martes, 7 de julio de 2015

Lonely. De mochila, bastones y botas de montaña en Aragón

De mochila, bastones y botas de montaña en Aragón

Así, a bocajarro, en frío, cuando me mencionaron la comarca del Sobrarbe por primera vez no sabía ni dónde situarla. De eso hace ya mucho. Luego me hice montañera, me aficioné a cargar la mochila en la espalda, a llevar de un lado para otro el arnés, el casco, el neopreno, los frontales... Y después vino comprender la grandeza que aquella inocente palabra, el Sobrarbe, escondía tras de sí. Y es que en su escueto territorio pirenaico esta comarca presume de tener dos Parques Naturales y un Parque Nacional.

El primer espacio protegido, al Sur, una de las mecas del barranquismo europeo es el Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara. Algunos de los ríos que tienen sus fuentes en el Sobrarbe, como el Mascún, el Vero o el Balcés modelaron a su paso profundas gargantas que hoy se dejan conocer mejor equipado con un arnés, unas cuerdas y un buen neopreno. Otra de las tribus que suelen frecuentar este espacio natural son los escaladores, siempre concentrados alrededor de la poblaciones de Rodellar o Alquézar, epicentros de la escalada en la Sierra de Guara. Más de 400 vías en Rodellar y un centenar en Alquézar, desde las de iniciación hasta las de grado 9º ¡no son para tomárselo a broma! Al nordeste, nuestra frontera rocosa natural con Francia la marca el Parque Natural del Posets Maladeta hogar de ascensiones alpinas míticas como la del propio Posets, de 3.375 metros o el Aneto, que con sus 3.404 metros de altitud contempla a sus demás compañeras pirenaicas desde lo más alto.

Y por último, las enormes 15.600 hectáreas del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido que además es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. El senderismo en Ordesa es para todos los gustos y niveles. Para los que vienen con la familia o para los que no recorren grandes distancias están las vertiginosas paredes del Cañón de Añisclo que puede recorrerse en coche desde la población de Escalona por la HU-631. Una vez en el puente de San Urbez se pueden estirar las piernas con una tranquila caminata a orillas del el río Aso hasta la Ripareta (unas dos horas). Un poco más larga —pero sin apenas desnivel— es la excursión a través de la Pradera de Ordesa hasta la Cascada y el Circo de Cotatuero (1,30 horas ida), o hasta el emblemático salto de agua de la Cola de Caballo (unas 3 horas ida). Para los montañeros de pro están las asombrosas travesías de la Faja de las Flores (7-8 horas) o la Senda de los Cazadores y la Faja de Pelay (unas 7 horas). Y también la travesía hasta otro mito pirenaico, la Brecha de Rolando un paso entre paredes verticales nos permite cruzar a Francia. La cota máxima a la que uno puede ascender en el Parque, por cierto, la marcan los 3.355 metros del Monte Perdido.

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Texto y fotos: Kris Ubach

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