Lo mejor de Europa: Texel, Países Bajos
Escapada isleña: relajarse en la remota Texel
Ciudades holandesas como La Haya, Rotterdam y, sobre todo, Ámsterdam son un remolino de grandes atracciones y vida nocturna. Tras visitar los centros urbanos más hedonistas de los Países Bajos, es buena idea embarcarse en un ferri y huir rumbo a la remota e idílica isla de Texel, que pasa desapercibida para muchos viajeros, para relajarse en sus playas de arena blanca, reservas naturales ricas en fauna salvaje, apacibles bosques y aldeas pintorescas.
PUNTOS DE INTERÉS
Este pequeño paraíso de 25 km de largo por 9 km de ancho es la isla más grande de los Países Bajos en el mar de Wadden y posee una amplia variedad de paisajes naturales en una superficie muy pequeña. Una introducción inolvidable a su entorno prístino es la visita al Nationaal Park Duinen van Texel, un santuario de aves donde las marismas y los páramos se mezclan con dunas moteadas de hierba y flora local, incluida la orquídea de los pantanos y el espino cerval de mar. Hay que llevar calzado de montaña, ya que casi toda la zona solo es accesible a pie.
Si no se alcanzan a ver las orquídeas de Texel en plena naturaleza (junio es buena época), se pueden visitar los invernaderos de Eureka Orchideeën & Vogelbush.
Los circuitos guiados por las dunas los organiza Ecomare, un excelente centro de naturaleza que estudia la evolución de Texel desde la última era glacial. En su fascinante acuario viven especies del mar de Wadden, incluidos feroces tiburones y focas juguetonas. Desde el centro salen varios senderos para excursionistas.
La historia de la vida humana en Texel se analiza en el moderno Kaap Skil Museum Van Jutters & Zeelui (Museo Marítimo y del Raque). Tras una fachada de material reciclado, construida con lo que parecen palillos gigantes, alberga una increíble colección de restos de naufragios y objetos que llegan a las playas. Al aire libre se ofrecen demostraciones de tejido de amarras, ahumado de pescado y artesanía del hierro. En el interior se aprende de todo, desde arqueología submarina hasta tecnología de molinos de viento.
Una impresionante escultura de un molino tradicional, de tres pisos de altura, Ontstaan Uit Iepen van de Molenlaan (“Surgida del molino”, 2010), de Meijert Boon, se alza cerca del pueblo más septentrional de la isla, De Cocksdorp. Tras subir sus tortuosos 45 escalones, se goza de vistas panorámicas de la zona de marismas de Roggesloot.
Sin embargo, las mejores vistas las ofrece el faro rojizo de la punta norte de la isla, de 35 m de altura. Subir sus 153 escalones tiene como recompensa una panorámica espectacular.
ACTIVIDADES
En los meses cálidos apetece pasar el día sin hacer nada en las playas desérticas a lo largo de la costa oeste (numeradas según el kilómetro de sur a norte), pero también existe una abundante oferta de actividades.
El ciclismo está muy extendido: la isla es muy llana, como todos los Países Bajos, y tiene 170 km de rutas ciclistas señalizadas. En cada pueblo se alquilan bicicletas, también en la terminal del ferri.
La navegación es excelente, ya sea en un catamarán alquilado en De Eilander o en un circuito en barco desde el puerto de Oudeschild, a bordo del pesquero Emmie TX10, que sirve gambas recién capturadas a los pasajeros, o del nostálgico velero Texelstroom, construido en 1906.
Para actividades más dinámicas, Ozlines alquila tablas de surf de remo y de surf; también se puede practicar kitesurf con Kitesurf School Texel o salto en paracaídas con Tessel Air.
La equitación es otra de las actividades favoritas de la isla. Entre las hípicas que ofrecen paseos y lecciones destaca Manege Elzenhof. Una alternativa más suave es pasear en carro de caballos por la playa o por un pintoresco pinar con Jan Plezier.
PRODUCTOS DE ILA ISLA
Si el aire del mar abre el apetito, la isla tiene maravillosos productores locales, como Kaasboerderijk Wezenspyk, que organiza catas de queso y visitas para ver la elaboración de queso a partir de la leche de las vacas, cabras y ovejas de Texel (de estas últimas hay más de 27 000 en la isla), y también vende sus productos.
Los niños suelen pasarlo en grande en la vaquería IJsboerderij Labora, donde ven robots ordeñando vacas y prueban el producto final: helados artesanos de sabores variados, como fresas y nata o strender stropertje (pasas caramelizadas de Texel).
Los adultos tienen la fábrica de cerveza de la isla, Texelse Bierbrouwerij, que ofrece circuitos de 45 min con cuatro catas incluidas, además de un bar y una excelente terraza para saborear sus cervezas de temporada. La isla también tiene su bodega, De Kroon van Texel, que produce blancos, tintos y rosados, ganadores de varios premios. No hay que perderse los circuitos de 1 h por los viñedos, seguidos de tres catas.
Pequeños y mayores disfrutan con el chocolate de De Texelse Chocolaterie, elaborado con leche fresca de Texel y en formas como el perfil de la isla, faros, molinos y ovejas. Es irresistible. La empresa también organiza talleres para hacer bombones.
Es buena idea abastecerse para un pícnic con productos de la isla (queso, vino, mermeladas, conservas y especias) en De Kade, que también vende bonitos recuerdos de la isla (artesanía, mantas de lana, ropa y otros).
DÓNDE DORMIR
Además de un montón de campings clásicos, un albergue y varios hoteles, Texel ofrece alojamientos singulares. En pleno verano hay que reservar con bastante antelación.
Para sumergirse en la naturaleza sin perder la comodidad se puede reservar plaza en Camp Silver Island Hideaway, con ocho flamantes carvanas Airstream con interiores de diseño holandés y baños de acero inoxidable. El desayuno, ecológico, está incluido. También hay una cocina y un salón lounge bajo una cúpula geodésica.
Texel Yurts ofrece yurtas muy bien amuebladas (y con estufas), construidas en madera y tela, con hamacas colgadas entre los árboles.
El mejor hotel de la isla es el exquisito Boutique Hotel Texel, con 42 habitaciones en color gris oscuro, piscina interior, sauna, tratamientos de belleza y un restaurante sublime llamado Gusta que sirve productos locales de temporada, como suculentas mariscadas con crustáceos y mariscos procedentes de las aguas de la isla. La antigua rectoría Bij Jef ofrece preciosas habitaciones con balcón y un restaurante gastronómico. También hay un antiguo almacén portuario de ladrillo que alberga el elegante Design Hotel Texel Suites y la marisquería 't Pakhuis.
CÓMO LLEGAR Y SALIR
El tren de Ámsterdam a Den Helder tarda 75 min, y sale con frecuencia. Teso opera trayectos desde Den Helder, en el continente, hasta 't Horntje, en el extremo sureste de Texel a bordo de enormes ferris de vehículos y pasajeros; el viaje dura solo 20 min. Los autobuses Texel Hopper recogen pasajeros en Den Helder y van directos a los ferris.
Texel Hopper también ofrece un servicio de autobuses por la isla. Otra opción es tomar un taxi de Taxi Botax o desplazarse en bicicleta al más puro estilo holandés.
Autor: Catherine Le-Nevez
LOS DESTINOS DE EUROPA QUE NO TE PUEDES PERDER ESTE 2016 |
via http://ift.tt/2bhhd6b
No hay comentarios:
Publicar un comentario