Seguro que Alexandre Gustave Eiffel no imaginó la repercusión que tendría el proyecto que ideo para la Exposición Universal de 1889 en París. Su Torre Eiffel se ha convertido en el icono de la ciudad, de Francia y seguramente en uno de los monumentos más reconocibles del mundo entero junto a la Estatua de la Libertad, el Coliseo de Roma o el Machu Picchu.
Por méritos propios (y también gracias al marketing) se ha transformado en el oscuro objeto de deseo para todos aquellos que emprenden un viaje a París y nosotros también ansiábamos su presencia tanto como Gollum anhelaba al anillo único. ¿Te irías de París sin subir a la Torre Eiffel? Pues sí amigos y amigas de el pachinko, somos de ese extraño grupo de personas que no quiso aguantar colas de varias horas para fotografiar la Ciudad de la Luz desde uno de sus miradores más conocidos y por contra decidimos disfrutar de nuestro tiempo en la capital de Francia en otros menesteres menos populares.
Las colas en los monumentos de París
No es sólo una particularidad de la Torre Eiffel. Teníamos la agenda repleta de interesantes propuestas tras leer con atención todas tus recomendaciones para la primera vez en París, pero muchas de ellas se frustraron por el mismo motivo: las interminables colas. Pensábamos que tras haber logrado un rinconcito para contemplar el Partenón de Atenas en pleno mes de agosto o sobrevivir al cruce de Shibuya en Tokio, estábamos preparados para la muchedubre, pero la realidad fue muy distinta.
Viajamos a París en Navidad y por lo visto no fuimos los únicos que tuvimos esa idea. No podía cabía ni un alfiler más en le cité lumière. Resulta muy frustrante para un viajero (o cualquier persona) perder tanto tiempo en una cola, así que tras “desaprovechar” una mañana entera para subir a as torres de Notre Dame nos prometimos que eso no volvería a suceder en el lo que nos quedara de viaje. Y así lo hicimos.
Comprar la entrada para visitar la Torre Eiffel
No obstante, seguro que te apetece subir a la Torre Eiffel. En ese caso, te recomendamos que no cometas los mismos errores que nosotros y eso empieza por comprar las entradas de la Torre Eiffel antes del viaje. Nosotros fuimos procrastinando antes de hacer esta tarea y cuando quisimos adquirir los tickets ya se habían agotado las entradas anticipadas de todos los días que íbamos a estar en París.
A pesar de todo (la esperanza es los último que se pierde), fuimos hasta la Torre Eiffel para ver si podíamos comprar las entradas en taquilla. ¡Ilusos! había más gente haciendo cola que bañistas en las playas de Benidorm un 15 de agosto. Nos quedamos sin el premio gordo y con el rabo entre las piernas hicimos unas cuantas fotos por los alrededores del monumento, pero al ver el panorama y la cantidad de gente que había pasamos a otra cosa, mariposa. Si dispones de algo más de tiempo, estás en buenas forma y no tienes vértigo puedes subir a pie. También te puedes animar con estas 4 propuestas para subir a la Torre Eiffel.
Miradores de París, alternativos a la Torre Eiffel
Si al final tienes tan mala suerte como nosotros con las entradas de las Torre Eiffel o te topas con una marabunta de gente haciendo cola, existen algunas alternativas muy interesantes para divisar París desde las alturas y tomar buenas instantáneas de la capital de Francia.
Por ejemplo, el Arco del Triunfo. También suelen haber muchas colas para adquirir el ticket de acceso, pero con el el Paris Museum Pass te ahorras la espera y puedes ver casi todos los iconos de París desde su mirador (empezando por los Campos Elíseos).
Otras alternativas son la mencionada Notre Dame, El Panteón, la Torre de Montparnasse o el Sacré-Coeur en Montmartre, con una panorámicas de París realmente exquisitas a no ser que la niebla os juegue una mala pasada.
¿Te irías de París sin subir a la Torre Eiffel? Nosotros sí, aunque ese pequeño gran detalle no empañó para nada nuestra estancia en la capital de Francia. Si viajas a París, en breve, no te desanimes, ármate de paciencia si decides visitar alguno de sus monumentos más conocidos y, sobre todo, improvisa. En cualquier rincón de la Ciudad de la Luz puede aparecer la magia como bien descubrieron Víctor Hugo, Descartes, Molière, Voltaire, Monet, Matisse, Buñuel, Hemingway, Joyce, Picasso, Cortázar, Woody Allen…
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