El 17 de febrero de 2024, un vuelo de Lufthansa que cubría la ruta entre Frankfurt (Alemania) y Sevilla (España) sufrió un percance que, por suerte, no tuvo consecuencias graves. Sin embargo, la publicación del informe anual de la Comisión de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil de España (CIAIAC) ha reabierto el debate sobre los protocolos de seguridad.
Lo que sucedió fue que, mientras el avión se encontraba en fase de crucero con el piloto automático activado, el capitán abandonó momentáneamente la cabina para ir al baño. En ese breve intervalo, el copiloto sufrió una pérdida repentina de conciencia y, como resultado, el avión voló unos 10 minutos sin supervisión, manteniéndose en curso gracias al piloto automático. Cuando el capitán regresó y comprobó que su compañero no le abría la puerta, uso un código de emergencia para acceder a la cabina y decidió desviar el vuelo al aeropuerto de Madrid para que el copiloto recibiera atención médica.
El informe de la CIAIAC destaca la importancia de mantener siempre a dos personas autorizadas en la cabina de vuelo, incluso durante breves ausencias, debido a posibles imprevistos como este: aunque el piloto automático permitió mantener el rumbo, si se hubiera dado alguna circunstancia que requiriese intervención manual, podrían haber surgido complicaciones.
¿Cómo funciona el piloto automático de un avión y cuánto tiempo puede operar?
El piloto automático es un sistema informatizado que permite controlar el avión sin intervención constante de los pilotos, pero no sustituye su presencia ni supervisión. Concretamente, el sistema puede mantener constante el rumbo, la altitud y la velocidad de la aeronave, y asegurarse de que esta se mantenga dentro de una ruta preprogramada. En los aviones más modernos, puede incluso realizar aterrizajes de forma semiautomatizada en condiciones meteorológicas adversas, como niebla espesa o lluvia intensa.
En teoría, un avión comercial moderno podría completar casi todo el vuelo en piloto automático, siempre que esté correctamente programado y no surjan desviaciones imprevistas. De hecho, en la aviación civil los pilotos suelen automatizar el control una vez que el avión ha alcanzado la altitud y velocidad de crucero, ya que simplemente se trata de mantener constantes los parámetros hasta que empieza la fase de aproximación previa al aterrizaje.
Sin embargo, el piloto automático depende aún de la supervisión humana para la toma de decisiones ante imprevistos, como cambios meteorológicos, turbulencias o emergencias, es decir, cualquier movimiento que se salga de lo programado previamente. Esto es especialmente importante durante la fase de aproximación y aterrizaje, ya que puede haber cambios si, por ejemplo, hay mucho tráfico aéreo sobre el aeropuerto o si hay que cambiar de pista de aterrizaje.
Este incidente ha servido para recordar que, aunque la automatización aérea es extremadamente avanzada, la supervisión del piloto y el copiloto sigue siendo insustituible. También ha reabierto el debate sobre el llamado protocolo de presencia obligatoria en cabina, ya que, tras la tragedia del vuelo de Germanwings en 2015, muchos países adoptaron la regla de que siempre hubiera dos personas en cabina. En teoría, si el piloto o el copiloto deben salir aunque sea por pocos minutos, una persona de la tripulación debe quedarse en la cabina hasta que regrese.
via Abel G.M. https://ift.tt/R3rh89a
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