No solo playas, no solo cultura, no solo patrimonio. A parte de todo lo que puede ofrecer una ciudad moderna, en Las Palmas de Gran Canaria también puedes calzarte las botas y descubrir su lado más natural, caminando por el litoral y por espacios de gran belleza como la Caldera de Bandama y el Jardín Botánico Viera y Clavijo. Es una suma de turismo urbano y turismo rural. Y siempre con un aliado típico de las Islas Canarias: el clima.
El climatólogo Thomas Whitmore de la Universidad de Syracusa publicó un estudio en 1966 en el que calificaba el clima de 600 ciudades del mundo, comparando diferentes series históricas de estadísticas meteorológicas. Llegó a la conclusión de que el clima de Las Palmas de Gran Canaria es el más agradable del mundo; algo que, por otra parte, ya sabían todos los canarios por una básica percepción personal.
Gracias al clima privilegiado de Las Palmas de Gran Canaria, con temperaturas medias de 19 °C en invierno y 25 °C en verano, estos tres senderos se pueden recorrer en cualquier época del año y permiten, tanto a locales como a turistas, la práctica del senderismo mientras descubren algunos de los hitos naturales de mayor valor paisajístico, etnográfico y natural de la isla de Gran Canaria.
Los senderos que transcurren por el municipio son el Sendero Azul que conecta la playa de Las Canteras con la playa de El Confital, el camino por el interior de la Caldera de Bandama, y la ruta que une Vegueta, el barrio histórico de la capita, con el Jardín Botánico Viera y Clavijo.
Sendero Azul de la Bahía de El Confital
La playa de Las Canteras, conocida así por el antiguo arrecife que sobresalía del mar y que fue utilizado como cantera para conseguir materiales de construcción con los que se levantaron edificios como la Catedral de Canarias, es una de las mejores playas urbanas del mundo. Está conectada a su vez con la playa de El Confital por un recorrido peatonal que brinda estupendas vistas al Atlántico.
Se trata de una ruta de 7 kilómetros que arranca junto al monumento al Atlante y avanza hacia la playa de Las Canteras y hacia El Confital. En el recorrido hay 15 paneles y mesas interpretativas con diversa información acerca de la geología de la zona, de la cultura del surf, detalles sobre el hábitat y hasta un recordatorio a la película Moby Dick de John Huston cuyo rodaje en 1954 revolucionó el ritmo pausado de la capital grancanaria.
La Caldera de Bandama y sus senderos
No es ningún secreto que las Islas Canarias son de origen volcánico. Éste sendero es una excelente oportunidad para indagar un poco más sobre este aspecto geológico e histórico de Gran Canaria. La Caldera de Bandama es uno de los lugares más sorprendentes de Las Palmas de Gran Canaria. Declarada Monumento Natural y Punto de Interés Geológico, es una caldera de explosión que se formó entre hace 4000 y 5000 años.
Sus grandes dimensiones, con un perímetro de tres metros, un diámetro de 1 kilómetro y 220 metros de profundidad, y sus paredes escarpadas llenas de vegetación autóctona como el incienso canario o la malva de risco, colocan al senderista ante unas vistas espectaculares.
El sendero serpentea por una ruta de algo más de un kilómetro que desciende hacia la caldera, descubriendo el paisaje de su interior, que estuvo habitado desde época precolombina y deteniéndose en sus miradores y en el observatorio de aves. Para aquellos que no quieran enfrentarse a los desniveles del recorrido, existe otro sendero que discurre por la parte superior. Además, en los alrededores se puede visitar el Pico Bandama; la rehabilitada Casa Mirador de Bandama, con el búnker recientemente descubierto debajo de ella, que data de la II Guerra Mundial, regala a los más esforzados unas vistas únicas a la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y al Atlántico.
Del centro al Jardín Botánico Viera y Clavijo
El barrio de Vegueta, el más antiguo de las Palmas de Gran Canaria, es un reclamo para todo visitante de la ciudad que no pueden resistirse a un paseo por sus cuidadas calles peatonales, disfrutando de la arquitectura colonial, de plazas, de la Catedral Basílica de Santa Ana, o de museos como la Casa Colón. Desde el barrio, parte un sendero de aproximadamente 7,5 kilómetros que deja atrás la ciudad para adentrarse en la naturaleza colindante hasta llegar al Jardín Botánico Viera y Clavijo.
El sendero, que se puede realizar caminando o en bicicleta, transcurre por el barranco del Guiniguada a través de varias explotaciones agrícolas y ganaderas, y permite conocer algunas cuevas aborígenes y a uno de los elementos vegetales más del ecosistema de la isla, la palmera canaria. Al final de la ruta, espera un remanso de paz de 27 hectáreas, el jardín Botánico, un tesoro botánico, además de ser el hogar del lagarto gigante de Gran Canaria, especie endémica de Gran Canaria y el mayor lagarto del mundo de la familia de los Lacértidos.
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