Ohrid, TOP 5 del 'ranking' de ciudades Best in Travel 2017
Fin de semana perfecto en el lago Ohrid, Macedonia
Los macedonios cuentan con orgullo a los visitantes que una vez Ohrid tuvo 365 iglesias, una para cada día del año. Pero los chapiteles de las iglesias y el sonido de sus campanas son solo una faceta de esta joya lacustre que en verano atrae a lugareños y mochileros de los Balcanes para darse un chapuzón en este país sin mar.
Aunque la ciudad de Ohrid, en Macedonia, es el núcleo vivo del lago, los encantos de esta zona van más allá del adorable casco antiguo. Con 300 m de profundidad, 34 km de largo y tres millones de años de historia, el lago de Ocrida es uno de los más antiguos y profundos de Europa. En sus orillas hay pueblos antiguos, aldeas de montaña y monasterios gloriosos que susurran historias milenarias. Un viaje a Ohrid no está completo sin explorar las afueras de la ciudad.
VIERNES
Por la mañana se pueden recorrer las calles adoquinadas de Ohrid. Es una ciudad ideal para pasear, y casi todas las calles llevan al lago. Al explorarla, llaman la atención las cautivadoras farolas, que imitan las características casas tradicionales de la ciudad. También destacan las singulares tiendas de perlas, en especial Antica, en Kosta Abras. Las perlas de Ohrid son réplicas creadas con las escamas de un pez endémico del lago.
Farolas de Ohrid, Macedonia © Велислав / http://ift.tt/2j2O6qh
La mañana es el mejor momento para visitar las curiosas iglesias bolnička (hospitales), cuando están abiertas. Se cree que estas estructuras bajas protegidas por muros datan del s. XIV. No parecen iglesias, aunque en su interior hay frescos e iconos. Un dato lúgubre, dado su reducido tamaño, es que en épocas de plagas eran centros de cuarentena.
Que nadie olvide el bañador cuando vaya a almorzar a Kaneo, una aldea pesquera tradicional engullida hace tiempo por los límites del casco antiguo de Ohrid. Para abrir el apetito se puede pasear por la bonita pasarela de madera junto al lago, cuyo inicio queda escondido en un callejón por detrás de la catedral Sveta Sofija, como la puerta de un Narnia lacustre. Uno puede bañarse o sentarse en una tumbona en la playa de guijarros hasta que el hambre se imponga, momento en el que habrá que poner rumbo a Letna Bavča Kaneo y pedir un plato de plasnica fritos, los mismos que se usan para crear las famosas perlas de Ohrid. Los lugareños se los comen enteros; son como los pescaditos, pero más carnosos.
'Plasnica' fritos, Ohrid, Macedonia © Antti T. Nissinen / http://ift.tt/2j2NPDJ;
Tras el almuerzo se puede subir a la estelar iglesia de Sveti Jovan para disfrutar de las vistas y ver los frescos de su interior (hay que vestir con decoro). Se puede seguir subiendo hasta Plaošnik, donde la bonita iglesia de Sveti Kliment i Pantelejmon queda en segundo plano ante las destacadas ruinas de la basílica del s. V y el jardín de reliquias en mosaico. Tras visitar las iglesias se puede regresar a Kaneo y dar un breve paseo en barco de vuelta a la zona del muelle de Ohrid.
Al caer la tarde es buena idea seguir el ritmo de la música europop en los bares lacustres de Kosta Abras: Liquid es el más elegante de todos, ideal para tomar una copa durante la puesta del sol y más allá codeándose con los ‘cazatendencias’ de Macedonia. Si eso es demasiado se puede ir al Jazz Inn, un bar inspirado en la época de la ley seca, en un callejón cercano. Durante el popularísimo Summer Festival de Ohrid parece que todo el país acuda a los conciertos, repartidos por escenarios históricos de toda la ciudad. Uno puede unirse a las multitudes en el helenístico anfiteatro de Ohrid, si puede.
SÁBADO
El día empieza en un autobús rumbo al monasterio de Sveti Naum, pero hay que apearse en la Bahía de los Huesos para viajar en el tiempo en el Museum on Water. Es una réplica de un asentamiento prehistórico sobre pilotes, los restos del cual fueron descubiertos en el fondo del lago, bajo el yacimiento. Si al viajero le interesa saber más, Diving Center Amfora organiza inmersiones (también para principiantes) para visitar los restos en el lecho del lago.
Museum on Water, Ohrid, Macedonia © Petar Boskovski / 500px
Siguiendo hacia el sur, Sveti Naum tiene algunos de los tramos con más arena de la orilla del lago, y es una de las mejores zonas de nado. El monasterio debe competir con las tumbonas y los animados cafés ‘de playa’, pero para los visitantes todo forma parte de la diversión. La iglesia es una belleza bizantina con varias bóvedas y un iconostasio del s. XVII, frescos de los ss. XVI y XIX y algunos pavos reales guardianes (algo cascarrabias). En el exterior hay barqueros que organizan excursiones a manantiales termales que fluyen, burbujeantes, del lecho lacustre cercano. El Restaurant Ostrovo, en el recinto, junto a la entrada al manantial, ofrece la nostálgica experiencia de cenar sobre un pontón amarrado.
Lago Ohrid desde el Sveti Naum, Ohrid, Macedonia © By Inge / http://ift.tt/2jgfFu2
Los barcos regresan del monasterio directos a Ohrid a las 16.00. Si se viaja en coche, la carretera de la costa de vuelta a Ohrid invita a la exploración. El bar escondido en la playa de Orevche, bajando por un sendero lleno de matojos junto a la carretera (está señalizado), es todo un hallazgo. Allí puede uno bañarse otra vez, en compañía de pececitos, alquilar una tumbona para ver la puesta del sol con una cerveza local Zlaten Dab y regodearse por haber huido de las multitudes.
DOMINGO
Coronada por el pico Magaro (2254 m), al que se puede subir a pie, la desgreñada melena del Parque Nacional Galičica se extiende hacia el este del lago Ohrid, con aldeas de montaña y senderos excursionistas a media hora de la ciudad. Es un lugar para lanzarse en parapente y vivir el mayor ‘subidón’ de adrenalina posible en un lago sin deportes acuáticos. También se puede ir a la aldea de Galičica, con vistas al lago, y almorzar o cenar con la puesta del sol especialidades macedonias como la pita (tarta de hojaldre rellena de queso y espinacas) o las tavče gravče (judías especiadas en salsa de tomate servidas en un plato de cerámica). Se puede reservar vía Free Pass Ohrid.
Restaurante Kutmichevica, Ohrid, Macedonia © www.kutmicevica.com
La comida es una de las joyas de Macedonia, pero para probar la cocina tradicional hay sitios mejores que el casco antiguo de Ohrid. ¿Qué tal una recóndita aldea de montaña famosa por sus salchichas caseras, sus tartas de ortigas y sus carnes guisadas a fuego lento? Esa aldea es Vevčani, un escondrijo rural infravalorado al norte del lago donde los lugareños van a comer y pasear entre manantiales. Llena de antiguas casas de campo históricas, sede de un alegre carnaval, y presidida por una bonita iglesia, es una ventana abierta a una cara muy distinta de la vida lacustre. Se puede comer en Kutmichevica, con vigas de madera y en la parte alta de la aldea, y disfrutar de las sublimes vistas al lago Ohrid antes de partir.
CÓMO LLEGAR
El aeropuerto San Pablo apostol del lago Ohrid, 10 km al norte de Ohrid, tiene cada vez más vuelos internacionales, sobre todo desde Reino Unido. La ciudad también está bien conectada con autobuses diarios de la capital, Skopie, y autobuses diarios internacionales a Albania, Serbia y Montenegro. De todos los hoteles del casco antiguo de Ohrid, Villa Jovan es el más carismático y el mejor situado. Si se viaja en verano, no importa donde uno se aloje, hay que reservar con antelación durante el Summer Festival (del 12 de julio al 20 de agosto).
Por Lorna Parkes, autora de Lonely Planet.
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