Los 11 paraísos del surf en Portugal
Una ruta surfera por el país vecino
La costa atlántica central de Portugal es uno de los grandes paraísos europeos para los surfistas. Cercanas y muy asequibles, estas playas no dejan de susurrar: “¡ven! y ¡súbete a una tabla!”. Para practicar surf y kitesurf a cualquier nivel, la costa lusa ofrece algunas de las olas más grandes de Europa y una tentadora combinación de sol, playas bordeadas de dunas y pueblos tranquilos. Esta ruta pasa por zonas surfistas de primera (y nada caras), restaurantes marineros y atardeceres inolvidables.
1. Praia do Guincho
Al oeste de Lisboa, a solo media hora, se llega a uno de los grandes paraísos del surf mundial y sede de algunos de los más importantes campeonatos mundiales. Esta larga y agreste playa bordeada de dunas cuenta con un tremendo oleaje. Sus gigantescas olas atraen a muchos surfistas, windsurfistas y kitesurfistas.
2. Ericeira
Hacia el norte de Guincho se encuentra Ericeira, un soleado y pintoresco pueblo blanco que se extiende sobre acantilados de arenisca y ofrece vistas panorámicas del Atlántico y un rosario de playas doradas que son un potente imán para los surfistas. Ericeira es una de las cuatro reservas mundiales de surf del mundo, junto con las californianas Malibú y Santa Cruz y la australiana Manly Beach. Tiene un oleaje constante, con las olas más potentes en la Praia da Ribeira d’Ilhas, bordeada de acantilados.
Esta playa es famosa por tener uno de los mejores rompientes de arrecife de Europa; acoge una manga del circuito ASP para surfistas profesionales y, con frecuencia, es sede de los campeonatos nacionales de surf de Portugal. La otra bomba es la Praia dos Coxos, cuyo rompiente de derechas forma unos tubos increíbles. Pero a la mayoría de los aficionados les parecerá ya bastante desafío las olas de la cercana Praia de São Sebastião. Entre los campamentos de surf de Ericeira destaca el Rapture que ofrece alojamiento tranquilo en la misma playa y clases con instructores competentes. Para una cerveza o una copa vespertina, hay que ir al Sunset Bamboo.
3. Lourinha
Aunque menos conocido que otros centros de surf de esta costa, Lourinha merece algo más que un rápido vistazo. En la tranquila temporada media se podrá disfrutar casi a solas de las olas de las praias Areal y Areia Branca, bordeadas de dunas. La primera acoge eventos nacionales de surf, mientras que la segunda es ideal para principiantes y bodyboarders.
4. Peniche
Si le pedimos a un portugués que enumere rápidamente los mejores enclaves de surf de su país, sin duda mencionará Peniche. Esta villa, que ocupa una pequeña península rodeada de mar por casi todos lados, es muy visitada por su larga y fabulosa playa urbana y sus cercanos enclaves surferos, a lo que cabe añadir el encanto de un bonito casco histórico amurallado y una fortaleza del s. XVI. Pero a este itinerario se viene por las olas, ¡y menudas olas! Aunque ya era muy frecuentada para los más enterados, Peniche saltó a la fama cuando su playa de Supertubos fue seleccionada como escala del Campeonato del Mundo ASP. Al sur de la población, Supertubos tiene unos rulos sobre la arena que son unos de los mejores de Europa. Las condiciones son estupendas todo el año y también es posible practicar el kitesurf.
5. Baleal
Y seguimos hacia el norte para llegar a Baleal. Esta estupenda franja de arena color oro pálido protegida por dunas es un paraíso para las olas, desafiantes y ante todo constantes, por lo que resulta ideal para principiantes. Hay diversas escuelas de surf de prestigio donde pueden alquilarse tablas y neoprenos.
6. Foz do Arelho
Con una vasta y preciosa playa de arena respaldada por un estuario ideal para el windsurf, Foz do Arelho sorprende por estar tan poco urbanizado. Es un sitio estupendo para descansar al sol y, excepto en julio y agosto, solo se verá a los pescadores del lugar. La playa cuenta con una hilera de tranquilos bares y restaurantes.
7. São Martinho do Porto
No tiene la marcha del cercano Nazaré, pero es un pueblo alegre en una bahía en forma de medialuna, ideal para nadar y desacelerar un poco.
8. Nazaré
La localidad costera más pintoresca de Estremadura tiene estrechas calles adoquinadas que bajan hasta una ancha playa, respaldada con acantilados. La arena se llena de sombrillas en julio y agosto, y el centro urbano rebosa de restaurantes y bares de marcha.
En los últimos años Nazaré ha salido en las noticias por las enormes olas que rompen al norte del pueblo en la Praia do Norte y los osados que las han surfeado y batido récords. Se trata de olas gigantescas, con empinados picos y fuertes corrientes, que pueden superar los 30 m de altura, como un edificio de ocho pisos.
Las tempestades y vientos del Atlántico pueden generar grandes olas, pero la costa de Nazaré tiene una peculiaridad que multiplica ese potencial: un cañón submarino de 5 km de profundidad que apunta directamente a la Praia do Norte. Más pequeñas y menos intimidantes son las olas de la playa principal del pueblo, más protegida.
Una visión totalmente distinta de Nazaré la ofrece el Promontório do Sítio, con fabulosas vistas desde 110 m de alto, el pueblo a un lado y la furia de las olas al otro. Desde rua do Elevador, un “ascensor” sube al promontorio, y es agradable bajar a pie escapando de los numerosos vendedores de baratijas.
9. São Pedro de Moel
Para una experiencia menos convencional que la de Nazaré, aquí también hay buenas olas (tanto de izquierdas como de derechas), pero muy pocos surfistas en comparación. Las olas son bastante constantes durante todo el año, si bien hay que estar atentos a las rocas.
El pueblo en sí, bonito y encalado, tiene un ambiente relajado y unos atardeceres de ensueño. Al norte del pueblo se extiende el Pinhal de Leiria. Este vasto bosque de altísimos pinos que flanquea uno de los tramos más bellos de la costa occidental de Portugal fue plantado por un monarca con visión de futuro hace unos 700 años. Dom Dinis lo amplió notablemente como barrera contra el avance de las dunas, además de como fuente de madera para la industria naval portuguesa, muy necesaria en la era de los descubrimientos.
10. Praia da Vieira
Veteado de sol, el Pinhal de Leira bordea esta tentadora playa de anchas arenas doradas y oleaje constante con rompientes de playa. Para experimentar el culmen de su tranquilidad, es mejor venir entre semana.
11. Praia do Pedrogão
Esta preciosa y ancha playa bordeada de dunas, con pocos surfistas y unos impresionantes rompientes de playa (tanto de izquierdas como de derechas), es el final del itinerario. Aunque después de tanto surf, quizá lo que más apetezca sea relajarse y contemplar las olas del Atlántico.
Más información en la nueva guía En ruta por España y Portugal, de Lonely Planet y geoPlaneta. Para saber más sobre las posibilidades de practicar el surf en Portugal, puede consultarse esta web.
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