Me lo dijeron al llegar: Wroclaw es uno de esos lugares que van conquistando tu corazón poco a poco, una ciudad con un enorme poder de seducción. Cierto, y al final, claro, te enamoras de ella.
Llevamos ya varios días haciendo una ruta por Polonia y tengo una sensación extraña: me siento como en casa. Es un tópico, es verdad, pero es que cada vez que me cruzo con un polaco/a observo algo de mí. Que nadie se escandalice; no estoy hablando de aspectos físicos. Es ese entusiasmo que despiertan nuestras conversaciones el que me hace dudar.
Nos ven, se acercan y, sin más, repiten una y otra vez: ¿Spanja?… Y entonces nos lanzan una sonrisa de complicidad. A Andrés, el fotógrafo, le ocurre algo parecido. Se mire por donde se mire, nos hemos dado cuenta de que, aunque no nos entienden cuando les hablamos, despertamos cierta simpatía. Y esto está bien, muy bien.
Estos días, además, ha sido oficialmente reconocida en “The Official Europe´s Destination”, una web de gran prestigio que anualmente reconoce los méritos de los diferentes destinos. Durante más tres semanas más de 320.000 lectores le han otorgado a Wroclaw este mérito y hoy está considerada el mejor destino en 2018.
Wroclaw encandila a propios y extraños a través de sus mil y una leyendas repartidas entre sus más de 100 puentes, torres, iglesias, parques y callejuelas.
Porque leyendas hay muchas en esta ciudad de cuento. Aquí una: ésa que dicen que se cumple a las doce en punto de la noche cuando alguien pasa bajo el puente de las Brujas, en la iglesia de Santa María Magdalena. Hay que aguzar el oído. Lo que se oye son los lamentos de mujeres infieles condenadas a limpiar el templo durante toda la eternidad.
Leyendas aparte, Wroclaw , situada en el centro de la Baja Silesia, es hoy la cuarta ciudad más grande de Polonia; el mayor centro industrial, comercial, estudiantil y cultural del sudoeste del país. Con una atractiva localización, apenas a 180 km de Praga y 150 de Dresden, su estratégica posición la hizo ser deseada por todos y ha pertenecido a polacos, checos, austriacos, húngaros y alemanes. Entre todos ellos la han convertido en un enclave cultural y arquitectónico único.
Testimonios de su rico pasado son el Ayuntamiento de estilo gótico y las antiguas casas burguesas, también de estilo gótico y renacentista. Su corazón es la Plaza del Mercado, grande y bulliciosa, que con el inicio del curso universitario se llena de los casi 100.000 estudiantes que han elegido esta ciudad para realizar su carrera.
No es hasta después de la derrota alemana en la II Guerra Mundial y en la Conferencia de Postdam cuando Wroclaw vuelve a pasar a manos de Polonia. Como consecuencia del desplazamiento de las fronteras entre los países de la región, los alemanes son expulsados de la ciudad que será repoblada por población polaca, sobre todo por aquellos que vivían en la ciudad polaca de Lwów (en la actual Ucrania) que pasará a manos de la Unión Soviética.
Todo aquello es historia. Hoy, Wroclaw, que quedó totalmente destruida durante los bombardeos, luce como nunca. Es toda la ciudad la que atrae la mirada de los viajeros. Algunos la comparan incluso con Venecia, por estar a orillas del río Odra, con sus 12 islas, más de 100 puentes…
LA INVASIÓN DE LOS ENANITOS
La magia de Wroclaw y su gente va más allá. La antigua Breslau, como era conocida por su pasado germánico, vivió a la sombra de la censura y del comunismo, acrecentando su leyenda haciendo uso del ingenio. Para muestra un botón: “la invasión de los enanitos”. Efectivamente, es un auténtica invasión. Están por todas partes, en plena calle, en las aceras, en las plazas… Dicen allí que vinieron de una tierra encantada. De eso nada. La verdadera historia es más hermosa que cualquier cuento de hadas.
En tiempos del comunismo, un grupo clandestino –“The Orange Alternative- , disconformes con la forma de actuar y gobernar de la Administración se dedicó a “plantar” esas diminutas figuras de bronce por todos lados. Era una forma simpática y a la vez desafiante de plantarle cara a los comunistas, a sus postulados…
Los enanitos de Wroclaw son un símbolo en esta ciudad de cuento y un simpático reclamo turístico para todos. Ahora, en 2018, es un buen momento de visitarla y disfrutarla.
CÓMO IR
El aeropuerto internacional Copérnico de Wroclaw se encuentra a 10 kilómetros al suroeste de Wroclaw. Lot, la compañía aérea del país, con un servicio a bordo excelente es la forma más cómoda de llegar.
Transfers del aeropuerto al centro de Wroclaw
El autobús 406 conecta la Estación Central de Ferrocarril en el centro de Wroclaw con el aeropuerto cada 20 minutos. En horario nocturno el número 249 conecta Wroclaw con el aeropuerto.
Taxi: el trayecto en taxi desde el aeropuerto al centro de Wroclaw cuesta unos 50 PLN.
QUÉ VER
Stare Miasto (Ciudad Vieja)
Rynek. El Rynek o Plaza del Mercado es el centro de la ciudad medieval. Las casas que rodean al recinto han sido restauradas despues de la Guerra en diferentes estilos: barroco, renacentista, etc. El centro de la plaza está ocupado por una manzana de edificios entre los que destaca por su arquitectura gótica y dimensiones el edificio del Ayuntamiento.
Ayuntamiento (Ratusz). El primer Ayuntamiento fue construído en el siglo XIII en el emplazamiento que ocupa el actual edificio. Destaca el exterior de estilo flamenco adornada con esculturas medievales.
Plaza de la Sal (Plac Solny). Está en una esquina del Rynek, en ella se encuentra el edificio de la Antigua Bolsa (Stare Gieldy). Actualmente en esta plaza hay un mercado de flores.
Iglesia de Santa Isabel (Kosciol Sw.Elzbiety). Se encuentra en otra esquina del Rynek, construída entre los siglos XIV y XV hasta la II Guerra Mundial fue una iglesia Protestante y destaca la torre del campanario que mide 80 metros y desde la cual se contempla una vista de la ciudad y los alrededores.
Universidad (Uniwersytet). Pl. Uniwersitecki 1. El edificio de la Universidad es una imponente construcción de estilo barroco a orillas del Oder y su construcción se llevó a cabo entre los años 1728 y 1742 cuando la ciudad estaba bajo el dominio de Prusia.
Isla de Arena (Wyspa Piaskowa). Desde la zona vieja se llega a ella a través puente “Most Piaskowy”. Es una de las pequeñas islas que estan en esa parte del río y en ella se encuentran un conjunto de edificios históricos como la iglesia ortodoxa Santa Ana (Kosciol Sw.Anny), el edificio de la biblioteca de la Universidad y una iglesia de estilo gótico. Cruzando la isla y llendo a mano derecha se llega al famoso puente verde metálico “Most Tumski” que conduce a “tierra firme”, a Ostrów Tumski.
Catedral de San Juan Bautista. Está situada al cruzar el puente Most Tumski. La edificación original se construyó en torno al año 1000 pero la catedral fue sucesivamente destruida y reconstruída de nuevo en el curso de la historia hasta que al final de la II Guerra Mundial el edificio, destruido casi en su totalidad, se reconstruyó nuevamente conservando algunos restos.
Hala Ludowa (Pabellón del Pueblo). Ul. Wystawowa, 1. A principios del siglo XX y estando la ciudad bajo el dominio alemán, las autoridades locales decidieron construir un edificio que dotase a la ciudad de un espacio para la celebración de eventos y celebraciones internacionales. El arquitecto Max Berg dirige la construcción de este inmenso edificio de hormigón y vidrio coronado por una gran cúpula que además en su día sirvió para conmemorar el 100 aniversario de la victoria de Prusia sobre Napoleón. En el año 2006 el edificio sería proclamado por la Unesco como uno de los mayores logros de la arquitectura del siglo XX. http://www.centennialhall.eu
Cementerio judío. Ul. Sledna, 39. Construído en la parte Sur de la ciudad a mediados del siglo XIX, se considera un muestra del arte funerario judío.
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