Viena es sin lugar a dudas una de las ciudades más bonitas y elegantes de Europa, Capital de Austria y muy conocida por ser la Capital de la Música Clásica, por sus conciertos, sus palacios, su bello Danubio y su fantástica gastronomía.
¿Quién no ha soñado o deseado acudir a unos de sus ballets de la Opera, asistir al concierto del Año Nuevo, o pasear por los jardines, acompañados por los recuerdos de Sissi la Emperatriz, en el Palacio del Schonbrunn?.
Viena es una ciudad de grandes contrastes, de grandes Palacios, impresionantes Museos, cuna del Modernismo y del Art Nouveau, con Otto Wagner como su mayor exponente, la ciudad de los caballos Lipizanos… y durante muchos años, durante la guerra fría, la ciudad de los espías. Aquí se produjeron algunos de los intercambios más importantes de espías, siendo un enclave fundamental durante los años de la Guerra Fria, entre los países de la llamada Europa Occidental y los países del Este. En este reportaje os vamos a llevar a conocer otra Viena, nos vamos de la mano del cine a conocer la Viena de la película del Tercer Hombre.
Hace ya 69 años se estrenó la película que se convertiría en un clásico del cine negro, protagonizada por Joseph Cotton, con la magistral actuación de Orson Wells, escrita por Graham Green y dirigida por Carol Reed, el Tercer Hombre.
La trama de la película trata de Holly Martins, interpretado por Joseph Cotten, escritor de novelas del oeste, llega a Viena en 1947 cuando la ciudad está dividida en cuatro zonas ocupadas por los aliados tras la Segunda Guerra Mundial. Holly llega reclamado por un amigo de la infancia, Harry Lime interpretado por Orson Welles, quien le ha prometido trabajo. Pero el mismo día de su llegada coincide con el entierro de Harry, que ha sido atropellado por un coche.
Ante una serie de datos contradictorios, Holly comienza a investigar la muerte de su amigo, sospechando que tal vez haya sido asesinado. El jefe de la policía militar británica le demuestra que su amigo se había mezclado en la trama del mercado negro. Pero a Martins no le cuadra un detalle: todos dicen haber visto a dos hombres en el lugar del atropello intentando ayudar a Lime, pero un testigo asegura haber visto a un tercer hombre… Aunque desde el primer momento le propusieron escribir el guión de una película ambientada en la Viena de posguerra, con la firme presencia de las cuatro potencias ocupantes, Graham Greene optó por escribir la trama en forma de novela. Aquel era el único modo, aseguraba, de poder planificar el guión, el cual sería posteriormente elaborado por el propio novelista y por el productor, Alexander Korda. Greene siempre defendió que la versión de la película era mucho mejor que la del libro (incluido el final, que es distinto), lo cual no impidió que este fuera editado de todas maneras y se convirtiera en un clásico del cine. La música de Anton Karas, interpretada por él mismo con una cítara, fue un éxito y llegó a los primeros lugares en 1950.
El aporte de Orson Welles al conjunto de la película parece evidente. Su primera aparición en pantalla (el movimiento de una lámpara que muestra a Harry Lime ante la sorprendida cara de Cotten) ha sido considerada como la mejor presentación de un personaje en un filme. El plano secuencia del final y la escena de la persecución en los alcantarillados de Viena son igualmente memorables.
A partir de la película, que fue un gran éxito en su momento, considerándose como una de las mejores producciones británicas de la historia del cine, Viena se convirtió en un destino icónico para muchos cinéfilos. La Viena que aparece en la Película es una ciudad todavía en escombros devastada por la guerra y en fase de reconstrucción. Sin embargo, muchas de las localizaciones que aparecen en la película todavía existen, y son fáciles de reconocer y merecen una visita.
Para ello hay diferentes empresas turísticas que se dedican a realizar este tipo de visitas. Gran parte de las escenas interiores se filmaron en estudios de Londres; sin embargo, las escenas exteriores -y hay unas cuantas- han marcado la imagen de esta ciudad, y muchos viajeros dedican su tiempo a buscar las localizaciones.
Comenzando nuestra gira por la Viena del Tercer Hombre se pueden encontrar fácilmente algunos escenarios. La fabulosa casa en la que vivía Harry Lime es el palacio Pallavicini (Josefplatz 5), muy cerca del Lippanser Museum y Michaelerplatz. Este palacio esta dentro del conjunto palaciego del Hofbourg. Considerado como uno de los más interesantes palacios de Viena, fue a menudo (y todavía es), el lugar para recepciones oficiales del gobierno austríaco para monarcas y jefes de Estado. Las figuras que flanquean el portal son muy características, pero en general el exterior, casi neoclásico, es mucho menos vistoso que el interior.
Holly Martins se aloja durante su estancia en el Hotel Sacher, (Philharmoniker Str. 4), famoso por su café donde se sirve una tarta de chocolate conocida mundialmente. Graham Greene también se alojó en este hotel en las dos semanas que pasó en Viena para ambientarse antes de escribir el guión, y tanto le gusto el hotel que decidió meterlo dentro de la novela, convirtiéndolo así en otro de los enclaves de la misma.
Cerca de allí, en Albertinaplatz, se encuentra el café Mozart (Albertinaplatz, 2). Sin embargo, la escena de la terraza está rodada en Neuer Markt, pero hay quien dice que en ese café tuvo lugar el encuentro fortuito de Graham Greene con Anton Karas, en ese momento un músico callejero que, con su cítara, creó una de las bandas sonoras más conocidas de la historia del cine (Ver en el vídeo).
Siguiendo la ruta con la película en la mano descubrimos que una de las escenas más famosas es el encuentro entre los dos protagonistas en la Noria Gigante del Prater, en el parque de atracciones del mismo nombre. Desde lo alto, según Lime, las personas parecen hormigas. Nada como subir a la noria para confirmarlo. Esta noria, construida en 1897, forma parte de la historia de la ciudad; las góndolas originales eran vagones del Metro. Ahora incluso se pueden alquilar sus vagones, para celebraciones, comidas o cenas.
Las escenas con un ambiente más inquietante son las de las calles en las que siempre es de noche, los adoquines están mojados y las sombras son extraordinariamente grandes y largas. El lugar donde el gato se arrima a Harry Lime hay que buscarlo en Mölker Steig (Schreyvogelgasse, 8). Aquí todo sigue igual, las calles, el portal donde estaba escondido, parada obligada durante la visita. Las carreras y persecuciones ocurren en la zona de Hoher Markt, Am Hof y Shulhofplatz, entre otros lugares.
La persecución a Lime termina en las alcantarillas de la ciudad, aunque en realidad todo ocurre en la canalización del río Danubio. Hay varias entradas, y hasta hace pocos años incluso se podía acceder a través de una disimulada en un kiosco.
La capital austríaca ofrece un paseo por su faceta más profundo: las mismas alcantarillas por las que Orson Welles huía en esa película. Aunque una ruta por las cloacas no encaja mucho en la idea que uno pueda tener para conocer una ciudad, los amantes del cine negro y los interesados por la historia pueden descubrir que este sombrío paseo merece la pena.
Viena fue una de las primeras grandes urbes en disponer de un sistema de desagües moderno, con una regulación de caudales para evitar que las aguas fecales contaminaran las fuentes. De hecho, fue la epidemia de cólera de 1838 la que llevó a ordenar la construcción de su sistema, que posteriormente fue copiado y adaptado a otras capitales europeas. Por motivos de seguridad y clima, el acceso de los turistas a las alcantarillas es sólo posible entre los meses de mayo y octubre. Unas 800 personas se atreven cada semana a recorrer los túneles, en cuyas paredes se proyectan vídeos sobre la historia del alcantarillado e incluso fragmentos de El Tercer Hombre.
El entierro de Harry Lime ocurre en el Zentralfriedhof (Simmeringer Hauptstraße, 234), el gran cementerio vienés. Como gran ciudad musical, allí están los monumentos funerarios de Beethoven, Mozart, Strauss, Brahms, Schubert…
Para terminar, junto con la gran cantidad de visitas organizadas para hacer este recorrido, no hay que olvidarse de un Museo privado llamado el Museo del Tercer Hombre (Pressgasse, 25), lugar de visita para los fans de la película, pero también para los conocedores de la Historia y como era la Viena de la Post Guerra.
Más información en: www.wien.info y en www.3mpc.net
via Oriol Pugés http://ift.tt/2u8DyNl
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