sábado, 18 de enero de 2025

Viajes. Polaris, la estrella inmóvil que ha servido de guía durante miles de años

Aunque, a día de hoy, tu mejor aliado a la hora de desplazarte de un sitio a otro sea el GPS, esto no siempre ha sido así. Las civilizaciones antiguas (y seguramente un buen número de ellas en la actualidad) utilizaban sistemas mucho más rudimentarios a la hora de guiar sus desplazamientos: las estrellas. Se trata de elementos que, al fin y al cabo, están siempre a tu disposición y puedes acceder a ellas con un solo gesto: alzar la mirada hacia el cielo.

No obstante, a lo largo de los años, una de esas estrellas ha destacado por encima de las demás, no tanto por su brillo, sino por su aparente inmovilidad, lo que la convierte en una guía inmejorable. Se trata de Polaris, también conocida como la Estrella del Norte y que, durante miles de años, ha sido un faro natural para viajeros, exploradores y navegantes que buscaban orientación durante su desplazamiento por la inmensidad del mundo.

¿MIRAR A DÓNDE?

Polaris es una estrella situada en la constelación de la Osa Menor, cerca del extremo del “mango” de lo que conocemos como la Pequeña Cacerola. Es justo su ubicación en el cielo del hemisferio norte lo que la hace particularmente especial: se encuentra casi alineada con el eje de rotación de la Tierra. Esto significa que, mientras el resto de las estrellas parecen moverse a lo largo de la noche en grandes círculos, Polaris permanece prácticamente fija en un punto cercano al norte celestial.

Aunque a simple vista Polaris parece ser una estrella única, en realidad es un sistema estelar compuesto por al menos tres estrellas, donde la más brillante, Polaris A, domina el espectáculo. Está situada a aproximadamente 433 años luz de la Tierra, lo que significa que la luz que vemos hoy de Polaris comenzó su viaje hacia nosotros… ¡hace más de cuatro siglos!

Pero para localizar Polaris en el cielo, no necesitas ser un astrónomo experto. Una manera sencilla es encontrar la constelación de la Osa Mayor y seguir la línea imaginaria que conecta las dos estrellas exteriores de su “cazo”. Esa línea te llevará directamente hasta Polaris, la cual estará brillando solitaria como una pequeña guía en la bóveda celeste.

PAra reconocer a Polaris en el cielo nocturno, lo má sencillo es identificar primero a la Osa Mayor.

¿REALMENTE INMÓVIL O ES ÚNICAMENTE APARIENCIA?

La sensación de que Polaris está inmóvil tiene, en realidad, una explicación bastante sencilla: está casi exactamente alineada con el eje de rotación de la Tierra, que es el punto alrededor del cual parece girar todo el cielo nocturno. Este eje apunta directamente al norte, y Polaris se encuentra muy cerca de esa posición.

Por ello, al observar el cielo desde el hemisferio norte, notarás que las demás estrellas parecen girar en torno a Polaris, creando un efecto de movimiento constante. Sin embargo, Polaris permanece en el mismo lugar noche tras noche, año tras año, convirtiéndose en un punto de referencia fijo.

No obstante, ¿sabías que no siempre ha sido así?  Con el paso de los milenios, debido a un fenómeno llamado precesión axial (el lento tambaleo del eje de la Tierra, culpable también de que los signos zodiacales se modifiquen), la estrella que ocupa esta posición cambia. Hace unos 4.000 años, por ejemplo, los antiguos egipcios utilizaban a otra estrella, llamada Thuban, en la constelación del Dragón, como su Estrella del Norte. Y dentro de unos 12.000 años, será Vega, en la constelación de la Lira, la que ocupará este lugar privilegiado. Sin embargo, durante nuestra era, Polaris es la reina inmóvil del cielo.

En tan sólo unos 12.000 años  Vega será la estrella del Norte, es decir, la estrella más cercana al polo Norte celeste de nuestro planeta.

UNA GUÍA ENTERNA

No obstante, la historia de Polaris como guía existe desde hace más de 2.000 años. Antes de la existencia de brújulas, mapas detallados o sistemas GPS, las personas miraban al cielo para orientarse, y Polaris era su faro.

Sobretodo, para los antiguos marineros, que se enfrentaban a océanos inmensos y desconocidos, Polaris era una herramienta esencial. Al identificarla en el cielo, podían determinar dónde estaba el norte y ajustar su rumbo. Esta estrella permitía a las embarcaciones navegar con mayor precisión y seguridad, incluso en las noches más oscuras, cuando no había otra referencia visible.

Pero no solo los navegantes la utilizaban. Los comerciantes que recorrían rutas terrestres, los exploradores que cruzaban desiertos y los pastores que viajaban bajo el cielo nocturno también dependían de Polaris para orientarse. Por esta razón, muchas culturas antiguas asociaron esta estrella con conceptos como estabilidad, guía y protección.

Incluso hoy en día, Polaris sigue siendo útil para los entusiastas de la navegación y la observación de estrellas. Su posición en el cielo no solo indica el norte, sino que también puede ayudar a calcular la latitud en el hemisferio norte. Por ejemplo, si estás en el ecuador, Polaris estará justo en el horizonte, pero si te encuentras en el Polo Norte, estará directamente sobre tu cabeza.

Así que, la próxima vez que mires al cielo, busca a Polaris y piensa en cómo su luz ha guiado a tantas generaciones antes de nosotros, siempre ahí, constante, marcando el norte.



via Noelia Freire https://ift.tt/MzoPrAQ

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