Hay quienes consideran que lo de ver una aurora boreal es casi como un acto de fe. Pero al contrario que sucede con asuntos tan espirituales como la resurrección de Lázaro o la consecución del Nirvana por parte de Buda, lo de contemplar a la Dama Verde depende de muchos factores terrenales, aunque especialmente astronómicos y emocionales.
El hecho de salir a la caza de estas estelas verdes es como una liturgia en la que esperas que se den todas las circunstancias idóneas para acabar viendo un fenómeno de la naturaleza realmente palpitante y que cada vez es distinto, único e irrepetible. Yo a priori me daba por satisfecho con las auroras boreales que había visto en Suecia o Finlandia, aunque luego descubrí que aquello eran simples espejismos si lo comparamos con la mágica experiencia que viví hace unas semanas en los alrededores de Harstad en la Noruega Ártica.
El día que vi la mejor aurora boreal de mi vida en Noruega
Harstad es una preciosa y pequeña ciudad costera ubicada en la provincia de Troms, de hecho es la segunda población más importante de la zona después de Tromsø. Su posición estratégica en mitad de Vesteralen y Lofoten la convierten en una base de operaciones perfecta para explorar estas hermosas islas. Además su entorno está repleto de cumbres y pequeñas islas que forman un archipiélago. Sin duda, un lugar de lo más fotogénico, ideal para actividades relacionadas con la naturaleza.
Sinceramente no hace falta irse demasiado lejos para disfrutar de paisajes alucinantes con la ventaja de que no está tan masificado como otras zonas de Noruega en verano. Mi visita a Harstad fue a mediados de septiembre así que la naturaleza comenzaba a teñirse de amarillos y ocres, mientras la temperatura era muy agradable para disfrutar de un destino fantástico.
Era el segundo día de viaje por la Noruega Ártica y aunque sabía que la posibilidad de ver auroras boreales a mediados de septiembre era remota no lograba quitarme esa idea de la cabeza. El día había trascurrido de forma plácida visitando la península de Trondenes y sus atractivos históricos. El sol se retira a dormir pronto por esas latitudes septentrionales pero antes me regaló un atardecer mágico en el bello entorno de Elgsnes Gård.
Esta casita de pescadores junto al fiordo forma parte de una granja que ofrece muchísimas actividades en la zona, desde estancias hasta pesca, senderismo y por supuesto la posibilidad de contemplar auroras boreales. Además de disfrutar de las preciosas vistas, en Elgsnes Gård también organizan cenas para disfrutar de ese entorno. Los encargados de prepararla y servirla fueron los responsables del equipo del Hoelstuen, un sensacional restaurante de Harstad. La comida a base de productos locales fue simplemente espectacular.
Sin embargo, el destino aguardaba a los allí presentes con un postre inesperado. Todavía reíamos los últimos chistes de la velada y el sol proyectaba sus últimos y tenues rayos cuando aparecieron las primeras estelas. Sutiles, delicadas, fugaces. Lógicamente el pulso se aceleró y pronto salimos al exterior de aquella casa donde se refugiaban antiguos botes de pesca. Los que veían una aurora boreal por primera vez saltaron de alegría, pero los que como yo ya habíamos visto el fenómeno antes nos comportamos con cautela. Nada hacía augurar lo que pasaría pocos minutos después.
Con pocas esperanzas de que el verde rebrotara en el firmamento monté mi trípode y lo acoplé a la cámara compacta que llevaba esa noche. Casi sin esperarlo las vaporosas y finas auroras que estábamos viendo recobraron un vigor inesperado y empezaron a aumentar de tamaño e intensidad de forma repentina. Al verde se le sumaron otros colores rosáceos y lilas que danzaban con una vehemencia y elegancia tan potente que recordaban a Anna Pavlova o Rudolf Nurejev bailando en la bóveda celeste.
Por un momento, la aurora boreal era tan intensa que pensé que alguien nos estaba tomando el pelo o se trataba de algún foco de esos que algunas salas de fiesta utilizan como reclamo. Me pellizque por si acaso me encontraba en los brazos de Morfeo, pero al ver las expresiones de los más viejos del lugar reafirmé que se trataba de un espectáculo inolvidable y poco frecuente por su vehemencia y duración. Con la emoción hice lo que pude con la cámara, pero me centré en disfrutar de aquel desfile de luces imborrable para mi retina.
El transporte que habíamos convenido para que nos devolviera a Harstad llegó como un jarro de agua fría. Interrumpió en mitad de la función y rebajó la emoción de golpe. Sin embargo, aquella noche fue tan potente que pudimos divisar las auroras boreales delante del hotel emplazado en pleno casco urbano y rodeado de luces artificiales. Un joven de rasgos asiáticos apareció con su trípode y su cámara maldiciendo porque se le habían agotado las baterías, pero su cara de estupefacción lo decía todo. Al igual que muchos de los presentes acababa de vivir una de las noches más mágicas de su vida.
¿Qué circunstancias se deben dar para ver las auroras boreales?
Tras relatar aquel momento inolvidable voy a repasar qué circunstancias se deben dar para ver las auroras boreales. La primera coyuntura que se debe dar es que exista una elevada actividad solar, ya que “las estelas verdes se producen cuando una eyección de partículas solares cargadas choca con la magnetósfera de la Tierra” (via Wikipedia).
Segundo, debes estar ubicado en latitudes extremas, normalmente muy al norte, aunque también se han visto auroras en zonas muy australes. Tercero, es mejor buscar un lugar de observación en el que no haya mucha contaminación lumínica para que no interfiera con las estelas. Y cuarto, el cielo debe estar completamente despejado, sin nubes que tapen este alucinante fenómeno.
¿Qué meses del año son los mejores para ver auroras boreales?
El espectáculo de luces verdes, rosas y violetas bailando en el cielo sólo es perceptible al ojo humano cuando todo está oscuro. En este sentido, el norte de Noruega es uno de los mejores destinos del mundo para observar las auroras boreales ya que desde finales de septiembre hasta finales de marzo hay muchas más horas de oscuridad que en otras latitudes. De hecho, hay algunos de esos meses en los que hay más horas de noche que de luz.
La forma más sencilla de saber si se cumplen las circunstancias idóneas (o si es un buen día para ver las auroras boreales en Noruega) es descargando la aplicación de móvil Norway Lights que ha desarrollado Visit Norway. La app te indica las previsiones de las 10 zonas de la Noruega Ártica con más posibilidades de ver la aurora, aunque puedes introducir cualquier localidad del país. La previsión tiene tres rangos de horas (18:00-21:00, 21:00-00:00 y 00:00-03:00) y tres leyendas: wait, try y go. Si te indica “go” ya puedes correr a un lugar oscuro porque verás la aurora seguro. En los siguientes enlaces puedes descargar la aplicación dependiendo del dispositivo móvil que tengas:
- iPhone: Descarga Norway Lights para iOS
- Android: Descarga Norway Lights para Android
- Windows: Descarga Norway Lights para Windows
¿Qué se necesita para fotografiar la aurora boreal?
Si no sabes bien lo que buscas es complicado observar las auroras boreales a simple vista (al menos la primera vez), aunque como os acabo de relatar no es imposible si son muy intensas como las que vi en los alrededores de Harstad. Ten en cuenta que de noche las condiciones de luz no serán las más adecuadas así que para captar bien las estelas, lo ideal es llevar una cámara fotográfica con modo manual que permita exposiciones largas y sobre todo un trípode para que el equipo no se mueva.
Al haber muy poquita luz, tendrás que hacer una fotografía de larga exposición para inmortalizar las auroras boreales. Lo más óptimo es que la ISO no supere los 200, el diafragma tenga una apertura de 4-5,6 y el tiempo de exposición sea entre 15 y 20 segundos. La mayoría de cámaras, tanto réflex como compactas, permiten estos ajustes.
Otro factor que debes tener en cuenta es el frío. Con las bajas temperaturas las baterías de las cámaras sufren mucho y se agotan más rápido así que no está de más llevar alguna de recuerdo. No obstante, los que más sufrimos somos nosotros. Lleva ropa adecuada para aguantar el frío de la Noruega Ártica, lo ideal es vestir 3 ó 4 capas con ropa térmica sobre la piel, un forro polar fino, un forro polar más grueso y chaqueta de invierno impermeable. Pantalones de montaña, zapatos cómodos con una suela de goma alta tipo trekking, gorro, bufanda o braga para el cuello y guantes son indispensables.
Cuando ves aparecer las auroras boreales (sobre todo la primera vez) lo normal es que se te acelere el corazón y estés más torpe de los normal con la fotografía. Puede ser un fenómeno muy efímero o durar varios minutos así que si no te sientes con confianza para inmortalizar el momento mi principal consejo es que te olvides de las fotos y disfrutes el momento. Eso es lo que de verdad importa, pues se te grabará en la retina para siempre.
¿Cómo llegar a Harstad en la Noruega Ártica?
Afortunadamente hay muchísimos vuelos directos a Noruega desde España. Yo, por ejemplo, volé desde Alicante a Oslo con Norwegian y allí tomé otro avión de la misma aerolínea hasta el aeropuerto de de Harstad/Narvik-Evenes emplazado a unos 40 kilómetros de la ciudad.
Una vez en el aeropuerto es muy sencillo llegar al centro de la ciudad, sólo tienes que tomar un autobús que parte de la terminal y que tarda 50 minutos aproximadamente en llegar a Harstad. En la web de Flybussen puedes consultar los horarios y precios de este servicio. Si viajas en grupo y necesitas un transporte para moverte por Troms, Lofoten y Vesteralen, una gran opción es contratar los servicios de Arctic Buss.
¿Te gustaría ver las auroras boreales en el norte de Noruega? ¿Las has visto ya? Comparte tu experiencia conmigo en los comentarios?
Fotos de Harstad y las auroras boreales
Quiero dar las gracias a Visit Norway por descubrirme este increíble destino y permitir que vea la aurora boreal más increíble de mi vida. Tienes muchísima más información para disfrutar del norte de Noruega en la web oficial de Turismo de Noruega.
via Pau http://ift.tt/2jrremu
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