sábado, 11 de mayo de 2024

Viajes. Aves que vuelan más de 10.000 kilómetros sin parar y otros récords

Entre los meses de septiembre y octubre, miles de agujas colipintas se preparan para enfrentarse a un largo viaje que las conducirá desde las heladas zonas de ciénagas y marismas del sur de Alaska hasta las playas de Nueva Zelanda y el este de Australia. Una distancia de más de 10.000 kilómetros que deberán salvar atravesando el océano Pacífico. Lo que pocos pueden imaginar es que pueden hacerlo sin parar ni un segundo.

La aguja colipinta es solo una de las muchas aves migratorias que realizan largos viajes estaciones. Miles de millones de especies migran anualmente. Atraviesan océanos, desiertos, montañas y hasta hemisferios: algunas lo hacen en busca de alimento;  otras se embarcan en estos hercúleos viajes para arribar a un lugar con mejores condiciones climáticas. Algunas realizan viajes de unas horas, o incluso menos, otras viajan durante meses. El momento de partida y la duración de las migraciones varían enormemente en función de las necesidades, pero siempre encuentran el camino de ida y vuelta.

Récord de distancia sin parada: aguja colipinta

Aguja colipinta

La aguja colipinta (Limosa lapponica), un ave limícola de unos 70 centímetros de envergadura, es una de las grandes campeonas de la migración aviar.  Se reproduce en el norte de Eurasia y en Alaska e inverna en zonas costeras de Europa occidental, África, Sudeste Asiático y Oceanía, a miles de kilómetros de distancia. No es la que realiza una travesía más larga, pero sí la que lleva a cabo una mayor migración sin escalas. El récord de distancia lo marcó en 2022 un macho adulto que viajó desde Alaska hasta Tasmania, mucho más lejos de su destino habitual: Australia. Llevaba 264 horas de vuelo y había recorrido 13.570 kilómetros sin descanso.

¿Cómo es capaz de llegar tan lejos en tan poco tiempo? Gracias a su extraordinaria capacidad para modificar partes de su organismo según las necesidades. En concreto, es capaz de acumular grasa (hasta el 55% de su masa corporal) y reducir el tamaño de sus órganos, que recupera una vez ha llegado a su destino. Así, cuando se ponen en marcha, más de la mitad de su peso corporal es grasa. Acumulan una capa bajo la piel de hasta 3 centímetros de grosor.

Récord de migración más larga: charrán ártico

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El charrán ártico (Sterna paradisaea) es el gran campeón de la larga distancia. Viaja mucho más lejos que ninguna otra ave del planeta, y eso a pesar de su poco tamaño: unos 40 centímetros de largo y unos 80 de envergadura alar, con apenas unos 100 gramos de peso. Pasan toda su vida en el mar, y algunos ejemplares sobrevuelen todos los océanos del mundo. Solo paran para reproducirse, algo que llevan a cabo normalmente en las costas de tundra de zonas cercanas al círculo polar Ártico. Después vuelan hacia el sur, recorriendo medio planeta hasta llegar al polo opuesto.

Al viajar durante dos veranos cada año, se calcula que es el ave expuesta a mayor cantidad de luz diurna del planeta… y una de la que más tiempo pasa en el aire. Para hacernos una idea, un ejemplar adulto viajará a lo largo de su vida a una distancia de unos 800.000 kilómetros, prácticamente lo mismo que un viaje de ida y vuelta a la Luna.

Un estudio publicado en 2022 por la British Antarctic Survey monitoreó a varios ejemplares que se desplazaban de polo a polo, descubrieron algo sorprendente: estas aves no viajaban directamente hacia el sur, sino que realizaron un recorrido irregular que los desviaba momentáneamente de su destino. Después de realizar una larga escala en el Atlántico Norte, siguieron su recorrido hacia el sur, aunque se dividieron en dos grupos: uno cruzó el océano Atlántico y el otro continuó siguiendo la costa africana.

Durante el viaje de regreso hacia sus territorios de anidada, tampoco emprendieron la ruta más corta, sino que trazaron un enorme patrón en forma de S hacia el norte a través el océano.

Récord de altura: ánsar indio

Ánsar indio

Llevar a cabo largas migraciones no solo implica tener que volar largas distancias, sino también elevarse a altitudes considerables. A mayor altura, menos oxígeno disponible, lo que implica una menor capacidad metabólica para responder a las necesidades del organismo. Pero eso no es ningún problema para el ánsar indio (Anser indicus), un ave acuática de unos 70 centímetros de longitud que cría en Asia Central (en especial en China y Mongolia) e inverna en India y Myanmar.

La mayoría de las aves tienen junto a los pulmones unos sacos aéreos que se expanden para mejorar la eficiencia del flujo de aire y aumentar así el oxígeno que inhalan. El ánsar indio lo expande de tal manera que maximiza el aporte de aire fresco a los pulmones, incluso durante la espiración. Ello lo convierte en un ave especialmente adaptada a las alturas. Incluso es capaz de cruzar el Himalaya usando menos del 10% del oxígeno disponible al nivel del mar. Pueden sobrevolar altitudes de más de 7.000 metros sin ayuda de viento de cola, demostrando una capacidad de resistencia para la que los científicos todavía no han encontrado respuesta.

Récord de control del sueño: rabihorado grande

Rabihorcado grande

Una de las preguntas que puede sobrevenir a cualquiera que piense en las grandes migraciones que llevan a cabo muchas aves es: ¿cuándo duermen? Lo más habitual es que en largos trayectos de planeo las aves entren en un estado de pseudoletargo en el que pueden descansar, aun manteniéndose conscientes. Sin embargo, otra posibilidad documentada por la comunidad científica es la habilidad que tienen estas aves para echar pequeñas cabezadas en pleno vuelo. Eso mismo es lo que documentó un equipo de científicos del Instituto Max Planck de Ornitología que hace años viajó a las Galápagos par estudiar los hábitos de sueño del rabihorcado grande (Fregata minor), un ave de más de 2 metros de envergadura alar que recorre miles de kilómetros a través del Pacífico en busca de alimento.

Descubrieron que estas aves tenían la asombrosa capacidad de echar pequeñas cabezaditas de unos 12 segundos de promedio, lo que, sumado computaban unos 42 minutos de sueño al día, una cifra que dista mucho de la media de 12 horas diarias de las que gozan en períodos de anidación, pero suficiente como para descansar durante sus vuelos migratorios.

Récord de migración más corta: gallo de las rocosas

Rabihorcado grande

Casi la mitad de las aves conocidas hasta la fecha son migratorias. Eso no significa que las que no lo son  no se vean obligadas a cambiar de aires cuando sea necesario, aunque eso no suponga emprender un camino de miles de kilómetros. Es lo que le ocurre al gallo de las rocosas (Dendragapus obscurus), catalogado según el libro Guinness de los Récords como la especie que menos migra. Solo se desplaza unos 300 metros.

Y es que estas aves, que prosperan en una gran variedad de entornos en desde los Territorios del Noroeste de Canadá hasta el oeste de México, pasando por Estados Unidos, pasan el verano alimentándose de los prados subalpinos y emigran a zonas más bajas cuando llega el invierno. En esta ocasión, unos 300 metros de distancia pueden marcar la diferencia entre dos ecosistemas distintos. A veces, no hace falta desplazarse a una larga distancia para llegar más lejos.



via Sergi Alcalde https://ift.tt/dtv2ZL4

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