Dijo John Forbes que “Mi corazón permanecerá donde mi cuerpo no podrá volver nunca más” y eso es lo que sucede con las majestuosas y níveas cumbres del macizo del Mont Blanc en Francia. El que haya estado allí sabe que es una de esas visiones que permanece en la retina del viajero aunque pasen muchos años.
Aquí en Alicante (y en casi toda España) hace falta que el invierno sea muy riguroso para ver las montañas cubiertas de blanco, pero en los Alpes el manto de nieves perpetuas cubre las cimas incluso en pleno verano, una imagen realmente refrescante y motivo principal por el que tantos turistas llenan la localidad francesa de Chamonix cuando el sol aprieta en otras partes de Europa.
Teleférico de Aiguille du Midi a 4.000 metros de altitud
De aquel viaje a los Alpes Franceses recordamos especialmente las magníficas vistas que nos regaló el teleférico de Aiguille du Midi, que está considerado uno de los más altos de Europa. Sus cifras son de esas que te ponen el vello de punta, pues en sólo 20 minutos te transporta desde Chamonix (a unos 1.000 metros) hasta los 3.842 metros de altitud del mirador principal. La experiencia es tan vertiginosa como parece a simple vista.
El viaje en teleférico entre Chamonix y Aiguille du Midi se hace en dos tramos. No sé si corresponden a la escalera hacia al cielo de la célebre canción de Led Zeppelin, pero seguro que no debe andar muy lejos de lo que cantaba Robert Plant. El paso intermedio, el Plan de la Aiguille, está situado a 2.310 metros y es la salida de la caminata del balcón norte que llega hasta Montenvers. No obstante, lo divertido es dejarse llevar hasta arriba del todo, así que todo el mundo se atreve a ser Ícaro por unos minutos para tratar de tocar el sol con los dedos.
Desde casi 4.000 metros las panorámicas de los Alpes Franceses, Suizos e Italianos te dejan sin habla, más si cabe, cuando el clima te regala un día tan espectacular como el que tuvimos nosotros. Las fotos nunca harán justicia a lo vivido a casi 4.000 metros de altitud, con el cielo despejado los paisajes son inigualables.
Consejos para subir al teleférico de Aiguille du Midi
El desnivel desde que subes hasta que bajas del teleférico ronda los 3.000 metros y esa enorme distancia se recorre en pocos minutos. El cambio es bastante brusco y se nota especialmente a la hora de hacer esfuerzo físico. Subir unos cuantos escalones puede ser una tarea agotadora, de hecho, tuvimos un pequeño mareo sin importancia y hubo gente que sufrió leves cefaleas. Nada grave si te lo tomas con calma. Con semejantes vistas se puede aplicar aquello de sarna con gusto no pica, pues las panorámicas del macizo del Mont Blanc desde aquel balcón privilegiado merecen un viaje por sí mismas.
Una vez llegas hasta arriba es muy importante abrigarse bien y protegerse del sol. Es más que recomendable llevar una mochila con un forro polar extra, gorro para que no se escape el calor, guantes, gafas de sol, y crema solar. No dejes que nada ni nadie te estropee esos momento mágicos.
También es importante subir cuanto más temprano mejor. Nosotros lo hicimos antes de las siete de la mañana y merece mucho la pena el madrugón, ya que conforme avanza la mañana el teleférico de Aiguille du Midi se va masificando y no podrás disfrutar tranquilamente de las panorámicas de Chamonix y el Mont Blanc.
A casi 4.000 metros de altitud te sientes muy cerca del cielo, es una sensación de euforia indescriptible, así que no nos queremos imaginar cómo estarán los alpinistas que conquistas los ochomiles en los Himalayas. En este punto de los Alpes Franceses da igual al lado que mires, habrá una cumbre repleta de nieve, algún glaciar descendiendo la montaña o una fila de osados alpinistas que se preparan para hollar el Mont Blanc y romper el maleficio de la montaña maldita.
Nosotros pasamos desde allí hasta Italia con otro teleférico, pero Aiguille du Midi está preparado para jornadas inolvidables en altura. La zona está equipada con un restaurante panorámico, una cafetería y una tienda de recuerdos por si quieres reponerte un poco del desnivel.
Esta es sólo la versión turística de la experiencia. Para nada es comparable a la que viven los valientes que suben hasta allí con el teleférico para saltar la valla e intentar alguna locura relacionada con el alpinismo, la escalada o los deportes de aventura. Impresionante como se concentran y se pertrechan para afrontar con éxito su misión. Sus miradas de tensión lo dicen todo.
El teleférico y las vistas de Aiguille du Midi fueron un comienzo fulgurante de nuestro viaje a los Alpes Franceses, una experiencia cómoda (si subes en teleférico), pero que todo el mundo debería probar al menos una vez en la vida para saborear la sensación de estar tan cerca del cielo o rodeado de colosos alpinos que te ponen los pelos como escarpias.
Galería de fotos del Aiguille du Midi
via Pau http://ift.tt/1IOfT5w
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