jueves, 31 de mayo de 2018

Viajes. La fabulosa diversidad de las aves

He pasado la mayor parte de mi vida sin prestar atención a las aves. Hasta los cuarentaitantos años no me convertí en una de esas personas que se alegran al oír el canto de un picogrueso o el reclamo de un toquí y salen corriendo para ver el chorlito dorado americano que según el aviso ha llegado al barrio, solo porque es un ave hermosa, con plumaje de oro puro, y ha venido volando nada menos que desde Alaska.

Cuando me preguntan por qué me interesan tanto las aves, me limito a suspirar y negar con la cabeza, como si acabasen de preguntarme por qué quiero a mis hermanos.

Pero la pregunta merece una reflexión ahora que en Estados Unidos se celebra el centenario de la Ley del Tratado de Aves Migratorias: ¿por qué son importantes las aves? Para responder, podría em­­pezar por aludir a la enormidad del dominio aviar.

Si pudiésemos ver todas y cada una de las aves del mundo, veríamos el mundo entero. En todos los confines de todos los océanos, en hábitats terrestres tan inhóspitos que los demás animales ni se acercan, podemos hallar criaturas plumadas.

La gaviota garuma cría a sus polluelos en el desierto de Atacama, uno de los lugares más áridos de la Tierra. El pingüino emperador incuba sus huevos en el frío invernal de la Antártida. Los gavilanes anidan el cementerio berlinés donde está enterrada Marlene Dietrich; los gorriones, en los semáforos de Manhattan; los vencejos, en cuevas marinas; los buitres, en riscos del Himalaya; los pinzones, en Chernobil. Los únicos organismos más omnipresentes que las aves son seres microscópicos.

Para sobrevivir en tantos hábitats diferentes, las aproximadamente 10.000 especies de aves que hay en el mundo han desarrollado una diversidad morfológica espectacular. Su tamaño va desde el del avestruz, que puede superar los dos metros y medio de altura y está muy extendido en África, hasta el del colibrí zunzuncito, de unos 4,3 centímetros de largo y que solo existe en Cuba. Sus picos pueden ser colosales (como el del pelícano o el del tucán), minúsculos (como el del gerigón piquicorto) o tan largos como el resto de su cuerpo (como el del colibrí picoespada).

Aves más coloridas que las flores

Algunas aves –el azulillo sietecolores de Texas, el suimanga de Gould del sur de Asia, el lori arcoíris de Australia– son más coloridas que ninguna flor. Otras presentan alguno de los casi infinitos tonos de marrón que nutren el léxico de los avitaxonomistas: rufo, rojizo, pardo, herrumbroso, zorruno…

Algunas aves son más coloridas que ninguna flor. Otras presentan alguno de los infinitos tonos de marrón que nutren el léxico de los avitaxonomistas: rufo, rojizo, pardo, herrumbroso, zorruno…


Y su conducta no es menos diversa. Hay aves supersociales y aves antisociales. Los queleas africanos y los flamencos se congregan por millones, y las cotorras construyen verdaderas ciudades de palitos. Los mirlos acuáticos caminan solos bajo el agua por el lecho de los arroyos de montaña, y el albatros viajero, con sus tres metros de envergadura, es capaz de planear a un kilómetro de distancia de cualquier otro congénere.

He conocido aves amistosas, como el abanico maorí que una vez me siguió por un sendero, y las he conocido antipáticas, como el carancho meridional chileno que se lanzó en picado para arrancarme la cabeza cuando juzgó que llevaba demasiado rato mirándolo. Los correcaminos se asocian para matar ser­pientes de cascabel y comérselas. Los abejarucos comen abejas. Los tirahojas tiran hojas.

Los araos de Brünnich se sumergen hasta los 200 metros de profundidad en el agua. Los halcones peregrinos se lanzan en picado a 385 kilómetros por hora. El junquero puede pasarse toda la vida junto al mismo estanque, mientras que la reinita cerúlea puede migrar a Perú y regresar al mismo árbol de Nueva Jersey en el que anidó el año anterior.

Las aves se parecen mucho a los humanos

Las aves no son unos peluches a los que apetece acariciar, pero en muchos sentidos se parecen más a nosotros que otros mamíferos. Construyen viviendas complejas en las que crían a sus hijos. En invierno se van de vacaciones a lugares cálidos. Las cacatúas son astutas –resuelven acertijos que darían quebraderos de cabeza a un chimpancé–, y a los cuervos les gusta juguetear. (En días muy ventosos los he visto dando volteretas en al aire por pura diversión, y hay un vídeo de YouTube que me encanta en el que un cuervo en Rusia se desliza por un tejado nevado con un trineo im­­provisado con una tapa de plástico).



Y luego están los cantos con los que las aves, como nosotros, lo llenan todo. En las ciudades de Europa trinan los ruiseñores; en el centro de Quito, los zorzales; en Chengdu, los charlatanes canoros. Los carboneros cabecinegros disponen de un idioma complejo para comunicar, no solo a sus congéneres, sino a cualquier otro pájaro que esté cerca, si perciben más o menos peligro de los depredadores. Unas aves-lira de Australia oriental cantan una melodía que seguramente aprendieron sus antepasados hace un siglo de un colono flautista. Si uno toma muchas fotos de un ave-lira, ese ejemplar pronto añadirá el clic de la cámara a su repertorio.

Pero las aves también poseen una habilidad que todos desearíamos y que solo tenemos en sueños: vuelan. Las águilas aprovechan las co­­rrientes térmicas; los colibríes se detienen en el aire; las co­dornices rompen a volar de repente. En conjunto, sus rutas de vuelo envuelven el planeta como 100.000 millones de filamentos, de árbol a árbol y de continente a continente.

Después de criar, el vencejo común se pasa casi un año en el aire, volando hasta el África subsahariana y de vuelta a Europa, comiendo, mudando y durmiendo sin posarse una sola vez. Los albatros jóvenes pueden estar hasta 10 años sobrevolando el océano antes de volver a tierra firme para criar. El correlimos gordo, una especie limícola de talla pequeña, vuela todos los años de Tierra del Fuego al Ártico canadiense y viceversa; un individuo veterano, llamado B95 por la anilla que lleva en la pata, ha volado más kilómetros de los que separan la Tierra de la Luna.

El habitat de las aves

Hay, sin embargo, una capacidad crucial que nosotros tenemos y de la que carecen las aves: el dominio del entorno. Ellas no pueden proteger humedales, gestionar pesquerías ni climatizar nidos. Solo cuentan con los instintos y capacidades físicas que les ha legado la evolución. Y que les han dado un resultado excelente durante mu­cho tiempo: 150 millones de años de experiencia tenían cuando aparecimos los seres humanos.

Si pudiésemos ver todas y cada una de las aves del mundo, veríamos el mundo entero


Pero ahora los seres humanos estamos cambiando el planeta –su superficie, su clima, sus océanos– tan deprisa que las aves no pueden adaptarse por la vía evolutiva. Tal vez cuervos y gaviotas estén encantados en nuestros vertederos; mirlos y tordos, en nuestros corrales de engorde; petirrojos y bulbules, en nuestros parques urbanos. Pero el futuro de la mayoría de las especies de aves depende de que nos comprometamos a conservarlas. ¿Son lo bastante valiosas como para que nos compense el esfuerzo?

Hablar de valor, en pleno Antropoceno, es hablar casi exclusivamente de valor económico, de utilidad para los seres humanos. Y sin duda las aves en estado salvaje nos resultan útiles: algunas porque son comestibles, otras porque se comen insectos y roedores dañinos, y otras porque desempeñan funciones de vital importancia –polinizan plantas, esparcen semillas, sirven de alimento para depredadores mamíferos– en esos ecosistemas naturales que tienen un valor como destino turístico o como almacén de dióxido de carbono.



A veces también se argumenta que las poblaciones de aves son, como el proverbial canario de la mina, importantes indicadores de salud ecológica. ¿Pero realmente necesitamos que de­saparezcan los pájaros para saber cuándo una marisma está gravemente contaminada, un bosque, talado y quemado, o un caladero, esquilmado? La triste realidad es que las aves salvajes, en sí mismas, nunca contribuirán a la economía humana. ¡Quieren comerse nuestra fruta!

Lo que sí revelan las poblaciones de aves es la salud de nuestros valores éticos. Una razón para afirmar que las aves en estado salvaje son importantes es que constituyen nuestro último y mejor vínculo con un mundo natural que retrocede por momentos. Son las representantes de cómo era la Tierra antes de que llegáramos las personas.

Comparten antepasados con los animales más grandes que han pisado nuestro planeta: el camachuelo que se posa en el alféizar de una ventana es un dinosaurio minúsculo maravillosamente adaptado. El pato del estanque de un parque se parece en el aspecto y en el graznido a los patos de hace 20 millones de años, del Mioceno, cuando las aves dominaban el planeta.

En un mundo cada vez más artificial, en el que los cielos son surcados por drones implumes y los Angry Birds vuelan en la pantalla de nuestro móvil, no siempre parece lógico proteger a los antiguos reyes de la naturaleza. ¿Pero acaso el beneficio económico ha de ser nuestro criterio supremo? Cuando el rey Lear desciende del trono, ruega a sus dos hijas mayores que le concedan algún vestigio de su antigua majestad. Estas le responden que no lo ven necesario, y el viejo rey exclama: «¡Oh, no hay que razonar sobre la necesidad!». Relegar las aves al olvido es renegar de nuestros orígenes.



Decir «Lo siento por los pájaros, pero las perso­nas son lo primero» puede significar dos cosas. Por un lado, que aunque los seres humanos no somos mejores que los demás animales, nuestra naturaleza fundamentalmente egoísta siempre hará lo que haga falta con tal de replicar nuestros genes y maximizar nuestro placer, y que no im­­porta el efecto que tengan nuestros actos sobre el resto del mundo no humano.

Esta es la perspectiva de los realistas cínicos, para quienes preocuparse por las demás especies es un ejercicio de sentimentalismo irritante. Es una forma de pensar que no admite refutación y que está al alcance de cualquiera que esté dispuesto a reconocer que es un egoísta.

Por otro lado, «las personas son lo primero» también puede significar lo contrario: que nuestra especie es la única que merece mo­nopolizar los recursos del mundo porque no somos como los demás animales, porque tenemos conciencia y libre albedrío, y la capacidad de recordar el pasado y dibujar el futuro. Esta perspectiva puede encontrarse tanto en personas creyentes como en humanistas laicos, y tampoco es demostrable ni refutable.

Egoísmo humano

Pero suscita una pregunta: si merecemos mucho más que los demás animales, ¿nuestra capacidad de discernir entre lo que está bien y lo que está mal, y de sacrificar deliberadamente una mínima parte de nuestra comodidad por un bien mayor, no debería hacernos más sensibles a las demandas de la naturaleza? ¿Acaso esa capacidad única no lleva aparejada una responsabilidad también única?

Hace unos años, en un bosque del nordeste de la India, oí –y luego sentí dentro del pecho– un zumbido rítmico y profundo. Sonaba a algo in­menso, pero lo causaba el aleteo de una pareja de cálaos bicornes que se acercaban volando para posarse en un árbol cargado de frutos.



Tenían un gigantesco pico amarillo y potentes muslos blancos, lo que hacía pensar en un cruce de tucán y oso panda. Mientras trepaban por el árbol, comiendo tranquilamente, sentí una emoción intensa, diría que era felicidad pura. Nada tenía que ver con mis deseos y posesiones. Nacía de la mera existencia del cálao, al que, seguro, yo no importaba menos.

El hecho de ser radicalmente diferentes es parte integral de la belleza y el valor de las aves. Siempre están entre nosotros, pero nunca son uno de nosotros. Son los otros animales dominantes del mundo que ha producido la evolución, y su indiferencia para con nosotros debería servirnos como recordatorio de que no somos la medida de todas las cosas.

Las historias que contamos del pasado e imaginamos del futuro son constructos mentales que a las aves ni les van ni les vienen. Ellas simplemente viven en el presente. Y en el presente –aunque nuestros gatos, ventanas y pesticidas las matan cada año por miles de millones, y aunque algunas especies, sobre todo en las islas oceánicas, se han perdido sin remisión– su mundo sigue estando muy vivo. En cada rincón del globo, en nidos más pequeños que una nuez o más grandes que un pajar, los polluelos rompen el cascarón y ven la luz.



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miércoles, 30 de mayo de 2018

Apuntes. Guía para visitar la Acrópolis de Atenas

En nuestro viaje a Grecia dedicamos 2 días a visitar Atenas. Aunque tiene muchos atractivos, por supuesto visitar la Acrópolis de Atenas es lo más interesante que se puede hacer en la capital griega. Es un lugar único en el mundo, tanto por su rol en el origen de las culturas occidentales, como por su ...

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Periodismo viajero. KENIA Y TANZANIA: ME VOY DE SAFARI, ¿TE VIENES?

¿Quién no ha soñado alguna vez con hacer un safari fotográfico por África? Yo no conozco a nadie que no le guste visitar las inmensas llanuras de africanas al estilo Memorias de África;  o ver los leones como en Soñé con África, o visitar a las tribus Masai como se ven en las Minas del Rey Salomón. En este reportaje no voy a hablaros de películas,  simplemente quiero que me acompañéis de Safari en 4×4 por las míticas tierras de los Masais, de los leones y los gigantescos elefantes.

Para hacer este safari he elegido Kenia y Tanzania.                                                                   Después de 16 horas de viaje, entre vuelo y escalas, llegamos al aeropuerto de Nairobi (Kenia).  Es mediodía y nos espera nuestro conductor-guía. Hechos los trámites aduaneros de rigor, salimos del aeropuerto y subimos a nuestro flamante Toyota Land Crusier, vehículo especialmente preparado para realizar safaris: tracción 4×4, 6 plazas para estar cómodos, techo especialmente preparado para abrirse y poder otear la amplia sabana que nos espera, volante a la derecha (estamos en una antigua colonia Británica)… Incluso un gran cocinero.

Kenia es el país de los safaris por antonomasia, con una superficie superior a los 580.000 Km cuadrados tiene una población de unos 30 millones de habitantes y los idiomas oficiales son el Swahili y el Inglés.

Nairobi es la capital; es muy caótica, coches por todos los lados y gente cuyo divertimento parece ser esquivar los atropellos, con muy pocos semáforos -y la mayoría completamente ignorados. Hay que salir rápidamente de la ciudad. Nos dirigimos al primer destino de nuestro safari, vamos al Reserva Nacional de Masai Mara, al noroeste de Nairobi. Tenemos por delante 335 kilómetros.

 

En Masai Mara

La Reserva Nacional de Masai Mara es uno de los parques emblemáticos de Kenia,   en el borde de la frontera con Tanzania, lindando con el Parque Nacional de Serengeti.     El Mara, como lo llaman allí, es un parque con una superficie aproximada de 1800 kilómetros cuadrados y es, también, el más visitado, el que tiene el mayor numero de animales y, para muchos, el más bonito.

Su relieve está marcado por sus inmensas llanuras hasta el horizonte, con grandes paisajes de sabana salpicados por pequeños grupos de árboles y pequeñas islas de matorrales. Allí suelen ocultarse interesantes grupos de animales, desde leones hasta guepardos. Siempre hay que estar preparado para cualquier sorpresa.                                                                 Hemos tenido la gran suerte de ver la famosa migración de los ñues en su pleno apogeo: más de un millón de animales tapizando el Mara, ñues y cebras, cebras y gacelas, y como acompañantes especiales leones, hienas y los inseparables buitres. Todo un espectáculo.

La migración de los ñues es un acontecimiento que se repite todos los años desde tiempos inmemoriales. Comienza a primeros de año en las grandes llanuras del sur del Serengeti: más de 1.5 millones de animales con dirección al norte, coincidiendo con la llegada de la época seca, llegan a Masai Mara a finales de julio, y aquí se reúnen hasta finales de octubre, momento en el que comienzan su viaje de regreso. Y así todos los años. Para mí es éste de los espectáculos más impresionantes de la naturaleza.

Para poder disfrutar de la Reserva de Masai Mara habrá que dedicarle un mínimo de 3 días, así que me preparo para disfrutarlo al máximo. Ya el primer día soy testigo de una cacería de leones a una cebra.                                                                                                         Una de las características de este parque es la permisividad en la realización de Off Road, por lo que se puede ir de un lado a otro sin necesidad de ir por las pistas. Esto, que gusta mucho a los turistas, tiene su contrapartida para los animales, a los cuales se les acosa de una forma peligrosa, poniendo en muchos momentos en verdaderos apuros a los mismos.

Río Mara

Siguiendo nuestro itinerario nos acercamos al río Mara. Es uno de los puntos álgidos dentro del recorrido de la migración, pues es paso obligado de los ñues. Aquí es dónde se ven a los cocodrilos más grandes del planeta (más de 6 metros) esperando a que llegue su comida. Por algún motivo inexplicable siempre cruzan por el mismo sitio, y es muy fácil ver a gran número de esqueletos de estos animales a ambas orillas del mismo.

En Masai Mara uno es testigo de algunas de las puestas de sol más famosas de África, con esos cielos rojos que nos dejan sin habla; ya solamente  por esto merece la pena el viaje.          En las cercanías del parque se encuentra un pequeño grupo de poblados de masais, donde es obligado ir para conocer un poco su cultura, hablar con ellos y, por supuesto, hacer unas cuantas fotografías.  Aunque los Masais siempre fueron un pueblo guerrero, hoy su principal actividad es el pastoreo de ganado bovino y ovino y siguen viviendo como hace cientos de años, bebiendo la lecha mezclada con sangre de sus vacas y portando sus largas lanzas y vestidos con sus conocidas telas de color rojo.

Poblado masai de Masai Mara

 

Con los ñues al Serengeti

De Masai Mara vamos acompañando a los ñues hasta el Parque Nacional del Serengeti, ya en Tanzania. Serengeti, que en el lenguaje de los masais significa “tierra sin fin”, es uno de los lugares más espectaculares de la tierra. Con una extensión de 14.763 kilómetros cuadrados, casi tan grande como la Rioja, hay que dedicarle un mínimo de otros tres días, para poder llegar a hacerse una idea de su grandiosidad.                  Entramos por el norte, desde el área conocida como Lobo, siempre acompañados por una infinidad de ñues y cebras. Ahora sí, ahora nos encontramos a las primeras manadas de elefantes. Como lo definen en muchas guías de África, Serengeti es el Reino Animal por antonomasia, aquí hay leones, cebras, gacelas, antílopes, cocodrilos, hipopótamos, guepardos, leopardos, impalas, y toda clase de aves. Es el sitio ideal para cualquier amante de la naturaleza. De hecho el Serengeti bien vale un safari por sí mismo.

El Serengeti nos depara vistas que parecen alcanzar los confines de la tierra, con la sabana quemada por el sol y sin embargo, después de las lluvias, se transforma de forma mágica en una interminable alfombra verde moteada de flores silvestres. Pero Serengeti no solo es sabana, también hay colinas boscosas, impresionantes termiteros, kopjes rocosos donde se suelen ocultar leones y leopardos, ríos donde es fácil encontrar hipopótamos y cocodrilos. Todo un espectáculo para los sentidos.

Después de casi 8 horas conduciendo por las pistas del Serengeti llegamos hasta la zona de Seronera, justo en el corazón del parque. Aquí es donde se encuentran acondicionados los terrenos para campar. Mientras montamos el campamento, nuestro cocinero nos prepara otra suculenta cena y volvemos a ser testigos de un precioso anochecer en África.

Acampar en el Serengeti es acampar en el centro de la naturaleza.  Cuando desaparece el sol y las estrellas con la luna se adueñan de la noche, poco a poco va comenzando a oírse los sonidos de la noche en la sabana. El punto álgido es cuando comienzan a oírse los rugidos de los leones. Esta es una de las más impresionantes e inolvidables experiencias de África.                                                                                                                                       Dedicamos tres días a recorrer este parque donde ha sido posible observar a grandes manadas de elefantes, a muchos leones, grandes y pequeños cachorros, y  tres hermosos leopardos, unos subidos en las acacias y otros paseando entre los matorrales.

 

La octava maravilla del mundo

La siguiente etapa, a 145 Km de carretera, nos lleva a la zona de Conservación del Ngorongoro. Aquí destaca por encima de todo el famoso cráter de Ngorongoro, una auténtica reserva de animales, considerada por muchos viajeros como una de las grandes maravillas de la Naturaleza.                                                                                                               Lo primero que impresiona es su inmensidad, 19 kilómetros de largo y 16 kilómetros de ancho. Con una altura media de 2200 metros, el fondo se encuentra a1700 metros de altitud. Para poder acceder al mismo hay dos pistas de tierra, una de subida y otra de bajada, que se caracterizan por su estrechez y por lo empinadas que están en algunos tramos.

En el centro del cráter se encuentra el lago Magadi, un lago con una alta concentración de sosa. Aquí es muy fácil ver grandes grupos de flamencos rosa y pelícanos,  y en sus cercanías siempre hay grandes rebaños de cebras y de ñues que se acercan a abrevar. En esta zona es bastante común ver apasionantes escenas de caza de leones.

El cráter del Ngorongoro es uno de los pocos sitios donde es fácil ver a los rinocerontes negros, pues al ser uno de los animales más acechados por los furtivos su número es realmente escaso en esta parte de África.

 

De Guerreros a bosquimanos

Después de pasar un día completo en el Ngorongoro nos dirigimos a las inmediaciones del Lago Eyasi. Pasaremos por Karatu, una pequeña población donde nos reabastecemos de toda clase de suministros.

El lago Eyasi se encuentra a las faldas del Ngorongoro. Nos dirigimos allí para poder visitar los poblados de los datogas, antiguos guerreros conocidos por su fiereza a la hora de entrar en combate. Más tarde iremos a ver a los bosquimanos hadzabe, un grupo formado por unos 200 individuos divididos en pequeños núcleos familiares y que viven igual que hace cientos de años. Realmente pasar un día con ellos es toda una experiencia memorable.

 

Taranguire y los elefantes

Nos encaminamos hacia el Parque Nacional de Tarangire, cubriendo una distancia aproximada de 160 Km de pistas, haciendo una pequeña parada en las inmediaciones del Parque Nacional de Manyara, conocido por ser el único que tiene los leones trepadores, leones que acechan a sus presas subidos a las ramas de los árboles.

El parque de Tarangire debe su nombre al río que lo cruza que siempre se encuentra congestionado de animales, llegándose a contar manadas de más de 300 elefantes bebiendo de sus aguas. Los elefantes de Tarangire son uno de sus atractivos más importantes. Otra de las grandes atracciones de este parque son sus aves, con más de 500 especies diferentes.

Este parque, con una extensión aproximada de 2600 kilómetros cuadrados, se encuentra a 118 kilómetros de Arusha, meta de nuestro safari. Por una carretera asfaltada vamos llegando a nuestro último destino, Arusha. Desde aquí se organizan y parten la gran mayoria de salidas hacia los parque que hemos ido dejando atrás.

Kilimanjaro. La cumbre, siempre con nieve

Después de pasar un día de descanso en Arusha, hacer las últimas compras de recuerdos y regalos me dirijo al aeropuerto, situado en las inmediaciones del Kilimanjaro. Y mientras el avión despegaba pasando cerca de sus faldas mi pensamiento estaba absorto en esas tierras que acababa de dejar. Pero lo prometo, voy a volver.

 



via Andrés Magai https://ift.tt/2xzC5Sj

martes, 29 de mayo de 2018

Mujeres que viajaron. Invitación "Artesana de sí misma: Gabriela Mistral, una intelectual en cuerpo y palabra" de Claudia Cabello Hutt, Santiago 28 de junio 2018




via Carla Ulloa Inostroza https://ift.tt/2H2u8UT

Pachinko. Japan Rail Pass, una herramienta imprescindible para moverte en tren por Japón

Fotos de Japon, Monte Fuji y shinkansen o tren bala

No te lo pienses, es un imprescindible. El Japan Rail Pass o JR Pass es una de las herramientas más útiles para cualquier persona que tenga pensado hacer un viaje a Japón por libre de más de una semana y que pretenda moverse por varias ciudades del país del sol naciente en tren.

Se trata de un pase o billete único que te permitirá viajar libremente en la mayoría de los trenes y medios de transporte que gestiona la compañía Japan Railways Group (JR) por todo Japón, sin necesidad de comprar otros billetes adicionales ni reservar asiento. ¿Vale la pena contratarlo? Sin duda, porque te vas a ahorrar mucho dinero y también tiempo. Para que te hagas una idea, con que utilices el JR Pass en un solo viaje de ida y vuelta entre Tokio y Kioto ya habrás amortizado su precio. Así de claro,

Imprescindible para tu viaje a Japón:

¿Quieres viajar en tren por Japón sin preocuparte de los billetes y ahorrando tiempo y dinero? Te recomendamos que compres el JR Pass, un pase con el que te podrás mover con total libertad por Japón utilizando su amplia y eficiente red de trenes: Reserva aquí tu JR Pass y recíbelo cómodamente en tu casa.

¿Quién puede obtener un JR Pass?

Shinkansen Nozomi

El Japan Rail Pass sólo puede ser adquirido por personas sin nacionalidad japonesa y cuyo motivo de visita a Japón sea el turismo. Por tanto, se excluye a todas las personas que tengan visados de trabajo o cuya estancia sea mayor de 90 días. Nosotros lo hemos utilizado en dos de nuestros cuatro viajes a Japón y tenerlo es realmente una gozada para moverte y descubrir este fascinante destino por libre.

También lo pueden comprar japoneses con permiso de residencia permanente en otro país o que estén casados con una persona de otra nacionalidad.

¿Qué tipos de Japan Rail Pass existen?

Fotos del metro de Tokio, luchadores de sumo

Existen pases de 7, 14 y 21 días consecutivos. Los precios dependerán de si escoges el pase verde (primera clase) o el turista (segunda clase). Los niños de entre 6 y 11 años pagan la mitad y los menores de 6 pueden subir a los trenes sin necesidad de adquirir un billete.

Lo habitual es comprar el pase turista, ya que por experiencia os decimos que los trenes japoneses son excelentes, independientemente de que subas a un vagón de segunda clase. En cuanto a los precios del JR Pass en clase turista, debes saber que un pase de 7 días cuesta unos 228 euros, el de 14 días 363 euros y el de 21 días asciende a 464 euros. El precio puede oscilar dependiendo del cambio entre el euro y el yen.

¿En qué medios de transporte puedo utilizar el JR Pass?

Fotos del Fushimi Inari de Kioto, tren

Puedes utilizar el JR Pass en todas las líneas de la compañía Japan Railways Group (JR) incluidos los shinkansen Hikari y Kodama (trenes bala), los trenes expresos, el Narita Express (que es el tren que va del aeropuerto de Tokio-Narita hasta Tokio), Haruka (que circula entre el aeropuerto de Osaka Kansai, la estación Shin Osaka y Kioto), los autobuses de líneas JR, el Ferry Miyajima-Mijjimaguchi, la línea Yamanote Line en Tokio y la Osaka Kanjyosen.

Debes tener en cuenta que el pase no se puede utilizar para tomar el tren bala Nozomi (el más rápido de la red de trenes de Japón), el ferry entre Hakata y Busan en Corea, las líneas privadas de los metros en las ciudades japonesas (aquí te explicamos cómo utilizar el metro de Tokio) y las líneas ferroviarias privadas.

¿Cómo canjear el ticket que compras en España por un JR Pass?

Fotos de Japón, shinkansen o trenes bala

Puedes canjear el Japan Rail Pass como máximo tres meses después desde la fecha de compra y emisión en España. Al llegar a Japón debes dirigirte a una de las oficinas de la compañía JR que se encuentran en el mismo aeropuerto de Narita, en el de Kansai en Osaka o en las principales estaciones de tren del país. Están muy bien indicadas, así que será fácil que llegues hasta ellas.

Allí simplemente tienes que rellenar un formulario y entregar el ticket que demuestra que lo has comprado y pagado en España. En el impreso que te dan debes especificar la fecha de inicio de utilización del JR Pass (se marcará también en el Japan Rail Pass) y presentarlo junto con el pasaporte. El personal de estas oficinas suele hablar inglés y te ayuda en todo lo que necesites para realizar los trámites.

Japan Rail Pass

Una vez tengas tu JR Pass simplemente lo tendrás que mostrar a los empleados que hay junto a los tornos de entrada a las estaciones de JR o a los revisores de los trenes que te lo soliciten. Así de fácil.

Puede parecer una obviedad, pero es muy importante tener mucho cuidado una vez tengamos el JR Pass, ya que si lo pierdes no se puede hacer un duplicado y ya no podrás beneficiarte de todas sus ventajas.

¿Cómo reservar un asiento en los trenes de Japón?

Fotos de Japón, oficina para reservar asiento en los trenes

A partir de la fecha que pone en el JR Pass ya podrás entrar en los trenes y ocupar un asiento en uno de los vagones destinados a la gente que no tiene asientos reservados. No obstante, si quieres asegurarte tu asiento (algo especialmente útil en los viajes largos), puedes reservar tu plaza sin coste alguno.

Para ello, simplemente debes entrar en una oficina de reserva de plazas que hallarás en las mismas estaciones. Son muy fáciles de reconocer ya que tienen el logotipo de una butaca con un fondo verde. En estas oficinas puedes reservar los asientos de todos los trenes que quieres tomar durante tu viaje. Simplemente tienes que elegir la hora de salida y el día y allí te facilitarán los billetes. Esto es útil para los trayectos en tren bala o viajes más largos para asegurarte que irás sentado. Si no te apetece reservar asiento… simplemente te subes a un vagón sin asiento reservado y punto.

¿Dónde puedo comprar el JR Pass en España?

Fotos de Tokio, cruce de Shibuya

La forma más rápida y cómoda de comprar tu Japan Rail Pass es a través de la web de jrailpass. Tiene los mejores precios y además lo recibirás cómodamente en tu casa. Después sólo te queda disfrutar de uno de los destinos más fascinantes del mundo y moverte cómodamente en su extraordinaria red de trenes. Cuidado que Japón engancha.

¿Te han gustado nuestras recomendaciones sobre cómo usar el Japan Rail Pass? ¿Has utilizado el JR Pass en tus viajes a Japón? Cuéntanos tu experiencia en los comentarios.



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España. 20 tapas recomendadas y muy populares en España

Aquí tienes una pequeña guía para tapear en España y elegir qué comer. Éstas son algunas de las tapas más típicas que te pueden servir junto a la bebida y que también puedes pedir para comer de tapas o raciones.



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lunes, 28 de mayo de 2018

Pachinko. Qué ver en Dubrovnik: los mejores planes para disfrutar de la joya de Croacia

Fotos de Dubrovnik en Croacia, Fortaleza de San Lorenzo

Reconozco que cuando vi el itinerario del crucero Rondó Veneciano de Pullmantur, el destino que hizo que se me encendiera el brillo de los ojos fue Dubrovnik. Esta bella ciudad de Croacia ha sido el escenario de muchas de las escenas más importantes de la espectacular serie de HBO, Juego de Tronos, y eso para un fan de la saga era un caramelo demasiado dulce como para dejarlo escapar. Pero Ragusa (que es como conocen sus habitantes a esta ciudad) es mucho más que entuertos y traiciones entre Lannisters y Starks. Se trata de una urbe costera con una historia fascinante que gracias al ingenio y pericia de sus navegantes y comerciantes marítimos supo gozar de cierta independencia. Este hecho tiene mucho mérito ya que carecía de ejército y era muy codiciada por dos gigantes de la época como la República de Venecia y el Imperio Otomano.

Su opulento pasado, gracias al comercio, ha dejado numerosos vestigios en esta joya del Adriático, especialmente la conocida como Ciudad Vieja (declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO) que es como estar metido en un enorme museo medieval al aire libre gracias a sus murallas, monasterios, palacios y fortalezas. La mayoría de edificios tienen dos alturas debido a las restricciones arquitectónicas que se impusieron tras el gran terremoto del 1 de abril de 1667. Este terrible suceso destruyó casi por completo la ciudad y acabó con el 40 % de su población. La ciudad goza ahora de muy buen aspecto pese a los bombardeos serbios que asolaron la ciudad en 1991 durante la Guerra de los Balcanes. Para que aproveches la escala de tu crucero al máximo vamos a recomendarte qué ver y hacer en Dubrovnik, una de las ciudades más hermosas de Croacia.

Vistas panorámicas de la Ciudad Vieja de Dubrovnik

Fotos de Dubrovnik en Croacia, panoramicas de Ragusa

Si bien es cierto que durante la escala de un crucero dispones de tiempo limitado para descubrir un destino, puedes optimizar muy bien tu estancia gracias a las numerosas excursiones que puedes contratar a bordo o el reservar tu viaje con Pullmantur. En el caso de Dubrovnik, el barco atraca muy temprano y sale de puerto por la tarde así que tienes aproximadamente 7 horas para visitar esta ciudad de Dalmacia. Tanto Ragusa, como otras ciudades de Croacia que visité durante el Rondó Veneciano, me dieron la sensación de merecer unas vacaciones de varias semanas, así que el crucero fue como un delicioso aperitivo para lo que vendrá en el futuro.

En verano suele estar bastante abarrotada de gente, pero teniendo en cuenta la extraordinaria belleza de la ciudad y el tirón de Juego de Tronos no me sorprendió toparme con tantos turistas. La guía que me acompañó durante la visita me comentó que Dubrovnik tiene tirón durante todo el año, pero que mayo y octubre son meses muy agradables para visitar la ciudad. ¿Y por dónde se puede empezar a descubrir esta perla de Dalmacia? Es más que recomendable observar la urbe desde la carretera que la circunda por lo alto de las montañas. De este modo, tendrás unas panorámicas bellísimas de su Ciudad Vieja rodeada de murallas y bañada por el azul del mar Adriático.

El Fuerte Lovrijenac o Fortaleza de San Lorenzo

Fotos de Dubrovnik en Croacia, Fuerte Lovrijenac

Tras disfrutar de las panorámicas de Dubrovnik desde las montañas, tocaba bajar al nivel del mar. Una buena idea antes de traspasar los muros de la Ciudad Vieja es visitar el Fuerte Lovrijenac o Fortaleza de San Lorenzo. En este punto es imposible no tararear la célebre canción que compuso Ramin Djawadi como intro de la serie, ya que las vistas de los muros nos trasladan de inmediato a la Fortaleza Roja de Desembarco del Rey. En este lugar también se rodó el torneo para honrar al niñato rey Joffrey en su día del nombre, la marcha de Myrcella a Dorne, las conversaciones de Sansa y Shae pensando en escapar o la Batalla de Aguas Negras.

El Fuerte Lovrijenac está emplazado sobre un acantilado de 37 metros de altitud conocido como el “Gibraltar de Dubrovnik” y se erigió para proteger la ciudad de un posible ataque de los venecianos. Sobre la puerta que conduce a la fortaleza hay una famosa inscripción tallada en piedra que dice: “Non Bene Pro Toto Libertas Venditur Auro” (la libertad no se puede vender ni por todo el oro del mundo”). Es uno de los lugares imprescindibles para visitar de Dubrovnik.

Visita a la Ciudad Vieja de Dubrovnik: Puerta de Pile y Stradun

Fotos de Dubrovnik en Croacia, Palacio del Rector

La Ciudad Vieja de Dubrovnik es uno de los conjuntos históricos más bellos y bien conservados de Europa. Paseando por sus calles es muy fácil sentir que viajas en el tiempo o te trasladas a los escenarios de Desembarco del Rey en Juego de Tronos. Esa sensación empieza muy pronto cuando recorres el puente levadizo y cruzas la magnífica puerta de Pile (o puerta de San Blas).

Nada más atravesar la puerta de Pile te toparás con la larguísima Calle Stradun que es la arteria principal de la Ciudad Vieja de Dubrovnik y que suele estar abarrotada de gente. Esta enorme calle peatonal termina en la magnífica Plaza de la Luza, aunque antes tu mirada se dirigirá inevitablemente a otros edificios, palacios y monumentos como la Gran fuente de Onofrio que te toparás en tus primeros pasos. Muy cerquita se encuentra la heladería Sladoledarna Dubrovnik donde puedes degustar un sensacional helado de naranja silvestre si el calor aprieta.

Fotos de Dubrovnik en Croacia, callejuelas estrechas

También merece la pena desviarse un poco hacia los laterales y perderte por las empinadas y estrechas callejuelas donde los escalones te irán conduciendo a restaurantes y escondrijos más apartados de las miradas de los curiosos. Aunque la Ciudad Vieja suele estar repleta de turistas, en realidad vive muy poca gente allí. Los altos precios y los peldaños tienen, en parte, la culpa. También es curioso ver que las viviendas no cuentan con decoración exterior ni balcones, una estratagema para ocultar la opulencia de sus habitantes en el pasado.

Plaza de la Luza

Fotos de Dubrovnik en Croacia, Palacio Sponza

El agradable paseo por la Calle Stradun te conducirá a la suntuosa Plaza de la Luza donde se encuentran algunos de los edificios más llamativos de Ragusa. Probablemente el más destacado de todos es el Palacio Sponza (s.XVI) que en la actualidad acoge el archivo de la ciudad (conocido como Archivo Sponza) y una sala que recuerda a los caídos que defendieron la ciudad durante la Guerra de los Balcanes.

Otro de los edificios destacados de la Plaza de la Luza es la Iglesia de San Blas de estilo barroco y que está dedicado al patrón de la ciudad (por cierto, hay repartidas hasta 28 estatuas dedicadas a este santo por toda Dubrovnik). El tercer icono de la plaza es la Torre del Campanario (s.XV) que sobresale en la mayoría de imágenes aéreas de Ragusa. Los turistas suelen estar repartidos por toda la plaza, especialmente en verano.

Monasterio de los Dominicos y monasterio de los Franciscanos

Fotos de Dubrovnik en Croacia, monasterio de los Dominicos

A tan sólo 1 minuto a pie de la Plaza de la Luza se encuentra el monasterio de los Dominicos (s.XIII) en el que podrás visitar un precioso claustro y un museo con obras de artistas medievales de la zona de los Balcanes. A los amantes de Juego de Tronos seguro que les suena la zona por unas escalinatas circulares donde se han rodado varias escenas de la segunda y la quinta temporada.

Otro de los monasterios célebres de la ciudad es el de los Franciscanos ubicado muy cerca de la puerta de Pile. Aquí se encuentra la que cuentan que es la segunda farmacia más antigua del mundo. Lo cierto es que Dubrovnik fue pionera en muchos asuntos como, por ejemplo, la primera ciudad en decretar una cuarentena para evitar contagios, la primera que prohibió los esclavos o la que acogió el primer orfanato de Europa.

Palacio del Rector de Dubrovnik

Fotos de Dubrovnik en Croacia, Palacio del Rector

Desde el monasterio de los Dominicos regresaremos a la Plaza de la Luza y caminaremos muy pocos metros al sur para llegar al Palacio del Rector (s.XV), probablemente el edificio más importante de la historia de Dubrovnik. Antiguamente era la sede del gobierno y la residencia del príncipe de la república de Ragusa. Hoy en día alberga el Museo de Historia. Como no, aquí se han filmado algunas escenas de Juego de Tronos, por ejemplo, en la que Daenerys Targaryen le pide al Rey de las Especias de Qarth que lleve a su ejército al otro lado del Mar Angosto para hacerse con el Trono de Hierro.

Si dispones de tiempo, cerquita del Palacio del Rector hay dos zonas muy interesantes para visitar. Por una parte, el Puerto Viejo de Dubrovnik que goza de bellas vistas de la bahía. Por otra, las escaleras de los jesuitas donde se rodaron algunas escenas del Gran Septo de Baelor en Juego de Tronos y que se hicieron muy célebres por ser el inicio del “Camino de la vergüenza” en el que Cersei Lannister fue obligada a caminar desnuda. Los pelos de punta al pasar por allí, claro. “¡Shame, shame!”

Catedral de la Asunción en Dubrovnik

Fotos de Dubrovnik en Croacia, Catedral

Un paseo por la Ciudad Vieja de Dubrovnik no puedo obviar la visita a la Catedral de la Asunción. Emplazada a pocos pasos del Palacio del Rector, este bello templo de estilo barroco albergó anteriormente otro de estilo románico (que dicen fue construida gracias a la donación del rey inglés Ricardo Corazón de León) y una iglesia bizantina en el siglo VI que no fue descubierta hasta 1984.

El templo guarda a buen recaudo unas reliquias de San Blas, un santo que como ya hemos visto es muy venerado en Ragusa. Además, sobre el altar mayor de la Catedral de la Asunción se puede ver una obra de Tiziano sobre la Asunción de María que fue pintado en el siglo XVI.

Paseo por las murallas de Dubrovnik

Fotos de Dubrovnik en Croacia, vistas desde las murallas

Para mí, el recorrido por las murallas de Dubrovnik fue el colofón a una gran escala de crucero y una de las visitas imprescindibles de Ragusa. Sin embargo, puede ser también un buen punto de partida para la visita a la ciudad dálmata y de paso conocer desde arriba la fisonomía de la misma. Esta construcción defensiva se empezó a construir en el siglo XI, aunque su perímetro se fue ampliando durante más de siete siglos con distintas torres y más muros.

Se puede acceder a las murallas de Dubrovnik desde las dos puertas principales de la ciudad y para empezar el paseo tendrás que pagar una entrada de 150 kuna (unos 20 euros). Aunque no es precisamente barato el recorrido merece mucho la pena, especialmente cuando el sol resalta los bellos colores rojos de los tejados de Ragusa.

Fotos de Dubrovnik en Croacia, vista panoramica de la Ciudad Vieja

¿Te han gustado mis recomendaciones sobre qué ver y hacer en Dubrovnik? Pese a que la escala del crucero duró unas siete horas creo que aproveché muy bien la estancia. Eso sí, seguro que vuelvo con toda la familia en el futuro porque la ciudad merece mucho la pena. ¿Me recomiendas algún rincón más para visitar en Dubrovnik? Espero leerte en los comentarios.

Galería de fotos de Dubrovnik

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