuentan con un pequeño centro de interpretación para descubrir las particularidades de esta exquisitez. Nosotros tuvimos la suerte de alojarnos en el Agroturismo Ondarre en Segura que cuenta con una de estas curiosas queserías. Los papás disfrutamos con el queso y los niños con las ovejas, los cencerros y ayudando a Eneko, el pastor, en alguno de sus menesteres. Toda una experiencia.
Otra excelente opción para degustar el queso Idiazabal es apuntarse a alguna de las catas y maridajes de queso con txakolí, sidra o vino de La Rioja Alavesa. Un lugar idóneo es el restaurante Dolarea en Beasain, donde además de comer de vicio con platos elaborados con productos de la comarca, lo pasamos genial con la cata. Además, mientras los adultos prueban del queso y el vino, los niños pueden divertirse con un divertido taller de pan.
También es muy interesante visitar el mercado de Ordizia, donde cada miércoles desde hace más de 500 años se reúnen los productores de los caseríos a vender sus especialidades bajo la espectacular plaza cubierta del pueblo. Se trata del mercado más importante de Euskadi y una experiencia ideal para conocer de primera mano como es la vida cotidiana goierritarra. Como curiosidad, decirte que en esta localidad se celebran cada año las Euskal Jaiak (fiestas vascas) donde el año pasado se llegaron a pagar 13.000 euros por medio queso de la quesería Ondarre de Segura, justo donde nos alojamos nosotros.
La ruta del queso Idiazabal
Casi tan irresistible como el queso Idiazabal son los pastos y parajes que rodean el Goierri. El verde de los prados, los bosques de hayedos y cumbres tan pintorescas como el Txindoki, convierten a esta comarca en un verdadero paraíso para los amantes del senderismo. No obstante, también cuenta con lugares para disfrutar de la naturaleza con caminatas poco exigentes para los que viajamos con niños. Teo y Oriol cada vez nos demandan más actividades al aire libre, pues se lo pasan en grande tirando piedras a un río o revolcándose por la hierba.
Y como no podía ser de otra forma, en el Goierri se encuentra la denominada Ruta del queso Idiazabal o GR-283. Se trata de un recorrido de unos 100 kilómetros de extensión que atraviesa las cumbres y pequeñas zonas urbanas que se encuentran entre los parques naturales Aizkorri-Aratz y Aralar. Esta ruta circular se puede cubrir en 6 etapas que suman un desnivel acumulado de 9.777 metros. En verano, se puede complementar con la visita a txabolas de pastores.
El museo del queso Idiazabal
Puede ser el colofón o el punto de partida, pero después de degustarlo y ver los pastos donde nace este célebre queso, no podíamos obviar una visita a la localidad de Idiazabal. El pueblo es pequeño pero muy bien cuidado y tiene alguna joya que merece una parada como puede ser la Iglesia de San Miguel con su portada de transición del románico al gótico o el célebre monumento al pastor.
No obstante, es el Centro de Interpretación y Degustación del Queso el que atrae a más turistas. En este pequeño museo hay lugares para hacer catas de Idiazabal, pero también un espacio para niños donde el ratón Izal va mostrando a los pequeños cómo se elabora este alimento. Además, hay reproducciones de una txabola de pastor o se habla de los pastos y las tradiciones goierritarras. Pese a ser pequeñito la visita resulta interesante, ya que está adaptada a todas las edades. Por ejemplo, Teo y Oriol se dedicaron a montar y desmontar un puzzle gigante del mapa del mundo donde se puede ver todos los lugares del planeta en los que se elabora queso. Sin duda, un complemento perfecto a esta ruta por la cuna del queso Idiazabal en el Goierri.
Queremos dar las gracias a Goierri Turismo por habernos ayudado a descubrir un manjar tan exquisito y arraigado a su cultura como el queso Idiazabal.
via Pau http://ift.tt/1Xbdwvv
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