Efectivamente, ahí está Estella-Lizarra, a medio camino entre Pamplona y Logroño y para muchos es una de la ciudades más atractivas de nuestra geografía.
Levantada entorno a un gran meandro del río Ega, esta ciudad puede presumir de ser el broche final de una las etapas clave del Camino de Santiago, la que trae de otra localidad que, seamos justos, también se las trae: Puente La Reina.
En Estella-Lizarra hay de todo: historia, patrimonio, gastronomía… La profusión de monumentos en su parte antigua y su buen estado de conservación es tal que la convierten en uno de los conjuntos monumentales más notables del país. De hecho nadie ponen en duda que estamos frente a una de las ciudades monumentales más interesantes del Camino de Santiago. Poco más podemos pedir aquellos a quienes nos encanta viajar.
Así las cosas, dispongámonos ya a descubrirla pero hagásmolo con calma porque es la ciudad perfecta para que nos sintamos “mimados” con su grandes tesoros artísticos y disfrutando de todos y cada uno de sus rincones… que son muchos.
ENORME PASADO MEDIEVAL
La ciudad fue impulsada en el año 1090 por el rey de Aragón Sancho Ramírez que en la Edad Media, cuando se estaba configurando la Ruta Jacobea desde Francia por Roncesvalles, desvió el trazado primitivo. En el siglo XIII ya se había convertido en uno de los más importantes centros comerciales del Camino de Santiago, donde convivían navarros, francos y judíos. En 1328 éstos últimos, que dominaban buena parte de la economía, fueron atacados por el resto, lo que produjo diversas matanzas que, con las posteriores epidemias, diezmaron gran parte de la población y frenaron su desarrollo.
Sin embargo, la ciudad fue creciendo y se crearon palacios, iglesias, hospederías, hospitales… Aún son visibles todos estos hitos del Camino Jacobeo.
Hasta tres castillos tuvo en su día Estella -Lizarra: el castillo de Belmecher, el de Zalatambor, el Castillo Mayor, éste último residencia real hasta el siglo XV. Ninguno de ellos sigue en pie pero junto a ellos se construyeron otros muchos edificios que convirtieron a Estella-Lizarra en la capital de románico navarro. Como ejemplos, El Palacio de los Reyes de Navarra, donde está instalado el Museo Gustavo de Maeztu dedicado a la obra de este pintor contemporáneo; la iglesia de San Miguel Arcángel, que destaca por su portada románica decorada con relieves; la parroquia de San Pedro de la Rúa, del siglo XII y que combina influencias moriscas y cistercienses; la iglesia del Santo Sepulcro; de Santa María Jus del Castillo, la antigua sinagoga…
EN LA JUDERIA
Y ya que hablamos de sinagogas situémonos en el barrio judío.
Efectivamente la que en su día fue la tercera judería más importante del Reino de Navarra es una verdadera joya. Hoy sólo queda la calle de Elgacena para recordarnos este primitivo barrio judío que en el siglo XII ya estaba abandonado y ocupado por cristianos.
Sin embargo, los judíos no abandonaron Estella-Lizarra y se instalaron bajo la colina del Castillo Belmecher con todas las instalaciones habituales. Hay que visitarlo.
Mira este VIDEO: https://www.youtube.com/watch?v=221M0ejGLFE
TIEMPO DE BEBER Y COMER
Estamos en tierra de buen vino, ojo! De hecho es otro de los grandes atractivos de la región, muchos de ellos integrados en la denominación de origen de Navarra y Rioja. Incluso en muchas de las bodegas se ofrecen visitas, catas y propuestas de alojamiento.
¿Y de comer? Aquí se come bien, muy bien. Muchos son los viajeros que utilizan Estella como pretexto para sus “escapadas gastronómicas”. Porque en Estella cualquier restaurante o bar de tapas es un lujo, verdaderos templos gastronómicos donde probar los famosos espárragos de Navarra, las pochas, los calbotes, especialidades de la zona.
Una sugerencia: habrá que probar el cochinillo (localmente conocido como “gorrin”) y las Rocas del Puy. En Estella es un bombón típico a base de avellanas y chocolates.
via Guillem Serra Almansa https://ift.tt/2LGRIsx
No hay comentarios:
Publicar un comentario