Los alimentos ricos en proteínas están cada vez más presentes en los estantes de los supermercados. Desde quesos y yogures hasta barras de cereales, una auténtica oleada de productos hiperproteicos ha trascendido los profesionales y entusiastas del ejercicio, los consumidores tradicionales de este tipo de alimentos, para encontrarse cada vez más frecuentemente en los hogares.
¿Pero realmente aportan algún beneficio? Expertas en nutrición, como Katherine Zeratsky, de la Clínica Mayo, explica que las dietas altas en proteínas pueden tener más beneficios en la salud más allá del rendimiento deportivo. Y es que las proteínas no se encuentran únicamente en los músculos, si no que son una parte estructural y funcional de todas las células del organismo, desde las neuronas hasta las células de la piel.
Por ello, un aporte continuado y adecuado de proteínas es necesario para que el metabolismo funcione correctamente. Respecto a las cantidades de proteínas a consumir, existes varios estudios que aportan datos ligeramente distintos, pero los profesionales de la salud suelen converger en que el consumo proteico adecuado es aproximadamente 0,8 gramos por kilo que pesa la persona, por día. Por tanto, una persona que pesa 80 kg debería consumir unos 64 gramos de proteína por día. Estas proteínas pueden ser de origen animal o vegetal, aunque si existen problemas para llegar a esas cifras, los alimentos enriquecidos pueden ayudar a alcanzar el consumo adecuado.
Una visión mucho más amplia
Pero hay que tener en cuenta que las fórmulas no son universales. En función de la edad, el sexo y el tipo e intensidad de actividad que se realice a lo largo del día, los requerimientos proteicos pueden aumentar o disminuir. En edades avanzadas, la producción de músculo es mucho menor que durante la juventud, y el mantenimiento del tono muscular requiere de muchos más recursos que los otros. Por ello se recomienda, a partir de los 65 años, aumentar el consumo de proteínas hasta el 1-1,2 gramos de proteína por kg / día. Durante un embarazo, el requerimiento proteico también aumenta para formar el embrión, y a mayor actividad física, mayor cantidad de proteínas necesarias.
María Gabriela Pascual, tecnóloga de los alimentos por la Universitat Politécnica de València remarca en una entrevista telefónica que los potenciales beneficios de los productos enriquecidos con proteínas dependen en gran medida de la dieta general. Es decir, que lo realmente importante es lograr un equilibrio entre los requerimientos del cuerpo y lo que consume. Si ya se consumían anteriormente las proteínas necesarias con otros alimentos, no sería necesario tomar este tipo de preparados.
Para los deportistas, siempre que conozcan aproximadamente de su requerimiento proteico, añadir productos de alto contenido proteico a la dieta no supondría un problema, incluso podría llegar a ser beneficioso. Por el contrario, si una persona no realiza actividad física y consume un exceso de proteínas, el organismo empleará distintas rutas metabólicas para acabar transformándolas en grasas.
¿Sirven para perder peso?
Estos alimentos, siguiendo un control y un entrenamiento adecuado a cada persona podrían ayudar con la pérdida peso. Aunque hay que tener en cuenta que la pérdida de peso no está asociada al producto, si no con que las proteínas suelen tener una mayor capacidad saciante que las grasas o los carbohidratos. Por ello, un alimento enriquecido en proteínas puede ayudar a reducir la ingesta global de alimentos y, con ello, disminuir el consumo de calorías globales. Es decir, como explica María Gabriela Pascual: «No te ayudan a quemar grasa, pero te pueden ayudar a entrar en un déficit calórico».

Entonces, a la hora de tomar este tipo de suplementos, lo primero y más importante es conocer si la dieta diaria es la adecuada. Como explica Katherine, algunas dietas proteicas favorecen el consumo de carnes rojas, que tienen asociadas un gran número de grasas saturadas y pueden aumentar los niveles de colesterol y el riesgo de cáncer colorrectal. En estos casos, sustituir la carne roja por preparados proteicos podrían presentar beneficios adicionales.
Ahora bien, en todo momento se tiene en cuenta que las personas que van a consumir estos productos no tienen ningún tipo de patología previa. En personas que tienen problemas renales, el aumento del consumo de proteínas puede llegar a provocar un fallo renal. En estos casos, los síntomas comienzan con una proteinuria o albuminuria, es decir, la presencia de cantidades elevadas de proteínas en la orina y pueden y pueden derivar con los años en problemas mayores.
Por ello, las expertas lo tienen claro, el consumo de alimentos con proteínas añadidas no es perjudicial en adultos sanos, pero en caso de tener algún problema previo, es recomendable avisar a nuestro médico antes de realizar cualquier cambio en la dieta.
via Daniel Pellicer Roig https://ift.tt/HfF8cyV
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