Después de estar unos días en Wurzburgo me pregunté cómo era posible que no hubiera escuchado hablar antes de esta bellísima ciudad de Alemania como destino turístico. Se trata de una urbe con una historia y emplazamiento muy interesantes, repleta de monumentos únicos y con una idiosincrasia muy distinta a la de sus vecinos, donde el vino y la cultura enológica están muy arraigadas en sus gentes.
Si te soy sincero el nombre de la ciudad me sonaba por mi afición al baloncesto, ya que Wurzburgo es la ciudad natal de la veterana súper estrella de la NBA Dirk Nowitzki. El resto de mi estancia en esta joya de Franconia fue una constante sensación de sorpresa, esos días me sentí como un niño con zapatos nuevos, de esos que no paran de mirar su recién conquistado tesoro con admiración.
Por allí han pasado algunos personajes históricos bastante célebres y otros cuanto menos peculiares. Los primeros fueron los misioneros irlandeses Kilian, Colonat y Totnan. Quizá sus nombres no te digan nada, pero su trágico final en esta plaza alemana los convirtió en los primeros mártires al norte de los Alpes y gracias a ello Wurzburgo se transformó en ciudad de peregrinación. Su fama atrajo al mismísimo Carlo Magno, quien presidió la consagración de su primera catedral en el siglo VIII. Al final de la II Guerra Mundial, concretamente el 16 de marzo de 1945, fue bombardeada dentro de una operación militar que se cebó con las ciudades alemanas de más de 100.000 habitantes, aunque hoy en día está completamente reconstruida y tiene un aspecto muy cautivador para el viajero.
La localidad está ubicada a orillas del río Meno y rodeada de viñedos por los cuatro costados, especialmente de uva sylvaner con los que se elaboran unos excelentes vinos blancos. Aunque Wurzburgo es una villa muy antigua en edad (1.000 años a. de C.), hoy en día tiene un ambiente joven gracias a su condición de ciudad universitaria, un magnífico programa cultural durante todo el año y, especialmente, a la pasión de sus habitantes por la enología.
Cómo llegar a Wurzburgo
Mi segundo viaje a Alemania estuvo principalmente enfocado a descubrir las ciudades más interesantes de Franconia y lo cierto es que llegar hasta allí desde España es bastante sencillo. Existe un vuelo directo entre Barcelona y Núremberg con Vueling.
Desde Núremberg se puede llegar fácilmente hasta Wurzburgo en tren. La frecuencia diaria de ferrocarriles entre ambas ciudades es magnífica, casi tanto como los buenos precios de los trenes alemanes. Puedes buscar horarios y comprar billetes en la web de la compañía estatal DB, que también está en español. Aunque es una urbe con tranvía, es casi una obligación moverse a pie por la ciudad y descubrir sus rincones más encantadores.
Qué ver en Wurzburgo
Una ruta por Wurzburgo debe iniciarse irremediablemente con la visita a la Residencia. Se trata de uno de los palacios barrocos más importantes de Europa, de hecho, fue la respuesta del Sacro Imperio Romano Germánico a la construcción de Versalles en el siglo XVIII. Este imponente edificio fue la sede donde vivían los príncipes-obispos de Wurzburgo y se convirtió en el segundo monumento de Alemania en ser declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Fue obra de Balthasar Neumann cuando todavía era desconocido y está repleto de pinturas extraordinarias de Tiépolo. Sus jardines también son maravillosos. Como curiosidad aparece en la última versión cinematográfica de Los 3 Mosqueteros, simulando que es Versalles.
Mi siguiente recomendación es contemplar la ciudad desde las alturas, así que tras un paseíto de unos 30 minutos desde el centro llegarás a la espectacular fortaleza Marienberg que data del año 1.200 y que está emplazada sobre uno de los montes que rodea la ciudad cultivado por completo de viñedos. Además del precioso castillo y un par de museos, lo mejor de la fortaleza son las vistas que nos regala de Wurzburgo. No te pierdas tampoco sus jardines en la parte exterior de la fortaleza.
Otro de los lugares imprescindibles de esta ciudad es el Puente Viejo. Centro neurálgico del actual Wurzburgo, comunica el centro con el barrio del Meno y la fortaleza Marienberg. Tiene 185 metros de largo y está jalonada por figuras de doce santos que guardan sus soberbios arcos. Antiguamente formaba parte de la ruta comercial entre Frankfurt y Núremberg, pero hoy en día es el lugar donde queda todo el mundo a tomar una copa de vino de Franconia sobre el río. No seas tímido y únete a la gente a las puertas del Mainwein donde venden unos caldos excelentes. También merece la pena degustar un buen vino en el espléndido Juliusspital.
La plaza del Mercado también es de visita obligada. En sus puestos podrás degustar las ricas bratwurst o salchichas de Franconia. No obstante, lo que realmente te enamorará de este lugar son la gótica Capilla de María y sus innovadoras esculturas de Adán y Eva o el rococó de la Casa del Halcón, donde actualmente se encuentra la oficina de turismo de Wurzburgo.
Tras visitar los cuatro imprescindibles de la ciudad, el siguiente paso es callejear sin rumbo por el bellísimo centro histórico. Hay que hacerlo con los ojos muy abiertos porque está atestado de joyas patrimoniales y monumentos que merecen una parada. Por ejemplo la Catedral de San Kilian, donde podrás contemplar dos impresionantes monumentos funerarios creados por el genial Tilman Riemenschneider. Muy cerquita seguro que te llama la atención el Neumünster y sus curvas de arenisca roja y esculturas barrocas. También es interesante una visita a la universidad vieja, a la antigua grúa y la playa que hay junto al río Meno, al Grafeneckart o ayuntamiento y si tienes más tiempo subir hasta la Käpelle en el monte Nikolausberg.
Historia imperial, monumentos de extraordinaria belleza, arte y cultura todo el año, buen vino de producción propia, ambiente universitario, mucha calidad de vida y un tamaño perfecto para ser descubierta andando. Los argumentos para incluir Wurzburgo en un viaje a Alemania son muy variados y poderosos. Yo volví enamorado de esta ciudad de Franconia, toda una sorpresa que merece ser descubierta con calma.
Siempre es recomendable llevar un buen seguro de viaje
Cuando viajas al extranjero siempre es recomendable estar protegido. En ese sentido, te sugerimos que para hacer un viaje a Alemania tengas una buena póliza que te cubra eventuales accidentes, hospitalizaciones por enfermedad o contratiempos en destino que puedan suponer un sobrecoste en tu presupuesto de viaje (ten en cuenta que la hospitalización o atención médica en algunos países es extremadamente cara). En nuestro caso para viajar a Alemania u otros países utilizamos el seguro de viaje de Intermundial porque tiene una cobertura superior a la media y ofrecen siempre un trato personalizado y rápido. Los lectores de este blog pueden contratar directamente aquí el Seguro de viaje de Intermundial que mejor se adecué a su tipo de viaje.
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