Mil colores distinguen el agua del hielo. Otros mil diferencian el agua del cielo. Blanco níveo, azul celeste y toda la gama de grises glaciares. La atracción que ejerce la nieve es muy poderosa, pero la del hielo lo es aún más, como inexplicable resulta la fascinación por un cielo casi a ras del suelo. El hielo, la nieve y ese aire transparente, recién lavado, se amalgaman en Saas Fee, en el valle del Saas, el alma de los Alpes suizos.
Asentada a 1.800 metros de altitud, en la parte más alta del valle, Saas Fee se encuentra sitiada por 13 cumbres. Orgullosas y agrestes, algunas de ellas superan los 4.000 metros, como el Lagginhorn (4.010 metros), el Strahlhorn (4.190 metros), el Tasschhorn (4.491 metros) y el Dom (4.545 metros), nada menos que el techo de Suiza. Junto a Saas Fee, otras tres pequeñas comunidades, casi adosadas e igualmente pintorescas, otorgan al valle la exquisita denominación de la “Perla de los Alpes”. Se trata de Saas Balen, con la iglesia barroca redonda; Saas Grund, el campamento base de numerosas travesías ambiciosas; y Saas Almagell, cercano al lago glaciar de Mattmark.
TÍPICA ALDEA ALPINA
Limpia de automóviles desde 1950, Saas Fee emana un delicado aire romántico. Esta pequeña aldea que da cobijo a unos 1600 habitantes se enorgullece de sus maravillosas casas de madera. Todavía conserva algunas casas almacén de los siglos XVII y XVIII, unos viejos graneros de madera de alerce que hoy son el principal monumento a la tradición. Tampoco pasan desapercibidos su dos muesos locales. El museo de Saas, instalado en una típica casa de 1732, muestra la forma de entender la vida, el arte y la cultura de los pueblos del valle. Y el museo del Pan, un viaje retrospectivo por el mundo de la panadería. Por último no hay que olvidar la calle principal de la población, escaparate continuo con tiendas a la última y lugares de ocio.
El funicular Alpin Express une Saas Fee con Felskinn, a 3000 metros de altitud, en un promontorio de la lengua del gigantesco glaciar Feegletscher. Es un trayecto iniciático que permite batir al menos tres récords Guinness. Desde allí parte el metro Alpin, el funicular subterráneo a mayor altitud del mundo, que llega hasta Mittelallalin (3.500 metros de altitud), donde está enclavado el restaurante giratorio más alto del mundo, cerca de la cumbre Allalinhorn (4027 metros).
Desde la última estación del metro Alpin, se accede también al Pabellón de Hielo, la gruta de hielo más grande del mundo. Aquí hay esculturas de hielo de artistas famosos. Y, para sorpresa de todos, la capilla glaciar donde se celebran bodas.
PARAÍSO TODO EL AÑO
Pero si Saas Fee y todo el valle de Saas es esencialmente el edén de los esquiadores (ahí están la pista negra Bala de Cañón, más de 60 kilómetros de senderos nevados, senderos para el esquí de fondo…)
es también un destino con un amplísimo abanico de posibilidades para pasar una activa y divertida escapada de montaña en familia durante todo el año, porque el valle de Saas propone, saludables caminatas, paseos en patinete, viajes en telecabinas y una enorme gruta glaciar. Un mundo ‘Heidi’, limpio, silencioso, maravilloso…
- El apasionante Feeblitz. Es la atracción estrella para pequeños y grandes. Una adaptación del invernalbobsleigh, que consiste en vagonetas individuales que descienden a 40 kilómetros por hora sobre un serpenteante circuito de raíles, de 900 metros, con giros y repechos entre abetos. Pueden subir una o dos personas en cada uno y no es peligroso. (junto al Alpin Express)
- Un bosque aventura. Dos circuitos adaptados a todas las edades y niveles. Uno es la ruta discovery, la más sencilla. Una quincena de pasos (puentes, tirolinas, lianas, redes…) entre árboles, para niños y adultos no iniciados. La ruta larga incluye otras cuatro zonas, que combinan 12 pasos sencillos, 12 medios y 11 de dificultad. Lo más espectacular, al final del recorrido, son dos impresionantes tirolinas sobre las gargantas del río Fee, de 210 y 280 metros de largo. (junto al Alpin Express)
- Rutas en trottinette. La más divertida y cómoda forma de bajar las montañas que ofrece Saas-Fee es un curioso patinete de montaña, con frenos en los pedales, muy fácil de manejar. Se puede alquilar en dos zonas: en el monte Hannig, para descender una pista natural de seis kilómetros desde su cota 2.350, y en Kreuzboden (Saas-Grund), cota 2.397, con trottinettes de ruedas gigantescas. Tiene el aliciente añadido de bajar un bellísimo sendero de flores de 11 kilómetros. También hay un parque infantil con una torre, dos puentes y un rocódromo.
- Escudriñando madrigueras. Es la excursión ideal para los más pequeños. Se toma el telecabina de Spielboden (2.447 metros) y, una vez allí, tras admirar el glaciar Fee, el camino de descenso hasta Saas-Fee pasa por una loma plagada de madrigueras de las que afloran simpáticas marmotas. Los animales salen de sus refugios sin asustarse, buscando en la mano el alimento diario (zanahorias, cacahuetes) que les llevan los turistas.
- Senderismo con telecabinas. Saas-Fee es ante todo un paraíso senderista. Desde los sencillos caminos que llevan en menos de una hora a sus pueblos vecinos (Saas-Grund, por la ruta de las capillas, o Saas-Almagell) hasta otros de variada dificultad.
- Un mundo bajo el hielo. Allalin tiene una gran sorpresa: la gruta glaciar más grande del mundo. En sus más de 5.500 metros cuadrados hay pasadizos, una capilla, estatuas de hielo… e incluso dos toboganes que hacen las delicias de los niños. La entrada está en el restaurante giratorio emplazado a una altura vertiginosa de 3.500 metros, al que se llega enlazando el telecabina Alpin-Express con el funicular subterráneo Felskinn.
Cómo ir. Saas-Fee se encuentra a unas tres horas y media -en tren y autobús- desde Ginebra.
Dónde dormir. Hay un montón de hoteles apartamentos y chalets. Nuestra propuesta ha sido el Hotel du Glacier (www.duglacier.ch).
Dónde comer. Drehrestauran. Restaurante giratorio a 3.500 metros de altura.
via Oriol Pugés https://ift.tt/2pJfThf
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