Seducidos, efectivamente. Este adjetivo define muy bien nuestro estado de ánimo cuando nos adentramos en las entrañas de esta región. Salzkammergut enamora a primera vista. De hecho, hoy el punto álgido de la belleza austríaca se esconde aquí, en esos pueblos de relatos para niños, escenarios de Hansel, de cuentos y leyendas que hablan de lagos subterráneos, bosques húmedos y casitas de tejados en punta.
Está claro que, cuando uno viaja por Austria, no debería pasar por alto este carismático universo alpino situado a poco más de 50 kilómetros de Salzburgo. Es el dominio de los senderistas, de los aficionados a las rutas en bicicleta, a los deportes náuticos… pero también es el destino favorito de las familias. Infinitas son las posibilidades y algunas paradas, inexcusables. St. Wolfgang, por ejemplo, es un encantador pueblecito arrimado al borde del lago homónimo. Es la meca para los pescadores y los aficionados a los deportes acuáticos (windsurf, snorkel, kayak…) Quienes prefieren los paseos en bicicleta o recorrer senderos están también en el lugar adecuado.
foto deporte acuático
Desde St. Wolfgang parte un tren cremallera hasta la cima del monte Schafberg. Este nostálgico viaje cargado de encanto regala excelentes vistas de los lagos y los picos alpinos circundantes (www.schafbergbahn.at).
No muy lejos está Bad Ischl (www.badischl.at), la antigua ciudad imperial de veraneo. Aquí pasó sus veranos el emperador Francisco José, y fue aquí donde conoció a Elizabeth de Baviera, Sissi, e hizo oficial su compromiso. Bad Ischl es una de las estaciones termales más brillantes de Europa y atrajo a tantos reyes y nobles como músicos célebres. Hoy sigue enorgulleciéndose de su Kaiservilla (http://ift.tt/1O0TVfg)
La villa también está ligada al compositor Franz Lehár, que residió en ella durante muchos años. Por eso se realiza un festival musical dedicado a la opereta, donde no suele faltar la interpretación de “La viuda alegre”.
Un poco más al sur aparece Hallstatt. Las majestuosas montañas del macizo de Dachstein –con cimas que alcanzan los tres mil metros de altitud- son el decorado perfecto para este escenario formado por un lago de ensueño y las pintorescas casas de balcones de madera cubiertas de flores de vivos colores.
Hallstatt mira al lago; es casi un vicio bonito, una tarea inevitable para un pueblo que se abre como una ventana sobre el Hallstätter See. Se fundó hace más de 3000 años y desde entonces vive envuelta en sus neblinas matinales, creciendo lentamente, como respetando al máximo el entorno natural que la contiene. Caminando por el pueblo uno entiende muy pronto ese espíritu salvaje y –al mismo tiempo- paradójicamente cauto que envuelve a la región; esa prolijidad detallista que se traduce en la impecabilidad urbana rodeada de naturaleza: ni un papel en el suelo, ni una pincelada de más en los tejados, ni un ápice de desorden.
Sobre la población, a unos quinientos metros de altitud, se encuentran las Salzbergwerk, las minas de sal. Desde el 800 hasta el 500 a C, Hallstatt se caracterizaba por sus galerías infinitas repletas de sodio. Hoy, aquellas minas que ya funcionaban hace 3000 años, son consideradas las más antiguas del mundo y constituyen el eje de uno de los itinerarios tradicionales para los viajeros modernos. Alucina caminar por el corazón de la montaña hasta toparse de pronto con un lago subterráneo.
La otra gran sorpresa en este maravilloso mundo de bellezas naturales son las cuevas del Dachstein (http://ift.tt/1piLJK2). Fácilmente –todo está señalizado desde la localidad de Obertraun– se llega al funicular que desemboca en la entrada de las más conocidas cavernas de hielo de la región. El ambiente es de película, la luz del interior es un caleidoscopio gigantesco que va reflejándose mil veces entre estalagtitas y estalagmitas de agua helada.
Pero las emociones fuertes no se acaban aquí. Y es que no se puede abandonar la región sin antes acercarse a Bad Ausee donde espera una espléndida excursión, la Panoramastrasse, que asciende casi hasta la cumbre del monte Loser, a 1838 metros de altitud. Algunos la hacen a pie, otros, los más atrevidos, en bicicleta. La mayoría, sin embargo, en coche. La recompensa es la misma para todos: una vez arriba, las panorámicas son de miedo, con el lago Alttausseer See presidiendo un escenario único.
CÓMO IR
Como Salzkarmmegut está a 50 kilómetros de Salzburgo y la mayoría de los viajeros recorren la ruta a partir de esta ciudad, desde Madrid o Barcelona, el viaje más fácil es con Lufthansa (www.lufthansa.es) a Munich donde se alquila un coche hasta la ciudad de Mozart.
También existe la posibilidad de viajar con Austria Airlines (www.austrian.an) o con Airberlin Fly Niki (www.airberlin.com) desde Barcelona o Madrid (varios vuelos directos diarios) a Viena. En Viena habrá que tomar después el Railjet ÖBB (www.oebb.at) hasta Salzburgo (2 horas, 20 minutos de trayecto) o bien alquilar un automóvil en el mismo aeropuerto.
CÓMO MOVERSE
Para ir descubriendo los más bellos parajes de esta región lo mejor es trasladarse en coche. Hay agencias de alquiler en todas las ciudades y pueblos de la región.
NO DEJES DE…
En Werfen, un pequeño pueblo presidido por una formidable fortaleza del siglo XI- Hohenwerfen (10 euros la entrada)- se halla la mayor cueva de hielo del mundo, Eisriesenwelt (www.eisriesenwelt.at). Son más de 40 kilómetros de pasadizos mágicos que se adentran en el corazón del macizo montañoso del Tennen. No toda la cueva puede recorrerse; la única parte que se visita es el Palacio de Hielo. El circuito dura 75 minutos, acompañados con un guía, y se hace con lámparas de aceite para ver mejor el espectáculo grandioso de luz y color que encierra su interior.
CUÁNDO IR
Siempre es bueno acercarse a esta región. Según la época, claro, las opciones son diferentes: en invierno es un paraíso para los aficionados a los deportes invernales. En primavera/verano, el clima es suave y permite hacer muchas excursiones por las montañas a través de senderos magníficos y practicar diferentes deportes náuticos. Para nadar en los lagos, la mejor época es en julio y agosto.
GASTRONOMÍA
Las especialidades gastronómicas de la zona son las típicas de la Alta Austria: casi siempre hay una sopa de inicio (a menudo con knödel, una especie de albóndigas) y un plato fuerte en el que abundan las propuestas de carne de ternera (el schnitzel es un bistec empanado), cordero y cerdo, que se acompaña de verdura, patata y ensalada. En postres, los chocolates, los diferentes tipos de strudels (el de manzana o apfelstrudel es el rey) y todo tipo de tartas. No dejar de probar los schnaps.
DÓNDE DORMIR
Hotel Im Weissen Rössl, en St. Wolfgang. Ocupa una mansión señorial del siglo XVIII. Su reputación es muy legendaria. www.weissesroessl.at
Classic Hotel Goldenes Schiff, en Bad Ischl. En el centro de la población, al lado de famoso café Zauner. http://ift.tt/1O2yx9X
L’Heritage Hotel Hallstatt, en Hallstatt. Formado por tres edificios históricos frente al lago.
DÓNDE COMER
Restaurant Zum Salzbaron. En Hallstatt, junto al lago. Tiene muy buena reputación. La especialidad es la trucha.
Café Sissy (www.cafe-sissy.at). En Bad Ischl, junto al río. Las paredes están cubiertas con imágenes de la emperatriz.
Im Weissen Rösl. En St. Wolfgang. En este emblemático hotel hay dos restaurantes: el Seerestaurant y el Romantik. El primero se ha especializado en platos regionales e internacionales; el segundo es más sofisticado y caro.
MÁS INFORMACIÓN
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via Oriol Pugés http://ift.tt/1JpQbVP
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