Norte de Montenegro, TOP 4 del 'ranking' de destinos Best in Europe 2017
Explorar el ignoto norte de Montenegro
El norte de Montenegro atrae con un sinfín de aventuras en sus tierras altas, un bello entorno natural y un rico patrimonio cultural e histórico.
Su bello entorno natural, que incluye los parques nacionales de Durmitor, Biogradska Gora y Prokletije, es un destino de ensueño para los fans del excursionismo, la bicicleta de montaña, el barranquismo y el rafting. Y para quien prefiera relajarse, esta escarpada región tiene un rico patrimonio cultural e histórico, un espíritu festivo, deliciosos productos naturales y grandes dosis de hospitalidad rural.
Ruta cultural
El corazón de las montañas del norte de Montenegro, las regiones de Bjelasica, Komovi y Prokletije, recibe menos visitantes que el resto del país. Sin embargo, una ruta cultural oficial conecta sus principales localidades y ofrece una buena perspectiva del rico patrimonio de lugares que no aparecen en los folletos turísticos.
Monasterio de Morača, norte de Montenegro © Goncharovaia_Shutterstock
A solo 25 km de la estación de esquí de Kolašin (el punto de partida para explorar el parque nacional Biogradska Gora y el monte Bjelasica), el monasterio de Morača, del s. XIII, es uno de los puntos de interés cultural del país. Sobre el formidable cañón del río Morača, es un lugar tranquilo –y una merecida pausa tras un tenso recorrido en automóvil por el cañón–, donde los monjes cuidan colmenas de abejas y frescos alegóricos pintados hace siglos por maestros del arte sacro ortodoxo. A los bibliófilos les gustará saber que el Tesoro del monasterio conserva una rara copia del Oktoih (1493), el primer libro cirílico impreso en una lengua sudeslava.
Al pie de los parques nacionales de Biogradska Gora y Durmitor, surcados por atractivas rutas excursionistas y de bicicleta de montaña, se halla el pueblo de Mojkovac, escenario de una famosa y cruenta batalla de la II Guerra Mundial, donde las a priori indefensas tropas montenegrinas vencieron al poderoso ejército austro-húngaro. No muy lejos del campo de batalla, que conserva restos de las trincheras, se ve el Monumento en memoria a los héroes de la batalla de Mojkovac, símbolo de la ciudad. Las glorias guerreras del pasado son motivo de orgullo en esta zona, como el viajero descubrirá si habla con los lugareños sobre el código čojstvo i junaštvo (de humanidad y valentía), tan arraigado en la región.
Monasterio de Brezojevica, cerca de Plav, norte de Montenegro © Lenar Musin_Shutterstock
Como puerta de entrada al parque nacional Prokletije, las pequeñas localidades de Plav y Gusinje se distinguen por un entorno bucólico y los ecos de la época otomana. La primera se halla en la orilla del lago Play, lleno de nenúfares; y la segunda se encuentra en los manantiales kársticos de Ali Pasha, al pie de los montes Malditos. Ambas poseen interesantes mezquitas de varios siglos. En Plav destacan los ricos arabescos de la Mezquita del Emperador y las cúpulas en cascada de la Mezquita del Sultán; y en Gusinje no hay que perderse la Mezquita del Visir, con su estilizado minarete y su porche. Un ejemplo único de la arquitectura otomana de la región –y prueba de su turbulenta historia– es la kula, una torre defensiva para proteger a las familias en tiempos de asedio. Muy evocadora de aquella época es la Redžepagića Kula de Play, del s. XVII, con dos plantas bajas que tienen paredes de piedra de un metro de grosor, y una tercera planta de madera con balcones y bonitos detalles de carpintería.
Bijelo Polje, norte de Montenegro © www.tobijelopolje.me
El mejor recuerdo de las tierras altas de Montenegro son las prendas artesanales de lana, y Bijelo Polje es un buen sitio para comprarlas, por ejemplo en la tienda Niti (Nedeljka Merdovića bb). Son prendas de alta calidad tejidas con lana de oveja y coloridos diseños rústicos, desde bufandas hasta calcetines, para cubrirse de pies a cabeza. Hay alfombras, cortinas e incluso marcos de fotografías (creados con una técnica especial llamada suvo pustovanje que trabaja la lana). Labor de una cooperativa local de mujeres que trabaja por conservar las técnicas de tejido, punto y bordado tradicionales, estas bonitas piezas artesanales llamaron la atención del Príncipe de Gales y la Duquesa de Cornualles en su visita a Montenegro en el 2016.
Calendario de festivales
En las montañas de Montenegro saben cómo pasarlo bien, desde adrenalínicas aventuras al aire libre hasta festines gastronómicos y fiestas populares de las tierras altas.
El evento insignia de la región, a principios de septiembre, es el Northern Challenge, una carrera de aventura cada vez más popular que empieza en Mojkovac y tiene tres etapas panorámicas: una carrera en kayak de 12 km por el río Tara hasta Kaludra, una carrera/excursión a pie de 9 km de Kaludra a la iglesia de Ružica, en el monte Sinjajevina, y una carrera en bicicleta de 26 km por pastos de montaña y bosques de hayas hasta Mojkovac. Es un evento ecológico, cuyos organizadores tienen como premisa básica no dejar huella en el medioambiente.
Río Tara, Montenegro © Diego Fiore_Shutterstock
Congregando a entusiastas del rafting de todos los Balcanes desde el año 2000, la alegre Lim Regatta (a finales de mayo o principios de junio) cubre un recorrido de 134 km desde el lago Plav vía Andrijevica, Berane y Bijelo Polje, hasta Prijepolje al otro lado de la frontera con Serbia. Dura tres días y se tardan unas 20 horas; navega las profundidades verdes del río Lim y los rápidos de nivel 4 entre los acantilados de 400 m de altura del cañón de Tifran.
Muy distinto es el Summer Tango Camp, que dura varios días en agosto, y lleva el tango, el ballet moderno y el yoga a otro nivel, combinándolo con actividades de montaña en Kolašin y alrededores. El Tamburaši Festival da vida a Bijelo Polje algunos días de julio, con bandas de música popular que se lucen con el violín, la guitarra, el acordeón y la tambura (parecida al laúd o a la mandolina) tocando melodías tradicionales.
Bijelo Polje, Tamburasi Festival, norte de Montenegro © www.tobijelopolje.me
Las moras cubren la región de Prokletije –la mayor plantación natural de moras del mundo– y los días de las moras de Play, a finales de julio, son un festival dedicado a esta fruta del bosque, con vino de moras y otros productos. Del mismo modo, los días del queso Pljevlja son la excusa perfecta para gozar del famoso queso blanco, suave y salado de Pljevlja (el primero en Montenegro en obtener una denominación de origen) y otros productos lácteos. La buena comida y las actividades al aire libre también son parte de las fiestas de julio, conocidas como los días de las flores silvestres y dedicadas a la rica flora alpina de la región de Durmitor.
Turismo rural
El floreciente turismo rural del norte de Montenegro ofrece una gran oportunidad para conocer el antiguo modo de vida del país: alojarse con familias locales en un ambiente rural, saborear productos frescos de huertos caseros, ordeñar vacas, ir a buscar frutas del bosque y setas, cuidar de colmenas de abejas o elaborar rakija (coñac).
Montenegro rural © Stefan Rohlaender_500px
La centenaria casa Kljajić de Lubnice, cerca de Berane, ofrece una inmersión en la vida rural. Llena de muebles rústicos de madera (el propietario es carpintero) y decoración pintoresca, la casa en sí es como un pequeño museo etnográfico. Dada la tradición familiar de cría de abejas, hay que probar la miel ecológica con frutos secos y medovača (licor de miel).
La vecina casa Tri Izvora (obradovicslavko.berane@gmail.com), medio oculta sobre tres manantiales –uno se despierta con el canto de los pájaros y vistas a las montañas– es un confortable refugio rural con comodidades modernas. Está rodeado por un huerto de manzanos, perales y ciruelos, además de matorrales de grosellas y aronias, con las que se elaboran deliciosos zumos, mermeladas y tartas, entre otros platos caseros tradicionales.
Casi un recién llegado, el restaurante Dubirog Perović (dubirogperovic@gmail.com), en Kralje, cerca de la carretera Berane-Andrijevica, con zona de acampada y otras opciones de alojamiento, atrae a lugareños y viajeros por sus platos de pescado y su original ambiente. Construido al estilo de los dubirog (cabañas de madera con forma de pajar) de las tierras altas, tiene un estanque de cría de truchas; así la pastrmka (trucha) fresca y la riblja čorba (sopa de pescado) son las estrellas de la carta.
Lago Skadar, norte de Montenegro © ollirg_Shutterstock
El montañoso norte no es tierra de vinos, pero una rápida visita al sur, al bello parque nacional del lago Skadar, permite ir a Vinarija Ukšanović (tomouksanovic@gmail.com), en el pueblo de Boljevići, cerca de Virpazar. Esta pequeña bodega familiar y sala de cata está en la región vinícola de Crmnica, con cinco tipos de vino autóctonos. La bodega Ukšanović produce su propio rosado, Lisičina, además del tinto más famoso de Montenegro, Vranac (seco y semi dulce). Como mandan los cánones locales, la cata empieza con rakija –se puede probar el loza s pelinom (uva con ajenjo)– y termina con licores caseros de frutas.
Por Brana Vladisavljevic, autora de Lonely Planet
Brana viajó al norte de Montenegro con el apoyo de Rams Travel y de la Agencia regional para el desarrollo de Bjelasica, Komovi y Prokletije
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