Libros y rosas. El sol de abril y las calles de Barcelona. Un cocktail perfecto para una jornada literaria con una larga tradición y con apenas parangón. Cada 23 de abril los barceloneses y los visitantes ocasionales que se encuentran en la ciudad condal tienen la oportunidad de participar de la “Diada de Sant Jordi”, el Día del Libro, durante el cual las calles se llenan de puestos de libros, y las iniciativas y acciones relacionadas con la literatura florecen por doquier.
El trabajo conjunto entre TMB y Amazon Kindle ha dado como resultado “Línea K Metro Barcelona”
En esta ocasión, la faceta más literaria de Barcelona emerge del subsuelo urbano a través de sus paradas de metro. El trabajo conjunto entre TMB y Amazon Kindle ha dado como resultado “Línea K Metro Barcelona”, una iniciativa que ha creado una línea de metro ficticia que se detiene en paradas reales, aquellas que esconden un pasado relacionado con la literatura. El libro “Barcelona Metro Literària”, de Raul Montilla, ha sido el punto de partida que ha inspirado esta ruta que nos invita a profundizar en los secretos que todavía muchos no conocen.
El itinerario literario está formado por la siguientes paradas:
El Coll i La Teixonera: Barcelona que estuvo bajo la alfombra
Una parte de la ciudad que permaneció escondida y ninguneada, y que trataba de salir adelante durante los últimos años del franquismo es el escenario literario que muestra esta primera parada de la ruta. Es también la Barcelona descrita por Juan Marsé en Últimas tardes con Teresa (1966), que además alberga una de las grandes joyas de la ciudad: el Parque Güell.
Fontana: Territorio Rodoreda
Ahora convertido en un barrio de moda, la antigua Vila de Gràcia es el marco donde se desarrolla La plaça del Diamant (1962), una de las obras más célebres de Mercè Rodoreda, la protagonista en esta etapa del recorrido. Una mirada femenina a una de las épocas más duras del siglo XX tanto en Barcelona como en todo el país: la Guerra Civil Española.
Llacuna: La Barcelona soñada y deseada
Cuando Ildefonso Cerdà planificó la urbanización de este barrio usó el término “nueva Icaria” para definirlo en referencia a la novela de Étienne Cabet –Viaje a Icaria–, en la que defendía el socialismo utópico. Xavier Benguerel retrató en la novela Icaria, Icaria (1974) la vida del Poblenou, un barrio que, a principios del siglo XX vivía abocado a las duras condiciones de trabajo en las fábricas, y soñaba con un futuro brillante, quizá parecido al que hoy ofrece en el mismo lugar el área del 22@.
Diagonal: La ciudad burguesa y de los premios Nobel
Si hay un edificio que atrae la atención de nuestra mirada cuando descendemos el Paseo de Gracia el día de Sant Jordi es la Casa Milà, que luce engalanada con rosas rojas. Algo parecido pensaban los autores del “Boom latinoamericano” literario, cuya eclosión no hubiera tenido lugar sin el escenario barcelonés que lo propició. En esta parada, el recorrido se detiene en las obras de los premios Nobel García Márquez y Vargas Llosa, quienes alumbraron algunas de sus obras más notables en la ciudad.
Jaume I: La Barcelona tranquila, medieval y legendaria
De la Barcino romana a la Barcelona medieval, los alrededores de la parada Jaume I destilan historia, y así lo atestiguan los múltiples edificios del barrio gótico entre los que se trajinaban los pedazos de muro de la Catedral del Mar (2006), de Ildefonso Falcones, y por donde han transitado los personajes de Jaume Cabré, Coia Valls y Carmen Laforet entre otros. En el Hotel Colón, frente a la Catedral, se alojaron durante sus estancias en la ciudad grandes nombres como Ernest Hemingway, Jean-Paul Sartre o Tennessee Williams.
Bellvitge: La Barcelona metropolitana forjada fuera del barrio
Autores como Vázquez-Montalbán o Paco Candel situaron las aventuras y desventuras de sus personajes entre las paredes de los altos edificios de pisos de Bellvitge, las eternas afueras de Barcelona desde donde más fuerte se oyeron las reinvindicaciones obreras de la década de los 60 y 70. Actualmente, acoge uno de los premios de novela negra más prestigiosos del país, el L’H Confidencial.
Espanya: La montaña de los prodigios
Montjuïc constituye un testimonio excepcional del pasado barcelonés, desde la historia antigua hasta el convulso siglo XX. Josep Pla retrata la ciudad de finales del XIX y principios del siglo siguiente en Un señor de Barcelona (1945). Más tarde lo haría Eduardo Mendoza en La ciudad de los prodigios (1986), donde la Exposición Universal de 1929 celebrada en Montjuïc enmarca la narración espacial y temporalmente.
Paral·lel: La Barcelona canalla
Algunos de los detectives literarios más célebres de Barcelona –Pepe Carvalho, el inspector Méndez o Petra Delicado– se han paseado por las calles adyacentes a esta gran avenida tratando de revelar la verdad de sus casos. Cerca de esta parada se puede encontrar La Tranquilidad, uno de sus locales más conocidos que fue inmortalizado en las páginas de Pío Baroja y André Malraux, y otros locales tan míticos como El Apolo o el Molino.
Liceu: Los dos corazones de la ciudad
Con el barrio del Raval a un lado y el Gótico al otro, Las Ramblas son la puerta de entrada al Liceu, punto de encuentro histórico de la burguesía de Barcelona y “el primer coliseo de España” según el extraterrestre de Sin noticias de Gurb (1991), de Eduardo Mendoza. El paseo más transitado de la ciudad ha sido también el paseo de Vargas Llosa, de George Orwell, de los personajes de Care Santos y de los de José Luis de Vilallonga.
Barceloneta: Don Quijote, la tragedia y el mar
A Barcelona es imposible desvincularla del mar, así como de su zona más marinera, la Barceloneta, puerta de entrada a la ciudad del Quijote y Sancho Panza, un barrio al que el escritor Quim Monzó dio protagonismo en su libro de relatos La isla de Maians (1986). La antigua ubicación del barrio de la Ribera, muy cerca de la Barceloneta, guarda también el pasado trágico de la Barcelona de 1714, inmortalizada por Albert Sánchez-Piñol en Victus (2012).
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