Estarás de acuerdo con nosotros en que las mieles de un viaje saben mucho mejor si se comparten. La compañía marca mucho el relato final de un periplo, de hecho, una misma experiencia puede ser completamente distinta dependiendo de la persona que intervenga en la misma. Aunque nos encanta viajar en familia, hacía tiempo que Teo y yo no nos dábamos el gustazo de hacer una escapada padre-hijo. El lugar escogido esta vez fue el condado de Cork en el denominado Ancestral Este de Irlanda donde pudimos visitar Cobh y la isla de Spike.
En el tercer viaje a Irlanda ya tocaba alejarse un poco de Dublín, así que nos decidimos por la segunda ciudad más poblada (y probablemente más orgullosa) de la isla esmeralda para descubrir algunos de los paisajes verdes, castillos y pueblos marineros que la rodean. 5.000 años de historia y muy buenas sorpresas nos aguardaban. Acompáñanos en esta excursión a Cobh, la que fuera la última morada del Titanic.
Cobh, un idílico pueblo marinero cerca de Cork
Lo cierto es que el Ancestral Este de Irlanda suele relacionarse con leyendas casi tan antiguas como los primeros pobladores de la isla esmeralda, aunque hay lugares que gozan de una importancia histórica trascendental pese a que ésta sea mucho más reciente. Es el caso de Cobh, un pueblo marinero que tradicionalmente ha sido el puerto de Cork y que ha jugado un papel fundamental en los anales de los emigrantes irlandeses y también como punto estratégico en la defensa naval.
Cobh está ubicado en un precioso estuario desde el que parten numerosas callejuelas frente al mar que van creando pendientes rociadas de numerosas casitas de colores como si se tratara de un lienzo de Vasili Kandinski. Estamos convencidos de que es una de las excursiones más populares desde Cork ya que se puede llegar en tren en menos de 25 minutos. Sinceramente merece mucho la pena (también puedes visitar Cork, Cobh y castillo de Blarney en 1 día desde Dublín).
Casi desde cualquier punto de la localidad se puede divisar la espectacular Catedral de San Colmán, un templo de estilo neogótico que resulta exageradamente grande para una localidad que no llega a los 7.000 habitantes. Además, de ser vistosa por su tamaño y por su opulento interior (no te olvides de observar su rosetón, el órgano y si tienes oportunidad de escuchar el carrillón), se emplaza sobre el saliente de una colina por lo que se ha convertido el punto de referencia para orientarse por el pueblo.
Aunque quizás lo mejor sea que ignores este último consejo, ya que una localidad como Cobh merece dejar de un lado las brújulas y mapas para perderse por sus plazas y calles en zigzag o su pintoresco puerto. Eso sí, de vez en cuando date el capricho de tomarte una pinta o reponer fuerzas en alguno de los restaurantes que hay cerca del mar. A Teo y a mí nos gustó especialmente el Gilbert’s Bistro in the Square.
Cobh, la última morada del Titanic
La belleza actual de Cobh y su papel como destino de relax para la gente de Cork contrasta poderosamente con su agridulce historia naval. Quizá su hito positivo más relevante esté relacionado con el Sirius, una embarcación que en 1938 se convirtió en la primera con motor a vapor que cruzó el Atlántico.
Sin embargo, este hecho queda en una mera anécdota si lo comparamos con los trágicos incidentes que envolvieron al Lusitania (cuyo torpedeo por parte de los alemanes provocó la entrada de los Estados Unidos en la Primera Guerra Mundial) y especialmente al Titanic. Creo que no habrá nadie que esté leyendo estas líneas que no conozca la infausta historia del célebre transatlántico británico, sobre todo tras la realización de la oscarizada película de James Cameron en 1997.
Precisamente fue Cobh la que tuvo el infortunado honor de convertirse en el último puerto en el que atracó el Titanic. Por entonces la localidad todavía se llamaba Queenstown y el transatlántico sería visto en Irlanda un día después de su partida de Southampton y tres antes de su hundimiento entre la noche del 14 y la madrugada del 15 de abril de 1912 tras chocar con un iceberg. Murieron 1514 personas de las 2223 que iban a bordo.
Curiosamente mi acompañante en este viaje a Iranda no conocía la historia del Titanic. Teo con sólo siete años todavía no había escuchado hablar de este funesto siniestro. Y como todavía es muy joven para ver la película protagonizada por Leonardo DiCaprio y Kate Winslet nos aventuramos a vivir la Titanic Experience Cobh. Se trata de un museo interactivo para toda la familia en la que ayudado de proyecciones y paneles visuales puedes experimentar en primera persona cómo era la vida en el lujoso barco durante la travesía y también cómo fue su desdichado final.
La visita siempre es guiada pero nos resultó de lo más entretenida. Aunque las explicaciones son en inglés tienes muchísima información en castellano. Al tener tantos elementos manipulables el recorrido es más interesante para los niños. Teo se quedó más con la parte de la navegación y la vida a bordo que con el final del Titanic. Bendita inocencia.
Un complemento a la Titanic Experience es el Cobh Heritage Centre, un museo emplazado en la antigua estación de trenes que relata la historia de los miles de inmigrantes que tuvieron que cruzar el Atlántico por culpa de la Gran Hambruna.
Navegando hacia la Isla de Spike, la “Alcatraz de Irlanda”
La excursión de un día desde Cork a Cobh puede completarse con la visita a la Isla de Spike. Quizás, fuera la experiencia que más le gustara a Teo tanto por la navegación como por los grandes espacios para correr y jugar. Varios barcos zarpan desde el Kennedy Pier cada jornada a esta pequeña ínsula conocida popularmente como la “Alcatraz de Irlanda”. El motivo de ese peculiar sobrenombre se debe a que albergó en los siglos XIX y XX la que fue considerada la mayor cárcel del mundo según nos contaron durante la visita guiada.
La travesía en barco dura pocos minutos y antes de tomar el ferry puedes escoger visitarla por tu cuenta o con una visita guiada de aproximadamente tres horas y media. Nada más llegar cruzarás las murallas del antiguo fuerte de artillería que luego haría las veces de cárcel. Puedes adentrarte en muchas de las antiguas celdas, barracones y también en los túneles que es la parte que más suele gustar a los niños, junto con las numerosas actividades al aire libre que se organizan.
Hay muchas exposiciones de contenido bélico (o antibélico), pero también se explica cómo eran las rigurosísimas travesías hasta Australia de los presos. Hoy en día se ha recuperado la Isla de Spike para fines civiles y además de los campamentos para niños, es una isla verde para pasar un día diferente en familia.
¿Te han gustado esta excursión desde Cork a Cobh y la Isla de Spike? ¿Qué otros lugares para visitar en Irlanda con niños nos recomendarías? Compártelo con nosotros en los comentarios.
Tienes más información en la web de Descubre Irlanda.
Galería de fotos de Cobh y la Isla de Spike
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