viernes, 17 de enero de 2025

Viajes. Sí, los perros también sufren síndrome posvacacional

Terminadas las vacaciones navideñas, es la hora de volver a la rutina. Muchas personas sufren el llamado síndrome posvacacional y los perros no son una excepción. Las mascotas aprecian las rutinas y, cuando ya se habían acostumbrado a los cambios derivados de las fiestas en familia, la vuelta puede ser especialmente dura porque les priva del tiempo y experiencias que han tenido durante las vacaciones.

En períodos vacacionales los perros suelen disfrutar de más tiempo y atención por parte de sus dueños, lo que fortalece su vínculo. Esto sucede especialmente en verano, ya que los viajes en familia suponen la introducción de nuevos estímulos y satisfacen sus necesidades de exploración. Pero también las fiestas navideñas, por su carácter marcadamente familiar, suponen un cambio positivo especialmente para los perros sociables y amantes de las atenciones.

Sin embargo, al retomar las actividades cotidianas como el trabajo o los estudios, los perros pueden sentirse desorientados o ansiosos debido a la reducción repentina de interacción y los cambios en su rutina diaria. Los síntomas comunes del síndrome posvacacional en perros incluyen ansiedad por separación, tristeza y picos de hiperactividad, que si no se gestionan bien pueden dar lugar a comportamientos destructivos derivados del aburrimiento y la frustración.

No todos los perros lo viven de la misma manera: los que tienen un compañero y disponen de espacios para ellos, como un patio o una sala de juegos, suelen llevar mejor esta vuelta a la rutina. Sin embargo, los que son “hijos únicos” pueden acusar gravemente las horas de soledad, especialmente si viven en un apartamento.

Gestionar el síndrome posvacacional de los perros resulta especialmente complejo porque, al contrario que los humanos, no pueden entender las razones de este cambio repentino: al no saber que salimos para ir a trabajar o a estudiar, pueden interpretarlo como un abandono y una retirada injustificada de atenciones. Además, mientras que nosotros podemos mentalizarnos de que en pocos días vamos a tener que regresar a la rutina, para ellos supone un cambio brusco e inexplicable.

Cómo preparar a nuestras mascotas para la vuelta a la rutina

A la hora de encarar el síndrome posvacacional en nuestras mascotas, lo más importante es procurar que, en la medida de lo posible, el cambio sea gradual y empecemos a reintroducir las rutinas cotidianas incluso mientras seguimos de vacaciones y que intentemos mantener alguna de ellas durante los fines de semana, como disfrutar de paseos más largos.

También puede ayudar, aunque esto suele ser más difícil para los tutores muy apegados a sus mascotas, que estas no disfruten de privilegios excesivos durante las vacaciones, ya que cuando se les retiren sufrirán más e incluso pueden reaccionar con comportamientos no deseados, como destrozar cosas u orinar en muebles o plantas.

En la medida de lo posible, hay que intentar que las vacaciones sean lo más parecidas posible a un fin de semana largo y procurar no introducir rutinas o privilegios que no les daríamos de forma habitual: un ejemplo claro es no darles comida de nuestro plato a no ser que lo hagamos normalmente (y siempre teniendo en cuenta qué pueden comer y qué no).

Una vez regresemos a la rutina, si son perros que se quedan solos en casa, resulta útil introducir mecanismos de estimulación mental, como juguetes interactivos, para evitar que se aburran y adopten conductas destructivas. También hay que procurar que tengan un ambiente tranquilo donde puedan sentirse relajados en nuestra ausencia: incluso hay perros que agradecen que les dejemos puesta la radio o la televisión porque así el ambiente no cambia tanto cuando salimos.

Es importante, especialmente durante los primeros días después de las vacaciones, que los paseos sean lo suficientemente largos y estimulantes como para que tu perro pueda satisfacer sus necesidades de ejercicio y exploración. Considera si es posible alargar sus rutas habituales por algún trecho que no acostumbréis a recorrer y, aunque sin cansarlo en exceso, al menos el paseo de la mañana debería ser lo suficientemente largo como para que luego sienta la necesidad de descansar mientras se encuentra solo.

Finalmente, si tu perro muestra signos de ansiedad por separación, es conveniente consultarlo con un educador canino y, si es necesario, instalar una cámara de mascotas para controlar que no haya problemas en tu ausencia; algunas incluso disponen de un altavoz a través del cual podemos hablarles desde nuestro teléfono, bien sea para que estén más tranquilos o para indicarles que paren si realizan algún comportamiento destructivo.

El regreso a la normalidad puede afectar más o menos a tu perro, dependiendo de su carácter, y nadie mejor que tú lo conoce a él y sus necesidades. Es importante recordar que cada perro es único y las respuestas al cambio de rutinas pueden variar. La paciencia, comprensión y consistencia en las acciones ayudarán a que tu mascota se readapte de manera más efectiva al entorno posvacacional.



via Abel G.M. https://ift.tt/I1qQziL

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