martes, 31 de octubre de 2017

Viajes. De Santiago de Compostela a Donostia con el nuevo e-Golf

Ya habíamos comprobado que el nuevo e-Golf es perfecto para desplazarse cada día con el máximo de comodidades y cero emisiones, gracias a su autonomía de hasta 300 km –un 50% más que su predecesor–. Ahora bien, una cosa es recargar la batería del vehículo en el hogar y otra, ir de viaje con él durmiendo cada noche en un sitio distinto.

El consumo del e-Golf es de 12,7 kWh/100 km. Al coste actual de la electricidad en España supone menos de 2 euros/100 km

Mirando mapas de los puntos de recarga en internet para organizar las etapas resultó fácil hallar hoteles que ofrecen ese servicio. Como queríamos tener la libertad de hacer desvíos en la ruta, planificamos etapas de 200 km; eso nos daba un margen de seguridad para acceder a los establecimientos que habíamos reservado. En la mayoría, como comprobaríamos, la recarga del vehículo es gratuita; en otros solo se paga por el aparcamiento. Y así partimos de Santiago rumbo a la Reserva de la Biosfera del Río Eo y Los Oscos, visitando antes las ciudades de La Coruña y Lugo. La Casona de Labrada, un hotel en las montañas cerca de Taramundi, nos acogió esa primera noche. Aún con la imagen de los bosques de Los Oscos en la mente llegamos a la ría de Ribadeo para recorrer la costa asturiana. La playa de Navía y las abigarradas casas portuarias de Luarca y Cudillero nos gustaron tanto como el salvaje Cabo Estaca de Bares. Nos desviamos al sur para subir el empinado puerto del Angliru y esa noche restauramos las fuerzas junto a nuestro e-Golf en el hotel Abba Playa de Gijón.

Fantásticos paisajes y pueblos como Villaviciosa, Ribadesella o San Vicente de la Barquera, con los Picos de Europa de fondo, jalonaron la nueva etapa, que concluyó en el parador de Santillana de Mar, próximo a Altamira. Por la mañana el e-Golf volvía a estar presto para el trayecto de ese día... y del siguiente, pues aunque hay una quincena de puntos de recarga en Bilbao, donde dormimos, no los necesitamos hasta Donostia un día después. Al acabar nuestra comida en el restaurante Akelarre el e-Golf estaba listo para proseguir la ruta.

Picos de Europa

Hasta 300 km de autonomía con cero emisiones

El motor eléctrico del nuevo e-Golf entrega 100 kW de potencia (136CV), 15kW más que la versión anterior, y acelera silenciosamente de 0 a 100 km/h en 9,6 segundos, o de 0 a 60 km/h en 4,2 segundos, algo ideal cuando se circula en ciudad. La capacidad de su batería de litio ha sido aumentada de 24,2 a 35,2 kWh. En un enchufe de pared (AC, 7,2 kW), la batería estará completamente cargada en menos de 6 horas. En una estación de carga CCS se puede cargar hasta un 80% de su capacidad en menos de una hora.

El consumo del e-Golf es de 12,7 kWh/100 km. Al coste actual de la electricidad en España supone menos de 2 euros/100 km. Cada frenada aumenta la autonomía del e-Golf.

Cuanto más intensa, mayor el grado de recuperación de la batería

De serie el e-Golf incorpora el sistema de infoentretenimiento Discover Pro de 9,2 pulgadas con control gestual, el Volkswagen Digital Cockpit, el Control de Crucero Adaptativo y Faros LED con luz diurna.

Por si fuera poco, a nivel de seguridad el sistema Front Assist detecta peatones en la calzada; el Emergency Assist detiene el Golf en caso de emergencia. El asistente en atascos permite una conducción semiautónoma hasta 60 km/h.

Más información en la web de Volkswagen



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viernes, 27 de octubre de 2017

Pachinko. Qué ver y hacer en Amsterdam en una escapada de tres días

Fotos de Amsterdam, canales y bicicletas

El joven escritor estadounidense John Green dijo que “Amsterdam no es una ciudad de pecado: es una ciudad de libertad” y la verdad es que no podíamos estar más de acuerdo con su afirmación. La capital de Holanda ha sido históricamente conocida por su pragmatismo, por ser cuna de exploradores y comerciantes que han llegado hasta los confines más lejanos del mundo con la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales y por las ganas de sus habitantes de disfrutar de la vida.

Para nosotros se trata de una ciudad muy importante, ya que fue la primera que visitamos en Europa. Bastaron pocas horas para que nos sorprendiéramos con la belleza de sus canales y edificios históricos, el agitado ritmo de sus habitantes a lomos de miles de bicicletas y también por su tolerancia y desenfado con temas que serían tabú en cualquier otra parte del globo. Había pasado demasiado tiempo desde que estuvimos allí, pero recientemente hemos regresado y nos ha encandilado mucho más, si cabe, que hace unos años. Si estás pensando en visitarla en breve, vamos a recomendarte qué ver y hacer en Amsterdam en una escapada de tres días.

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¿Cómo llegar a Amsterdam?

Fotos de Amsterdam, aviones de KLM

Desde España el aeropuerto más cercano para llegar a la capital de Holanda es el de Amsterdam-Schiphol. En nuestro último viaje a Amsterdam hemos aprovechando las nuevas rutas diarias que KLM ha abierto desde Alicante y Valencia (y que, además, nos vienen de perlas para nuestros viajes a Asia sin pasar antes por Madrid o Barcelona). KLM tiene vuelos directos a Amsterdam desde Madrid, Barcelona, Málaga, Bilbao, Valencia, Alicante y también desde Ibiza en los meses de verano.

Para llegar al centro de Amsterdam puedes tomar uno de los numerosos trenes que te llevan directo desde Schiphol a la Centraal Station. No obstante, si vas muy cargado o tu hotel está bastante alejado puedes reservar aquí los traslados desde el aeropuerto hasta tu hotel.

¿Cuantos días me recomiendas estar en Amsterdam?

Fotos de Amsterdam, vistas desde la Westerkerk

Amsterdam es una ciudad perfecta para una escapada de varios días o para aprovechar alguno de los puentes y días festivos que tenemos en España. Lo mínimo recomendado serían tres días, porque realmente la capital holandesa tiene muchísimos atractivos para el viajero.

Si dispones de más tiempo no es descabellado pasar una semana entera en Amsterdam, ya que además de disfrutar de la “Venecia del Norte” puedes aprovechar la estancia para visitar otras ciudades de Holanda como la bellísima La Haya, ir a comprar deliciosos quesos a Alkmaar, enamorarte de la preciosa cerámica de Delft o descubrir pueblecitos encantadores como Volendam, Marken, Edam y Zaanse Schans.

¿Es cara la vida en Amsterdam?

Fotos de Amsterdam, mercado Ten Kate
Pese a que compartimos moneda, los precios de Holanda son algo más caros que los que podemos encontrar en España, especialmente en lo que se refiere a alojamientos, restaurantes y algunos museos.

No obstante, una buena forma de ahorrar en tu viaje es comprando la tarjeta I amsterdam City que incluye entrada gratuita a las atracciones y museos más importantes de la ciudad, un crucero por los canales, acceso al autobús, tranvía y metro de la GVB, así como descuentos y ofertas especiales.

¿Qué comer en Amsterdam?

Fotos de Amsterdam, quesos

Aunque a priori la fama de la gastronomía holandesa no haya llegado hasta España, en Amsterdam se puede comer de maravilla. Además de las especialidades locales (donde el queso, el arenque, la cerveza o la genever destacan sobre el resto) sus lazos con Indonesia y otras antiguas colonias como Surinam provocan una mezcla realmente interesante de sabores y aromas.

Si vas con prisas unos bocatas o broodjes pueden ser más que suficientes para salir del paso, pero hay restaurantes y lugares muy especiales. Por ejemplo, los salones del Café Cromhout en el mismo edificio del Bijbels Museum, el tradicional de Silveren Spiegel emplazado en una casa de 1614 o el increíble y animado mercado Foodhallen, por citar algunos ejemplos. En nuestro primer viaje a Amsterdam también nos dimos el capricho de comer en el Yamazato, un japonés con Estrella Michelín.

¿Dónde alojarte en Amsterdam?

Fotos de Amsterdam, barca navegando en el canal

En la capital de Holanda podrás encontrar alojamientos de todos los gustos y precios, la oferta es realmente impresionante aunque es complicado encontrar lugares buenos, bonitos y baratos. Hay hoteles de cadenas internacionales que están haciendo una gran labor restaurando edificios antiguos y dándoles un toque local muy especial (como el W Amsterdam que ha creado la galería de moda, arte y diseño X-Bank), pero alojarse en ellos no es precisamente barato.

En nuestro primer viaje nos quedamos en el Hotel Arena, una antigua capilla y orfanato que ahora es un moderno hotel de estilo industrial. La última vez nos alojamos en el clásico y céntrico Hotel Amsterdam De Roode Leeuw, con habitaciones básicas pero con un emplazamiento inmejorable. Aquí puedes buscar los mejores hoteles para tu estancia en Amsterdam.

¿Qué ver en Amsterdam en tres días?

Fotos de Amsterdam, Rijksmuseum

El carácter emprendedor de Amsterdam se ha demostrado en numerosas ocasiones a lo largo de la historia. Unas tierras pantanosas se han convertido en una de las ciudades más bellas y más progresistas del mundo. Su verdadera edad de oro tuvo lugar en el siglo XVII tras la reforma protestante. Con ella floreció el comercio (en esa época se creo la Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales) y la capital de los Países Bajos vivió un auténtico boom en todos los sentidos.

Urbanísticamente la ciudad ganó terrenos al mar y junto a su canales formó una media luna donde actualmente el metro de tierra se cotiza muy caro. Famosa por su Barrio Rojo, los Coffee Shops y las hordas de bicicletas que la pueblan, esta metrópolis es también una de las capitales culturales del mundo. Sin tiempo para que te aburras, vamos a tratar de recomendarte qué ver y hacer en Amsterdam en una escapada de tres días:

  • Si sólo pudieras vivir una experiencia en Amsterdam, ésta tendría que ser la de cruzar la ciudad desde alguno de sus más de 160 canales. Hay recorridos muy económicos y otros lujosos, caros y privados con champagne y delicatessen a bordo. Aquí puedes reservar un paseo en barco por los canales de una hora a muy buen precio.
  • Lo más probable es que tu primer contacto con la ciudad sea la preciosa Centraal Station (muy parecida a la estación de Tokio). Muy cerca de la misma queda la Iglesia de San Nicolás y el Damrak, una de las arterias principales de Amsterdam donde se erige el hermoso Victoria Hotel.
  • Si vas a pie por Damrak llegarás hasta la plaza del Dam, el verdadero corazón de la ciudad donde se encuentra el Palacio Real, el Nationaal Monument y la Nieuwe Kerk que acoge exposiciones muy interesantes. Muy cerca quedan los centros comerciales Magna Plaza y el lujoso De Bijenkorf.
  • Pese a su mala fama, el Barrio Rojo es mucho más que sus cabinas con luces y prostitución. Uno de nuestros lugares favoritos de esta zona es el Museo Amstelkring, que esconde una capilla e iglesia clandestina en el tejado. Curiosamente otra de las visitas de esta zona de “vicio y perversión” es la Oude Kerk o iglesia antigua. Al norte del Barrio Rojo en la zona del Zeedijk puedes visitar el Templo de Guan Yin.
  • La Casa de Ana Frank es uno de los lugares más populares de la ciudad para los turistas, especialmente por su carácter histórico y simbólico.
  • Desde el campanario de la Westerkerk podrás disfrutar de una de las vistas más espectaculares de Amsterdam. Hay visitas guiadas hasta sus increíbles miradores. Antes te muestran el carrillón y las imponentes campanas. De la iglesia lo más destacable es su órgano.
  • Dos lugares encantadores para ver cómo floreció la ciudad y de paso visitar precioso edificios del siglo XVII son el Museo Bijbels y el Museo de los Canales, este último muy recomendable.
  • En el cinturón de canales meridional se celebra el Bloemenmarkt o Mercado de las Flores. Los precios de los bulbos y tulipanes son incluso más caros que en las tiendas del aeropuerto, pero es muy colorido.
  • El conocido como el Barrio de los Museos es un verdadero paraíso para los amantes del arte. Allí hay instituciones tan míticas como el Rijksmuseum, el Stedelijk o el Museo Van Gogh (reserva aquí una visita guiada y sin colas). Muy cerquita queda el Vondelpark, uno de los pulmones verdes más hermosos de Amsterdam.
  • Próximo al Museo Van Gogh se encuentra la House of Bols, una de las destilerías más famosas de la ciudad y donde podrás probar algunos cócteles sensacionales.
  • Otra de las celebridades históricas de la ciudad es Rembrandt, en Jodenbeestraat se encuentra la casa donde vivió este maestro flamenco. No hay pinturas originales, pero la visita a esta casa-museo es cuanto menos curiosa. En la zona, los fines de semana se celebra un mercadillo de ropa y objetos de segunda mano.
  • También es muy buena idea conocer de primera mano alguno de los mercados más populares de la ciudad como el Ten Kate, De Halen o el Albert Cuyp.
  • En el Barrio De Pijp se encuentra la Heineken Experience (reserva aquí una visita guiada y sin colas), donde se pueden visitar las instalaciones de la antigua fábrica de cerveza. Una actividad que va de menos a más y que es de las más concurridas de Amsterdam.
  • En el primer viaje nos quedamos en la zona de Plantage donde se puede visitar el molino de viento De Gooyer y donde degustamos la rica cerveza artesanal de Brouwerij’t Ij.
  • ¿Y qué pasa con los Coffee Shops? Curiosamente en estos locales no se puede servir ni vender alcohol pero sí marihuana y hachís. Tampoco se puede fumar tabaco. Están repartidos por toda la ciudad así que no te será complicado encontrarlos. Merece la pena vivir la experiencia aunque sólo sea una vez. Nosotros te recomendamos que huyas de los que son más grandes y populares y busques los más encantadores y familiares.

¿Qué lugares te quedaste con ganas de ver en Amsterdam?

Fotos de Amsterdam, atardecer

Ya sabes que es muy complicado ver todos los lugares interesantes de una ciudad tan apasionante como Amsterdam. Es el caso del mirador del A’DAM Toren, el Begijnhof, los museos Van Loon y CoBrA, el Hortus Botanicus, Energetica y el Nemo (planes perfectos si viajas con niños) o el mítico Amsterdam Arena.

¿Cómo me muevo por Amsterdam?

Fotos de Amsterdam, bicicletas

Amsterdam es una ciudad muy segura, pero tienes que ir con mil ojos para no ser arrollado por una de las miles de bicicletas que circulan por sus calles a todo trapo. Si no llevas mucho tiempo en la ciudad quizás no sea buena idea lo de recorrerla a lomo de un velocípedo, pero si te animas a sumarte al alocado ritmo de pedaleo de los locales aquí puedes alquilar una bicicleta en Amsterdam 24 horas o sumarte a este tour de 2 horas en bicicleta.

No obstante, es una ciudad bastante cómoda para caminar y goza de una transporte público realmente eficiente. Con los tranvías puedes cubrir los lugares para visitar más interesantes.

¿Te han gustado nuestras recomendaciones sobre qué lugares ver en Amsterdam en tres días? ¿Nos recomiendas tus lugares favoritos? Cuéntanoslo en los comentarios.

Galería de fotos de Amsterdam

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Pachinko. Excursión al Fushimi Inari de Kioto, puertas rojas a través de un paraguas transparente

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, los torii o puertas rojas

La excursión al santuario Fushimi Inari de Kioto (o Fushimi Inari Taisha) es imprescindible, ya que probablemente se trata del lugar de oración sintoísta más conocido fuera de Japón. Sus famosas torii o puertas rojas quedaron grabadas en la memoria colectiva gracias a la adaptación cinematográfica que Rob Marshall hizo en 2005 de la novela Memorias de una geisha. Ese momentazo en el que la niña Sayuri corre a través del pasillo de color escarlata para pedirle un favor al dios Inari provocó que las visitas a este oratorio crecieran de forma exponencial, especialmente entre los turistas extranjeros.

En nuestros dos primeros viajes a Japón no habíamos tenido la oportunidad de conocerlo, así que la visita al Fushimi Inari era una espinita que teníamos clavada desde hacía casi una década. En ese sentido, corríamos un grave peligro de que unas expectativas demasiado altas emborronaran unos recuerdos casi idílicos de nuestra primera estancia en Kioto. Quizá por eso decidimos ser más cautos, aunque la lluvia, que no cesaba de caer esos días en la región de Kansai, nos ayudó a rebajar nuestras perspectivas. Tocaba abrir los paraguas transparentes que habíamos comprado por pocos yen en un conbini.

Consejo para tu viaje a Japón:
¿Quieres viajar en tren por Japón? Te recomendamos que te compres el JR Pass, un pase para moverte con total libertad por Japón utilizando su amplia red de trenes y que te permitirá llegar fácilmente hasta el santuario Fushimi Inari de Kioto. Reserva aquí tu JR Pass

Cómo llegar al santuario Fushimi Inari de Kioto

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, tren

Antes de afrontar nuestro tercer viaje a Japón (el primero viajando con niños), teníamos previsto alojarnos en Kioto. Un par de meses antes de nuestro periplo descubrimos que no quedaba ni una habitación libre en la ciudad, así que nos tocó quedarnos en Osaka (aquí puedes buscar los mejores alojamientos en Kioto). ¿Sería por la floración de los cerezos o es que el aumento de turistas en la última década había sido desproporcionado?

En ese sentido, tuvimos que pillar un shinkansen o tren bala que en una media hora nos dejó en la preciosa estación central de Kioto. Lo más sencillo para llegar hasta el santuario Fushimi Inari desde allí es tomar la línea JR Nara Line Local en los andenes 9 y 10, cuyo trayecto duro sólo 5 minutos. Los trenes son de color verde y tienen un aspecto un tanto vintage como el de la foto.

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, torii de entrada

Una vez sales por la puerta principal de la estación, el santuario se encuentra a pocos minutos a pie. Enseguida verás un gran torii rojo que marca el inicio de una cuesta y la entrada a este célebre lugar de oración enclavado a los pies de una montaña. Otra opción muy interesante es hacer una excursión a Nara e Inari con guía en español.

Visita al santuario Fushimi Inari de Kioto

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, torii y edificio principal

El cielo estaba muy triste aquel día de abril. Tanto que parecía que iba a llorar en cualquier momento. El gris del firmamento contrastaba de una forma extraordinaria con el rojo intenso de los los pabellones del santuario o con el penetrante verde de los árboles que rodeaban el recinto. Parecía que la lluvia nos iba a dar una pequeña tregua y pudimos echar un vistazo a los edificios principales y a las numerosas tiendas de amuletos y souvenirs que había en la plaza principal.

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, pabellon

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, ceremonia

Pese al mal tiempo y que era temprano había bastante gente. Ten en cuenta que el Fushimi Inari de Kioto siempre está abierto y la entrada es gratuita, así que puedes intentar jugar con horarios y fechas poco habituales para tratar de estar algo más solo durante la visita.

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, zorro Inari

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, estatua de Inari

Lo primero que llamó la atención de los niños (antes de llegar al pasillo de puertas rojas) fueron las numerosas estatuas que hay dedicadas a los zorros de Inari o kitsune. Estos hacen las veces de mensajero de la deidad japonesa de la fertilidad, el arroz o la agricultura, aunque también suelen ser venerados por aquellos fieles que busquen el éxito en alguna empresa o cometido. Estos zorros están repartidos por todo el santuario, incluso en algunos puestos hay tablillas de madera con forma de este animal para que los devotos escriban sus deseos o peticiones.

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, Teo entre los torii

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, gente entre los torii

A la izquierda del edificio principal hay un mapa del Fushimi Inari cuyos caminos están formados por pasillos que forman las ilustres puertas rojas, su principal símbolo desde que se fundara en el siglo VIII. Al estar emplazado en las faldas de una cumbre, el sendero se inclina hacia arriba, pero la pendiente no es muy exigente. Los torii no son muy espaciosos así que para solucionar el problema de estrechez hay un itinerario de subida y otro de bajada, sin embargo cuando está muy abarrotado la gente no suele respetarlo demasiado.

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, fotos entre los torii

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, kanji en el torii

Evidentemente todo el mundo busca su foto con las puertas rojas, especialmente al inicio de la subida.  En este punto se acentuó un poco más, si cabe, nuestro rechazo a la ridícula moda de los palos para hacerse selfies. Mejor tener un poco de paciencia, ya que hay cientos de torii y más de cuatro kilómetros de caminos repartidos por el bosque para buscar una instantánea solitaria. No obstante, parece que todos los tontos del mundo, además de estúpidos son impacientes por naturaleza y suelen bloquear el paso al resto de turistas con sus ridículos artilugios al principio del recorrido. ¿Qué pensarían los fundadores del santuario hace más de 1.200 años si pudieran ver a todos estos narcisistas por un agujerito?

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, paraguas

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, bosque

Tras esquivar a los “palo-selfie” pudimos abstraernos un poco del gentío y admirar la belleza de aquel lugar. Jugamos a salirnos un poco de los senderos y buscar los pequeños bunsha que hay repartidos por la colina. Entonces el cielo no aguantó más y se puso a descargar sus lágrimas sobre las preciosas puertas rojas. A partir de entonces vimos menos gente, pero nuestro paraguas transparente pasó a ser el prisma por el que observábamos todo lo que nos rodeaba.

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, Teo y Oriol

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, Teo e Inari

Oriol hacía trechos dentro del carrito y otros a pie, pero Teo iba completamente por libre sin perder detalle de aquel peculiar enclave. A veces avanzaba unos metros y regresaba corriendo para contarnos emocionado algún sorprendente hallazgo. Nos hizo mucha gracia cuando lo descubrimos cubriendo con su paraguas a uno de los kitsune vestidos de rojo, sin duda, uno de los grandes recuerdos de aquel viaje a Japón.

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, Teo y el paraguas

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, Vero, Teo y Oriol en los torii

La lluvia poco a poco se fue tornando más intensa y nos azuzó para que deshiciéramos rápidamente el camino que habíamos andado hasta llegar a la estación de tren. En el trayecto de vuelta a Kioto pensamos que la visita al Fushimi Inari no había sido como la habíamos imaginado durante todos estos años. No vimos a ninguna Sayuri corretear entre los torii carmesíes. No obstante, nos quedamos con los buenos momentos y la belleza del lugar. El lugar Merece una visita pese a la lluvia y la multitud de turistas. Eso sí, los recuerdos no son tan inmaculados como los de hace diez años, pero quizás son más realistas. ¿Te gustaría hacer una excursión al Fushimi Inari de Kioto? ¿Has hecho ya la visita? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios.

Galería de fotos del Fushimi Inari de Kioto

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