martes, 25 de marzo de 2025

Viajes. Cómo un error en un chat puso en jaque la seguridad militar de EEUU

En un mundo donde la información viaja a la velocidad del pulgar, basta un gesto mal dirigido para detonar una crisis de proporciones mayúsculas. Así ocurrió el pasado 15 de marzo, cuando, antes de que los primeros misiles estadounidenses golpearan objetivos hutíes en Yemen, un periodista ya conocía el plan completo

No por filtraciones complejas ni investigaciones encubiertas, sino por un simple error: fue agregado por equivocación a un grupo de Signal donde se planificaba el ataque.

Jeffrey Goldberg, editor en jefe de The Atlantic, recibió a las 11:44 a. m. un mensaje del mismísimo secretario de Defensa, Pete Hegseth. En él se detallaban con exactitud los blancos, los horarios y los paquetes armamentísticos del inminente bombardeo. 

Para el resto del planeta, la ofensiva se conoció recién dos horas después. El error fue tan grotesco como revelador: se trataba de un grupo de altos funcionarios de la administración Trump, entre ellos el vicepresidente JD Vance, el secretario de Estado Marco Rubio, y el consejero Stephen Miller, discutiendo en una aplicación cifrada… con un periodista como testigo involuntario.

Promesas de mano dura

Este episodio no surgió de la nada. Sus raíces se hunden en el caos desencadenado tras el ataque de Hamás a Israel en octubre de 2023. Desde entonces, los hutíes —una milicia armada respaldada por Irán— intensificaron sus agresiones contra Israel y contra rutas comerciales internacionales. 

Bajo la administración Biden, la respuesta fue tibia y poco eficaz. La llegada de Trump trajo promesas de mano dura, y esta operación en Yemen pretendía ser su carta de presentación. Pero, en lugar de enviar un mensaje de poder, la Casa Blanca transmitió uno de torpeza.

Lo más grave, sin embargo, no fue la filtración accidental, sino su autenticidad. La administración confirmó que los mensajes eran reales. Esto supone una violación flagrante de los protocolos de seguridad nacional, ya que las discusiones sobre operaciones militares suelen realizarse en salas blindadas, libres de cualquier dispositivo digital. En este caso, la conversación se dio por teléfono móvil, en una app cifrada, pero claramente vulnerable a errores humanos

La gravedad del fallo trasciende lo técnico: es un golpe a la credibilidad de los Estados Unidos ante sus aliados y un motivo más para que Europa y otros socios internacionales cuestionen qué información se puede compartir con Washington sin correr riesgos.

Chats grupales y seguridad

A esta altura, el daño ya está hecho. Si bien Goldberg actuó con responsabilidad al no publicar los detalles más comprometedores, el incidente deja al descubierto un escenario preocupante: decisiones bélicas de primer nivel siendo discutidas en chats grupales

Que haya sido él quien recibió los mensajes y no un agente hostil es, simplemente, una suerte improbable. Y sin embargo, las consecuencias políticas y diplomáticas pueden perdurar mucho más allá del ruido mediático de la semana.

El secretario de Defensa Pete Hegseth ha intentado desacreditar la historia tachándola de "basura", y ha acusado a Goldberg de difundir engaños profesionales. Pero sus palabras no pueden borrar el hecho de que una investigación está en marcha. El Consejo de Seguridad Nacional ya ha anunciado una revisión sobre el uso de aplicaciones como Signal para tratar asuntos clasificados. 

Aunque, según analistas, es poco probable que haya sanciones reales para los funcionarios involucrados. El sistema judicial estadounidense debería actuar, pero en un contexto donde la Casa Blanca y el Departamento de Justicia están alineados políticamente, la rendición de cuentas parece una ilusión lejana.

La ironía final reside en que este error no fue producto de espionaje, ni de ciberataques, ni de ingeniería social sofisticada. Fue una torpeza humana, una distracción digital, una inercia de la vida moderna. Y, sin embargo, esa fragilidad cotidiana dejó al desnudo los mecanismos de guerra de la mayor potencia del planeta. No fue el enemigo quien expuso a Estados Unidos, sino su propia mano temblorosa al pulsar "añadir al grupo".



via Sergio Parra https://ift.tt/oryeKTP

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