Bergen es de esas ciudades que tienes que ver al menos una vez en la vida, así de rotundo. Su belleza es fruto de una combinación de factores que la convierten en una de las plazas más atractivas de Europa para el viajero, una valkiria que se siente guapa y que es capaz de seducir con sus encantos o convertir en héroe a todo aquel que la mira directamente a los ojos.
El punto de partida de una visita a Bergen o de un viaje a los Fiordos Noruegos se sitúa en su corazón multicolor, el barrio hanseático de Bryggen, que suele asombrar por sus casas de madera que rezuman historia por los cuatro costados. No obstante, yo te recomiendo que una vez hayas saciado tu sed de monumentos y turismo urbano te animes a contemplar esta joya a vista de pájaro desde los montes Ulriken y Fløyen y, de paso, compruebes que naturaleza y ciudad en este caso van cogidas de la mano.
Monte Ulriken, el punto más alto de Bergen
Dicen sus vecinos, que nos has visto Bergen hasta que no has estado en la cima del monte Ulriken. Yo tuve que esperar hasta mi tercer viaje a Noruega para lograrlo, aunque la verdad es que esta gesta es mucho más sencilla de lo que parecía la primera vez que visité la ciudad.
El monte Ulriken tiene sólo 643 metros de altitud, pero esta marca lo convierten en el punto más alto de Bergen. Como te puedes imaginar, las vistas desde allí son extraordinarias. No obstante, para gustos colores pues yo prefiero las de Fløyen. Llegar hasta la cima es muy sencillo, ya que lo puedes hacer en 7 minutos tomando un teleférico que está en funcionamiento desde las 9:00 hasta las 21:00 horas. El billete de ida y vuelta cuesta 155 coronas noruegas (unos 17 euros). Para llegar al pie del funicular puedes tomar el autobús 50 desde Bryggen o caminar 45 minutos desde el centro.
El famoso dramaturgo noruego Henrik Ibsen formó parte de la primera expedición que llegó a la cima en 1953 y desde entonces se ha convertido en uno de los pasatiempos favoritos de los vecinos de Bergen. Curiosamente el día que lo visitamos coincidió con una popular carrera que consiste en recorrer las siete cimas de la ciudad, así que las empinadas faldas de la montañas estaban llenas de valientes con barro hasta las pestañas. También es muy popular la ruta de senderismo de Ulriken a Fløyen.
Curiosamente la cima es bastante plana y es una excelente zona de recreo que preside una enorme torre de telefonía de 40 metros de alto. Pese a que estuve por allí a principios de junio, todavía había restos de las nevadas del invierno. Si te lo puedes permitir, es muy recomendable comer en el restaurante sky:skraperen y degustar su delicioso menú de cocina orgánica Ulriken643 mientras disfrutas de las espectaculares panorámicas de Bergen y los Fiordos Noruegos.
Monte Fløyen, para disfrutar de la naturaleza en familia
El monte Fløyen es una de las visitas imprescindibles de Bergen y uno de los lugares preferidos de sus habitantes para disfrutar de la naturaleza los fines de semana. Tiene la gran ventaja de que el funicular Fløibanen está ubicado a pocos pasos de Bryggen o el mercado del pescado, así que en pocos minutos puedes pasar del centro de la ciudad a sus maravillosos miradores a 320 metros de altitud. El precio del billete de ida y vuelta es de 85 coronas noruegas (unos 9 euros) y suele estar abierto entre las 7:30 y las 11 de la noche.
Desde arriba Bergen parece todavía más hermosa y los Fiordos Noruegos un auténtico regalo de Odín. El ambiente suele ser extraordinario, especialmente en una zona de juegos perfecta para los que viajamos con niños. Incluso hay guarderías ubicadas en plena montaña, ¿te imaginas lo felices que serán esos peques yendo al cole cada día?
Tras soltar unas cuantas onomatopeyas contemplando la ciudad desde las alturas, es más que recomendable calzarse las botas de montaña y pasear un rato largo por los numerosos senderos que hay próximos a la estación del funicular (puedes consultar rutas en la web ut.no). Es especialmente idílica la zona rodeada de bosques que hay junto al lago Skomakerdiket, allí hay kayaks públicos por si te apetece dar unas paladas. Por esa zona se celebraban en el siglo XIX competiciones de saltos de esquí que lograban congregar a más de 5.000 personas.
Vistas magníficas de Bergen, los Fiordos Noruegos desde las alturas, senderos para dar deliciosos paseos en plena naturaleza, bosques con árboles enormes, zonas de recreo para los niños, rica gastronomía con panorámicas y divertidos trayectos en funicular… un menú realmente suculento ¿Quién se apunta a descubrir los montes Ulriken y Fløyen?
Quiero dar las gracias a VisitNorway por ayudarme a regresar a Bergen y poder contemplarla de nuevo desde sus cumbres más famosas.
via Pau http://ift.tt/1EOdvuk
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