Sudáfrica tiene mucho que ofrecer. Así lo ven cada vez un mayor número de españoles. Su riqueza natural ha sido la fuente de atracción principal. Es casi un continente dentro de un país, gracias a su extensión y situación geográficas. No sólo goza de espacios naturales idílicos, sino que el desarrollo en las ciudades es igual de espectacular que el que han experimentado capitales europeas o americanas.
Atrás ya han quedado los tiempos de la discriminación racial, las luchas entre blancos y negros. Hoy Sudáfrica se proyecta como una potencia mundial dentro del continente africano. Es, por tanto, un destino ideal para el turista en busca de variedad. Claro que lo que primero encuentra es la naturaleza en casi todas sus manifestaciones. Hermosas playas, lagos, bosques y montañas, intercalados con montes vírgenes y desiertos, como el Kalahari.
Situado en la frontera con Botswana y Namibia, es el pionero de los parques de transfrontera con el vecino país de Botswana y recibe el nombre de Kgalagadi Transfrontier. Es una región fascinante, semidesértica y misteriosa, llena de leyendas, supersticiones y contrastes, con una vegetación tan extraña como escasa, sobre un suelo aparentemente estéril, de dunas color ocre rojizo. Al igual que la vegetación, la fauna se encuentra en las cercanías de los ríos, que sirven de caminos para las grandes manadas de ñus, elands, oryx, kudus y antílopes pequeños. Los carnívoros están bien representados en el león del Kalahari, leopardos, perros salvajes, hienas y chacales. La avifauna es importante, con gran número de pájaros de gran tamaño como avestruces, pájaro secretario, kori bustards y águilas marciales.
RESERVAS Y PARQUES NATURALES
Los amantes de la naturaleza apreciarán la alta prioridad dada a su conservación, manifiesta inequívocamente en la gran cantidad de reservas y parques nacionales, como el mundialmente famoso Parque Kruger, el más grande e importante de Sudáfrica, reconocido internacionalmente como el Rey de los Parques Nacionales por el delicado manejo del equilibrio ecológico. Con una superficie de 2.000.000 de hectáreas. cuenta con 147 diferentes especies de mamíferos, incluyendo los “Cinco Grandes”: elefante, rinoceronte, búfalo, león y leopardo, 507 especies de pájaros, 114 especies de reptiles y 33 especies de anfibios. En total 801 especies de animales y una inmensa variedad de vegetación, con magníficos árboles como el baobab, árbol paraguas, árbol de la fiebre, marula, etc.
El Parque puede visitarse todo el año y dentro hay campamentos que ofrecen una buena variedad de alojamiento en cabañas con techos de paja, bungalos, chalets y tiendas de campaña, restaurantes, cafeterías y tiendas de artículos regionales y de primera necesidad. Además de algunas otras facilidades como piscina, museo, salas de conferencias, campo de golf, etc. Además de la naturaleza, el Kruger alberga también las huellas de los antiguos habitantes de la zona. Hay 254 sitios arqueológicos conocidos, entre los que se incluyen aproximadamente 130 lugares con interesantes pinturas rupestres.
Pero la naturaleza no es la única atracción que el país ofrece al viajero. La diversidad de su población no puede menos que fascinar a aquellos interesados en la cultura, la música y el arte en todas sus manifestaciones, y brinda la oportunidad de conocer gente de los más variados origines, y en particular ancestrales tribus africanas, zulú , xhosa , ndebeles, etc. compartiendo con ellos sus costumbres y tradiciones.
CIUDADES VIBRANTES
Hay que sumar a lo anterior el encanto de sus ciudades. Ciudad del Cabo es una de las ciudades más bonitas del mundo. Mezcla de Río de Janeiro, San Francisco y Niza, está bañada por una luz austral, cristalina, que al atardecer tiñe de oro las montañas y el mar que la rodean. Más que la ciudad en sí, lo deslumbrante es el paisaje, la geografía… La idílica belleza de Ciudad del Cabo, con su marcada influencia holandesa y dominada por la imponente majestuosidad de la Table Mountain (Montaña de la Mesa), a la que se puede subir por teleférico.
Ciudad del Cabo, al contrario de muchas urbes, integra a la naturaleza, no se divorcia de ella. Si de un lado está el mar, del otro reina la montaña, la famosa Table Mountain, que en efecto parece una gigantesca mesa casi siempre adornada con un mantel de nubes que se desparraman por la ladera como encaje.
Table Mountain no es sólo un escenario sublime poblado por 2.256 especies de plantas, sino que divide la ciudad en zonas distintas: espléndidos parques públicos como el jardín botánico de Kirstenbosch, único en el mundo por la riqueza y la diversidad de sus plantas, bosques silvestres atravesados por senderos, y otros que albergan mansiones que poco tienen que envidiar a las de Beverly Hills, viñedos con sus espléndidas casas de estilo holandés y, justo abajo, entre el puerto y la montaña, lo que llaman el bowl, el cuenco, el núcleo central de la ciudad.
Johannesburgo es conocida como “la ciudad bosque”, y es la más rica del país; debe su existencia al descubrimiento y explotación de grandes depósitos de oro. Aquí están las minas de oro más ricas del mundo, entre las elevaciones del “Gold Reef”. En la ciudad, el mirador del edificio más alto del continente, con vistas espectaculares de la ciudad y el vertiginoso movimiento del radio céntrico, sus instituciones, su historia y sus anécdotas. La elegante zona de las mansiones de los magnates del oro sobre las colinas, museos, parques y paseos, las zonas residenciales, el zoológico y el Jardín Botánico.
Soweto, la vibrante ciudad negra cuna de la resistencia al apartheid, está en el suroeste de Johannesburgo, tiene numerosos lugares de interés, relacionados con los personajes significativos de esa lucha, incluyendo la casa de Nelson Mandela antes de ir a prisión, la legendaria Iglesia Regina Mundi, monumentos, museos, artistas locales y zonas residenciales. Hoy es un vibrante ejemplo de una sociedad negra urbana.
En el recorrido por Sudáfrica hay que encontrar tiempo para realizar la pintoresca Ruta de los Viñedos. Esparcidos al pie de las montañas están los más cotizados viñedos y bodegas de África, conocidos en todo el mundo por la calidad de sus productos, con muy pintorescos lugares como Paarl, Franschoek y Stellenbosch, Worcester, Robertson y Montagu. Todos ellos ofrecen la oportunidad de visitar sus instalaciones, conocer su historia y al tiempo que uno se deleita con sus vinos, disfruta de una exquisita comida.
Otro recorrido interesante es la llamada “Ruta Jardín”, que discurre por un precioso tramo de costa en la provincia del Cabo Occidental a lo largo de 65 kms. La estrecha llanura costera incluye una sucesión de lagos, montañas, colinas y densos bosques autóctonos así como grandes plantaciones de eucaliptos, ríos que descienden hacia el mar y extensas playas de arenas blancas o bahías como las de Mossel, Herold y Buffalo. Es idóneo para la práctica de deportes acuáticos o la observación ornitológica.
Por Enrique Sancho
MÁS INFORMACIÓN
www.sudafrica.com
www.southafrica.net
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